Tierra trágame
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- Smallville
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Tierra trágame
No sé por qué, he soñado ésta noche con mi tío. Vereis, la familia de mi padre era muy extensa. Mi padre tenía ocho hermanos y somos muchísimos primos. Cuando nos reuníamos todos, en alguna celebración familiar, era la leche. Mis tios se "regaban" un poco y entre ellos y mis primos, aquello era empezar a reir y no parar nunca. Yo soy de las pequeñas, de hecho la penúltima, el resto son todos mayores. Y... tenía un tío, que de muy jovencito se fué a "hacer las Américas". No encontraba trabajo aquí y se marchó a Venezuela a vivir. Allí conoció a una mujer Argentina y se quedaron en Caracas a vivir. De vez en cuando venían a Madrid con dólares, y se compraban el Corte Inglés entero .
En uno de esos viajes que hicieron a ver a la familia, se quedaron en mi casa a dormir y yo iba al cole. Era muy pequeña, yo que sé, 7 añitos o algo así. El caso es que yo iba todos los días andando al cole, era más o menos un cuarto de hora de caminata. Pero el ejercicio venía muy bien. Y a mi tío, le gustaba mucho. Me llamaba "su pequeña Cleopatra". Es que mi madre me llevaba con el pelo muy largo y liso, con un flequillo enorme. Y además era muy blanquita de piel. Y a mi tío le llamaba la atención. Ël ya había cogido el moreno típico de los paises sudamericanos. Pero no sólo eso, también hizo suyo el acento venezolano y a mí me encantaba hablar con él por la cantidad de expresiones nativas que había adquirido, y el acento tan gracioso que gastaba. Mi tía era igual, pero con un acento argentino la mar de curioso y un vozarrón que asustaba.
El caso es, que ese día se levantó temprano y quiso llevarme él al colegio. A mí me hizo tanta ilusión que me vestí corriendo con el uniforme, desayuné y salimos sin más por la puerta, rumbo al colegio.
Cuando estábamos en la puerta, que mi tío se estaba despidiendo de mí, empezé a llorar. Me acababa de dar cuenta de que con las prisas y la ilusión de que me acompañara él, había salido de casa en zapatillas. El muy cap***, no me dejó volver a casa a cambiarme. Me dijo que era más importante estudiar que las zapatillas, y que no estaba dispuesto a que perdiera una hora de clase, por una insignificancia como esa.
Joder... que mal día pasé. Toda la mañana, estuvieron mis compañeras riendose de mí. Y yo toda la mañana haciendo gala del peor de mis humores y la peor de mis leches.
No se lo perdoné nunca.
Fijaos como es la cosa, que ésta noche me he acordado de ello.
Cuando vino a buscarme a la salida me dijo: a que no se ha fijado nadie en las zapatillas. Y yo le contesté: sí, si se han fijado tío y lo he pasado muy mal. Ante lo cual, se descojonó vivo y me llevó de vuelta a casa.
Cuando crecí, alguna vez lo hemos vuelto a hablar y cada vez que lo recordabamos, más se reía él. . Qué crueles somos a veces
Y ésto me ha dado la idea de crear éste hilo, para que pongais esas situaciones graciosas en las que habeis hecho el ridículo, y así reirnos todos un rato.
Yo tengo muchas más, para conocerlas sólo teneis que continuar posteando y las iré escribiendo . Así que animaos, que seguro que nos lo vamos a pasar bien.
En uno de esos viajes que hicieron a ver a la familia, se quedaron en mi casa a dormir y yo iba al cole. Era muy pequeña, yo que sé, 7 añitos o algo así. El caso es que yo iba todos los días andando al cole, era más o menos un cuarto de hora de caminata. Pero el ejercicio venía muy bien. Y a mi tío, le gustaba mucho. Me llamaba "su pequeña Cleopatra". Es que mi madre me llevaba con el pelo muy largo y liso, con un flequillo enorme. Y además era muy blanquita de piel. Y a mi tío le llamaba la atención. Ël ya había cogido el moreno típico de los paises sudamericanos. Pero no sólo eso, también hizo suyo el acento venezolano y a mí me encantaba hablar con él por la cantidad de expresiones nativas que había adquirido, y el acento tan gracioso que gastaba. Mi tía era igual, pero con un acento argentino la mar de curioso y un vozarrón que asustaba.
El caso es, que ese día se levantó temprano y quiso llevarme él al colegio. A mí me hizo tanta ilusión que me vestí corriendo con el uniforme, desayuné y salimos sin más por la puerta, rumbo al colegio.
Cuando estábamos en la puerta, que mi tío se estaba despidiendo de mí, empezé a llorar. Me acababa de dar cuenta de que con las prisas y la ilusión de que me acompañara él, había salido de casa en zapatillas. El muy cap***, no me dejó volver a casa a cambiarme. Me dijo que era más importante estudiar que las zapatillas, y que no estaba dispuesto a que perdiera una hora de clase, por una insignificancia como esa.
Joder... que mal día pasé. Toda la mañana, estuvieron mis compañeras riendose de mí. Y yo toda la mañana haciendo gala del peor de mis humores y la peor de mis leches.
No se lo perdoné nunca.
Fijaos como es la cosa, que ésta noche me he acordado de ello.
Cuando vino a buscarme a la salida me dijo: a que no se ha fijado nadie en las zapatillas. Y yo le contesté: sí, si se han fijado tío y lo he pasado muy mal. Ante lo cual, se descojonó vivo y me llevó de vuelta a casa.
Cuando crecí, alguna vez lo hemos vuelto a hablar y cada vez que lo recordabamos, más se reía él. . Qué crueles somos a veces
Y ésto me ha dado la idea de crear éste hilo, para que pongais esas situaciones graciosas en las que habeis hecho el ridículo, y así reirnos todos un rato.
Yo tengo muchas más, para conocerlas sólo teneis que continuar posteando y las iré escribiendo . Así que animaos, que seguro que nos lo vamos a pasar bien.
no me lo creo... Yo me he soñado con eso de que me iva a algún sitio en pijama... pero no sabía que pudiera ocurrir eso de verdad... Y menos aun en zapatillas
Muy buena anksu :P
Yo.. me pensaré qué cosas pude hacer que me pusieran en ridículo.. :P
Por cierto.. teneis fotos de cuando érais pequeños?
Creo un tema con fotos nuestras? Que pillos seremos algunos..
Muy buena anksu :P
Yo.. me pensaré qué cosas pude hacer que me pusieran en ridículo.. :P
Por cierto.. teneis fotos de cuando érais pequeños?
Creo un tema con fotos nuestras? Que pillos seremos algunos..
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ancksu pobre!!!! pero que malo tu tío, no dejarte volver a casa, pues yo me hubiese vuelto corriendo, porque pasar pavura asi, ni loca
ya voy a pensar una historia graciosa y a ver si la pongo, pero ya sé quien tiene muchas historias para deleitarnos: Willy, Willy te llaman!
muy bueno sole lo de las fotos hay varios que serían de recién nomás
ya voy a pensar una historia graciosa y a ver si la pongo, pero ya sé quien tiene muchas historias para deleitarnos: Willy, Willy te llaman!
muy bueno sole lo de las fotos hay varios que serían de recién nomás
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Entre ellas, yolaurakent escribió: muy bueno sole lo de las fotos hay varios que serían de recién nomás
Bueno, aca va una de mis tantas cosas . Érase un bonito 9 de julio de 1996 (creo...) Era un acto del colegio, por ser el Dia de la Independencia. A mi me tocaba bailar en un grupo grande con un compañero de clase. Bailamos, todo bien, el unico problema era que la pollera (falda, por las dudas...) que me habia hecho mi madre me quedaba larga y y algo grande, que sin darme cuenta, con el movimiento del baile se me habia ido bajando. Al terminar, había que bajar del escenario del salon de actos, que por cierto estaba repleto de padres y los demas alumnos, y tenia que bajar 4 escalones. Un fotografo nos sacaba fotos mientras bajabamos. cuando pasamos nosotros, mire a la camara para la fto y al mismo tiempo di un paso.... pisando el borde de la pollera, rodando escalones abajo y arrastrando a mi compañero Encima, no ayudo mucho las risas de todos los padres del colegio.
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Muy buena Elemento . Qué mal lo debiste pasar con todos riéndose
Ale, animaos alguno más y cuento otra anécdota.
Te juro, por mis niños, que es verdad. Palabrita del Niño Jesúsnaked_snake escribió: no me lo creo... Yo me he soñado con eso de que me iva a algún sitio en pijama... pero no sabía que pudiera ocurrir eso de verdad... Y menos aun en zapatillas
Hombre... no sería mala ideanaked_snake escribió:Creo un tema con fotos nuestras? Que pillos seremos algunos..
Ale, animaos alguno más y cuento otra anécdota.
Bueno, os cuento lo que me acaba de pasar hoy mismo hace unas horas...ha sido horrible!!
He cogido el metro con una amiga ya para volver a casa. Pues nada íbamos hablando tranquilamente mientras bajábamos las escaleras mecánicas cuando me he dado cuenta de que mi preciosísima falda larga naranja se me estaba bajando. Como es lógico me la iba a subir disimuladamente cuando me he dado cuenta que se había enganchado a las escaleras mecánicas!!!!
Ahí he empezado una frenética lucha contra las escaleras para intentar desenganchar la falda antes de que llegásemos abajo...pero nada, no he podido...total, la falda estaba por los suelos y yo con mis medias trasparentes en mitad de una abarrotada estación de metro tirando como una loca de la falda para desengancharla. La gente en vez de ayudar se reía!!! Gracias a Dios todo ha acabado cuando mi amiga ha tirado conmigo de la falda y la hemos conseguido desenganchar.
La falda ha quedado rota pero me la he podido poner para volver a mi casa sin seguir luciendo mi cuerpo de cintura para abajo... Enfin..que mal rato...
He cogido el metro con una amiga ya para volver a casa. Pues nada íbamos hablando tranquilamente mientras bajábamos las escaleras mecánicas cuando me he dado cuenta de que mi preciosísima falda larga naranja se me estaba bajando. Como es lógico me la iba a subir disimuladamente cuando me he dado cuenta que se había enganchado a las escaleras mecánicas!!!!
Ahí he empezado una frenética lucha contra las escaleras para intentar desenganchar la falda antes de que llegásemos abajo...pero nada, no he podido...total, la falda estaba por los suelos y yo con mis medias trasparentes en mitad de una abarrotada estación de metro tirando como una loca de la falda para desengancharla. La gente en vez de ayudar se reía!!! Gracias a Dios todo ha acabado cuando mi amiga ha tirado conmigo de la falda y la hemos conseguido desenganchar.
La falda ha quedado rota pero me la he podido poner para volver a mi casa sin seguir luciendo mi cuerpo de cintura para abajo... Enfin..que mal rato...
¡Pues debe ser el mal de todas las chicas!
Yo estaba un día en el recreo de comedor en el colegio. Debía de tener unos 13 años. Teníamos clase por la tarde también, así es que después de comer teníamos como cerca de una hora hasta que volvíamos a entrar a clase y usábamos uniforme.
Así es que, mientras tanto, nos dedicábamos a jugar un rato. Uno de los juegos a los que jugábamos se llamaba "Maldita zorra". Es como una especie de pilla pilla, en el que el que se la queda (la "zorra") tiene que conseguir pillarnos con las manos agarradas, sin soltárselas. Conforme va pillando a la gente, tienen que quedársela con él y pillar a los demás, siempre cogidos de la mano, no se pueden soltar. Si se sueltan, los demás salimos corriendo detrás de ellos pegándoles hasta que lleguen a su "Casa", en la que no podemos tocarles.
La "casa de la zorra" es una zona delimitada y también sirve para que los demás podamos descansar en ella, con la condición de estar en este sitio a la pata coja. Si mientras que descansamos, la "zorra" vuelve y consigue ponernos el pie en el suelo, nos la tenemos que quedar con ella. Los que están fuera, pueden también ayudarnos a intentar salir, siempre desde fuera del límite sin pisarlo.
Así es que una de esas tardes, empezamos a jugar. Llegó un momento en el que me cansé, así es que me fui a descansar a la "Casa de la zorra". En un momento dado me despisté y el que se la quedaba llegó (una "amiga" mía que se llamaba Vane). Así es que intentó bajarme el pie al mismo tiempo los que había fuera me habían cogido de la mano intentándome sacar de allí.
Vane se emocionó y para obligarme a quedarme me cogió de un lado de la falda. Los demás se emocionaron y me cogieron del otro lado de la falda. No me dio tiempo más que a un: "¡No me cojáis de ahí que se va a...!"
Sólo oí un "¡RASSSSSS!". Lo siguiente fue mirar a Vane al lado mía con la falda entera colgando de la mano mirándola con cara perpleja. Yo en bragas en mitad del patio y en lugar de dármela corriendo la miró... ¡y la lanzó a mitad del patio! (¡Será...! ).
El caso es que lo único que pude hacer es bajarme como pude el jersey con las dos manos y salir corriendo a recuperarla al estilo "pingüino". ¡Ni qué decir tiene que el patio estaba lleno e hice el "numerito del desfile en ropa interior" para todos los allí asistentes!
¡Qué vergüenza pasé, madre!
Yo estaba un día en el recreo de comedor en el colegio. Debía de tener unos 13 años. Teníamos clase por la tarde también, así es que después de comer teníamos como cerca de una hora hasta que volvíamos a entrar a clase y usábamos uniforme.
Así es que, mientras tanto, nos dedicábamos a jugar un rato. Uno de los juegos a los que jugábamos se llamaba "Maldita zorra". Es como una especie de pilla pilla, en el que el que se la queda (la "zorra") tiene que conseguir pillarnos con las manos agarradas, sin soltárselas. Conforme va pillando a la gente, tienen que quedársela con él y pillar a los demás, siempre cogidos de la mano, no se pueden soltar. Si se sueltan, los demás salimos corriendo detrás de ellos pegándoles hasta que lleguen a su "Casa", en la que no podemos tocarles.
La "casa de la zorra" es una zona delimitada y también sirve para que los demás podamos descansar en ella, con la condición de estar en este sitio a la pata coja. Si mientras que descansamos, la "zorra" vuelve y consigue ponernos el pie en el suelo, nos la tenemos que quedar con ella. Los que están fuera, pueden también ayudarnos a intentar salir, siempre desde fuera del límite sin pisarlo.
Así es que una de esas tardes, empezamos a jugar. Llegó un momento en el que me cansé, así es que me fui a descansar a la "Casa de la zorra". En un momento dado me despisté y el que se la quedaba llegó (una "amiga" mía que se llamaba Vane). Así es que intentó bajarme el pie al mismo tiempo los que había fuera me habían cogido de la mano intentándome sacar de allí.
Vane se emocionó y para obligarme a quedarme me cogió de un lado de la falda. Los demás se emocionaron y me cogieron del otro lado de la falda. No me dio tiempo más que a un: "¡No me cojáis de ahí que se va a...!"
Sólo oí un "¡RASSSSSS!". Lo siguiente fue mirar a Vane al lado mía con la falda entera colgando de la mano mirándola con cara perpleja. Yo en bragas en mitad del patio y en lugar de dármela corriendo la miró... ¡y la lanzó a mitad del patio! (¡Será...! ).
El caso es que lo único que pude hacer es bajarme como pude el jersey con las dos manos y salir corriendo a recuperarla al estilo "pingüino". ¡Ni qué decir tiene que el patio estaba lleno e hice el "numerito del desfile en ropa interior" para todos los allí asistentes!
¡Qué vergüenza pasé, madre!
¡¡¡¡AY, OMÁ QUÉ CALORES!!!! ¡Gracias por tu regalo, Nitta!
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- Smallville
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Muy bueno Nuri-nuri y Shelby Yo nunca me he quedado en pelotas en medio de la calle, pero me habeis recordado otra situación en la que hice el ridículo
Allá voy... a ver si sale gracioso que hoy tengo mal día
Andábamos por aquel entonces en los 80. Yo era una niña de unos 14 añitos. ¿Dónde estarán? . Y de repente empecé a notar un dolor fuerte localizado en el lado derecho del abdómen. Muy cerca de la ingle. Y mi madre dijo: zas!!!... apendicitis; (no os lo he dicho, pero heredé de mi madre un sexto sentido y cierto Don para la brujería, la mar de útil). Y me llevó al cirujano. Éste me dijo que me tumbara en la camilla. Era un individuo de unos cincuentaitantos años y unos 200 kilos , más o menos y sin exagerar .
Puso una mano sobre la otra y juntó los diez dedos y sin previo aviso, presionó la zona donde se halla localizado el apéndice y ejerció todo el peso de su cuerpo, sobre ese punto concreto.
Yo por aquel entonces hacía karate y mis reflejos eran buenísimos. Siempre que había combate, me tocaba con el profesor y si no tenías buenos relejos, te calzaba unas hostias monumentales en el costado o en la boca del estómago. Era un capullete encantador .
Me hizo tantísimo daño, el cirujano, que le solté un kate descomunal. Os juro que lo hice sin pensar, fue un acto reflejo. Pero estaba entrenada para ello y no pude evitar el soberano puñetazo que le metí en el hombro izquierdo. No sé si habeis practicado éste deporte alguna vez o si, en alguna ocasión alguien os ha dado un puñetazo en el lateral del hombro. Pero el efecto inmediato es que se te adormece y agarrota el brazo entero del dolor que le proporcionas al contrario. Tal es así que te quedas sin poder moverlo, el brazo, durante un ratito
Y ahí empezó la odisea de mi operación de apendicitis. El cirujano dijo que no corría prisa excesiva, pero que había que operar cuanto antes, para evitar una posible peritonitis (todo esto con el brazo izquierdo extendido a lo largo de su cuerpo y sin poder moverlo) . Mi madre estaba toda roja y no paraba de pedirle perdón al médico, por la hostia que acababa de calzarle. Cuando salimos de la consulta, mi madre me echó una bronca monumental. . "Es que me ha hecho muchísimo daño", le contesté yo. Pero no por ello, dejó de regañarme
Llegó el día de la operación y en el hospital que eligió el médico, las enfermeras eran monjas. Apareció una monja, vestida como tal, de unos 100 a 150 años de edad. Y me dijo que venía a rasurarme . Sí, habeis acertado... "esa" zona concreta . Así que allí me veríais tumbada en la cama, con la cuña debajo del culo y la monja con una maquinilla de afeitar en las manos .
Joder... joder... joder... no le rebané el cuello de puro milagro. Y... hablando de todo un poco, no veais como pican los pelos luego... cuando crecen . Por eso uso siempre la cera . En fin que se me desparrama la neurona . El caso es que cuando terminó me dijo que me desnudara por completo y me metiera en la cama, que enseguida vendría un celador a buscarme para llevarme al quirófano.
Cuando el celador me llevó hasta el quirófano comenzó la árdua tarea de abandonar la cama y colocarse en la fría mesa de operaciones. Y aquí empezó otro problema, porque yo estaba en pelotas y allí estaban, el celador, el cirujano, el ayudante, el enfermero, el anestesista y la enfermera. Yo pensé, que me dejen drogá primero que estoy en pelotas. Y como no me decidía a cambiar yo sóla a la camilla, llegó un enfermero me quitó la sábana que me cubría y me cogió en brazos para trasladarme a la camilla. . Y encima el enfermero estaba como un queso .
Allí apareció, a mi izquierda, el anestesista que me dijo que me iba a coger una vía e inyectarme la anestesia y que poco a poco me dormiría. Y yo pensé, ya te estás tardando capullo... joder... que estoy en pelotas. Y de repente mi mirada se cruzó con la de la enfermera. Yo digo muchas cosas con la mirada y debí poner tal cara, que vino corriendo en mi ayuda y me tapó con una sabanita que me tapaba el pecho y el pubis. Y recuerdo que pensé... ufff.... gracias a Dios. Mientras tanto, el anestesista ya me había puesto la vía e inyectado la anestesia y me quedé inconsciente en décimas de segundo.
Y ahí acabó el mal trago de la operación,que en ningún momento versó sobre el miedo a la intervención en sí. Sino al ridículo que sentía desnuda ante tanto hombre
Una vez que terminó la operación y me desperté, el dolor que sentía era tal que me daba exáctamente igual que el orondo celador, me volviese a coger en brazos desnuda y me trasladara a la cama de hospital
Ale... ya podeis reiros
Contadme alguna más y os contaré más. Tengo muchas más
Allá voy... a ver si sale gracioso que hoy tengo mal día
Andábamos por aquel entonces en los 80. Yo era una niña de unos 14 añitos. ¿Dónde estarán? . Y de repente empecé a notar un dolor fuerte localizado en el lado derecho del abdómen. Muy cerca de la ingle. Y mi madre dijo: zas!!!... apendicitis; (no os lo he dicho, pero heredé de mi madre un sexto sentido y cierto Don para la brujería, la mar de útil). Y me llevó al cirujano. Éste me dijo que me tumbara en la camilla. Era un individuo de unos cincuentaitantos años y unos 200 kilos , más o menos y sin exagerar .
Puso una mano sobre la otra y juntó los diez dedos y sin previo aviso, presionó la zona donde se halla localizado el apéndice y ejerció todo el peso de su cuerpo, sobre ese punto concreto.
Yo por aquel entonces hacía karate y mis reflejos eran buenísimos. Siempre que había combate, me tocaba con el profesor y si no tenías buenos relejos, te calzaba unas hostias monumentales en el costado o en la boca del estómago. Era un capullete encantador .
Me hizo tantísimo daño, el cirujano, que le solté un kate descomunal. Os juro que lo hice sin pensar, fue un acto reflejo. Pero estaba entrenada para ello y no pude evitar el soberano puñetazo que le metí en el hombro izquierdo. No sé si habeis practicado éste deporte alguna vez o si, en alguna ocasión alguien os ha dado un puñetazo en el lateral del hombro. Pero el efecto inmediato es que se te adormece y agarrota el brazo entero del dolor que le proporcionas al contrario. Tal es así que te quedas sin poder moverlo, el brazo, durante un ratito
Y ahí empezó la odisea de mi operación de apendicitis. El cirujano dijo que no corría prisa excesiva, pero que había que operar cuanto antes, para evitar una posible peritonitis (todo esto con el brazo izquierdo extendido a lo largo de su cuerpo y sin poder moverlo) . Mi madre estaba toda roja y no paraba de pedirle perdón al médico, por la hostia que acababa de calzarle. Cuando salimos de la consulta, mi madre me echó una bronca monumental. . "Es que me ha hecho muchísimo daño", le contesté yo. Pero no por ello, dejó de regañarme
Llegó el día de la operación y en el hospital que eligió el médico, las enfermeras eran monjas. Apareció una monja, vestida como tal, de unos 100 a 150 años de edad. Y me dijo que venía a rasurarme . Sí, habeis acertado... "esa" zona concreta . Así que allí me veríais tumbada en la cama, con la cuña debajo del culo y la monja con una maquinilla de afeitar en las manos .
Joder... joder... joder... no le rebané el cuello de puro milagro. Y... hablando de todo un poco, no veais como pican los pelos luego... cuando crecen . Por eso uso siempre la cera . En fin que se me desparrama la neurona . El caso es que cuando terminó me dijo que me desnudara por completo y me metiera en la cama, que enseguida vendría un celador a buscarme para llevarme al quirófano.
Cuando el celador me llevó hasta el quirófano comenzó la árdua tarea de abandonar la cama y colocarse en la fría mesa de operaciones. Y aquí empezó otro problema, porque yo estaba en pelotas y allí estaban, el celador, el cirujano, el ayudante, el enfermero, el anestesista y la enfermera. Yo pensé, que me dejen drogá primero que estoy en pelotas. Y como no me decidía a cambiar yo sóla a la camilla, llegó un enfermero me quitó la sábana que me cubría y me cogió en brazos para trasladarme a la camilla. . Y encima el enfermero estaba como un queso .
Allí apareció, a mi izquierda, el anestesista que me dijo que me iba a coger una vía e inyectarme la anestesia y que poco a poco me dormiría. Y yo pensé, ya te estás tardando capullo... joder... que estoy en pelotas. Y de repente mi mirada se cruzó con la de la enfermera. Yo digo muchas cosas con la mirada y debí poner tal cara, que vino corriendo en mi ayuda y me tapó con una sabanita que me tapaba el pecho y el pubis. Y recuerdo que pensé... ufff.... gracias a Dios. Mientras tanto, el anestesista ya me había puesto la vía e inyectado la anestesia y me quedé inconsciente en décimas de segundo.
Y ahí acabó el mal trago de la operación,que en ningún momento versó sobre el miedo a la intervención en sí. Sino al ridículo que sentía desnuda ante tanto hombre
Una vez que terminó la operación y me desperté, el dolor que sentía era tal que me daba exáctamente igual que el orondo celador, me volviese a coger en brazos desnuda y me trasladara a la cama de hospital
Ale... ya podeis reiros
Contadme alguna más y os contaré más. Tengo muchas más
Eso me ha recordado mi historia con el dentista de la familia
Yo tenia unos 8-9 años y por desgracia mis dientes de leche tenian unas enormes raices y no se caigan ni a golpes por lo que me salian los dientes definitivos por detras y el dentista tenia que sacarme los de leche.
Mi abuelo tenia un amigo dentista al que apodaban el "cojo" y claro me llevaron alli para sacarme mi primer diente.
Cuando llegué alli me pareció la consulta del dentista de la pelicula la tienda de los horrores. Me hizó muchisimo daño,asi que salí traumatizada.
2-3 meses despues otro diente empezaba a salir y por supuesto me tocaba ir a mi "amigo" el "cojo" para que me sacara el puñetero diente de leche.
Cuando me iba a poner la anestesia di un brinco y el pobre se clavó la aguja en la mano con la que me sujetaba la cabeza. Mi madre no sabia como pedirle perdón .
No volví a ir a su consulta. ya que mi madre le daba verguenza volver a llevarme alli,asi que tuvieron que elegir otro dentista valiente que me quitara los dientes.
Yo tenia unos 8-9 años y por desgracia mis dientes de leche tenian unas enormes raices y no se caigan ni a golpes por lo que me salian los dientes definitivos por detras y el dentista tenia que sacarme los de leche.
Mi abuelo tenia un amigo dentista al que apodaban el "cojo" y claro me llevaron alli para sacarme mi primer diente.
Cuando llegué alli me pareció la consulta del dentista de la pelicula la tienda de los horrores. Me hizó muchisimo daño,asi que salí traumatizada.
2-3 meses despues otro diente empezaba a salir y por supuesto me tocaba ir a mi "amigo" el "cojo" para que me sacara el puñetero diente de leche.
Cuando me iba a poner la anestesia di un brinco y el pobre se clavó la aguja en la mano con la que me sujetaba la cabeza. Mi madre no sabia como pedirle perdón .
No volví a ir a su consulta. ya que mi madre le daba verguenza volver a llevarme alli,asi que tuvieron que elegir otro dentista valiente que me quitara los dientes.