GRANDVILLE - Segunda Temporada [Fan-Fic]

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NwK_08
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Mensaje por NwK_08 »

Comor??? No, si tranquilo que mi odio hacia los guionistas es considerable!! jejeje

Eso no quita que seais unos cracks escribiendo y dandole al coco!!
Pero lo de Will convertido en estatua, Jess muerta, y Julian y Kara juntos ha sido demasiado para mi!! :smt005 :smt005 :smt005 :smt005



Keidell
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Mensaje por Keidell »

Es que cuando escribimos todo eso estabamos alegres :smt005 :smt005 :smt005


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melymely
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Mensaje por melymely »

Unos chupitos de orujo diria yo que os daban la alegria.....
Willy que tienes en contra de Julian!!



Keidell
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Mensaje por Keidell »

Eso eso, que empiece el debate ProJulian - AntiJulian :smt005 :smt005 :smt005


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NwK_08
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Mensaje por NwK_08 »

Esque soy de los de la teoria de que un experimento creado por Luthor, y recalco la palabra "experimento", no puede estar con Kara!!

Aparte que no lo trago, no se, supongo que seran sus ganas de ser tan perfecto, tan heroe!! a mi me molan los patosos, los malos, y los buenos que sean tias!! :smt005 :smt005 :smt005

A todo esto, el capitulo 9 bastante bien tambien!! En la linea del octavo, mas relajado pero igualmente bueno!!
La casa de los Davidson es como un hostel, ahi desayuna y come todo cristo :smt005 :smt005 :smt005

Por cierto muy bueno lo de Roy Harper, que ilusion me ha echo saber que era el "Green Arrow de Grandville" :smt005 :smt005 Asi no tiene que patrullar Kara sola la ciudad :smt005 :smt005

Por cierto, aunque no me guste Julian y Kara, la escena con la musica de Lenny Kravitz ha estado chula!! :smt005 :smt005 :smt005



Keidell
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Mensaje por Keidell »

bueno, entonces estás poniendote al día... que bueno... que malo que no te guste mucho Julian... de todas formas, de todo puede pasar :smt005 :smt002


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Bertu
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Mensaje por Bertu »

Un trailer para el 2x11:
2x11: Pasión ciega

Spoiler: Al Bartowsky visita a Kara para intentar curar su ceguera


— Ayer no te lo dije, pero Gabriel Silverman sigue vivo — dijo Multikill con gestos de odio.
***
—¿Qué pasa? —dijo Kara quejándose—. Es como si fuera… kryptonita.
***
—Bueno... Esto... yo... Voy un momento a comprar tabaco...
—Pero… papa, si tu no fumas... —se apresuró a contestar Julian.
***
—Decidme una cosa. ¿Kara siempre es así?
Emily negó.
—Es una adolescente y todos pasamos por esa etapa pero... casi nunca nos contesta.
—Ajá... —dijo Bartowsky terminándose el postre—. Creo que la cagué.
***
—Hola... Roy —dijo Kara tirándole el mando con una sonrisa.
—¿Qué... haces aquí? ¿Me seguiste?
—Es que no podía vivir sin ti, Roy —Kara se acercó a Harper. Puso sus manos en el pecho del chico—. Te echaba de menos.
***
—¿Qué has estado haciendo, MK? —preguntó Mannheim enfadado.
—Encargarme de otro freak. Gabriel Silverman —dijo Multikill asintiendo.
GRANDVILLE
Publicación, Miércoles a las 21:00 hora española :smt016


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melymely
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Mensaje por melymely »

Hay la madre que os parió!!!!!!
La que estais líando!!!!!!!!!!!



Bertu
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Mensaje por Bertu »

Venga, que os publico el 2x11: Pasión ciega:
Kara estaba sentada en su cama. Emily estaba junto a ella y Julian al otro lado la tomaba la mano. En el piso de abajo Willy y su padre no hacían más que pasearse de un lado a otro esperando a que Gabriel llegase con Al Bartowsky, ya que habían decidido confiar en él para ayudar a Kara. Ésta sólo esperaba con los ojos abiertos aunque sin ver nada.
De repente Gabriel y Al Bartowsky aparecieron en la habitación de Kara a los pies de su cama. William y su hijo al oír el ruido arriba subieron precipitadamente a la habitación.
Al Bartowsky miraba todo con gran fascinación. Y miraba a Kara sorprendido.
—Ya estamos aquí —. Anunció Gabriel.
Al escuchar aquello Kara se levanto ansiosa de oí lo que Al Bartowsky tuviese que decir. Éste por su parte se limitó a mirar todo con expectación. Nunca había visto una kryptoniana tan joven.
— ¿Lo has traído? —Preguntó Kara
—Señor Bartowsky —comenzó Emily—, le hemos traído aquí con la esperanza de que quizá usted supiera que le ha pasado y pudiese ayudarnos… Esperamos no haberle molestado…
—Bueno, la verdad es que me extrañó mucho la llegada de este joven. Su habilidad es impresionante. Estaba tranquilamente corrigiendo unos exámenes cuando apareció él diciéndome que venía en nombre de un kryptoniana. Ni borracho sueño esas cosas.
Nadie rió la broma y Al Bartowsky empezó a tomar consciencia de lo preocupados que todos estaban.
—Bueno… Gabriel ¿no es así? Me ha contado lo que te pasa Kara y me ha traído hasta ti. En verdad me sorprendió, pero creo que se cómo puedo ayudarte.

Bruno Mannheim repasaba sus informes y los separaba para luego llevarlos a Morgan Edge. Su despacho estaba completamente ordenado, quizás demasiado. Un empleado de los laboratorios de la LuthorCorp entró sin llamar.

—Señor Mannheim, MK quiere hablar usted.
—¿Qué le pasa? —quiso saber Mannheim intrigado.
—No lo sé... sólo hablará con usted, así que...

Mannheim se levantó de su sillón y se dirigió hacia la sala donde estaba prácticamente encerrado el “hombre” al que nombraba Multikill. Se encontró con el joven haciendo pesas, como casi todas las veces que entraba allí. Pero esta vez, se levantó de golpe y se acercó a Mannheim, que reculó unos pasos.
—Ayer no te lo dije, pero Gabriel Silverman sigue vivo —dijo Multikill con gestos de odio.
—MK, eso es imposible —dijo Mannheim intentando tranquilizar al joven—. Está muerto ¿Quieres que te enseñe su cadáver?

Mannheim se alejó cuando Multikill capturó su hombro con fuerza.
—¡Qué hace un hombre con mis poderes allí fuera! ¡Quiero ser el único! ¿Lo has entendido?
Su enfado era notable.
—¿Ah, sí? Quieres ser el único. Interesante... —dijo Mannheim con total normalidad—. Entonces... Stanopen tiene uno de tus poderes —su tono burlón no gustó a MK—, pero no quieres matarlo. ¿verdad?
Multikill se adentró entre la profundidad de la sala.
—¿Cuando asimilaré los poderes del freak que capturé ayer? —dijo volviendo al gimnasio.
—Mañana. El señor Luthor vendrá para verte —dijo Mannheim cerrando la sala de nuevo.


Gabriel volvió a llevar a Al Bartowsky a su apartamento. Pocos minutos después regresaron. Bartowsky llevaba una pequeña caja donde se encontraban unas lentillas de color verde y otras de rojo.
Al acercarlas a Kara, la chica empezó a sentirse mal.
—¿Qué pasa? —dijo Kara quejándose—. Es como si fuera… kryptonita.
—En efecto, es kryptonita —dijo Bartowsky alejando las lentillas—. Os cuento, como podéis observar... tengo problemas de vista. Bien, hace años se puso de moda en Wisconsin llevar lentillas de colores. Como experimento, hice preparar unas lentillas con esas piedras de kryptonita que había guardado en una visita que hice a Smallville. Una vez me las puse, después de pocos días, empecé a sentirme mal y las guardé.
Todos miraban extrañados a Al Bartowsky.
—Yo soy así —dijo encogiéndose de hombros.
—Bien. Después de todo ese rollo ¿Por qué ha traído esas lentillas? —preguntó Willy.
—Es verdad —dijo William acercándose a Bartowsky—. Esas piedras dañan a mi hija.
—La kryptonita verde... sí. ¡Pero! —el grito hizo sobresaltar a Kara—. La roja tiene... otro efecto.
—¿Otro efecto? —preguntaron Emily y Julian al unísono.
Bartowsky carraspeó.
—Libera las... inhibiciones emocionales de los kryptonianos. Los activa.
—Voy a necesitar un diccionario inglés-Al Bartowsky —dijo William.
—Lo que Bartowsky quiere decir —dijo Silverman que estuvo callado todo el rato— es que si Kara se pone esas lentillas rojas, podría activas sus ojos.
—No creo que sea peligroso —dijo Al sentándose al lado de Kara.
Puso la mano delante de sus ojos comprobando que la chica estaba completamente ciega.
—Una... dosis de esa kryptonita podría producir cambios muy fuertes... emocionalmente en Kara. Pero esas lentillas tienen casi más vidrio que kryptonita. ¿Probemos? —dijo Al intentando agarrar las lentillas.
Emily y William se miraron. La mujer asintió y Bartowsky procedió a poner las lentillas lentamente. Los ojos de Kara empezaron a brillar con un tono rojizo hasta que las lentillas quedaron bien puestas. Cerró los ojos y los volvió a abrir. Empezó a recuperar la visión. Veía borroso, pero era mejor que estar ciega.
—Kara, soy Al Bartowsky —dijo arrodillándose delante de ella. Kara sonrió—. Ya sé que soy feo, así que puedes mirar a otro lado.
Kara giró el cuello sin dejar de sonreír.
—Tranquilo Al, veo un poco borroso. Parece guapo.
Todos los Davidson y Julian abrazaron a Kara.
—Es que están ajustadas para mí. Y gracias por el cumplido.

Los Davison invitaron a Al Bartowsky a almorzar. Gabriel y Julian fueron invitados pero Silverman dijo que tenía otro compromiso y Julian que tenía que almorzar con su padre. Durante la comida, Bartowsky no dejaba de observar detenidamente a Kara. Sus acciones, su actitud. Estaba claro que no veía bien, pero había conseguido recuperarle la vista. Ahora tenía otra preocupación. Los efectos que producían la kryptonita roja. Según Dax-Ur... nada buenos para un kryptoniano. Entonces fue cuando se dio cuenta de que Kara respondía varias veces a sus padres durante el almuerzo. Y cada vez iba a más. Antes de llegar a los postres, Kara subió a su habitación.
—Decidme una cosa. ¿Kara siempre es así?
Emily negó.
—Es una adolescente y todos pasamos por esa etapa pero... casi nunca nos contesta.
—Ajá... —dijo Bartowsky terminándose el postre—. Creo que la cagué.


Kara se sentía más libre que nunca. Como si le hubiesen quitado un enorme peso de encima y todo de golpe. Sentía la más absoluta libertad. Nada de responsabilidades ni problemas ni nada. Solo una euforia desconocida que no había sentido nunca. Se sentía tan bien que pensó que aquello tenía que celebrarlo con Julian y se fue a su casa a supervelocidad sin preocuparse de si la veían o no.

Mientras corría algo les paso a sus ojos. Fue como un flash que la hizo pararse en seco. De pronto ya no veía a las personas que pasaban por la calle, si no que veía sus esqueletos. Miraba en dirección a los edificios y veía en su interior. Ella no había cambiado de visión a propósito, pero de esa forma veía perfectamente, nada borroso.
—¡Guay! —exclamó Kara al comprobarlo. Y sin más volvió esta vez con más ganas en dirección a la casa de Julian.

Al llegar allí Kara miró con su visión el interior de la casa de Julian y vio a su padre en el sofá y a Julian en su habitación más arriba. Llamó a la puerta de Julian en posición de mujer fatal, guapa como nunca.
Daniel abrió la puerta y al ver a Kara se quedó estupefacto. Llevaba una minifalda azul y un top muy ajustado rojo que dejaba al descubierto su ombligo.
—Vaya, hola, Kara. Parece que fuera hace calor ¿no? —dijo Daniel intentando no mirar demasiado a la novia de su hijo.
—Hola, señor Stanopen. Un poco de calor sí que hace — respondió Kara con sonrisa de niña buena — ¿Esta Julian?
—Eh... Sí, claro... Julian —balbuceó Stanopen y llamó a su hijo.
Al bajar la escalera Julian no pudo articular palabra al ver a su novia tan diferente.
—Puedo pasar ¿verdad? —dijo Kara sonriendo y pasando sin esperar siquiera a que nadie la invitara. Se paseo por la casa procurando atraer la mirada de Julian, lo cual no era necesario ya que no podía apartar sus ojos de ella con la boca abierta. Daniel quería apartarse de una situación tan incómoda como aquella.

—Bueno... Esto... yo... Voy un momento a comprar tabaco...
—Pero… papa, si tu no fumas... —se apresuró a contestar Julian.
—Cierto, yo… bueno, volveré en un momento, tengo que hacer un recado —Stanopen salió apresuradamente cerrando la puerta tras de sí dejando a Kara y Julian solos en la casa.

Kara se dirigió directamente a la habitación de Julian y él la siguió. Al entrar Julian, Kara cerró la puerta y se concentró en utilizar su nueva visión lo justo solo para ver a Julian sin ropa, pero no lo consiguió. Solo vio su esqueleto, esas lentillas rojas limitaban un poco su control. Así que se sentó en la cama con ademán seductor.
—Julian, he estado todo el día pensando en ti.
—Kara, ¿Qué te pasa? —Julian no entendía nada, nunca había visto así a la chica.
—No me pasa nada —dijo sonriendo casi con maldad—. De hecho estoy mejor que nunca. Ven, vamos a jugar…
—Kara, te quiero, pero no. No sé qué te pasa, pero te recuerdo que la última vez no salió bien, prefiero que esperemos un poco más hasta que puedas controlarte.
—¡Oh, vamos Julian! No seas cobarde. Vamos a jugar —Kara se acercó a Julian y empezó a quitarle la camiseta. Pero Julian la frenó.
—Kara, ¿qué te pasa? Tú no eres así. Estate quieta, por favor. No me apetece salir chamuscado otra vez. Ya haremos lo que tengamos que hacer cuando te controles por completo.
—Muy bien —contestó Kara sin dejar de sonreír fríamente—. Si tú no quieres jugar, ya encontraré alguien que sí quiera. No te preocupes Julian, quédate aquí solo con tu cobardía. Después de todo, no eres más que eso. Un cobarde. Si no fíjate como saliste de mi casa cuando entró Roy, huyendo. Quizá encuentre a alguien con el suficiente valor en Nueva York. Adiós Juli.

Kara salió riendo con maldad a supervelocidad de la casa de Julian sin que a este le diera tiempo siquiera de contestarla. Julian se quedó destrozado. Aquella no podía ser Kara, algo le pasaba. Ella jamás sería tan cruel con nadie… y menos con él.

Kara salió corriendo como nunca. Feliz, sin remordimiento alguno por lo que había dicho. Riéndose de puro éxtasis y felicidad mientras pasaba como un rayo por Cleveland camino a Nueva York.
Gabriel Silverman había conseguido lo imposible. Entrar en el Parc Güell de Barcelona y no encontrarse a nadie. Ni turistas, ni guías, ni hippies hambrientos tocando la guitarra... nadie. Solo las cotorras y las palomas que compartían los pequeños fragmentos de bocatas que se encontraban en el suelo. Los pasos de Silverman no asustaban a los animales, que paseaban con total normalidad. Una paloma aterrizó en el hombro de Gabriel, que caminó hacia las enormes columnas que daban paso al monumento más conocido del parque.
El dragón estirado en medio de las escaleras que daban al patio. Su multitud de colores hizo que Silverman no pudiera evitar tocarlo. Notó que su tacto le hacía venir a la cabeza imágenes de una criatura mitológica nacida del miedo de los hombres. El arrullo de la paloma empezó a ser más molesto. Fue cuando el celular de Gabriel sonó. El animal se asustó y huyó.
—¿Qué pasa, Julian? —dijo Silverman descolgando.
—Vaya, cómo me ha costado localizarte…
—Ya, bueno, estoy un poco lejos…
—Escucha, Kara se ha largado.... creo que a Nueva York... es...es... actuaba de una forma muy extraña. No era ella...
—¿Qué? Vale, tranquilo, Julian. ¿Crees que es por lo que le ha hecho Bartowsky?
—No lo sé, es posible, habló de liberar las inhibiciones emocionales… pudo ser eso. Kara me dijo que iba a ver a Roy Harper y yo...
Al escuchar ese nombre, Gabriel se sobresaltó.
—Vale, donde quiera que esté Kara, voy a encontrarla. No te preocupes —dijo Gabriel colgando.
Acarició por última vez el dragón y se transportó a su universo, lleno de imágenes y símbolos. Pero algo fue mal, no terminó de entrar completamente en el universo. Algo se lo impedía. Alguien estaba agarrando su brazo y se lo llevaba al exterior. Gabriel no pudo hacer nada. Había vuelto al parque. Entonces reconoció al monstruo que terminó con Damned en un abrir y cerrar de ojos. Estaba enfrente de él con una mirada amenazante y de odio.
—Yo te conozco —intentó articular Silverman—. Eres...
—¡Multikill!
Todas las aves del parque alzaron su vuelo. Un vórtice se abrió en medio de la nada, creando un universo muy oscuro, casi completamente negro. Era el universo de Multikill.
Gabriel flotaba en aquel lugar, intentando dominar el sitio, pero sólo Multikill podía hacerlo. Este se acercó al oído de Silverman.
—Multikill 2... Freaks 0.
Entonces una multitud de símbolos aparecieron de la nada, atacando a Gabriel mientras Multikill regresaba lentamente a los laboratorios.


Música: Good Charlotte - I just wanna live

Kara localizó el edificio de las empresas Queen de Nueva York con la intención de conseguir la dirección del perfecto amante que quería Kara y que podría ser perfectamente su primer amor: Roy Harper.
No logró esperar a que las puertas electromagnéticas se abrieran solas y entró por el largo pasillo donde se encontró con recepción. Nadie la vio, por suerte.
Tocó el timbre hasta que un hombre salió desde el interior. Iba vestido de uniforme y las entradas de su pelo eran notables. Unas enormes gafas hacían contraste con la barba negra que llevaba.
—¿En que puedo ayudarla?
Aquel hombre prestó mucha atención al cuerpo y a la vestimenta de Kara. Se le salían los ojos.
—Busco a un empleado. Su dirección... ¿Puede facilitármela? —dijo Kara acercándose al empleado y jugando con su corbata sensualmente.
El empleado se rió atontado y volvió al interior del despacho. Mientras, unos hombres vestidos de traje salían del edificio. Kara pudo escuchar gracias a su superoído lo que decían.
—Dios mío... ¡Qué buena que está!
—Calla, Jim... es una niña.
—Pues cómo crecen las niñas... ¡Y qué culo! ¿Te... te la imaginas en bikini?
El acompañante se giró.
—Joder...
—¿Ves? Ésas sólo salen en las revistas. No se ven muy a menudo.
—Pero sigo diciendo... que es una niña, Jim.
—Eso lo dices para calmar tu consciencia.

Los dos hombres salieron del edificio. Kara no pudo contener una carcajada, cuando el empleado llegó.
—He encontrado la dirección, vive cerca de Mannhatan, en la calle Adams número 41, sexto tercera.
—Muchas gracias —dijo Kara sensual. Volvió a jugar con la corbata del empleado y se acercó peligrosamente a sus labios. Aquel hombre estaba viviendo su propio cielo cuando cerró los ojos. El beso no llegó. Dejó de sentir la fuerza de la chica en su corbata y una fuerte brisa levantó su cabello. Cuando volvió a abrir los ojos, la chica... ya no estaba.


Multikill regresó a los laboratorios donde vivía. Se encontró con Lionel Luthor y Bruno Mannheim en su propio cuarto.
—¿Qué has estado haciendo, MK? —preguntó Mannheim enfadado.
—Encargarme de otro freak. Gabriel Silverman —dijo Multikill asintiendo.
Lionel Luthor frunció las cejas. Pensó en que quizás siempre había habido más de un Silverman.
—¿Seguía vivo?¿Lo has matado?
—No volverá a molestar. Puede considerarlo muerto, señor Luthor.
—MK —dijo Mannheim—, dedícate a seguir las órdenes que te damos el señor Luthor y yo. No quiero que vuelva a ocurrir un incidente de este tipo, aunque termines con todos los freaks de meteorito del mundo. No te lo voy a consentir.
—¡Tenía mi poder! —Exclamó Multikill desesperado. Últimamente los cambios de humor eran frecuentes en él.
—Aunque seas el mejor... yo te controlaré —dijo Mannheim— . Siempre fue así. Seguiremos así.
—Mannheim, espero que no se repita este incidente. Haz lo posible para controlarlo —dijo Lionel saliendo de la habitación. Multikill miraba como se iba.
—¿Qué voy a hacer contigo? —dijo Mannheim caminando alrededor de Multikill—. Puedo… ¿Electrocutarte? ¿Pegarte? ¿Torturarte? Dime, MK... ¿Qué te puede hacer daño? Algo... emocional, quizás.
Multikill miraba con resignación a su jefe.
—He aprendido la lección.
—Desde luego —dijo Mannheim deteniéndose—. ¿Quién ha dicho que no? Pero... vamos a reforzar la acción para crear... el hábito de seguir las órdenes de tus superiores, aun cuando pase algún tiempo desde la última orden... Cada vez que no nos obedezcas... alguien que te importa va a morir. ¿Quién quieres que muera?
—¡Nadie! —Multikill volvió a gritar. Su voz resonó por toda la habitación.
—Nadie... interesante —Mannheim volvió a emprender sus pasos—. Pero mataste a... Gabriel Silverman, según tú. Multikill, sé quiénes son las personas que te importan, y pueden morir, por accidentes... quizás. O mejor, los matarás tu.
—Yo nunca mataré a...
—¿Ah, no? ¿No sabes que obedecerás a mis órdenes sean las que sea? ¿Sí o no? Lo sabes. ¿Quieres una prueba?
Hubo un silencio. Mannheim repasó en su mente una lista de personas de las cuales quería deshacerse…
—Mata a mi padre, ya sabes quién es —dijo Mannheim.
Multikill desapareció y volvió en pocos segundos. Iba manchado de sangre.
—Ni te has retrasado un segundo en cumplir mi orden. ¿Quieres otra prueba? Si te digo que matas a alguien lo haces. No lo puedes controlar —Mannheim acercó su aliento al oído de Multikill—. Cada orden que te de... tú vas a cumplirla. No importan los modos, lo harás, para eso te hemos hecho así, para obedecernos. Yo soy el amo. Tú eres el esclavo.


Roy Harper se desabrochaba la corbata después de un duro día de trabajo, camuflado, ayudando a Oliver Queen. Al abrir la puerta de su piso notó que alguien había forzado el paño. Alertado, entró en el interior esperando encontrar unos posibles ladrones.
No oía nada. Aparentemente, todo estaba en orden. Sus maletas seguían en la sala de estar, aún por abrir. Entonces ¿Quién forzó el paño? Intento relajarse, se quitó la chaqueta y la tiró al sofá. Buscó el mando para encender la tele, pero no lo encontraba.
—¿Buscas esto? —dijo Kara desde la habitación de Roy.
Roy se giró sobresaltado. Detrás, se encontraba Kara apoyada en la puerta de su dormitorio. Sólo iba vestida por una camisa roja de Roy que casi llegaba hasta sus rodillas. Roy se levantó del sofá.
—¡¿Kara?!
—Hola... Roy —dijo Kara tirándole el mando con una sonrisa.
—¿Qué... haces aquí? ¿Me seguiste?
—Es que no podía vivir sin ti, Roy —Kara se acercó a Harper. Puso sus manos en el pecho del chico—. Te echaba de menos.
Roy no se creía lo que estaba pasando.
—Y... ¿Y Julian?
—¿Julian? —repitió Kara haciendo una mueca—. ¿Quién es ese?
La chica llevó a Roy hasta su cuarto.
—Kara... espera.
—Te quiero, Roy —dijo Kara besándole. Después de alejar sus labios, susurró al oído de Harper—. Hazme el amor.
Roy capturó a Kara con sus brazos mientras la besaba y la llevó dentro de su habitación donde la recostó en la cama. Kara seguía con su sonrisa picarona.
La chica volvió a besar a Roy, le quitó la camisa y se puso debajo de él mientras que Harper repasaba sensualmente los muslos de Kara hasta que ella empezó a desabrocharse la camisa. Fue cuando Roy la ayudó. Rompió la camisa, dejándola completamente desnuda.
Ella se acomodó debajo mientras Roy olía todo el cuerpo de Kara. Al llegar al cuello, se fijo en los ojos antes azules de Kara, ahora rojizos, que parecían irritados. Entonces vio que llevaba unas lentillas de color.
—Bonito color de lentillas —susurró él.
—Me ayudan a ver, pero me hacen un poco de daño.
—Quítatelas.
—No veré nada.
—Pero no sentirás ese dolor mientras…
No acabó la frase. Ella hizo ademán de quitárselas y él le tendió un recipiente donde dejarlas.
Al instante, Kara dejó de actuar y abrió bien los ojos. Ya no veía nada, pero se daba cuenta de lo que estaba pasando. Lo primero que hizo fue taparse con la manta de la cama de Roy.
—Roy... ¿Puedes pasarme mi ropa?
Harper no entendió la actitud de Kara. Sabía que las chicas eran raras, pero no tanto.
—Claro —dijo Roy acercándole su escasa ropa.
—Oh, Dios —susurró Kara, no se había acordado de eso—. ¿Llevaba esto? —dijo Kara tanteando su minifalda y su top.
La chica se ocultó en el interior de la manta con la ropa. Después de unos segundos salió vestida bajo la atenta mirada incrédula de Roy Harper.
—Kara... ¿Te ocurre algo?
—Debo irme —dijo Kara levantándose de la cama de Roy y dirigiéndose a la puerta a ciegas. No veía, pero recordaba perfectamente la disposición de todo.

Harper capturó el brazo de la chica.
—Kara, ¿qué pasa? ¿Hice algo que no te gustó o...?
—No tenía que haber venido. Lo siento, Roy —fue entonces cuando Kara se volvió a fijar con su visión de rayos X. Seguía viendo perfectamente de esa forma, pero era muy extraño ver sólo así.
Kara dio un portazo y salió a supervelocidad hacia Grandville. Roy Harper abrió la puerta detrás de la chica. Pero ya no estaba.
—Kara... me debes… una explicación —dijo Roy mirando el recipiente con las lentillas.
Bartowsky entró en casa de los Davidson tras una larga espera fuera de la casa. William lo vio al entrar.
—¿No ha vuelto todavía? —preguntó preocupado. Por lo que Julian les había contado, podría tardar en regresar.
—No la he visto —informó Al—. Julian estará afuera vigilando si vuelve. Lo raro es que Silverman no la haya encontrado aún… con esa habilidad que tiene…
—Espero que su nueva idea funcione —dijo Emily.
—Si lo que me han dicho de Willy y las drogas es exactamente lo que ocurrió, debería funcionar —explicó Bartowsky.
—¡William, Emily! —llamó a viva voz Julian desde fuera.

Kara volvió atemorizada a su casa, a lo último casi a tientas, ante la mirada de Julian. Había vuelto a perder incluso la visión de rayos X, poco a poco. Emily le abrió la puerta al instante y vio que la chica andaba con miedo. Rápidamente, Al Bartowsky tomó a la chica por el brazo y la llevó con cuidado hacia el sótano de los Davidson, a donde se dirigió el resto de la familia. Julian también se acercó. La chica estaba desorientada.
—¿Qué pasa? ¿A dónde me trajisteis?
Casi todos bajaron al habitáculo oculto, Willy y Emily se quedaron en la entrada. La nave, tapada por una gran manta, empezó a emitir una luz que relució por todo el cuarto.
Bartowsky observó lo que ocurría. Había llegado a la conclusión de que la nave en que Kara llegó a la Tierra podría curarla. Willy le había dado la razón, recordando que la nave le curó cuando estaba drogado. Bartowsky, al igual que los demás, esperaba acertar.
Kara empezó a recuperar la visión tras cada onda de luz emitida, a medida que algunos tenues rayos procedentes de la nave chocaban contra sus ojos.
—Ya... ya vuelvo a ver —dijo Kara incrédula, dándose cuenta que su nave estaba sanando sus ojos.
—¿Seguro? —dijo Bartowsk suspirando.
—Sí.
Se alegró al comprobar que esta vez se recuperaba por completo y que sentía su más que cómoda inhibición de emociones. Esa libertad le había dejado un mal recuerdo. Cuando todo se hubo normalizado, Kara no pudo hacer más que contestar a las preguntas y explicar qué había pasado
—Kara —intervino Emily en un momento dado—, hace un rato llamó Roy Harper. Quiere saber si estás bien. Ahora entiendo por qué quería saberlo.
—Voy a llamarlo. ¿Puedo?
—No pensarás... contarle... —dijo William.
Kara volvió a asentir.

Música: Boyce Avenue - Tonight

Llegando a su fin la noche, Julian Stanopen se encontraba en la nueva terraza de los Davidson observando la luna. En el cielo aún se podían observar algunas
estrellas, que se podían contar con los dedos de la mano. Kara suspiró al salir de su casa y encontrarse con Julian.
—Lo siento —dijo Kara sentándose a su lado—. Yo...
—No pasa nada. Te perdono —dijo Julian tajante.
—Yo… no espero que me perdones. Estaba como... poseída... No controlaba lo que hacía.
—Pues parecía ser que tenías las cosas muy claras —dijo Julian levantándose y acercándose hacia el portal—. No estabas poseída, Kara, sino desinhibida.
—Julian, estoy harta de disculparme de cosas de las que no tengo la culpa. Mi vida es... complicada. Deberías de entenderlo.
—Kara, cada vez que estamos juntos, cuando pienso que sin ti no soy nada, sucede algo que me dice lo contrario.
Niguno de los dos siguió hablando. Se quedaron ahí, parados y en silencio por un par de minutos, que les parecieron horas. Kara hizo un gesto y Julian creyó
que diría algo, pero de su boca no salió nada y desvió la mirada cuando se encontró con la de él. La chica se sentía horrible por lo que le había hecho y
dicho a su novio, pero peor se sentía de que él no entendiera que había sido algo fuera de su control, que él dudara de la relación que tenían.
—Yo... yo creo que debería entrar —dijo Kara secándose las silenciosas lágrimas que aun tenía en el rostro. No se sentía capaz de seguir ahí.
Kara estaba entrando y Julian abriendo el portal, pero se detuvo.
Julian abrió el portal y se detuvo.
—De todas formas… serías de mucha ayuda si… —hizo una pausa—. Mi hermanastro tiene problemas con unos freaks. Quiero ayudarle. Pensé que podrías...
—Ayudarte —dedujo Kara.
—No. Ayudar a James. No te voy a pedir que me ayudes a mí.
—Está bien —dijo Kara acercándose al portal. Se miraron.
—Mi padre ha encargado unos tickets para un avión que va a Sidney. Mañana. Seremos mi padre, yo... y queda un ticket. A las siete deberíamos estar en el
aeropuerto. Ya nadie sabe dónde demonios está Gabriel, así que no hay... otro modo.
—¿Gabriel?
—Sí. ¿No te fue a buscar a Nueva York?
Kara pensó unos segundos.
—No... creo que no.
—Entonces... mañana al aeropuerto.
—Allí estaré —dijo Kara entrando en su casa.
Julian miró cómo Kara entraba. Entonces, Al Bartowsky se acercó a él.
—¿Todo bien, joven?
—Pues no... Todo mal.
—Vaya... —suspiró Al—. Bueno, míralo por el lado positivo, peor no te puede ir —dijo acercándose más.
—Es que... ha pasado todo muy deprisa, primero la quemada...
—¿Qué quemada? —dijo Al intrigado, al ver que Julian no contestaba siguió él hablando—. ¿La quemada y qué más?
—Pues Roy… intima conmigo y se va con Harper... Parece que lo haga expresamente.
—¡No! ¡No! ¡No! No pienses eso... los impulsos actuaban por ella, si Kara fuera un animal corriente, que por suerte no lo es, actuaría por los impulsos... pero ella puede razonar, y cuando razona está contigo. ¡Está contigo! —el tono de Al asustó a Julian.
—Creía que eras astrónomo... no filósofo.
—Bueno... la profesora de filosofía estaba buena... Julian, fíjate en... lo básico ¿Ha contado a alguien tus poderes?
Después de unos segundos, Julian negó con la cabeza.
—¡Pues ya está! Todo se arreglará —dijo alejándose Al.
—Una cosa Al... ¿Quién te ha contado lo de mis poderes?
—¡Nadie! Es perfecto... ¡Todos tienen poderes! —dijo riéndose a lo que Julian también se rio.
—Ah Julian, te lo digo por mi experiencia. Si una chica quiere acostarse contigo... no le digas nunca que no —se paró a pensar un momento—. Y una cosa más: si un chico que se transporta de un lado a otro en segundos te dice que los acompañes al culo del mundo, no le hagas caso, luego podría desaparecer y tú, a volver andando.
Julian no pudo evitar soltar una risita.
—Me pregunto dónde andará este Silverman —dijo Al entrando en casa de los Davidson.


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elementokr36
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Mensaje por elementokr36 »

Acomodado en la primer pagina :roll:



Bertu
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Mensaje por Bertu »

Entonces os dejo el cartelito de Willy
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Y un wallpaper que hice yo
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melymely
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Mensaje por melymely »

Peazo capi!!!! a tope de hormonas rojas!!! jajajajaj



Bertu
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Ubicación: Roca Casterly

Mensaje por Bertu »

¡Regalo hormonas! Digo ¡Trailer! :smt005 :smt005
2x12 - El vuelo: Kara, Julian y Daniel viajan hasta Sidney para ayudar a James (el hermanastro de Julian). En el aeropuerto, alguien conoce a Kara y decide cambiar de vuelo para entrar en el avión dirección a Sidney


¡Gabriel! —llamó Kara.
—¡Corre, corre, Kara, tienes que correr!
—¿Pero porque? ¿Qué pasa?
Esta se dio la vuelta lentamente hasta quedar de frente a la criatura más horrible que había visto en su vida.
***
"Es como si fuera un espejo" —dijo alguien de los investigadores.
—Y bien —dijo Mannheim mirando a Lionel Luthor que parecía muy satisfecho.
Multikill se volvió a concentrar.
—Y bien —dijo Multikill con la misma voz de Mannheim.
***
—Vuelve por dónde has venido, Bruno.
William subió al coche, lo puso en marcha y se dirigieron a su casa ante la fría mirada de Mannheim.
***
—Kara...
—Voy a salvarte, Julian —dijo Kara haciendo otro impulso.
***
—Ahora pides ayuda a extranjeros, ¿no? —dijo una voz femenina—. Que sepas que no dejaremos que nos moleste nadie más, acabaremos con tus amigos, James Brightside, empezando por la niñata…

GRANDVILLE
Publicación: el siguiente miércoles a las 21:00h hora española


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NwK_08
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Mensaje por NwK_08 »

2x10: "El capitulo en el que me asquee"

¿que es eso de que Dammed pierde su poder de transformarse en otra persona?? :smt017 :smt017 Con el juego que daba!! si ademas asumia los poderes de otros freak de esa manera como paso con Trent!!

Por otro lado...¿Dammed ha muerto? Porque en una frase dice que le atraviesa un brazo metalico, pero luego hay otra frase que me desconcierta:

Multikill había traído vivo ni más ni menos que al legendario y temido Damned

¿Entonces esta vivo todavia??

Con el proyecto MK se pueden transferir poderes de personas vivas ¿o solo de freaks muertos?

¿Entra en los planes de Luthor robarle los poderes a Kara?? :smt017 :smt017 :smt017

No se, me he quedado un poco en shock!! a ver si robandole los poderes Multikill a dammed este recupera los suyos antiguos!!!

Pero por otro lado, me gusta bastante este nuevo personaje, otro mas incluido en la batalla!!

¿porque todos tienen que ir en contra de dammed? Me da penilla... :smt005 :smt005 :smt005

Buen capi en general, aunque me ha dejado con muchas intrigas, y por eso estoy asi de asqueado!! jajajaja



Keidell
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Mensaje por Keidell »

Primero, que Damned era un tipo duro de pelar, Willy, no se lo mata con atravesarlo con un palito... por eso llegó vivo a la Luthor.

Segundo, Damned no emulaba poderes, solo transformaba su cuerpo de forma y estado... y mira que casualidad, cambiar partes del cuerpo en metal como hacía Trent entra dentro de sus posibilidades de imitacion, pero si se tratase de Julian, no podría emular su control del viento.

Espero que no nos odies por matarte :smt005 :smt005 :smt005 :smt005 :smt005 :smt005 :smt005


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