En busca de la verdad, Chloe Sullivan. [FanFic]

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--[Sacred-Kripton]--
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En busca de la verdad, Chloe Sullivan. [FanFic]

Mensaje por --[Sacred-Kripton]-- »

Hola huesarianos. :smt006 Pues nada, ayer en mis ratos libres estuve pensando un poco en la trayectoria de Chloe Sullivan como estudiante de periodismo y se me ocurrió que sería divertido escribir alguna historieta acerca de este personaje en relación a todo lo que es el Daily Planet, investigaciones y demás acontecimientos que se dan en la serie. Eso si, redactadas desde un toque mas personal y que no es fiel a la historia original de Smallville aunque por lo general, se intenta jejeje. :smt001

Pues nada, aquí os dejo el primer (y espero que no último) capítulo de "En busca de la Verdad, Chloe Sullivan." :smt006

P.D: Pensé en meter este post en el subforo de Chloe Sullivan pero si no me equivoco va dirigido a la actriz: Allison Mack, por eso pensé que sería mas apropiado meterlo en el subforo de Chlark. :smt002

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· Intro En busca de la verdad Chloe Sullivan

http://www.youtube.com/watch?v=WM9yuB3jLS4

· Personajes

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· Personajes Invitados

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1x01 Destino || Fecha de emisión: 10-02-07
Todo reportero tiene un comienzo, y el mío está apunto de comenzar.
A la mayoría de los estudiantes que acaban el instituto la primera duda que les asalta es ¿Qué será de mí a partir de ahora? Bueno, en mi caso no fue tan difícil decidirme, es más…no recuerdo nunca haberme decidido. Desde siempre mi pasión ha sido el periodismo y mentiría si os dijese que es cosa de familia ya que mi padre trabaja en una fábrica y mi madre…mejor no decir nada.
Centrándonos en el tema, desde pequeña siempre he querido conocer la verdad, y cuando digo la verdad a veces hasta exagero ya que la curiosidad siempre ha llamado a mi puerta, desde que jugaba en el parvulario con los demás niños intentando saber por qué motivo mi profesora siempre venía tan arreglada los días que tenía reunión con el director hasta el instituto desvelando pequeños misterios de por qué las animadoras tenían tanto control sobre algunos chicos o algunos de los innumerables casos de “freaks” en Smallville afectados por la lluvia de meteoritos.
Pero tarde o temprano todo llega a su fin y la vida en el instituto llegó a un punto y aparte.
Metrópolis, una de las grandes ciudades del estado de Kansas; es el principal escenario de mi primera y verdadera aventura a solas: El Daily Planet.
Ser la directora de “La Antorcha” no supuso tanto esfuerzo a la hora de hacerse con el puesto, para muchos era solo un periódico estudiantil, pero para mi significó mucho mas que eso, era lo más cerca que podía estar de alcanzar mi sueño. Es obvio que no puedo pretender ser la directora del Daily Planet, de hecho... no es quiera serlo pero, conformarme aunque sea con ser “la chica de los cafés” sería para mi una victoria.

Con los nervios a flor de piel me dirijo a la entrada principal del periódico, no es la primera vez que he estado aquí pero la respiración se me corta cada vez que veo sus grandes puertas giratorias y su enorme y elegante edificio con innumerables plantas.
Nada más entrar, una recepción aguarda al fondo con una recepcionista que parece ser más un radar humano que una humana en sí salvo por su imparable boca que no deja de pronuciar frases tajantes como “llama en otro momento”, “no nos interesa” o “¿tienes idea a donde llamas?”. No sólo le bastaba con tener el auricular enganchado a la cabeza sino que miles de teléfonos suenan a su alrededor deseando ser descolgados, muchos con citas, ofertas de trabajo, noticias de última hora, llamadas de desconocidos o quién sabe, algún ligue que tenga la recepcionista suelto por ahí.

Unos metros más a la izquierda, aguarda uno de los ascensores que no para de hacer “Tlin” y dejar de moverse a lo largo de las más de 30 plantas del edificio. Tras ver como se abre la puerta y decidir entrar en él, la primera vista con la que te encuentras es con la de “miles” de periodistas, repartidores y demás personal cuchicheando, pegando voces o bebiéndose un café a toda prisa. Tras coger hueco, el ascensor empieza a moverse y tras el intento de pulsar el botón del piso 36, manos por todos lados pulsan otros niveles convirtiendo al ascensor en un autobús que se recorre medio Kansas donde deja y recoge “pasajeros”.
Tras el agobiante minuto en ascensor, me encuentro en el piso 36, una gran puerta al fondo señala el despacho de la directora: Pauline Kanh.

Continuará...
1x02 Espina Dorsal || Fecha de emisión: 10-02-07
Pauline Kahn, todo un personaje: una de las mejores reporteras de Metrópolis, directora del Daily Planet, objetiva, clara, concisa y con un humor muy típico de los “jefazos”.
La verdad es que me sorprendió mucho su llamada, no me esperaba para nada que en medio del inicio universitario me llamase un secretario buscando según palabras textuales “a la estudiante de Kansas que consiguió tener su propia columna”.
En ese preciso instante lo primero que se me vino a la cabeza fue Lionel Luthor. Es cierto que sin él no hubiese conseguido esa tan ansiada columna en uno de los periódicos más prestigiosos del mundo pero a estas alturas, me arrepiento de que hubiese sido un Luthor el cerrajero que guardase mi llave a la puerta de la felicidad.

La directora Kahn vestía traje de chaqueta color azul marino y una falda hasta las rodillas de color caqui. No llegaba a verle los zapatos que llevaba ya que estaba postrada en su enorme mesa pero intuía a kilómetros que ella y la moda no iban de la mano a todas partes. Se notaba que era una currante en toda serie, y eso lo intuí por las dosis de café que había tomado desde comienzos de la mañana (eran tan sólo las 10:00h) además su peculiar dentadura mostraba un tono amarillento que me recordaba a la dentadura de mi antiguo profesor de historia en el instituto, aunque en su caso no es que bebiese mucho café, mas bien su mujer no debía de incluir en la lista de la compra “dentífrico para caballos”.

Lo primero que hizo Pauline Kanh fue hacerme un escáner completo de arriba abajo hasta que clavó sus ojos en los míos. Se percató al momento del nerviosismo que llevaba encima, mis pupilas no cesaban el movimiento y tras un leve movimiento de ceja por su parte, me pidió que tomase asiento.
Tras colocarse unas gafas de aspecto amañado y revisar mi historial no pude evitar la duda y pasé a la acción:

C.Sullivan: Perdone la pregunta señora Kahn pero…¿ por qué estoy aquí?
P. Kahn: Mmm…Quería conocer a la estudiante de la capital de los meteoritos que consiguió hacerse con una columna en el Daily Planet. La verdad es que no entiendo como mi antiguo predecesor pudo contratar a una chica aficionada al periodismo a cambio de un cheque sellado por Lionel Luthor. Curioso ¿no?
C.Sullivan: Usted misma lo ha dicho: el dinero. No es que tenga interés en pedirle de nuevo la columna que en su día tuve pero me conformaría con cualquier cosa en el periódico señora Kahn.
P.Kahn: No te precipites Sullivan, retomemos tu paso por el periódico, bien…veamos, tras tu llegada al Daily Planet y tras tener tu columna durante unos meses…algo inesperado ocurrió y fuiste despedida y no precisamente por hacer mal tu trabajo; algo debiste hacerle a Lionel Luthor que le cabreó mucho…recuerdo que el día que te despidieron hubo tarta.

La directora Kahn puso una expresión de deseo recordando esa tarta, daba la impresión de que no había desayunado en toda la mañana o quizás realmente, esa tarta estuvo deliciosa en su momento.
Me tenía entre la espada y la pared, en ese momento me sentí un simple patrimonio de la Luthor que terminó siendo desechado. Aún recuerdo el día en que mi sueño en el Daily Planet llegó a su fin, fue duro…y sabía que algún día esto tendría que acabar sabiendo que detrás estaba Lionel.
No podía permitir que la conversación acabase así, estaba dispuesta a hacer lo que fuese por conseguir trabajo en el Daily Planet.

C.Sullivan: Escuche señora Kahn, vale que mi paso por aquí no haya sido fascinante que digamos pero todo el mundo algún día debió empezar por alguna parte, y usted también. Yo solo quiero una oportunidad, una de verdad.

Le había dado donde más duele. Todo el mundo sabe que cualquier periodista algún día tuvo que empezar a trabajar en los surburios sudando la gota gorda. Estaba dispuesta a pasar por ello, y no podía permitir que me diesen una patada en el culo sin manifestarme antes.

P.Kahn: Es cierto, todos empezamos por alguna parte. A mi me movió hasta aquí mi espina dorsal, ¡dígame Sullivan! ¿Tiene usted espina dorsal?
C.Sullivan: ¡¡Por supuesto!!
P.Kahn: Bien, ¿quieres una oportunidad?

Había escuchado las palabras que quería, pero aún no cantes victoria Chloe, sólo ha preguntado en tono desafiante, ¿estoy a punto de tener la oportunidad de enfrentarme al batallón de criticas de Pauline Kahn? ¿O simplemente hará el típico comentario de “Si quieres una oportunidad prueba en las Páginas Amarillas”?
Estaba nerviosa, tenía el pulso a cien por hora y mis ojos y oídos actuaban por si solos.

P.Kahn: …empieza por traerme una historia. Un reportero de investigación de verdad es lo que hace antes de ponerse el sello del Daily Planet.

Estaba alucinada, no podía creérmelo pero, no tarde en aceptarlo. Tenía una oportunidad, sin cheques de por medio, ni dinero Luthor al acecho. Tenía que conseguir una historia, y estaba dispuesta a hacerlo.

Continuará...
1x03 Búsqueda || Fecha de emisión: 10-02-07
Al llegar a la residencia lo primero que hice fue encender el PC, estaba eufórica, seguía sin creerme que tenía una oportunidad para trabajar en el Daily Planet.
Busque en Internet noticias de interés e incluso busqué en archivos antiguos del Muro de las Rarezas que guardaba en una caja que me había traído hasta la residencia pero de nada servía ya que pensándolo bien, esas historias eran propiedad de La Antorcha. Un buen reportero no escribía historias ya plasmadas en otro periódico.
Contacté con algunos amigos de Smallville para saber si tenían algo pero nada. Todo parecía normal. Aunque suene extraño, hecho mucho de menos Smallville, tantas cosas vividas en ese pequeño pueblo lo convertía en algo especial.
Decidí parar la búsqueda y relajarme, necesitaba pensar en algo a pesar de que daba la impresión de que todo suceso interesante se escondía de mis preguntas.

Pasaron uno, dos y tres días: nada. Con las clases y mi traslado a Metrópolis era como si los días pasaran volando, ni siquiera las noches de insomnio fueron suficientes para encontrar algo, eso sin mencionar la tortura de tener que escuchar a mi compañera de piso roncando, alguien debería enseñarle a respirar más por la nariz.

Cuarto día y nada interesante que captase mi atención hasta que me entero de casualidad de algo bastante inesperado. Mientras iba por los pasillos del campus, tres chicas que mas bien parecían Barbies hablaban de una Hermandad próxima a la universidad. Hablaban con tanto entusiasmo que era difícil creerlo. Cualquier estudiante a lo último que quiere llegar es a tener que estar viviendo en una hermandad durante sus estudios y tener que estar antes de las 12 en casa como si de Cenicientas se tratasen.

Entonces pensé que debía intentarlo, nunca hay que dejarse llevar por las apariencias así que me puse a ello.
Tras merodear un poco por el “San Google” di con lo que buscaba aunque a simple vista no llamó mi atención. Una hermandad cerca del campus de Metrópolis conocida como Tri Psi Sorority, una bonita mansión donde según se cuenta viven solo chicas universitarias que estudian en Metrópolis. Hasta ahí todo normal, pero tras revisar los archivos de sus integrantes y fijarme en las fechas, resulta que hasta mi abuela podría estar ahí disfrazada de chica modelo. La mayoría de sus integrantes llevaban años en esa hermandad y no han salido nunca.
La responsable es una Barbie más, Buffy Sanders, también estudiante de Metrópolis. Tenía que dar en el clavo y para ello nada mejor que revisar un poco su historial.
Buffy Sanders, antiguamente vivía en Smallville y según se cuenta, sufrió un ataque de murciélagos en una de las cuevas de las afueras del pueblo. La cosa va tomando forma, ya solo faltaba coger al toro por los cuernos.

Llegó un momento en el que me percate de algo: Lana Lang, mi mejor amiga había ido a esa hermandad días antes buscando sitio a falta de hueco en la residencia y cuando digo días son tres. Ayer por la mañana me la encontré tirada en mi cama, según me contó estaba de resaca debido a una fiesta que tuvo la noche anterior.

El caso es, en el caso de que Lana hubiese sido admitida en la hermandad con toda normalidad me hubiese avisado pero…¡¡no lo ha hecho!! No dudé un segundo y tras dar con un cartel que anunciaba una fiesta de disfraces esa misma noche en la hermandad Tri Psi me encamino con mi amigo Clark hasta el palacio de la silicona y el gloss.
Tras infiltrarnos en la fiesta, me percato de algo: Lana Lang bailando con un tío que parece más bien un perro en celo que toqueteaba a su acompañante y viceversa. En ese preciso instante todo tiene sentido, Lana Lang en toda su gloria y con su disfraz de gatita, mostraba unos grandes y afilados colmillos que sin lugar a duda, corroboraba que se trataba de algo relacionado con el incidente de Buffy Sanders en la cueva.

De pronto, veo como esos colmillos se abalanzan a mi cuello y me encuentro con una herida enorme sangrante que hace que mi vista y mi mente se nuble por completo.

Continuará…
1x04 Rabia || Fecha de emisión: 11-02-07
Un cierto olor a plástico muy peculiar de los hospitales hizo que me despertará. Estaba postrada en una cama y vestida con un pijama de papel además de aturdida. No tardé en recuperar la conciencia tras sentir un fuerte pinchazo en el cuello.
Tras verme reflejada en un espejo contiguo a la cama pude ver dos marcas tan grandes como cráteres dibujadas en mi cuello.
¡Lana! Pensé, en ese momento recordé que había sido mordida por mi mejor amiga. Un consejo que os doy es que nunca te enfrentes a una vampira cuando tenga hambre, aunque sea tu mejor amiga.
Eran las 03:36 de la madrugada. Un médico se acercó a mi camilla, parecía nervioso y le temblaba el pulso. Me preguntó que es lo que me había pasado y me limité a contestarle que había sido mordida.
El doctor se me quedó mirando hasta que irrumpió en la puerta un Clark cansado con unas ojeras que le llegaban hasta las mejillas, sin mencionar la marca de pintalabios en el cachete izquierdo.
El doctor nos dejó a solas y Clark me dedicó una sonrisa, parecía alegrarse tras verme despierta.

Lo cierto es que pasé cerca de 16 horas en una cama sin saber que había sido de esas vampiresas y de Lana. Fueron las 16 horas mas largas de mi vida a causa de la intriga y de los constantes pinchazos que me hacía sentir la prueba del crimen de la nueva Vampirella.
Con la ayuda de un suero traído de la Luthor y observaciones del doctor pude salir del hospital deseando resolver el caso.

Pues si, al parecer Luthor había proporcionado el suero para curar la mordida producida por una rabia según me había informado el doctor. No hacía falta pensar nada, próximo destino: la mansión Luthor.
Allí estaba mi calvo “favorito”, Lex Luthor, un hombre rico y capaz de hacer cualquier cosa con tal de tener poder.

L.Luthor: Me alegra verte Chloe ¿que tal la herida?
C.Sullivan: Recuperándome a base de gasas y esparadrapo, sin olvidarnos del milagroso suero que proporcionaste al hospital Lex. Dime, ¿es una corazonada mía o no tienes ni idea del caso “Buffy la Vampira”?
L.Luthor: He estado hablando con Clark, parece que Lana está infectada por el virus de la rabia que le ha transmitido Buffy Sunders. Hace 6 años fue atacada por una oleada de vampiros en unas cuevas cercanas a Smallville. Al parecer, los vampiros bebían un agua que almacenaban restos de meteoritos en la profundidad lo cuál hizo que Buffy…
C.Sullivan: …se convirtiese en toda una vampira ¿no es así? Y si no me equivoco ¿entonces Lana fue infectada por Buffy tras una mordedura o algo así?
L.Luthor: Así es, solo que más que una mordedura fue un rito donde la sangre era la principal protagonista.
C.Sullivan: ¡Vaya! Lástima que Lana no recordase el rito, me vería muy sexy con una dentadura afilada (Ironía).

Tenía la historia, ahora solo faltaba transcribirla. Tras una visita al hospital para ver como estaba Lana y comprobar que sus colmillos desaparecían tras la inyección del mismo suero que me administraron horas antes decido visitar la Hermandad.
Según la policía de Metrópolis habían organizado una redada para capturar como si de mariposas se tratasen al batallón Barbie para llevarlas a Luthorcorp donde les administrarían también el milagroso suero desarrollado por los científicos de Lex.
Pensándolo bien, no me extraña nada que un Luthor estuviese detrás de esto ¿ Me pregunto que pensará de todo esto Kahn cuando lea el apellido Luthor en mitad del reportaje?
Tras unas horas de recopilación de datos y de comprobar detalles de último hora, mi impresora estaba sacando a la luz mi primera historia para el Daily Planet. No sabéis el gusto que da ver como acabas un trabajo mientras disfrutas de un café mañanero, eso sí…siempre hay alguna aguafiestas interrumpiendo con su voz de pito y parloteando frases como “Son las 7 de la mañana, dile a tu trasto que deje de sonar o llamaré a los encargados de la residencia”.

10:00am, Daily Planet, piso 36. El despacho de Pauline Kahn esperaba mi artículo. Tras cruzar la puerta y volver a encontrarme con la vendedora de billetes rumbo al país de la felicidad de Chloe Sullivan dejo sobre la mesa con paso triunfante una carpeta de nombre “La hermandad de vampiras muerde el polvo”.
En ese momento Pauline toma en sus manos el artículo y mientras lo lee con sus gafas de Mary Popins empieza a murmurar y a soltar algún que otro suspiro.

P.Kanh: ¿Vampiras? Sullivan, la puerta del Inquisitor está a dos o tres manzanas del Daily Planet.
C.Sullivan: Espere señora Kahn, esta historia es cierta, ahí tiene toda la documentación que certifica que es verdad, esas chicas fueron afectadas por un virus parecido a la rabia que provocaba en ellas un insitito de vampiras creándoles colmillos caníbales además de tener aversión a la luz.
P.Kahn: Hum…
C.Sullivan ¿Hum? ¿Es un “hum” bueno o malo?
P.Kahn: Verás Sullivan, esto no es un periódico sensacionalista pero está claro que tienes talento escribiendo. Estas admitida pero a partir de ahora recuerda que dejas atrás tu periódico de instituto donde no hay historias de vampiras sedientas de sangre ni tendrás a alguien que sostenga tu columna.
C.Sullivan: ¿En serio?

Estaba emocionada, tenía ganas de darle un abrazo pero sabía que no debía hacerlo a menos que quisiera escuchar las voces estridentes que minutos antes le había soltado a uno de sus reporteros.
Sabía que tendría que empezar de cero y a pesar de que no parece muy atrayente, mi primer trabajo en el Daily Planet se sitúa en el sótano. Un gran almacén lleno de mesas, repartidores y gente atendiendo llamadas de teléfono o buscando lápiz y papel para apuntar las órdenes de sus superiores.
Había dado el primer paso importante, estaba dentro del Daily Planet y no podía estar más contenta aún sabiendo que Kahn no publicaría mi artículo.
Tras soltar mi caja a tope de material de oficina, siento como entro en un mundo donde los sueños van tomando forma y un sin fin de sensaciones surgen en mi mente.
Ahora es el momento Chloe. ¿lista para conocer los surburios de uno de los periódicos más prestigiosos del mundo?

Continuará…
1x05 Zero Consecuencias || Fecha de emisión: 12-02-07
Lo bueno de trabajar en el Planet es que los periódicos te salen gratis, sin mencionar que eres una de las primeras en leerlo si has pasado una noche en vela recibiendo llamadas y dando recados a superiores.
Son las 05:00 pm en la gran Metrópolis, a estas horas estaría en la residencia y en pleno séptimo cielo, pero por suerte o desgracia, me ha tocado pasar mi segunda madrugada en el Daily Planet. Varios encargos tales como recibir reportajes, transcribir algunos textos u ordenar antiguos archivos del año 93 son mi objetivo desde hace unas 5 horas. Ni casos paranormales, ni acción en toda su gloria. Como mucho, lo más emocionante que puedas ver esa noche es como la señora de la limpieza discute con uno de los guardias de seguridad que le acaba de pisar el suelo recién fregado.
En dos horas estaré fuera y podré “saborear” mi única media hora de gloria de descanso en la residencia hasta la primera clase en la Universidad. Lo cierto es que hubiese sido así sino hubiese sonado un ruido estridente en los pasillos del periódico. Había una nube de humo y sentía el calor de las llamas...algo había pasado y estoy segura de que no se trataba de la señora de limpieza sacando una llamarada por su boca para dar su merecido al guardia de seguridad.

…Capítulo 05: Zero Consecuencias.

Las llamas se habían extendido hasta el final del pasillo rumbo a uno de los ascensores principales, muchos de mis compañeros de velada habían empezado a correr en dirección a la salida de emergencia salvo yo y un chico de pelo rizado que se había acercado hasta el pasillo.
El guardia de seguridad estaba tendido en el suelo, y la señora de la limpieza no paraba de gritar, tenía la cara sangrando a causa de una de la ventanas que había estallado por el impacto de la bomba.
El chico que ahora me acompañaba se acercó a comprobar que la señora se encontraba bien, yo me acerqué hasta el guarda de seguridad para comprobar si seguía vivo. Respiraba con dificultad a causa del humo y me tendió el brazo para decirme algo: “Debes huir, es peligroso…”
Me negué a dejar al guarda en el suelo y pedí ayuda al chico de pelo rizado.

C.Sullivan: Escucha, necesito ayuda, tenemos que sacar a este hombre de aquí.
S. Nicholls: Esta mujer no para de gritar, así que si consigues que se callé podré ayudar a ese hombre.

El chico de pelo rizado cogió en brazos al guarda de seguridad y los cuatro seguimos hasta una de las salidas de emergencia. A pesar de que la alarma contra incendios había sonado, no aparecía el cuerpo de bomberos por ninguna parte.
Todos ya habían salido a la calle, pero se seguían oyendo gritos dentro. El chico de pelo rizado se percató de ello y sin pensárselo dos veces volvió a entrar dentro.

C.Sullivan: Espera, ten cuidado las llamas se han extendido.
S.Nicholls: No vamos a dejar a quién esté dentro ahí ¿no?
C.Sullivan: Deja que llame a los bomberos al menos.

El chico no hizo caso y desapareció entre la nube de humo. Llamé a los bomberos siguiendo también hacia la nube de humo pero algo fallaba, nadie cogía el teléfono. Desistí y me apresuré a correr dentro. Una enorme viga se había caído justo encima de la recepción y el pánico de pronto me invadió. El Planet se estaba consumiendo poco a poco y nadie hacía nada para evitarlo. Seguí por un pasillo hasta que di con el chico de pelo rizado, estaba de espaldas y tenía los brazos alzados. Tras contemplar la escena pude oír el sonido de una pistola recién cargada. Una mujer de rasgos asiáticos apuntaba al chico mientras hacía una llamada, parecía furiosa y empezó a murmurar con la voz del teléfono.
El chico de pelo rizado aprovechó en ese momento para asentarle una patada a la mujer dejándola caer al suelo.
No me había fijado que estaba en una de las habitaciones donde se guardaban archivos antiguos del periódico. A poco metros de la mujer, había un carpeta que contenía las palabras escritas en mayúsculas “ZERO CONSEQUENCES”.
Mientras el chico de pelo rizado sostenía los brazos de la mujer para que no se moviese, ésta no quitaba ojo a la carpeta que había mencionado.
No se si fue la inercia pero algo hizo que me dirigiese hasta la carpeta para cogerla.

S.Nicholls: ¡¡Corre, llévatela!!

El chico de pronto soltó un grito de dolor tras una patada que le había dado la mujer que empezó a correr tras de mí.
Tenía algo en las manos que no sabía ni siquiera que contenía, ni siquiera sabía si la mujer seguía armada y sin en menos de un segundo oiría el disparo de una bala dirigiéndose a mí.
Tras cruzar medio pasillo y coger por una de las desviaciones me encuentro con llamas por todos lados que cerraban el paso. Estaba rodeada y la mujer vestida con pantalón y camisa de cuero rojo no apartaba su mirada de la carpeta que llevaba en mi mano.

Mujer de rojo: ¡Dámela si no quieres tener problemas!

No estaba dispuesta a hacerlo, sabía que esa carpeta era importante como para dejarlo en las garras de la nueva Pretty Woman. Tras revisar sus manos y asegurarme que no iba armada, me dirigí hasta ella lentamente extendiendo mi brazo con la carpeta en su dirección.
La mujer puso una sonrisa como de victoria y tras seguir viendo como sus ojos no se desviaban de la carpeta, le hago un tras pies haciéndola caer al suelo. No tuve tiempo de echar a correr ya que ésta me había agarrado por una pierna cayendo también al suelo.
A golpe de mano y patadas logré escabullirme como pude de la mujer tropezando con el chico de pelo rizado.
En ese momento me sentí mas segura, lo cuál no hizo que mi adrenalina bajase. La mujer estaba en el suelo y parecía confusa.

S.Nicholls: ¿Estás bien?
C.Sullivan. Si…o al menos eso creo. La gata se ha encargado de dejarme chichón pero estoy bien.
S.Nicholls: Debemos salir de aquí, la policía y los bomberos ya están de camino.

Al instante, tres policías habían irrumpido en el pasillo. Tras llevarse a la mujer de rojo, salimos del Planet. Quedé aliviada tras ver como los bomberos apagaban las llamas que se habían esparcido. No podría hacerme la idea de ver al Planet chamuscado.

S.Nicholls: Te noto algo conmocionada, pareces la señora de la limpieza pero muda.
C.Sullivan: Estoy bien, gracias. Por cierto, Chloe Sullivan.
S.Nicholls: Sam Nicholls, encantado chica valiente. ¿Qué es eso que llevas en la mano?
C.Sullivan: Son unos apuntes de clase, no podía permitir que ardiesen en las llamas sabiendo que tengo examen en pocas horas.

Hice un amago de sonrisa, pero Sam puso cara de no tragárselo.
El Planet había recuperado la calma y ya eran las 6:25AM. Algunos encargados y reporteros habían llegado al edificio, nos preguntaron que había pasado y les contamos lo del incendio y nos dejaron regresar a casa.

De camino a la residencia, llevé a Sam en mi coche, no me había fijado en que tenía unos ojos verdes muy bonitos y lucía sonrisa de dentífrico. Llevaba una blusa a rayas y unos vaqueros desgastados.

C.Sullivan: Nunca te había visto en el Planet ¿trabajas en él?
S.Nicholls: Soy repartidor y me tocó hacer extras esta noche. Tu cara sin embargo si me suena, llegaste nueva hace un par de semanas. ¿Qué tal se siente al ser una chica para todo?
C.Sullivan: Oh…es agotador, los cafés no son suficientes para aguantar despierta con tanto timbre telefónico.

Habíamos llegado al campus y dejé a Sam en la entrada. Rodeó el coche hasta mi ventanilla y se quedó esperando.

S.Nicholls: ¿No estudias también aquí?
C.Sullivan: Antes tengo que pasar por la residencia, ya sabes…los libros y apuntes.
S.Nicholls: Ya llevas tu carpeta de examen, me gustaría tomar algo contigo antes de las 9.

Estaba tan aturdida que me costó reaccionar, solo pensaba en llegar a la residencia para tirarme a la cama y curiosear la carpeta que había cogido. Tuve que inventarme una excusa barata, a pesar de que quería ser sincera con Sam.

C.Sullivan: No querrás que una chica vaya con la cara llena de hollín y ropa polvorienta, ¿no?
S.Nicholls: En ese caso, te veré esta tarde entonces.

Y tras un gesto de decepción, dejó sobre el parabrisas del coche una nota con su número de teléfono.

Había llegado a la residencia y tras una ducha tibia empiezo a ojear la carpeta. No tenéis ni idea de la cara que se me quedó al leer un nombre muy familiar a mitad de párrafo. Tenía una historia, y era la ocasión perfecta para aprovecharla.

Continuará…
1x06 Acontecimientos Pasados || Fecha de emisión: 13-02-07
Lex Luthor. Su nombre escrito en negrita hizo que mi mente despertase y acelerase la lectura en busca de información importante. Varias denuncias, facturas y números de matrícula se hallaba en la carpeta. ¿Qué hace una carpeta de archivos muy típica de caso policial en un periódico informativo? Datos como esos sólo estaban reservados a determinadas personas que en su tiempo se encargaron del caso.
Sabía que estaba infringiendo la ley, esta carpeta no debería estar en mis manos, pero lo acontecido en las últimas horas hizo que me arriesgase y empezara a investigar.
Aparecían varios nombres de gente fallecida: Jude Royce, Amanda Rothman, Corin Jones y Sam Phelan. El último me resultó familiar hasta que caí en la cuenta que se trataba de un policía de Metrópolis que años atrás estuvo en Smallville investigando a Lex.
Tras revisar el historial de cada una de las personas, descubro que había un lío amoroso entre Jude Royce y Amanda Rothman, los cuales habían anunciado campanas de bodas semanas antes de la muerte de Jude (El agraciado novio). Según data, había asesinado en un club nocturno conocido como El Club Zero. Una bala mortal asentada en el pecho hizo que muriese a los pocos minutos. Amanda se encontraba esa noche en compañía de Lex y presenció el asesinato donde acusaron en un principio a un portero de dicho club que curiosamente era amigo de Lex.

Tres años después de la muerte de Jude y del suicidio de su novia Amanda, aparecen nuevos asesinatos relacionados con el caso sacando a la luz datos relevantes como que Amanda era quién realmente había matado a su novio Jude ya que lo pillo con 2 mujeres en el Club Zero cuando acudió con Lex. En un principio se sospechó de el portero del club y de Lex donde aquí interviene Sam Phelan, antiguo socio policial de Lex que dejó a ambos libres de sospecha.

Un caso bastante complejo pero que seguía dejándome intrigada ¿por qué aquella mujer de rojo quería robar el informe? Lo más probable es que ella habría sido la responsable del incendio para desviar la atención.
La mujer de rojo debía de estar en estos momentos en comisaría así que decidí ir hasta allá. Era hora de asaltarla con mi arsenal de preguntas.

Eran las 10:24AM de la mañana, Metrópolis lucía un cielo despejado y el contraste de los edificios dibujaba formas caprichosas sobre las calles de la ciudad a causa del radiante sol de la mañana.
Tras preguntar en comisaría por la mujer de rojo, me deniegan su visita. No podía rendirme tan fácil, tendría que hacer algo para conseguir una cita con Miss labios carnosos. Rodee el edificio y entré por la puerta trasera que daba a una pequeño café instalado dentro de la comisaría para el personal. Una mujer rechoncha con cara de amargada me sirvió un café doble mientras iba al almacén en busca de más azúcar. Era la oportunidad perfecta ya que la estancia estaba desierta a esas horas. Al fondo había un baño que no estaba dividido sin diferencia de sexos. Tras cruzar la puerta di con lo que buscaba, el vestuario de la policía.
Al tratarse de un único edificio, el baño conectaba la cafetería con la comisaría con lo cual era una travesía de acceso a ambas partes.
Había ropa sucia en una cesta sobre una de las lavadoras del recinto, tras buscar pantalón y chaqueta, Chloe Sullivan pasa de ser una reportera de investigación a la agente Sullivan.
Los pantalones eran 3 tallas mas que la mía y el cinto estaba en el limite para poder sostenérmelos, tras rebuscar en la cesta en busca de una gorra de policía, salgo de los vestuarios en dirección a la comisaría intentado que la gorra no se me fuese al suelo.
Con paso firme y tras un varonil “buenos días” me dirijo hasta las celdas de final de pasillo en busca de mi presa. Allí estaba, en la celda número 14 estaba la mujer de rojo ahora vestida con un mono azul. Estaba sentada en una silla mirando al frente, al verme vestida de policía puso cara de pocos amigos.
Decidí arriesgarme y me quité la gorra dejando ver mi rostro. La mujer me reconoció enseguida y en sus ojos brillaba su rabia por estar encerrada allí.

C.Sullivan: Veo que no olvidas mi cara, verás no entiendo por qué querías esa carpeta pero estoy segura de que no querías devolverla a comisaría ¿verdad?
Mujer de Rojo: No es asunto tuyo, devuélvemela, es un caso importante.
C.Sullivan. Tal vez lo haga si me cuentas porqué hay un sin fin de muertos y aparece el nombre de Lex Luthor.
Mujer de Rojo: Luthor es complice de su muerte, y pienso demostrarlo. Lex solo corrió con la suerte de estar respaldado por Phelan, sino estaría pagando por su muerte.
C.Sullivan: ¿Por la de quien? ¿Por la de Jude Royce? No fue Lex quien lo mató, sino su propia novia, Amanda Rothman.
Mujer de Rojo: No hablo de Jude Royce ni de Amanda. Hablo de Corin, lo mataron porque lo obligaron a modificar la historia.
C.Sullivan: ¿la de Jude Royce?
Mujer de Rojo: Exacto, Corin jamás debió mezclarse con esa gente. El hermano de Amanda juró venganza por su hermana y contrató a Corin para asustar a Lex ya que se parecía mucho al novio de Amanda, Jude Royce.
C.Sullivan: ¿Hablas de John Rothman? ¿El hermano mayor de Amanda?
Mujer de Rojo: Por su culpa mataron a Corin. Pienso demostrar que fue el hermano de Amanda quién lo mató, solo lo contrató para sus fines personales y ahora lo han soltado a los 2 años de cárcel que estuvo en Metrópolis. ¡¡Debe pagar por lo que le hizo a Corin!!

Las cosas empezaban a encajar mejor, el caso de Corin Jones era el que menos información tenia en la carpeta Zero Consequences, era como si su muerte no haya tenido importancia, solo decidieron condenar a dos años de cárcel a John Rothman por asesinato. ¿Por qué motivo ahora había sido liberado?
Al fondo se acercaban dos agentes contando chistes, decidí apresurarme para escapar pero la mujer de rojo sacó el brazo por la barandilla y me agarró de la chaqueta.

Mujer de Rojo: Ayúdame a salir ¡Vamos!
C.Sullivan: No puedo hacer eso, investigaré lo ocurrido, volverás a tener noticias si te portas bien.
Mujer de Rojo: Es la verdad, John mató a Corin.

Tras escabullirme de “pulpo-women” me quedo con la inscripción grabada en su etiqueta de presa y salgo del recinto con mi nuevo traje de policía con olor a tabaco barato.

Shamanta Jones, su historial revelaba que era la mujer de Corin Jones, con lo cuál el amor volvía a fluir en este caso policial. Nuestra chica de rojo no es mas que una esposa llena de odio y venganza que quiere volver a meter en la cárcel al que asesinó a su marido.
Tenía varios antecedentes penales y huyó de China hace año y medio, su país natal ya que la policía la estaba buscando por robo y asesinato. ¡Menudo historial tiene! Se ve que le gusta las historias de caza-recompensas ya que al igual que su difunto marido, Shamanta Jones se dedicaba a la sangrante profesión de asesina a sueldo.
Aún no entiendo como pude escabullirme de tal personaje, todo gracias también al repartidor con los ojos mas bonitos que he visto, Sam.

Ya eran las 12:00 y las horas caían a la velocidad de la luz. Tras revisar el historial de John Rothman, el hermano de Amanda que recientemente ha salido de la cárcel, descubro que vive a las afueras de la ciudad. Si está en libertad, supongo que estará disfrutando de su “hogar dulce hogar” mientras hace ejercicios con el mando a distancia.
Tras visitar su casa, me recibe una mujer de mediana edad con la mirada perdida. Pregunto por John y la mujer puso un gesto de desagrado limitándose a contestar que estaba ingresado en Belle Reve, el manicomio más lleno de todo Metrópolis. Allí me informan de que efectivamente John Rothman esta ingresado allí tras su reciente salida de la cárcel debido a un traslado ya que afirman que Rothman se volvió cuerda tras no soportar la idea de que su hermana estaba muerta, es decir, seguía traumatizado por su suicido hará unos 3 o 4 años.

Un caso realmente escalofriante, por un lado una pareja muerta, una asesina a sueldo sedienta de venganza y un calvo que hasta el momento parece el ángel de la caridad con su túnica blanca. Bien Chloe, ya va siendo hora de visitar a Lex Luthor.

Continuará...
1x07 Manipulación || Fecha de emisión: 13-02-07
La mansión Luthor parecía mas un campo de concentración política que la relajada y tranquila suite que estaba acostumbrada a ver cada vez que visitaba a Lex.
Estaba en plena campaña para presentarse a senador y su despacho estaba lleno de asesores y empleados que buscaban la mejor imagen para promocionar a Lex. Seguramente se habrá aplicado alguna crema abrillantadora en la cabeza antes de la toma de fotos, eso a las señoras mayores gusta mucho.
No pareció alegrarse al verme entrar por la puerta aunque fue amable y dejó de hablar con uno de los asesores.

Lex Luthor: ¿Qué te trae por aquí Chloe? ¿Has decidido promocionar mi campaña?
C.Sullivan: No exactamente Lex, me gustaría que me dedicases unos minutos y volvamos al pasado, exactamente hace 6 años ¿recuerdas el Club Zero?
Lex Luthor: Chloe, no se a que viene eso ahora pero ese caso ya fue resuelto por la policía hace 4 años cuando un psicópata intento asesinarme.
C.Sullivan: ¿Supongo entonces que estarás al tanto de que el que contrato a ese psicópata como llamas ha quedado en libertad?
Lex Luthor: Chloe, no es el momento de hablar sobre este tema, estoy en plena campaña y…
C.Sullivan: ¡¡Lex!! Si es el momento sabiendo que ha aparecido un informe que data hace 6 años y tu nombre aparece en él. Ese archivo policial seguramente habrá sido actualizado tras la salida de John Rothman, el hombre que contrató a Corin Jones, ambos intentaron asesinarte.

En ese momento Lex bajó la cabeza y parecía frustrado.

Lex Luthor: ¿Estas investigando mi vida privada Chloe? Ten cuidado con lo que haces.
C.Sullivan: ¿Acaso no te importa que alguien haya salido de la cárcel sin haber terminado su condena por asesinato, Lex? Estabas implicado, lo sabes mejor que yo. Solo quiero conocer la verdad, saber que ocurrió con Corin Jones antes de su muerte, su mujer asaltó ayer el Daily Planet y ahora está detenida en comisaría.
Lex Luthor: Chloe, esto no es de tu incumbencia, yo personalmente me encargaré de solucionarlo.

C.Sullivan: Ya estoy implicada Lex, he conocido la versión de Shamanta Jones, es la mujer de Corin.
Lex Luthor: Shamanta Jones es una asesina a sueldo, al igual que lo fue Corin que quiso matarme a cambio de una fortuna ofrecida por John Rothman. Si sigues investigando me encargaré de que tu sueño planetero llegué a aterrizar en la puerta trasera. Deja el caso Zero.

Eso realmente me dolió, sabía que Lex en muchas ocasiones era despiadado y se parecía mucho a su padre. Pero estaba nervioso y parecía decidido a hacerlo.

C.Sullivan: Hay algo que ocultas Lex, y pienso descubrir de que se trata. Si no querías que esto salpicase a tu campaña electoral, deberías al menos hablarlo conmigo. Soy objetiva pero aun hay muchas cosas que no se, pero es una oportunidad que tengo y que no pienso desaprovechar.

Salí de la habitación dejando a Lex jugando al fotomatón y me encaminé al Planet. Quizás allí encuentre algo de interés.

Estaba tan centrada en el caso que había olvidado mi teléfono móvil por unas horas, tenías 3 llamadas de Sam y un mensaje:

No olvides que me debes un café, te veré esta tarde.
Sam

Si fuese por mí hasta te untaba de nata, pero lo dulce puede esperar, primero pasamos a la acción y luego recibimos postre.

14:00PM. Daily Planet, Oficina de archivos antiguos.

Lo bueno de trabajar en el Planet es que tienes acceso a muchas salas con la simple excusa de “Me han encargado ir por unos archivos” o “Se ha roto la impresora y se ha atascado el papel”.
Año 1999, en el Planet se publicó el caso Zero Consequences y por ningún lado salía Lex, como bien se afirmaba en el extraño informe policial, Sam Phelan se había encargado de que Lex estuviese al margen.
Seguí buscando, año 2000, “Amanda Rothman, amiga de Lex Luthor muere tras suicidarse en su apartamento”
¡¡Bingo!! Parece ser que Phelan por ese año había roto ya su amistad con Lex, el artículo dejaba rumores sobre la posibilidad de que Lex estuviese implicado en la muerte de Amanda.
Año 2001, esto parece mas interesante aún, junto a la copia del periódico publicado el 29 de octubre de ese año había un documento en el cual se mencionan los antecedentes penales de Corin Jones. ¡¡Vaya!! Se nota que lo compartía todo con su mujer, incluyendo sus aficiones mas tentativas.
Aún había mas, su mujer, Shamanta Jones, había intentado asesinar a Lex en varias ocasiones por encargo de multimillonarios que habían hecho negocios con Lex y habían salido mal parados.
Y ya para poner la guinda al pastel, informes sobre Jonh Rothman. Estuvo junto a su hermana durante mucho tiempo tras la muerte de su novio pero desapareció misteriosamente para ajustar cuentas con Shamanta Jones.
Vaya, vaya…así que estos también se conocían. Ya veo que el hermanito de Amanda no era un santo. A saber que se traía con los Jones por aquel entonces.

Tenía muchos datos pero aun seguía sin saber porque estaba la carpeta “Zero Consequences” y estos archivos policiales en el Daily Planet, no cuadraba.
De pronto, chasqué los dedos y tuve una teoría acerca de ello. Si hay tantos entresijos ocultos entre Lex y los Jones, quizás Lex haya tratado de ocultarlos para evitar sospechas pero claro ¿sospechas de que? Hasta el momento no ha cometido ningún delito ni ha matado a nadie.
¡¡La campaña!! Lex lleva con esta campaña desde hace dos meses, seguro que se encargó de guardar todos los trapos sucios en los que ha estado implicado para evitar que su candidatura a senador no baje como la espuma.
Todo cuadra, por eso la gatita Shamanta amenazaba a Lex de que pagaría al mismo tiempo que decía que Jonh Rothman también pagaría en la cárcel de nuevo. ¿Podría ser que Lex haya sido el causante de la explosión a fin de evitar que Shamanta se llevase los archivos policiales ocultos en el Planet?
El puzzle cada vez iba tomando forma, quizás las ultimas piezas me las proporcione Shamanta.
Sabía que Shamanta seguía en comisaría, y esta vez no tendría tanta suerte para infíltrame y pasar inadvertida con mi traje de policía. Estaba en una situación desesperante, tenía la clave pero no las herramientas para abrir la puerta.

Decepcionada, volví a la residencia con ganas de relajar mi mente. Al llegar a casa, había una nota de Lana pegaba en el monitor del portátil:

El teléfono no ha dejado de sonar en todo el día. Tienes mensajes en el contestador.
Lana.

Supuse que serían todas de Sam…pero pensándolo bien, Sam no tenía el número de la residencia. Tal vez sea Clark o Lois pidiendo un S.O.S de “libérame de las garras del General”.
Abrí el auricular del teléfono y agotada me dispuse a escuchar. Me quedé petrificada al escuchar una voz familiar con acento asiático:

Tienes que ayudarme, es importante que sepas esto, si eres lista te ayudará a saber la verdad. Lex contrató a alguien para que explotase la bomba en el Daily Planet. Alguien debió darle el toque de que yo estaba en Metrópolis y que iba en busca de los archivos.
Lex esta en plena campaña electoral, no quiere trapos sucios pero yo quiero venganza para el asesino de mi marido. Se que trabajas en el Daily Planet, por eso te he llamado, he depositado toda mi confianza en ti y eres la única posibilidad de que John Rothman vuelva a la cárcel. Ve hasta Belle Reve, Lionel Luthor ha pagado al centro para hacer creer que John estaba loco y que debía recibir tratamiento en un psiquiátrico…tienes que…


En ese momento, se colgó la llamada tras oírse una voz de fondo que decía “Se ha acabado el tiempo” Era un agente de policía de la comisaría de Metrópolis.
Mi puzzle estaba completado, John Rothman consiguió salir de la cárcel gracias a Lionel Luthor con el fin de sacar trapos sucios que salpicasen a Lex. Estaba claro que Lionel no quería que su hijo ganase las elecciones. ¡¡Menuda familia!!

Sabía que estaba entrando en terreno prohibido, pero tenía un caso resuelto. No resistí la tentación y cree un artículo para el Planet. Al día siguiente ya estaba en la mesa de la Pauline Kahn, la directora de Planet.
Esa misma mañana me solicitó en su despacho.

P.Kahn: ¡¡Sullivan!! ¿En que lío te has metido esta vez?
C.Sullivan: Se que vuelve a aparecer el apellido Luthor pero es la pura verdad, es un caso de 6 años que se ha reabierto la madrugada de ayer señora Kahn,. Están todas las pruebas necesarias y he solicitado informes médicos en Belle Reve y en comisaría. John Rothman no está loco, Lionel pagó para hacer creer que lo estaba aprovechando que su hijo Lex está en plena campaña.

P.Kahn: No dudo de tu palabra ni de tu informe. Lo cierto es que descubriste un informe policial que no pertenecía aquí y te lo llevaste sin consultarlo.
C.Sullivan: Vamos señora Kahn, ¿Qué buen periodista haría tal cosa?
P.Kahn: Los malos sin duda alguna. Tienes agallas Sullivan, te arriesgaste sabiendo que podrías salir mal parada de este caso y aún así fuiste objetiva, eso es lo que define a una gran periodista. Pero te recuerdo que trabajas en el sótano del periódico así que no quiero que esto te suba los humos.
C.Sullivan: Si señora Kahn pero vamos dígame…¿Qué piensa hacer con el artículo?
P.Kahn: Publicarlo por supuesto, sin duda es una noticia de interés social y responde a un caso de crimen que ha sido resuelto gracias a ti. Enhorabuena Sullivan, eso si, a partir de ahora, no bajes la guardia, los Luthor pueden ser muy peligrosos, pero mientras trabajes aquí, nadie te va a despedir viniendo de un Luthor.

La señora Kahn fue amable y sincera conmigo, experimenté la sensación de formar parte de esta gran familia, trabajar en el Planet tiene ventajas y desventajas, pero no hay mayor premio que sentirte protegida aún defendiendo tus ideales y dejando siempre por delante ese instinto profesional que tanto deseo alcanzar.
Tras salir del despacho de la señora Kahn con una sonrisa de oreja a oreja al fondo visualizo a un chico con unos ojos verdes perceptibles a kilómetros. Sam me esperaba en la puerta del ascensor con café en mano y una cara de corderito degollado.

Sam: Parece que al final, he tenido que beberme este café solo.
C.Sullivan: Cuanto lo siento, anoche estuve muy liada y esta mañana he tenido que ir al despacho de la señora Kahn para…
Sam: No te preocupes, aún sigues aquí ¿tienes 10 minutos para al menos una escapadita a la azotea del Planet?
C.Sullivan: Allí no hay máquina de cafés Sam.
Sam: Ya, cierto…pero estoy dispuesto a compartir el mío.

Y señaló al café doble que llevaba envasado en la mano. Casi me derrito tras la sonrisa y el gesto que me dedicó. Creedme, este chico es un sol asi que con paso decidido me apresuré hacia él y me agarre de su brazo rumbo a los altos del Planet a disfrutar de un café mañanero en compañía del mejor “repartidor de cafés” de todo Metrópolis.

Continuará…
1x08 Brebaje || Fecha de emisión: 14-02-07
Para muchos, llegar a la ciudad supone un cambio, a veces a grandes niveles. Muchos de los sufridores que pasan esta semana por exámenes importantes tienen su cabeza centrada en el que será de este fin de semana.
El último examen oficial del mes estaba a punto de empezar. Eran las 11 de la mañana y en 2 horas podría disfrutar de un respiro hasta las 4 de la tarde, hora oficial donde toca rutina en el Planet.
Durante semanas, en el campus se anunciaba mediante carteles una de las mejores fiestas que organizan cada año en un local de moda de Metrópolis. Si os contase lo que ocurrió exactamente os quedaríais petrificados.
Su organizadora, Amy Jonhson se encargaba de que todo estuviese a punto, a veces daba la impresión de que le preocupaba más esa fiesta que el último examen del cuatrimestre. Amy era la típica guapa de ciudad que no puede vivir sin su teléfono móvil y sin gloss para los labios. Junto a dos chicos más, altos como dos torres, vendían las entradas a las afueras del Campus.
Junto a la fuente de la entrada principal me esperaba Sam. Aún no lo he contado pero, me he acostumbrado a pasar ratos con él, bien sea en el Planet o en las tardes “libres”.

C.Sullivan: La puntualidad es lo tuyo, 13:00h.
S.Nicholls: No me gusta llegar tarde para quedar con mi reportera favorita.
C.Sullivan: Vaya, gracias. ¿vas de camino al Planet?
S.Nichols: Mas bien voy de camino a donde tu me lleves.

Es encantador, siempre consigue sacarme una sonrisa, aun recibiendo marrones por parte de los superiores del Planet.

C.Sullivan: Bien, entonces podríamos…

De pronto, Amy Jonhson y sus dos fortachones se acercaron hasta nosotros interrumpiendo la conversación.

A.Jonhson: …entonces podríais veniros esta noche a la fiesta que damos los universitarios de Química ¿Qué me decís parejita?

Sam y yo nos cruzamos miradas dubitativas pero se me adelantó a la respuesta y pagó por dos entradas a la entrometida de turno.

S.Nicholls: Aquí tienes, déjame dos.
A.Jonhson: ¡Bob!

Uno de los acompañantes de Jonhson sacó del bolsillo de su camiseta dos entradas plastificadas de color verde.

A.Jonhson: Aquí tenéis parejita y no olvidéis que será la mejor fiesta de vuestra vida.

Estaba segura de que Jonhson no iba por mal camino a pesar de que Sam era 3 años mayor que yo y que seguramente habrá tenido infinitas fiestas universitarias donde la música y el alcohol son los protagonistas indiscutibles.

Lo cierto es que esa noche, Sam y yo nos reunimos en el centro de Metrópolis de camino hacia la fiesta. Era un local de moda implantado hace poco en la ciudad. El portero nos dio la bienvenida con un movimiento de cabeza indicando que si teníamos entradas. Ya dentro, el local era bastante amplio y tenía buen ambiente.

S.Nicholls: ¿Sueles salir mucho por Metrópolis?
C.Sullivan: Para serte sincera es la primera vez que salgo por aquí. En Smallville nos tenían acostumbrados a quedadas cerca del lago o fiestas en graneros o cuevas antiguas.
S.Nicholls: Que no se diga que no sois especiales.

Una muchedumbre a nuestro alrededor bailaba al ritmo de la música y Sam y yo decidimos acercarnos hasta una de las barras.
Sam pidió una cerveza y yo opte por una tónica para empezar.

S.Nicholls: ¿No prefieres tomar algo mas caluroso?
C.Sullivan: Ya para eso te tengo a ti, ¿no crees?

De pronto una chica calló al suelo cerca de nosotros, por un momento pensamos que ya debía de estar borracha pero al darle la vuelta vimos que tenía el rostro pálido y sus labios tenían un tono verdoso. Sin darnos a tiempo de preguntarle si estaba bien, uno de los guardias se acercó y se la llevó hacia el almacén.

C.Sullivan: No parecía tener buen aspecto.
S.Nicholls: Ya, será mejor que vayamos a bailar un poco ¿no crees?

Sam me agarró del brazo y me acercó hasta uno de las salas de baile, entre destellos de luz y focos, la muchedumbre disfrutaba de la música. La mayoría llevaban en la mano un vaso “old fashion” que contenía un líquido verdoso que no pintaba buen aspecto pero a todos parecía gustarles. Algo no encajaba ya que muchos se comportaban de forma extraña, sin mencionar que vi a uno de los tímidos empollones de mi clase sin camiseta y bailando con una chica.

S.Nicholls: Ten, esto debe estar bueno.

Tras girarme, Sam llevaba dos vasos iguales a los de los demás y antes de que pudiese probarlo se lo quité de las manos.

C.Sullivan: Espera, deja eso Sam. Fíjate, todos beben lo mismo y fíjate en sus rostros, están pálidos y tienen los labios de color verde.
S.Nicholls: Estarán pálidos de tanto alcohol que han bebido, lo verde de los labios debe ser colorante que lleva la bebida. Vamos bebe un poco.
C.Sullivan: Para, para Sam.

Examiné el líquido que contenía el vaso y estaba claro que no olía a kiwi o algo por el estilo. Era tan espeso que parecía flubber en vez de una bebida alcohólica. De pronto, caí en la cuenta.

C.Sullivan: ¡Sam! ¿Conoces la kriptonita?
S.Nicholls: ¿kripto que?
C.Sullivan: Un día tendré que llevarte por Smallville entonces.
Cogí a Sam del brazo y me dirigí con él hacía el almacén de antes dejando atrás las viscosas bebidas.

S.Nicholls: ¿Chloe a donde vamos?
C.Sullivan: Escucha, creo que esta gente está siendo “drogada” con kriptonita, no se exactamente que es lo que contiene la mezcla pero hace que la gente vaya cayendo poco a poco. Si te fijas, hay hombres vestidos de negro repartidos por todo el local, parecen simples porteros pero parecen más bien transportistas de muebles. Se están llevando a ese almacén a todo el que cae.
S.Nicholls: ¿Me estas diciendo que alguien intenta aguar la fiesta con esa kriptonita de la que hablas?

Nos acercamos hasta el almacén, allí estaba un hombre vigilando la puerta, era el único punto de acceso así que decidimos dejarnos caer al suelo cerca de la puerta simulando que también estábamos afectados por la bebida de kriptonita. El cabezón con cara de melón no tardó en acercarse y recogió primero a Sam llevándolo hasta el almacén. Era mi oportunidad para infiltrarme dentro.
Me quedé estupefacta nada más cruzar la puerta. Había varias habitaciones, de todas emanaba una luz verde que iluminaba todo el almacén. En cada habitación, había varias camillas con varios de los muchos que habían bebido el brebaje. Estaban conectados a una especie de cableado que llegaba a unos depósitos que iban almacenando un líquido de un color verde ya más oscuro.
De pronto, alguien me tocó el hombro y casi suelto un grito del susto. Era Sam, estaba tan estupefacto como yo.

S.Nicholls: Debemos salir de aquí Chloe. Llamaremos a la policía y solucionaremos esto.

Uno de los hombres de negro nos vio y empezó a correr. Esta vez el truco de la doncella desmallada no funcionaria, así que nos echamos a correr también. Era un almacén realmente grande, tan grande como las salas de la discoteca en sí.
El hombre apuntaba un arma y comenzó a disparar, nos metimos en una de las habitaciones y cerramos la puerta bloqueándola con una silla.

S.Nicholls: Menudo lío en que nos hemos metido. Toda esa gente estaba conectada a algo que les sustraía ese líquido verde ¿que clase de psicópata haría algo así?
C.Sullivan: No lo se, pero quizás esto pueda ayudarnos.

Sobre una mesa de trabajo, habían varias carpetas esparcidas por la mesa, tenían como una especie de receta además de unas instrucciones de uso, como si de un medicamento se tratase. También habían varias cajas con el mismo líquido verde embotellados en tubos de unos 15 centímetros.
El hombre seguía golpeando la puerta, pero la silla seguía cortando el paso.

S.Nicholls: Tenemos que salir de aquí.

Señaló al techo y había un conducto de ventilación con una rejilla metálica. Sam levantó uno de las mesas poniéndola en posición vertical y se subió para abrir el conducto.

S.Nicholls: Rápido, coge esos documentos y un frasco del líquido ¡Vamos!

La puerta se abrió finalmente y el troglodita matón apuntó con la pistola. No se había fijado que justo encima de él estaba Sam, así que con la misma rejilla que sujetaba en el brazo derecho la soltó cayendo en el portaaviones que llevaba el segurita por cabeza.
Los dos nos metimos por los conductos hiendo a parar a uno de los callejones traseros. Seguimos corriendo dirección a comisaría.

S.Nicholls: Espera Chloe, ¿por qué no echas un vistazo antes de entregar las pruebas?
C.Sullivan: Según la receta, el brebaje contiene kriptonita líquida mezclada con un 25% de alcohol y estupefacientes.
S.Nicholls: Si recuerdas, de la gente afectada salía un liquido verde mas oscuro, debía de ser una mezcla de sangre y esa cosa verde.
C.Sullivan: Seguramente la kriptonita permitía la extracción de ambas sustancias en una sola pero…¿para qué?

La respuesta fue inmediata, el mismo troglodita de antes estaba al final de la calle. Si habéis visto Hulk seguramente os hubiese recordado a ese personaje de ficción ya que estaba totalmente verde y en sus pupilas se distinguía un blanco destellante.
En su mano, sostenía una jarra que contenía el nuevo líquido verdoso oscuro que se había bebido.

S.Nicholls: Parece que nuestro amigo ha probado a beberse esa cosa. ¡¡Corre!!

Nos echamos a correr sin saber a donde ir mientras Mr Hyde nos seguía a pasos largos que retumbaban en nuestros oídos.
Clark, ojalá estuvieses aquí, al menos tu podrías hacerle frente pero tuviste que irte justo este fin de semana a Grandville con Lana.
Sam y yo corríamos a más no poder, conseguimos salir definitivamente del callejón y estábamos en medio del tráfico nocturno. Sam sostenía en su mano el teléfono y había llamado a la policía, casi no podía respirar y se le cortaba la voz al hablar por el auricular.
Llegamos hasta un parque y nos metimos en él para intentar despistar al engendro que nos seguía. Tenía tanta fuerza que derribaba árboles y bancos. Parecía un alien enloquecido, la kriptonita estaba en su cuerpo junto con diferentes tipos de sangre de jóvenes drogados con el “Flubber brebaje”.
Finalmente, consiguió alcanzarnos a la altura de un gran árbol. Se detuvo justo en frente y de su boca empezó a salir sangre…aún así se sostenía de pie y no parecía afectarle.
Cosas como estas no se ven ni siquiera en Smallville salvo que guardaba relación con la kriptonita.
Viendo que se acercaba cada vez más, Sam se metió en medio para hacerle frente. Lo cogió del cuello mientras gritaba de dolor. Tenía una fuerza descomunal y Sam no aguantaba mas el apretón que estaba recibiendo.
Afortunadamente, llegó la policía y tras asentarle varios balazos en la espalda al mutante, éste se desplomó en el suelo recuperando su constitución humana. Había muerto y sus ojos dejaron de ser blancos.

Todo quedó en un susto, y tras investigar el caso con las pruebas que teníamos, la policía detuvo a todo un arsenal de hombres y estudiantes que estaban detrás de la trama, entre otras como Amy Jonhson. Su padre era científico y fue quién había diseñado el brebaje; ellá se encargó de organizar la fiesta en busca de víctimas. Ambos tomaban con regularidad la pócima resultante de la fusión entre sangre y kriptonita a saber para qué.
No conseguí hacerme con la historia completa para el Planet ya que la televisión se había adelantado, pero si conseguí gracias a la señora Kahn un columna para opinar acerca del caso por ese día. Sus palabras fueron “No se como lo haces, pero te metes en todos los fregados Sullivan, por esta vez tendrás la opinión en una columna pero de aquí a que la consigas fija tendrás que esforzarte mucho”
La señora Kahn era dura, pero sabía que empezaba a sentirse un pelín orgullosa de mi trabajo.

Esa misma mañana, Sam me esperaba en la puerta del ascensor mientras aplaudía.

S.Nicholls: Un caso más resuelto por Chloe Sullivan. Enhorabuena.
C.Sullivan: No olvides que sin ti, nada de esto lo hubiésemos podido contar. Fuiste muy valiente Sam.
S.Nicholls: Tengo que reconocerte que ese bicho daba miedo, pero no podía permitir que tu primera fiesta en Metrópolis acabase quitándote la vida.
C.Sullivan: Muchas gracias de verdad. ¿Qué tal el cuello?

Sam llevaba puesto un collarín, tenía varios cortes además de la fractura de cuello.

S.Nicholls: Vamos, necesito tomar el aire. ¿Café o brebaje verde?
C.Sullivan: Vamos anda, esta vez invito yo, la máquina de cafés seguirá colapsada a estas horas pero merece la pena esperar a cambio de un respiro en la azotea.
S.Nicholls:¿Qué tal un masaje en el cuello después?
C.Sullivan: Tu sentido del humor te llevará lejos, Sam.

Continuará…
[Los capítulos continúan en el post nº 2]
Última edición por --[Sacred-Kripton]-- el Lun Feb 04, 2008 12:29 am, editado 59 veces en total.



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Aqui va la continuación autorizada por Huesario.

1x09 Incompetente || Fecha de emisión: 15-02-07
Trabajar en el Planet muchas veces conlleva estar expuesto a las criticas de tus compañeros, como ocurre con uno de los recién llegados, Keane Norman. Acabó la carrera de periodismo hará unos meses y consiguió plaza en el periódico encargando de la sección de horóscopos. Era un chico bastante tímido, vestía siempre con una chaqueta gris y pantalones vaqueros. Casi nunca mostraba ápice de entusiasmo y siempre tenía la misma cara, desde que entraba a las 8 hasta que salía a las tantas de la noche.
Esta mañana, todo cambiaría para él ya que tendría que recibir una carta de despido alegando que su trabajo en la sección de horóscopos era simplemente penoso. Adivinad de quien provenía estas sutiles palabras. La directora Kahn no dejaba títere con cabeza, decía que no se podía permitir el lujo de trabajar con gente incompetente y que siempre estaría por delante la profesionalidad antes que los motivos personales.

Keane no había hecho amistades con nadie del Planet, pero de vez en cuando bajaba al sótano a buscar papel o a alguien que le ayudase con algo, en varias ocasiones me tocó hacerlo a mí. Su mesa de trabajo siempre estaba bien ordenada, aunque pensándolo bien, tampoco tenía mucho que ordenar más que su maletín azul marino y su lapicero con dos bolígrafos (uno azul y otro negro). No tenía ni fotos de familia ni toques de color que alegrasen su triste mesa en el piso 12.
Por desgracia, yo era la mensajera que tenía que entregarle la carta de despido y la verdad es que no me hacía mucha ilusión tener que hacerlo.
Siempre era muy puntual a su trabajo y mi turno empezaba a las 4 de la tarde con lo cuál, él estaría en su mesa trabajando sobre que decir de Cáncer o Virgo en el terreno amoroso.
Me acerqué a su mesa con la carta en mano y se la entregué con una sonrisa. Decidí esperar a ver que cara ponía al leerla pero ni siquiera se impresionó. Apagó el monitor del Pc y empezó a recogerlo lo poco que siempre llevaba y dejó libre la mesa.

K.Norman: Muchas gracias, señorita.

Realmente era un tipo raro, tan raro que simplemente empezó a caminar como si nada ocurriese y se dirigió al ascensor camino a la cola del paro.
En fin, tras el frío desenlace de un trabajador más, volví a mi lugar de trabajo. Tenía una montaña de papeles sobre ella con una nota en uno de los laterales:

Ordena el historial del año 94, por encargo del señor Phillips.

Una faena más que vuelve a recaer sobre Chloe Sullivan, que injusto es este mundo. Además, hoy es de esos días en los que no me tropiezo con Sam ya que me toca turno de tarde y el sólo cubre el de mañana. Como consuelo, unas flores con su firma estaban justo detrás de la montaña de papeles que me habían encargado ordenar.
Eran lilas muy grandes y bonitas, olían tan bien que por un segundo me olvidé de lo que tenía que hacer hasta que sonó el teléfono.

C.Sullivan: Daily Planet, buenas tardes dig….
P.Kahn: ¡¡Sullivan!! 2 minutos para estar en mi despacho.
C.Sullivan: Si, señora…

Y el auricular dio señales de que la señora Kahn había colgado inmediatamente. Menudo carácter, la verdad es que se toma muy en serio su puesto de jefa. ¿Para que me querrá esta vez? ¿Café, cortado? ¿ O quizás tenga también un encargo de grandes dimensiones para mí?

Una vez en su despacho, la señora Kahn tomaba café a toda leche mientras se levantaba de su silla moviendo el brazo para que me acercase con ella hasta las ventanas.

P.Kahn: Sullivan, ves a ese de ahí.

La señora Kahn señalaba a un hombre vestido de payaso que llevaba una pancarta gigantesca que ponía en letras grandes “Quiero trabajo en esta mierda de periódico”.

C.Sullivan: Muy sutil el mensaje pero porque…
P.Kahn: No se, no se, pero no quiero que esté ahí, menudo espectáculo que está montando, para eso que se vaya al Inquisitor. Sullivan, ve abajo y deshazte de él ya.
C.Sullivan: Señora Kahn antes me gustaría comentarle que..
P.Kahn: Luego Sullivan, tengo mucho trabajo y ahora mismo no tengo tiempo para sand…

¡¡Boom!!

Fue rápido, una gran nube de polvo se disipó por todo el despacho de la señora Kahn. No era una bomba pero estaba claro que se trataba de una explosión de gas lacrimógeno lo que había estallado ya que parecía una magdalena con tanta lágrima.
La señora Kahn había soltado un grito de rabia y pude verla mover los brazos de un lado a otro.
Al fondo, había alguien, tenía pinta de ser un hombre ya que era muy alto y pude verle un reloj digital en su brazo izquierdo. Llevaba la cara tapada por una capucha y un arma en mano que apuntaba a la señora Kahn.

De pronto, se oyó un disparo y solo me dio tiempo de reaccionar para empujar a la señora Kahn al suelo. El hombre se inclinó para volver a disparar haciéndolo repetidas veces. La señora Kahn y yo estábamos ahora detrás de su descomunal mesa de trabajo que recibía varios balazos.
La nube de polvo seguía espesa, así que me desvíe por uno de los laterales donde no fuese visible hasta que me metí detrás de unas estanterías. Fue gracioso porque al individuo que disparaba le temblaban las piernas exageradamente y sus pantalones me resultaron familiares. Era Keane Norman armado con una pistola y su repetitiva chaqueta gris de hombre triste.
Por la rutina, sabía que Keane era un hombre muy patoso, tan patoso que una vez se sacó el ojo con su bolígrafo cuando fue a cogerlo de su lapicero así que pensé que podría seguir hasta sus pies para derribarlo.
Ya cuando estaba a pocos centímetros de sus zapatos, agarré su pierna derecha temblorosa y calló al suelo poniéndose aún más nervioso.
Murmuraba algo.

K.Norman: No podéis despedirme..soy buen periodista, no merezco ser despedido sin haber hecho nada…

Me eché encima suya para tranquilizarlo y le quité la capucha, era él sin duda alguna. Estaba tan asustado que su rostro estaba pálido y sudoroso. Por detrás ya se había acercado la señora Kahn echa un desperdicio y tenía una cara de rabia que le marcaba las patas de gallo.

P.Kahn: ¿Esta usted loco?
K.Norman: No…no, no me despide señora Kahn, soy buen pe pe periodista y tengo muchas ganas de trabajar.
P.Kahn: Lo que tenías era ganas de matarme vil maniaco.

El hombre parecía que iba a desmayarse, su estado era patético y terminó por darme pena.

C.Sullivan: Tranquilícese señora Kahn. El pobre está muy nervioso, mírele, si parece un pescado que acaba de ser sacado del agua.
P.Kahn: Llamaré a seguridad para que se lo lleven.

A los minutos, Keane Norman iba de camino al hospital y la señora Kahn estaba más tranquila y decidió volver al trabajo. Se percató de que yo seguía media anonadada en medio de su despacho y se me quedó mirando.

P.Kahn: ¡¡Sullivan!! ¿Qué haces ahí parada? Vuelve al trabajo.
C.Sullivan: Señora Kahn…¿esto es así siempre?

La señora Kahn soltó una risilla inesperada.

P.Kahn: Hija, no se si te has dado cuenta, pero este es uno de los mejores periódicos de EE.UU. La gente haría cualquier cosa por trabajar aquí. Ese hombre estaba loco, apenas lo conozco pero lo cierto es que su trabajo aquí no fue del todo gratificante. Hay miles de personas que podrán sustituirle en la sección que le ocupaba.
C.Sullivan: Quizás si se le hubiese avisado de que su transcurso en el periodi…
P.Kahn: Sullivan, no necesito que me des consejos de esa tipología. Se muy bien lo que hago, ese hombre acabó la carrera de periodismo pero le faltaba chispa. Si no se dio cuenta de que era un incompetente y este despido le hará reflexionar y para la próxima hará mejor su trabajo.

La señora Kahn había dicho cuatro verdades, solo que sus métodos eran muy tajantes. Me había dado cuenta de que era muy afortunada de trabajar en el Planet, aunque fuese ordenando viejos archivos. Sabía que en cualquier momento podría estar fuera del periódico así que esto me sirvió para tener siempre vigilada mi espalda y hacer todo lo posible para que no llegase a mi mesa una carta de despido.

P.Kahn: Por cierto Sullivan, encargarte tu de la sección de horóscopos que ocupaba Norman hasta que encuentre al nuevo sustituto.
C.Sullivan: Muchas gracias señora Kahn de verdad.
P.Kahn: Es mi forma de darte las gracias por ayudarme antes con ese Norman.

La señora Kahn era salvaje pero era justa y esa fue su manera de agradecerme que le salvara la vida, dándome una sección la cuál jamás leía en el periódico: los horóscopos. Sin duda, sería toda una prueba para mí y hasta que encontrasen al nuevo sustituto me exponía a ser despedida.
Salí del despacho y volví al sótano a ponerme a trabajar con el encargo de los documentos del año 94. Las flores de Sam seguían en mi mesa intactas y tan bonitas como antes. Sabía que no podía distraerme por esta vez y me apliqué el consejo de la señora Kahn. Tenía que hacer todo lo posible por no ser una incompetente como lo fue el pobre de Keane y para ello contaba con mis ganas de superación y un cierto aroma a lilas frescas.

Continuará…
1x10 Desinhibida y sin reservas || Fecha de emisión: 16-02-07
El día más inesperado, el amor puede llamar a tu puerta, solo que en este caso llamó a la puerta de la señora Kahn. Pues si chicos, a pesar de ser una mujer con un humor de perros y por no ser precisamente la mujer con la mejor sonrisa deslumbrante del mundo, la directora del Daily Planet también recibía flores y cartas de amor.
Hasta donde se, la señora Kahn está divorciada desde hace varios años y tiene dos hijos que viven en Nueva York, con lo cual está mas sola que el Papa en San Valentín.
Hará cosa de dos días, Sam no hacía mas que dejar en su despacho ramos de flores, cajas de bombones y varios mensajes para la señora Kahn. Su despacho ahora parecía mas bien una floristería que el triste y aburrido despacho al que nos tenía acostumbrados a ver cada vez que nos solicitaba para soltarnos un sermón o darnos un encargo.

Esta mañana se había permitido el lujo de llegar mas tarde de lo normal. Solía entrar a las 11 de la mañana pero esta vez llegó después de almorzar. El periódico estaba bloqueado sin sus órdenes y ya me olía que muchos tendríamos que hacer horas extras esta noche. Ya a eso de las 14:45, Pauline Kahn en toda su gloria cruza la puerta del periódico vestida con traje rojo y maquilada de los pies a la cabeza. No parecía ella si no más bien la típica mujer entrada en años que cada sábado noche iba a jugar al Bingo con sus amigas.
Yo estaba en ese momento con Sam en recepción ayudándole con unos paquetes y tuve que pedirle que me pellizcase varias veces para ver si aquello que veía era un sueño.

S.Nicholls: Menuda pinta que lleva la jefa.
C.Sullivan: ¡Vale! ¿Quién es esa tía y que ha hecho con Pauline Kahn?
S.Nicholls: Quizás debamos acostumbrarnos a verla así. Esta divorciada Chloe, seguramente al final se ha decidido por alguno de todos esos admiradores que no hacían mas que traerles regalos y se ha dado el gustazo de darse el lote con alguno.
C.Sullivan: ¿Y que ha estado haciendo en todo el día? ¿En la pelu tal vez? ¿O directamente se fue de compras? Hasta donde yo se, la señora Kahn jamás llega mas tarde de las 11 al Planet y jamás vestiría traje de noche a estas horas de la tarde.

Al vernos puso una sonrisa de oreja a oreja y pude comprobar que su amarillenta dentadura seguía ahí, vaya…al menos algo que resulte familiar. Dedicó una sonrisa mientras guiñaba el ojo y soltó un “¿Qué tal están mis chicos favoritos?”. Casi me echo a reír sin mas, pero Sam pegó un codazo inesperado. Él le sonreía muy animado y le dedicó un pelotero “Que pase buen día”.
Ya tras irse en el ascensor, Sam seguía saludando con cara de memo hasta que me cogió de la mano y empezó a bromear imitando a la señora Kahn.

S.Nicholls: Sullivan, sinceramente he tomado la acertada decisión de convertirte en mi mano derecha, a partir de ahora serás la periodista estrella del Planet.

Le cogí de la oreja con cara de tener ganas de jugar hasta que decidí soltarle y empezó a correr detrás de mi.

C.Sullivan: ¡¡Sam!! ¿Te recuerdo que estamos en el trabajo?
S.Nicholls: Vamos, no creo que la nueva jefa nos vaya a dar una galleta tras su cambio.

El turno de Sam ya acababa y yo sin embargo seguía en el Planet pensando en si darle a Leo buena suerte en el amor para mañana o por el contrario desearle buena salud durante la semana. Esto de tener que editar la sección de horóscopos es lo peor que me ha podido pasar, lo veo tan…estúpido que hasta deberían prohibirlos en los periódicos y dar más Sudoku y Sopa de letras antes que parafernalias de tal tipo.
Ya hacía mas de dos semanas que seguía con esta sección y la señora Kahn no había buscado al nuevo para la sección a pesar de haber despedido hace 1 semana a dos más y haber contratado a tres novatos que tendrían que sufrir ante sus amenazas.
Nada más llegar a la mesa, el teléfono empezaba a sonar.

C.Sullivan: Daily Planet, habla Chloe Sullivan ¿dígame? … No, esto no es una tienda de antigüedades.

Llamadas espontáneas de este tipo eran muy comunes en el periódico. El otro día se confundieron creyendo que esto era un restaurante de comida china para llevar, sin mencionar las llamadas de una graciosilla de apellido Lane que pedía una tarta de chocolate erótica o que si hablaba con la psicóloga especializada en resolver misterios del amor.
El teléfono volvió a sonar, esta vez era la señora Kahn. ¿Qué querrá esta vez? Quería que fuese a por margaritas. No me lo podía creer, ayer pidió tarta imperial y una novela rosa para leerla cuando llegase a su casa.
Decidí hacerle caso e ir a por las margaritas en la floristería mas cercana que pude ver, estaba a tres manzanas del Planet, así que al menos…aproveché para despejar la cabeza.
La polución en Metrópolis es espantosa, no hay nada como respirar aire puro en Smallville.
Tras llegar al Planet, subí hasta el despacho de la señora Kahn y me dispuse a hacer entrega de las margaritas que había pedido. Fuera de su despacho, había una muchedumbre nerviosa que esperaba hablar con ella. Estaban todos indignados porque Kahn no les hacía ni caso. Pasé entre el personal y toque la puerta, entre el escándalo ni siquiera supe si la señora Kahn había pedido que pase, así que abrí la puerta, me metí dentro y cerré dejando atrás media margarita a causa del alboroto de fuera.
Era increíble, incomprensible…la señora Kahn estaba acostada boca arriba sobre su mesa con una rosa jugando al “me quiere, no me quiere”
Me quedé parada y a la vez cortada.

P.Kahn: Chloe querida, gracias a dios que ya estás aquí. Trae esas margaritas, no puedo seguir destrozando a estas pobre rosas.
C.Sullivan: Señora Kahn ¿le ocurre algo?
P.Kahn: No, nada cariño ¿por qué? ¿Ocurre algo querida?

¿Querida? ¿Cariño? Si la señora Kahn cambió sus tan sutiles “incompetente” o “niña inocente” por estás palabras nuevas, que viva entonces el amor.

C.Sullivan: Señora Kahn, ahí fuera están todos esperando órdenes suyas para seguir con el número de mañana.
P.Kahn: Les he dicho que se tomen el día libre, que disfruten del bello día que hace hoy y así hagan volar su imaginación.
C.Sullivan: ¿Va a dejar que se marchen? ¿Y que pasa con el número de mañana?
P.Kahn: ¿Qué? ¡Ah si, claro! Soy la directora, pero que más da por un día que no lo publiquemos no pasa nada. Las revistas del corazón pueden cubrir al Planet por un día.

Esto no podía ser verdad, había empezado a cantar canciones y a mover las manos por todo su cuerpo. Eché un vistazo a la habitación, estaba llena de flores por todos lados, muchas de ellas tiradas en el suelo y había notas de admiradores por todos lados. Algo llamo mi atención, todas las notas parecían tener la misma caligrafía solo que cambiaban de azul a negro o colores verdosos y rojizos.
De pronto, la señora Kahn se levantó y se acercó a un ramo situado en una estantería llena de libros. Cogió una de ellas y empezó a comérsela. Si chicos, como oís, la señora Kahn parecía una cabra vestida con traje de noche rojo mientras engullía las flores como si fuese algo normal.
De pronto paró y sus ojos se iluminaron despertando en ella una sonrisa de oreja a oreja.
Entonces salió con paso decidido hasta la puerta abriéndose paso entre la muchedumbre de trabajadores.

P.Kahn: ¡chicos, chicos vamos! Tomaos el día libre, que fluya el amor por todos lados. Yo me voy a buscar a algún romántico que esté dispuesto a bailar conmigo. ¡¡Ciao!!

Esto era muy raro, examiné las notas esparcidas por el suelo de “los admiradores” de Pauline Kahn y confirmé mi sospecha, todas las notas llevaban el mismo trazo a la hora de escribir solo que lo firmaban con diferentes nombres.
Salí del despacho y hice una llamada a un contacto que tenía en la oficina de registro de Metrópolis. Escanee y envié una copia de las notas por e-mail a mi amigo y a las pocas horas ya tenía su nombre. Charles Beck, no hacia falta ser una genio para saber que se trataba de la competencia; Beck era el director del Inquisitor, un periódico sensacionalista donde abundaban historias de famosos pillados o de casos extraños relatados por locos que no tenían dos dedos de frente.
Di un aviso a Sam y a la media hora nos reunimos en la entrada del edificio del Inquisitor. Pedí cita al momento a la borde que tenían por recepcionista. Sus palabras textuales fueron “No puedo darle cita a universitarios que buscan terminar su trabajo de clase”

C.Sullivan: Dígale a su jefe, que esos universitarios tal y como nos llamas, tienen información confidencial acerca de la directora Kahn que podría interesarle.

La recepcionista puso cara de aceituna y descolgó el auricular llamando a Charles Beck.
Nos recibió en su despacho, era un hombre alto, medio calvo y se tomaba muy en serio su aspecto físico ya que vestía traje de color turquesa y camisa rosa a rayas además de desprender un aroma a perfume caro.

C.Beck: Bien, ¿y que es esa información que tienen que ofrecerme dos jóvenes con cara de asustados?
C.Sullivan: Veo que le gusta jugar señor Beck, pero a usted parece que le gusta el doble ¿tan enamorada está de la señora Kahn que no hace mas que llevarle regalitos a su despacho? ¿Qué es lo que le ha hecho para que se desentienda del periódico y se preocupe mas por su modelito del día?
C.Beck: No se de que me hablan, pero Pauline Kahn es muy lista y quizás se haya dado cuenta de que de nada le sirve luchar por ese periódico sabiendo que tiene al Inquisitor haciendole frente.
C.Sullivan: Solo quiere que el número de mañana no salga, algo le ha hecho para que se comporte así. ¿La ha drogado?

El señor Beck soltó una risa y se levantó de su silla para echarnos fuera.

C.Beck: Váyanse antes de que llame a seguridad.

No tuvimos mas remedio que salir del despacho. Al salir, Sam se quedó mirando a unas cajas que estaban fuera, llevaban flores y cogió una rosa amarilla y la olió.

S.Nicholls: ¿Hueles el amor Sullivan? (Dijo en tono burlón)

Siguió oliéndola hasta que empezó a comportarse de forma extraña y empezó a sacar flores de la caja y a comérselas tal y como hizo la señora Kahn. Se había sonrojado y me cogio en medio del pasillo mientras bailaba.

C.Sullivan: Para, para don Juan.
S.Nicholls: Chloe, tengo que confesártelo, pero me gustas desde el primer día en que te vi. Con esa sonrisa, con esos ojos, y con tu fascinante sentido de la verdad, conseguiste que me tuvieses rendido a tus pies.

Estaba delirando. Sam Nicholls se había confesado sin ser consciente de lo que hacía realmente. No le hice caso y fui a soltarme hasta que intentó besarme en todo los morros.
Le eché para atrás y le cogí por la espalda.

C.Sullivan: Vamos anda, es hora de que vayas tu también a la pista de baile.

Ya sabía lo que le había ocurrido a la señora Kahn, ahora todo era cuestión de encontrarla antes de que todo fuese un desastre. Cuando había recogido la nota de su despacho, también vi varias tarjetas de una especie de Pub para cuarentones solitarios en busca de su media naranja. Estaba a las afueras de la ciudad, así que metí a Sam en mi coche y juntos fuimos en dirección al garito del amor.
No se estuvo quieto en todo el trayecto saludando a todo el mundo o sintonizando emisoras con temas románticos y empalagosos.
Una vez llegamos, vimos a la señora Kahn tonteando con el camarero que trabajaba allí. Era joven y lo tenía asustado. Sam no dejaba de abrazarme por detrás mientras murmuraba canciones. Esto era de locos.
De pronto la señora Kahn calló al suelo en medio del local. Estaba sudorosa y estaba ardiendo.
Pedí ayuda al camarero para que llamase a una ambulancia y a los poco minutos estaba en la sala de espera del hospital de Metrópolis a la espera de noticias de la señora Kahn y atenta ante posibles problemas con Sam.
Todo quedó en un susto. Ambos estaban afectados por una especie de virus que se contagiaba a través de una sustancia química que llevaban las flores que enviaba Charles Beck.
Descubrí que estas flores tenían extractos de una de las flores más problemáticas que tuvo Smallville hará unos años, Nicodemus. Está flor era un experimento del Doctor Hamilton, un científico que trabajaba con meteoritos y que creo una planta capaz de sacar los sentimientos mas reprimidos, entre otras cosas…el amor.
En su día, la LuthorCorp con ayuda de Hamilton desarrollaron un antídoto que quitaba los efectos de esa flor.
Esta vez, el Inquisitor la había echo buena y la señora Kahn tras su recuperación no tardó en poner una denuncia a Beck.
Al final con mucho esfuerzo, esa noche conseguimos sacar el periódico adelante y el numero se publicó con pocas horas de retraso.

Esa misma mañana, la señora Kahn volvía del hospital.

P.Kahn: Sullivan. Lo que pasó en el Pub que quede entre nosotras. ¡Y no quiero Bromas!
C.Sullivan: Por supuesto jefa.

La señora Kahn estaba avergonzada y se pegó todo el día dando órdenes para evitar burlas.
Sam también había llegado, volvía a ser el de siempre.

S.Nicholls: ¿Qué tal anda mi reportera favorita?
C.Sullivan: Eso quería preguntar yo a la última víctima de cupido tras su entrada al país del amor.
S.Nicholls: Todo está borroso tras el antídoto de la Luthor. ¿Hice algo de lo que deba arrepentirme?
C.Sullivan: No, al contrario. Me hiciste pasar momentos muy graciosos, a pesar de que hubo momentos en que me dieron ganas de matarte.
S.Nicholls: Espero que esto no cambie nuestra relación. Me he dado cuenta de que te tengo mucho aprecio y que me gustaría que no perdiésemos contacto si algún día llegan a echarme.
C.Sullivan: Eso no va a pasar nunca Sam, no mientras no vuelva a afectarte el virus del amor.

Lo que dijo ciertamente me hizo pensar mucho. Quizás me esté equivocando, pero Sam estaba nervioso, cosa que nunca le pasaba al hablar conmigo. Lo cierto, es que hoy por hoy, no podría vivir sin sus escapadas a la azotea del Planet y sin sus chistes sobre ancianas que robaban en el súper.

Continuará…
1x11 Mensaje || Fecha de emisión: 20-02-07
Hay un dicho que dice que la vida en la ciudad es mucho más emocionante que el cualquier otro lugar, y lo cierto es que hasta hace un par de semanas lo era para mí, pero en estos días la rutina se ha apoderado de mí y entre las clases y el Planet no tengo ni tiempo para visitar Smallville.
Anoche recuerdo que llegué a las 3 de la madrugada a la residencia. Lana estaba despierta, parecía preocupada y se alegró al verme. Estábamos en época de exámenes y Lana intentaba meterse en la cabeza a varios astrónomos y filósofos amantes de todo lo relacionado con la vida extraterrestre. Jamás pensé que Lana acabaría estudiando astronomía aunque también es verdad que jamás pensé que yo acabaría llevando una vida tan estresada.
Cuando acabé el instituto pensé que la vida en Metrópolis sería más fácil y que disfrutaría de ella plenamente. En parte era así pero créanme que no tiene nada de especial estar 4 horas sentada organizando archivos antiguos del Planet, aunque de vez en cuando sea interesante y te pique la curiosidad por algún artículo en especial.

Esta mañana en la redacción habían dos agentes de policía plantados en la recepción del Planet, esperaban hablar con la señora Kahn. Me acerqué hasta la recepción para ver si tenía algún paquete para mí y fue entonces cuando uno de los agentes se me quedó mirando.

Agente: Chloe Sullivan ¿no?
C.Sullivan: Si, soy yo ¿Ocurre algo agente?
Agente: Me alegra verle a usted personalmente señorita Sullivan, verá no se si últimamente ha revisado su correo electrónico pero acabamos de recibir una llamada de la señora Kahn informándonos de que usted tiene un mail muy importante.
C.Sullivan. Disculpe mi torpeza agente pero…no se de que me está hablando. Revisaré mi correo en un momento y así saldremos de dudas.

Me dirigí con los agentes hasta mi mesa de trabajo en el sótano. Seguía tan llena como de costumbre y tenía varias notas de superiores esperando ayudarles en su tarea.
Encendí el monitor del Pc y abrí mi correo. Tenía varios mails, algunos de Clark, otros de unos contactos que tenía en el Planet y había un mail anónimo el cuál estaba a fecha de hoy.
Al abrirlo uno de los agentes suspiró y empezó a hablar.

Agente: Jum…justo lo que pensábamos. Señorita Sullivan ¿por qué tiene usted un mail anónimo con un mensaje encriptado?
C.Sullivan: ¿Desde cuando es delito recibir mensajes camuflados? Ni siquiera se de que habla y quién lo envía, lo juro.
Agente: ¿Sería usted tan amable de acompañarnos a comisaría?
C.Sullivan: Espere un segundo agente, ni siquiera se por qué tendría que acompañarle ¿Acaso sabe usted algo de ese mensaje?
Agente: Según nos han informado, la redacción lleva varias semanas recibiendo ese mismo mensaje a correos de varios empleados de este periódico, entre otras usted señorita. Alguien nos dio el soplo de que este mensaje se estaba filtrando aquí y decidimos que la directora nos podría facilitar la información.

Menudo lío en el que me acababa de meter y todo por un simple mensaje encriptado. Decidí acompañar a los agentes pero antes les pedí que me dejaran recoger mis cosas. En ese momento aproveché para copiar el mensaje a mi teléfono móvil. Lo estuve leyendo en el coche de la policía de camino a comisaría. El mensaje contenía varias líneas con palabras sin sentido ni orden ortográfico.

Ec encxg fg fgucevkxcekqp gt:

45B02GH92CORP

Egde Nevets. Ewcftq fg wp cpign


Recuerdo que en secundaria, nuestro tutor nos traía pasatiempos y juegos para pasar el rato en las clases libres, una vez trajo pequeñas frases que contenían un mensaje encriptado. Eran muy simples y hasta uno mismo podía crear un con facilidad sustituyendo las vocales por números o escribiendo las palabras al revés, en este caso…la cosa era más complicada ya que los pocos números que contenían estaban muy pegados y no aparecía ningún mensaje leyéndolo de derecha a izquierda.
Envié el mensaje a un contacto que tenía en la comisaría de Smallville para ver si podría ayudarme y recé por no haberme metido en un problema.

Al llegar a comisaría, vi a dos compañeros de trabajo del Planet, eran novatos como yo y estaban asustados. Pence era un chico que llegó hará 4 meses a la redacción y se encargaba de hacer fotocopias y repartir archivos importantes, por otro lado Erica trabajaba en la sección de esquelas del periódico hará ya como medio año.
Los dos agentes se habían marchado y llegó una mujer alta y con el pelo corto y negro que nos miraba a los tres como si fuésemos delincuentes.
Se me quedó mirando y sacando boli y papel empezó a hacerme preguntas.

A.Wood: Bien señorita dígame ¿Qué hizo esta tarde antes de llegar al Planet?

Pensé que no sería buena idea interrumpirle con mis preguntas así que obedecí por si salía mal parada.

C.Sullivan: Salía de la residencia de la Universidad de Metrópolis, había llegado de un examen final de cuatrimestre.
A.Wood: Bien, es usted Chloe Sullivan ¿verdad? No hace mucho que llegaste al Daily Planet y hasta el momento has estado metida en varios casos policiales cuando solo te encargas de hacer recados en el sótano del periódico. Supongo que estará de acuerdo conmigo en que no es de extrañar que aparezca en su correo un mensaje encriptado.
C.Sullivan: ¿Insinúa que soy una espía o algo parecido? Cualquiera puede escribir mensajes encriptados, hasta mi abuela podría. Además, aún no saben que contiene el…
A.Wood: Ya están trabajando en ello señorita Sullivan, no se vaya por las ramas y limitese a contestar lo que le pregunte.

En ese momento la señora Kahn llegaba a la comisaría. Estaba enfurecida y era fácil adivinar que se debía a que tres de sus empleados estuviesen en comisaría.
Ella y la Agente Wood se dirigieron a una sala aparte dejándonos a los tres solos. Estábamos en un despacho bastante amplio y en ese momento un fax empezó a sacar papel. No pude aguantar la curiosidad y tras las fulminantes miradas de Pence y Erica me acerqué hasta el fax. Habían traducido el mensaje encriptado y la cosa me empezó a oler nuevamente a las elecciones:

La clave de desactivación es:

45B02GH92CORP

Steven Edge. Cuadro de un ángel.


El nombre me sonaba perfectamente, Steven Edge era uno de los aspirantes a senador que se habían presentado junto a Lex Luthor y Jonathan Kent, lo se porque el Planet no deja de hacerle campaña a Edge ya que hasta no hace mucho trabajaba en el Planet como uno de los mejores periodistas de investigación del país.
En sí, el mensaje seguía sonando desconcertante y no daba señales de dejar nada claro.
Llevaba mi cámara en el bolso así que tomé una fotografía al fax que habían enviado y entonces Pence empezó a rechistar.

Pence: Sullivan, será mejor que dejes eso ¿no querrás que nos metan en más problemas ¿no?
C.Sullivan: Pence, si algún día quieres dejar de ser el chico de las fotocopias deberías arriesgarte un poco y buscar una historia.

Pence se quedó callado y cruzó miradas con Erica poniendo cara de besugo. La Agente Wood y la señora Kahn habían regresado, parecían confusas y el rostro de la señora Kahn daba a pie a unas ganas de querer volver a la redacción.
La agente Wood se acercó hasta el fax y lo leyó. Sus pupilas se abrieron exageradamente y se quedó mirando a la señora Kahn.

Agente Wood: Parece ser que alguien quiere deshacerse de su antiguo colega de trabajo, señora Kahn.
P.Kahn: ¿Qué contiene el mensaje?
Agente Wood: Tiene una clave de desactivación de un artefacto explosivo. Algo me dice de que quieren hacer volar a Steven Edge. Tengo que irme señora Kahn, iré con mis agentes hasta la mansión de Edge y la registraremos, mientras tanto, Sullivan y ustedes dos se quedarán aquí.

En ese momento me sentí como una niña de guardería y no estaba dispuesta a quedarme de brazos cruzados teniendo un caso tan emocionante tan cerca de mis manos.

C.Sullivan: Agente Wood, déjeme acompañarle, no tengo ni idea de que es lo que ocurre pero me gustaría contribuir el caso de primera mano para el Planet con su permiso y el de la señora Kahn si es posible.
P.Kahn: Sullivan, esta vez no.
Agente Wood: Tal vez seas de ayuda, a fin de cuentas fuiste una de las que recibió el mensaje y algo me dice que sabes más de lo que cuentas.

La señora Kahn pareció alegrarse disimuladamente, de una forma u otra me estaba patrocinando de la mejor manera posible ante ella y cualquier caso vendría bien a lo que pensaría la señora Kahn sobre mí.

La casa de Steven Edge estaba a las afueras de Metrópolis, en una zona más tranquila y limpia de polución. La agente Wood se había traído a los dos agentes de antes más dos corpulentas agentes con cara de pocos amigos.
Al entrar en la casa, vimos que todo estaba patas arriba. Steven Edge vivía en una elegante casa, fruto de su éxito en el Planet y del Pulitzer que había recibido años anteriores por uno de sus reportajes sobre la guerra de Irak.
La agente Wood parecía preocupada y pidió a una de las agentes corpulentas que me sacase de la casa, sus palabras fueron “Sullivan, no puedo permitirme cargas, esto está peor de lo que pensaba”.

Me quedé fuera con la agente con cara de amargada y se me quedó mirando todo el rato para asegurarse de que no me movería de allí. No parecían gustarles los reporteros así que decidí que debía ganármela para intentar entrar otra vez en la casa. Empecé a inventarme estupideces tales como que siempre quise ser policía y que lo del periodismo era solo por cosa de familia, hasta acabé hablándole de CSI para ver si mostraba algún interés, aún así…nada.
Dentro, todo seguía igual y nada parecía extraño hasta que la corpulenta agente recibió una orden por su walkie-talkie y volvió a entrar dentro limitándose a decirme “no te muevas reportera”.
Agradecí que se marchara y a los segundos de haber entrado recibí un mensaje en mi móvil. Era de mi contacto en Smallville, había traducido el mismo mensaje que le envié antes pero su trabajo no sirvió de nada ya que ya se le habían adelantado.
Entré en la casa y empecé a curiosear en busca de un cuadro con un ángel tal y como advertía el mensaje. No hacía falta ser una genio para saber que ahí debería estar el artefacto explosivo. Subí al segundo piso y allí estaban la Agente Wood con los demás. Examinaban un cuadro bastante amplio que tenía un ángel mirándose en el reflejo del agua. Lo retiraron de la pared y allí estaba, en un pequeño recoveco, una bomba con un reloj digital señalaba el tiempo restante para la explosión.

00:05:37

Se me puso la carne de gallina y me entraron unas ganas terribles de echarme a correr. No me había percatado que en la cama doble estaba el señor Edge tumbado boca arriba y con la boca abierta; debían haberlo drogado ya que tenía el rostro de color lila. No se quién habrá sido el retorcido que habrá hecho esto, pero sin duda tenía ganas de asegurarse de que moriría uno de los aspirantes a senador.
En un principio todo apuntaba a que había sido idea de Lex Luthor, él también se presentaba y no era la primera vez que se veía implicado en algo parecido tras los trapos sucios del caso “Zero Consecuencias”.

El sonido del reloj me hizo volver en sí y cada vez quedaba menos. (00:04:12) La agente Wood metió la clave que tenía en el fax pero dio error y la bomba no se desactivó, es más, era como si el tiempo se hubiese acelerado por el fallo cometido.
Todos estábamos nerviosos y nos mirábamos con caras de pánico.

Agente Wood: Salgamos todos de aquí ya, coged al señor Edge y salid corriendo.

El reloj digital sonaba cada vez mas deprisa (00:02:01). Mantuve la calma y sabía de que no tendríamos tiempo a salir de la casa vivos. Me detuve ante la agente Wood y le pedí que volviese a meter la contraseña o no saldríamos con vida.
Los agentes habían empezado a bajar las escaleras a toda prisa y la Agente Wood y yo seguíamos en el dormitorio. Wood había soltado el fax tras el intento de parar la bomba y entonces saqué mi móvil abriendo el mensaje traducido.

C.Sullivan: Tome, vuelva a intentarlo.

La Agente Wood se me quedó mirando y tras unos segundos giró su vista hacia las contraseña escrita en el mensaje de móvil.

Agente Wood: Este no es el código niña ¿Qué pretendes?
C.Sullivan: ¿Qué dice? Yo también mande el mensaje a traducir y esto es lo que me acaba de llegar, vamos introduzca ese código, quizás sea el correcto.

La Agente Wood se apresuró a teclear el código, estaba nerviosa y el contador no la dejaba concentrase (00:00:45 00:00:44 00:00: 43)
Finalmente tecleó la nueva contraseña y la bomba se detuvo con éxito.

En ese momento sentí una gran sensación de alivio y Wood y yo nos quedamos mirándonos. Salimos del dormitorio y allí estaban aun los agentes con Steven Edge ya despierto, habían bloqueado la puerta de salida.

La diferencia entre los dos mensajes que se habían traducido era que el recibido por parte de la comisaría de Metrópolis no tenían traducido el código ya que pensaron que esa era la contraseña mientras que el recibido a mi móvil si tenía traducido el código avanzando dos letras al igual que el resto del mensaje dejando ver el nuevo código de la siguiente manera:

67D24IJ14EQTR

Unas horas después, Lex Luthor estaba en la comisaría de Metrópolis respondiendo a las preguntas de la Agente Wood, parecía enfadada y aún así guardaba respeto ante Lex.
Averiguamos que el mensaje lo habían enviado desde LuthorCorp, uno de los agentes de seguridad de la fábrica Luthor había dado el soplo al Planet. Dicho agente era amigo de Steven Edge y ambos se conocían desde el Instituto.
Al final, se supo que Lex estaba detrás de la trama y que había contratado a un “matón” que había drogado a Edge y colocado la bomba en su casa para deshacerse de uno de los fuertes candidatos aspirantes al senado.
No sabemos como se las apañó Lex, pero acabó demostrando su inocencia a raíz de la declaración del juez; eso sí, una vez más Lex no se libraría de las criticas recibidas y del último artículo publicado en el Planet de la mano de una reportera novata llegada no hace mucho al Daily Planet, ¿quién habrá sido?.

Tras tanta acción decidí que sería buena idea regresar a Smallville para apoyar a uno de mis mejores amigos en uno de sus momentos más difíciles. A veces ser periodista es un arma de doble filo ya que te lleva a conocer toda la verdad y te obliga a ser objetiva. Ojalá pudiese estar en todo y no haber contribuido solamente a evitar la muerte del señor Edge sino también a la de los seres queridos de tus amigos.

“En memoria del personaje Jonathan Kent”

Continuará…
1x12 Calor || Fecha de emisión: 10-03-07
Ver como un amigo se hunde poco a poco no es nada agradable. A veces me resulta difícil saber como se siente una persona tras la pérdida de un ser querido, nunca me he sentido así ya que mi padre es un hombre centrado en su trabajo y mi madre…¿Qué decir de mi madre? Un día decidió marcharse de casa y no regresar más. Tenía 7 años y el día que desapareció de mi vida no sentí nada. Siempre he estado muy unido a mi padre, sin embargo con mi madre…nunca tuve la oportunidad de sentirme querida junto a ella.

Tras el entierro de Jonathan Kent, en Smallville se respira el dolor de la pérdida de un hombre que hizo mucho por el pueblo, un hombre humilde que jamás fue tentado por las ambiciones ni por el poder, solo quería lo mejor para su familia, para sus más allegados y para toda esa gente buena y que necesita ayuda.
¿Qué decir entonces de su hijo? Clark es un claro reflejo de su padre, siempre dispuesto a ayudar a los demás a cambio de nada. Son tantas la veces que me has ayudado Clark…¿Cómo no estar junto a ti en este momento tan difícil?

Sólo han pasado unas horas tras el desenlace en el cementerio, la nieve densa tenía mi mente bloqueada, había tanta simplicidad y pureza por los campos de maíz que me conformaba con mirar hacia el horizonte y pensar en lo importante que son las personas a las que quieres, la necesidad de estar cerca de ellos, de sentir su calor…una necesidad que a veces acaba inesperadamente y te encuentras de bruces con el dolor, la desesperación, el no saber que hacer a partir de ese momento…
Pensé que lo mejor sería dejar a Clark a solas con su madre, nadie tenía derecho en ese momento a irrumpir en su tristeza.
Me reuní con Lois en el Talon, allí estaba también Lana. El Talon estaba cerrado, y aunque estuviese abierto, seguiríamos sintiéndonos las tres tan solas aunque estuviese lleno de gente con ganas de beber café.
Lana tenía la mirada perdida y Lois no podía estarse quieta, paseaba por la máquina de café mientras se preparaba uno doble con mucha azúcar. Hasta hará unas semanas, Lois había pasado mucho tiempo con el señor Kent, ella había sido su ayudante personal y hacía lo imposible por conseguir que el señor Kent ganase las elecciones.

C.Sullivan: Lois, eh Lois…porque no descansas un poco y subes arriba. Debes estar agotada tras todo lo que ha pasado en estos días.
L.Lane: Chloe, no se, pero desde que se marchó, me siento perdida y sin rumbo, me había acostumbrado a trabajar en esto, el señor Kent era una buena persona, no entiendo como el destino ha querido llevárselo tan pronto.
C.Sullivan: Tal vez ya sea tarde para retroceder, pero murió consiguiendo lo que quería: ver como su familia se sentía una vez mas orgulloso de él.
L.Lane: ¿Crees que murió por su corazón o quizás alguien…?
C.Sullivan: No hubo indicios de que así hubiese sido, nadie lo mató Lois, su corazón estaba enfermo pero se mantenía vivo, algo debió alterar su estado para llegar a esto.
L.Lane: ¿Crees que Lionel Luthor tuvo algo que ver?
C.Sullivan: Por lo que se, Lionel ayudó en la campaña electoral del señor Kent, aunque conociéndole bien, no me extrañaría nada que estuviese implicado.

Esa misma tarde, Lois y yo decidimos indagar un poco, sabíamos que no era el momento oportuno para meter el dedo en la llaga, pero no podíamos hacer otra cosa.
En el piso de Lois, buscamos en Internet los últimos movimientos que había hecho Jonathan Kent por teléfono. Lois estaba al tanto de su agenda y nada pareció extrañarle, sabía que en mas de una ocasión había mantenido contacto con Lionel Luthor, pero hasta donde le había informado el señor Kent, era tan solo en cuestiones de campaña.
Había infinidad de números de teléfono, no solo de Kansas, sino también de Metrópolis o de Nueva York. Era lógico ya que ser aspirante a senador de un país como EE.UU da la vuelta al mundo en menos de un segundo.
Decidimos centrarnos en las últimas llamadas antes de su muerte, había varias de Lionel, de Martha y había un número que se repetía infinidad de veces. Tras indagar un poco, averiguamos que se trataba del ayudante personal de uno de los candidatos a senador, Joe Olson.
Era un hombre de 48 años que residía en Grandville, era médico y este era su tercer intento de hacerse con el puesto de senador.

L.Lane: Chloe, sabía que Olson se presentaba a las elecciones, pero nunca el señor Kent me mencionó que mantenía algún contacto con él.
C.Sullivan: Quizás no sea tan complicado conseguir respuestas, su ayudante se llama Darren Beeman, vive en Metrópolis, a dos manzanas de Luthor Plaza.

No lo dudamos ni un segundo y a las pocas horas estábamos en Metrópolis, Darren Beeman, vivía en un piso de mala muerte, su casera casi nos cobra para entrar y tuvimos que esquivarla diciéndole que éramos de Servicios Sociales (cosas de Lois).
Tocamos varias veces en el 12B hasta que un joven con cara de sapo nos abrió la puerta. Lois me dio un toque en señal de que si se trataba de Beeman.

D.Beeman: ¿Qué queréis?
L.Lane: ¿No nos has llamado? Somos las masajistas que ganaste por una hora en el concurso de radio.

No se porque me sorprendía, Lois siempre tenía una tendencia a complicar las cosas y a sacar las opciones más enrevesadas de todas. El cara de sapo disimuló y se aprovechó de la situación tal y como queríamos. Tras cruzar la puerta, un olor a soltero desordenado nos invadió.

L.Lane: ¿Este chico no sabe lo que es limpiar?
C.Sullivan: Shhh, calla, no vaya a ser que nos eche.
D.Beeman: Perdonad por como está la habitación, pero es que he estado muy liado últimamente.
C.Sullivan: ¿Ah si? ¿Y eso por qué? ¿Eres estudiante?
D.Beeman: Si, pero además de eso trabajo como ayudante personal, menos mal que las elecciones ya han acabado y tengo tiempo para descansar y disfrutar de dos preciosidades como las que tengo ahora mismo en casa.

Lois sonrió con cara de tener cerebro de guisante y de pronto se acercó a Beeman y le cogió por el cuello.


L.Lane: A ver niñato, mas vale que contestes y nos cuentes que te encargaba hacer Joe Olson o sino realmente vas a necesitar un masaje en el cuello, solo que en esta ocasión no seré yo quien te lo haga, sino mas bien tu abuela cuando te vea hecho pedazos.
D.Beeman: ¿Quiénes sois? ¿Cómo sabeis que trabajo para el señor Olson?
C.Sullivan: Tan solo queremos saber sus movimientos en estos últimos días. No pierdes nada con decirnos que pasa, ya ha perdido las elecciones.
D.Beeman: El señor Olson estaba obsesionado con ganar las elecciones, al igual que todos los candidatos. A veces era muy duro conmigo ya que me encargaba cosas que no podía hacer en un solo día y constantemente se sumergía en su despacho para buscar la forma de ir quitando puntos a sus adversarios en vez de centrarse en hacer propaganda o asistir a conferencias.
C.Sullivan: Por eso apenas se oía hablar de él. ¿Sabes si una de sus estrategias se centraba en Jonathan Kent?
D.Beeman: Olson sabía que Kent sería el mayor adversario, me mandaba buscar trapos sucios sobre él o sobre su familia, pero nunca encontramos nada hasta que se enteró de que Jonathan Kent tenía problemas de corazón. Nunca mataría a nadie, lo conozco desde que era pequeño, iba todas las tardes a ayudarle a su consulta, era un hombre bueno, pero desde que decidió presentarse a las elecciones se volvió una persona oscura y se obsesionó con el poder.

Finalmente, Lois le soltó y lo empujó hacia atrás, parecía mas relajada y se acercó una vez más hasta Darren.

L.Lane: El señor Kent ha muerto por culpa de tu estúpido jefe, si no nos cuenta que hizo, en menos que canta un gallo dejarás este antro que tienes por casa y estarás en comisaría pasando por un interrogatorio que puede llevarte a la cárcel. Tu decides.

Darren estaba nervioso y le costaba respirar, finalmente decidió hablar.

D.Beeman: El señor Olson me ordenaba cada día redactar cartas de amenazas de anónimos para el señor Kent, quería que dimitiese de su candidatura.
L.Lane: ¿Y que contenían esas cartas eh?
D.Beeman: Amenazas a su familia, de matar a su mujer o secuestrar a su hijo. Me decía que le escribiese cosas como que si no dejaba la candidatura alguien iría a su casa y le mataría.

Teníamos un testimonio que parecía fiable. Abandonamos el cuchitril del cara de sapo y fuimos decidimos ir hasta Grandville en busca de Joe Olson. Pensamos que no sería buena idea levantar investigaciones policiales tras la muerte de Jonathan, sabíamos que nos estábamos arriesgando a muchas cosas pero teníamos una pista y quizás no sea del todo cierto que Jonathan Kent hubiese muerto de forma natural.

C.Sullivan: Lois espera, no debemos anticiparnos aún, deberíamos ir al hospital de Smallville en busca del parte médico del Señor Kent, quizás allí haya alguna prueba que nos ayude.

Lo bueno de Smallville, es que tras haber estado viviendo tantos años en él siempre hay alguien que puede ayudarte aunque solo haya sido porque una vez le hayas dejado unos apuntes de mates de 4º de ESO.
Un amigo enfermero del hospital de Smallville nos facilitó el parte médico a condición de no decir nada. Todo parecía normal, el parte constataba que Jonathan Kent había muerto por un ataque al corazón. Había una anotación en la que figuraba que había recibido un tratamiento preventivo de pastillas y que según los análisis, el señor Kent en las últimas semanas había doblado la dosis y que por ello su corazón sufría constantes aceleraciones.

L.Lane: ¿Y si esas pastillas no fueran preventivas sino todo lo contrario?
C.Sullivan: Vayamos entonces hasta Grandville.

Llegamos hasta la casa de Joe Olson, nadie nos abrió la puerta y tras dar un rodeo, pasamos de ser trabajadoras de Servicios Sociales a ser unas ocupas de la casa del señor Olson.
Entramos por la puerta trasera de la casa, tenían un perro que no paraba de ladrar. Una vez dentro, Lois casi me mata del susto con sus estornudos a causa de la alergia a los perros. La casa estaba desierta y todo parecía normal, bajamos hasta el garaje y una vez dentro fuimos testigos de un suicidio…habíamos llegado tarde, el señor Olson se había suicidado tras colgarse de una cuerda.
No hubo alternativa que llamar a la policía. Su mujer había llegado y no parecía tan conmocionada, era como si la muerte de su marido no le hubiese afectado tanto.
Decidimos probar suerte y nos acercamos hasta ella, era una mujer alta y extremadamente delgada, tenía el pelo medio desaliñado y su rostro reflejaba cansancio acumulado a causa de las amplias ojeras que bordeaban su mirada.

C.Sullivan: Señora Olson, se que no es un buen momento pero…¿sabe porque le ha pasado esto a su marido?

La pregunta a pesar de no ser directa fue realmente comprometida y pensé que se molestaría pero no pareció dar ápice de tal enfado y se dispuso a contestar.

Señora Olson: Mi marido ha cambiado mucho en los últimos años, esa maldita campaña le cambió por completo, llevaba tantos años intentado hacerse con el puesto que olvidó a su familia, sus hijos se han ido fuera a estudiar y yo estoy completamente sola…tenía una obsesión continua.
C.Sullivan: Supongo que se habrá enterado de que el señor Kent ganó las elecciones, su muerte ha conmocionado a muchos y…nos hemos enterado de que su marido ideaba estrategias para ir quitando puntos a los candidatos a senador, cree usted que tuvo…
Señora Olson: Mi marido jamás mataría a nadie, se quitó la vida por que no soportaba el haber perdido por tercera vez consecutiva las elecciones, su obsesión de alcanzar el poder le convirtieron en un monstruo, pero un monstruo con limitaciones.
C.Sullivan: El señor Kent murió de un ataque al corazón, su marido mandaba continuas amenazas al señor Kent, creemos que incluso tuvo algo que ver con el tratamiento médico que llevaba en el Hospital de Smallville, él era médico y también trabaja allí.

La señora Olson cerró los ojos durante largos segundos y tras abrirlos respiró hondo y se dispuso a contestarme.

Señora Olson: Tiene usted pinta de reportera, nunca me han gustado las injusticias, por ello defiendo la verdad al igual que usted. Venga conmigo por favor.

La Señora Olson nos dirigió hasta el despacho de Joe Olson, allí guardaba muchos informes y fichas sobre sus pacientes, sacó el de Jonathan Kent. Nos contó que su marido no era normalmente el médico de Jonathan Kent, pero que tras una baja temporal de su médico anterior, Olson lo sustituyó hasta su regreso.
En el informe que tenía del señor Kent pudimos ver que nada tenía que ver con la información que se reflejaba en el informe del Hospital de Smallville.
Aparecían varias pastillas de carácter ilegal, incluso había droga entre la lista, tenía subrayadas con rotulador rojo a dos de ellas, no eran medicamentos mortíferos pero si alentaban al nerviosismo y a tener dolores de cabeza.
El señor Olson no había intentado matar al señor Kent, pero si trató de ponerlo nervioso para que dejase su candidatura.

L.Lane: Al final…teníamos el hilo en mano, pero en vez de ser de color rojo era naranja…No estábamos del todo equivocadas Chloe.
Agradecimos a la señora Olson su colaboración y nos dispusimos a salir de su casa de camino a Smallville pero justo en ese momento, la señora Olson me agarró del hombro.

Señora Olson: Tienes una historia que contar señorita Sullivan, con esto tienes la verdad sobre mi marido y con ello se aclara que Jonathan Kent murió de forma natural a pesar de haber estado medicado con sustancias nocivas para su salud.
C.Sullivan: Me gusta ser objetiva con las cosas señora Olson, pero si hay algo que no me gusta es ser partícipe de rumores o polémicas. Hacer eco de esta historia en un artículo sería dar a muchos reporteros sedientos de fama la oportunidad de generar polémica a cambio de manchar el nombre de una persona tan pura y humilde como Jonathan Kent.

Finalmente, decidí tirar esta historia a la papelera y dejar que mis sentimientos decidieran en vez de mi instinto periodístico, de esto solo acabaron sabiendolo Lois, Martha Kent y como no Clark. Recibieron la noticia con tristeza y sabían que el señor Kent tenía a muchos enemigos desde las elecciones.
Al día siguiente pude visitar a Clark, estaba en el granero y miraba hacia los infinitos y verdes campos de Smallville.
Al verme, intentó sonreír, pero su corazón se lo impedía.

C.Sullivan: Tranquilo, no te haré la típica pregunta de “¿Cómo te encuentras?” Es obvio que no pasas por un buen momento, y que a pesar de lo que ha querido el destino tu sigues aquí, y lo importante es que no acabes atrapado en el dolor que te produce la pérdida de tu padre.
C.Kent: Ha sido por mi culpa Chloe…mi padre era la persona mas importante de mi vida. ¿Por qué han tenido que llevárselo?
C.Sullivan: La vida no es un camino de rosas Clark, pero con esto la vida te hace fuerte, y no estas solo, tu padre se ha marchado, pero su espíritu no, su espíritu sigue en ti, no va a dejarte sólo, ni tampoco lo hará tu madre. (…) Yo tampoco pienso hacerlo, cuentas conmigo para lo que quieras Clark.
C.Kent: Gracias Chloe, te agradezco lo que haces por mí, tu siempre estás ahí cuando mas lo necesito.
C.Sullivan: Bueno, es lo que tiene el tener por amiga a una plasta sin límites.

Logré sacarle una sonrisa y no pude evitar contestarle con un abrazo. Ese es el calor de cuál hablo, del calor que define a la amistad, una amistad sin mentiras, sin secretos…una amistad con la cuál sentirse afortunada.

Continuará…
[Los capítulos continúan en el post nº 3]
Última edición por --[Sacred-Kripton]-- el Dom Mar 25, 2007 3:17 pm, editado 15 veces en total.



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1x13 Cuestión de Negocios || Fecha de emisión: 22-03-07
En los últimos días, Metrópolis pasa por una fuerte nevada, el frío ha hecho que mas de algún trabajador del Planet pille un resfriado y tenga que pasar el día en casa, por eso es normal que una becaria estudiante en el Planet tenga que mojarse a un nivel mayor en estos días.
La redacción hoy estaba prácticamente desierta, Pauline Kahn estaba desesperada y no hacía mas que contratar a periodistas que quisiesen sustituir a miembros de su equipo por unos días.
Hasta hace unas semanas, Pauline Kahn decidió ascenderme gracias a unos artículos de prensa y a mi esfuerzo diario. Ahora trabajaba para un hombre en el piso 7, Charles Major no era precisamente el jefe perfecto que todo trabajador desea tener, era muy mandón y nunca daba las gracias una vez cumplías tu tarea, con lo cual, es mejor seguir cumpliendo con mi trabajo antes de que se percate y suelte algo por su boca buzón.

Esta mañana al llegar al Planet tenía una nota sobre mi mesa, todo el trabajo del 70% de los trabajadores de Major estaban en mi mesa porque… estaban “misteriosamente” resfriados, ya podría haberse puesto enfermo mi jefe y así no tener que aguantar sus gritos.
Al entrar al ordenador tenía varios mails, su gran mayoría eran de contactos del propio periódico, seguía encargándome de las esquelas del Planet y de asuntos como “necesito 20 fotocopias de “x” cosa” o “ si en 20 minutos no está lo que te pedí te mandaré recuerdos cuando estés en la cola del paro”. En ese momento sonó el teléfono, era el ayudante personal de Pauline Kahn, quería verme en su despacho ya mismo, espero que no vuelva a estar infectada y quiera margaritas…

Al llegar a su despacho había una cola inmensa de personas para entrar en el despacho de Kahn, todos tenían una mirada nerviosa, me recordaban a la cara que debía tener yo la primera vez que crucé ese despacho. Decidí acercarme hasta la puerta para echar un vistazo, a los pocos segundos se abrió y un chico salía corriendo con la cara completamente roja y con una expresión de fracasado que hacía que su cara pareciese la de un corderito degollado.
Kahn pegaba gritos en su despacho y me mandó entrar dejando atrás a la fila de víctimas pendientes de ser atacadas por la loba feroz.

P.Kahn: ¡¡Sullivan!! En una hora quiero verte aquí con pasaporte y lo necesario para viajar. ¿Entendido? ¡¡Una hora!!
C.Sullivan: Señora Kahn ¿A dónde voy?
P.Kahn: A china, mis mejores reporteros han decidido tomarse el día libre, no saben la que les espera en su número de cuenta bancaria cuando estén de vuelta. Sullivan, más te vale estar aquí o volverás al sótano en el cuál empezaste.

Estaba totalmente anonadada, la señora Kahn quería mandarme a China esa misma mañana a saber que. Esta era una de esas oportunidades de oro en las cuales cualquier estupidez te seguiría haciéndote pasar inadvertido en este mundo, así que era el momento de aprovechar al máximo.

Tras volver a la residencia cogí mi cámara, el portátil y algún que otro “juguete” por si hay que jugar a policías y ladrones. De regreso al Planet alguien aguardaba en la entrada.
El pulso me empezó a acelerar más de lo que ya estaba y una sonrisa se dibujó en mi cara tras ver a mi mensajero favorito. Sam estaba postrado en la recepción mientras se zampaba un bocata mañanero.

C.Sullivan: ¡Vaya, parece ser que tus costumbres no cambian! ¿Cuándo dejarás de comer esos bocatas de sardinas en lata?
S.Nicholls: Mmm…el día en que una reportera con unos ojazos impresionantes me invite a desayunar un café con tostadas en su piso.
C.Sullivan. Mmm…bueno, un buen café no me vendría nada mal ahora pero ni en tus sueños pisarás mi habitación a menos que quiera quedarme con la nevera vacía. Además Sam, no puedo, la jefa me quiere ver en su despacho en menos que canta un gallo antes de partir al país de las mandarinas.
S.Nicholls: ¡¿Te vas a china?!
P.Kahn: ¡Si! Pero veo que la señorita Sullivan prefiere quedarse hablando con el guaperas de turno antes que cumplir con sus obligaciones.

La señora Kahn con su aspecto desaliñado había bajado hasta recepción acompañado de su ayudante personal.

C.Sullivan: Disculpe señora Kahn, acabo de llegar y ya iba para su despacho.
P.Kahn: Bien Sullivan, ¿lo tienes todo?
C.Sullivan: Si señora Kahn pero antes querí…
P.Kahn: ¡¡Beetleman!! Entrega esos billetes a Sullivan y la carpeta con todo lo necesario.

Así era como se llamaba el ayudante de la señora Kahn, el pobre tenía la palabra estrés escrita en la frente y parecía que se iba a desmoronar en el suelo de tanta presión. Me entregó dos billetes de ida y vuelta a Hong Kong además de unas carpetas llamadas “Caso Apex”.

C.Sullivan: ¿Dos billetes señora Kahn? Vale que mi trabajo aquí en mas de una ocasión sea el de dos o de tres pero…
P.Kahn: Sullivan, no vas a ir sola hasta China. Necesitas a alguien que te eche una mano con la investigación, no he tenido tiempo de conseguirte a otro reportero que te acompañe así que te irás con él mismo.

La señora Kahn señaló con el dedo despechadamente a Sam, no se en que estaría pensando pero llevarme a Sam a China sería como pasar por el Dragon Kan y acabar mareada.

S.Nicholls: ¡¿Yo?! Ni siquiera se…
P.Kahn: Venga chico, ¡cállate! Acompañarás a Sullivan y le ayudarás en todo, vete al almacén y coges una de las cámaras de video ¿sabrás manejarla no? Y bueno si no sabes pues aprendes, cualquier noticia importante quiero que la filméis, tenemos un acuerdo con la Fox News en el caso y prometimos colaborar con la investigación.

Tras esto, Kahn dio media vuelta y se fue con Beetleman volviendo a pegar gritos y patalear mientras movía los brazos.
Sam se me quedó mirando con cara de atónito y tiró el bocata a la basura.

S.Nicholls: ¡Bien! Ir a China…¿a que?
C.Sullivan: Tendremos que arriesgarnos a lo que pase, vayámonos ya que el vuelo sale de Metrópolis en 45 minutos.

Tras coger la cámara del almacén y par de cintas cogimos el vuelo 0056 de camino a Hong Kong. Una vez en el avión, Sam y yo revisamos las carpetas que nos había dejado la señora Kahn, estaba claro de que se trataba de un caso de fuerza mayor.
Era del consorcio asiático del grupo Apex, una empresa que hasta hará pocos días entró en quiebra tras un negocio desfavorable con LuthorCorp. Esta vez, no era Lex el responsable sino su querido papaíto, Lionel había conseguido que esa empresa se fuese a pique tras un intento fallido de hacerse con la Luthor para quitarle el puesto a su Luthor Junior. Con esto, se originó un desastre colateral que hizo que miles de familias entrasen en la ruina.

S.Nicholls: Lo que no entiendo es porqué tenemos que viajar hasta China cuando en Metrópolis se encuentra la empresa en la cual todos esos trabajadores fueron despedidos.
C.Sullivan: La base de Apex está en Hong Kong, allí también han sido despedidos miles de trabajadores y el presidente también ha entrado en la ruina, según pone aquí su nombre es Mao Liu, su mujer se suicidó la noche anterior tirándose al río y sus hijos han sido asesinados por antiguos trabajadores del grupo Apex.
S.Nicholls: ¿Y es a ese hombre al que tenemos que ver?
C.Sullivan: Si, lo difícil va a ser encontrarlo, sobre todo saber si sigue con vida ya que tras este desastre, miles de chinos estarán buscando su cabeza para hacerse un rollito de primavera.

Una vez en Hong Kong recibimos una llamada desde Metrópolis, Beetleman nos informaba de la situación actual en la capital y del posible paradero de Mao Liu. La última vez que lo vieron fue en su antigua casa la cual le han quitado tras la deuda que tiene con LuthorCorp.
Beetleman nos hizo llegar al portátil un mapa del lugar para llegar hasta el edificio del grupo Apex, así lo quería Pauline Kahn, quería que investigásemos y conociésemos la versión de los hechos de la mano de los trabajadores.

Sam y yo nos dirigimos hasta el edificio Apex, estaba situado en una de las calles más céntricas de la ciudad y allí estaban reunidos miles de manifestantes además de algunas televisiones locales de Hong Kong.
Tras cruzar la muchedumbre, Sam decidió conectar la cámara y empezar a filmar. Preguntamos a varios de los manifestantes pero nadie podía entendernos, ese es el problema de no haber estudiado chino mandarín en el instituto en vez de haberme pasado horas y horas en la redacción de La Antorcha.
Un hombre de aspecto canoso se nos acercó por detrás y nos saludo, se dio cuenta al instante que éramos reporteros norteamericanos tras ver el distintivo de la Fox News en la cámara de Sam.

Z.Enlai: Hola señorita, ¿es usted periodista no? Me llamo Zhou Enlai, si estáis buscando la verdad sobre lo que está pasando aquí y se hará eco en América acompáñeme por favor.

El hombre canoso nos llevó hasta la entrada del edifico Apex y tras subir 12 plantas a pie debido al destrozo de los manifestantes en el ascensor llegamos hasta el despacho de Zhou Enlai. Se acercó a su mesa y sacó de un cajón unos informes.

Z.Enlai: Aquí tenéis, en estos informes, se habla de la última transacción económica que realizo Apex con LuthorCorp. Todo es perfectamente legal, Apex se fue a pique por culpa de los Luthor.
C.Sullivan: En este informe no se habla de cómo empezó todo, si usted trabaja aquí y viendo su tarjeta me supongo que estaría al tanto del interés que tenía Apex en asociarse con LuthorCorp.
Z.Enlai: Apex es un consorcio que en los últimos años lleva apostando por las empresas americanas, somos un grupo de empresas que lleva dedicando su vida a la construcción y tecnología desde que se inventó el primer VHS, no es la primera vez que hacemos negocios con empresas americanas, pero si llegamos a saber que LuthorCorp nos infectaría con su veneno nos hubiésemos alejado.
C.Sullivan: Todo el mundo sabe que hacer negocios con la Luthor es exponerse a sus graves consecuencias.
Z.Enlai: No teníamos ningún interés ilegal, solo queríamos seguir expandiéndonos de la mano de una de las mejores empresas de todo EE.UU.
C.Sullivan: Señor Enlai, necesito que colabore con nosotros, si fuese tan amable de dejarnos toda la documentación acerca del acuerdo que teníais con la Luthor podríamos ayudaros a desvelar el por qué de este desastre.
Z.Enlai: Señorita, ya le he dicho que la Luthor esa la responsable, solo quiso hundirnos, no puedo facilitarle información de ese tipo, será mejor entonces que se vayan.

A pesar de insistir tuvimos que salir del despacho y nos quedamos sin hacer nada. Sam había vuelto a conectar su cámara y había empezado a hacer el idiota simulando ser un submarino dirigiéndose a una enorme pecera que estaba en los pasillos.

C.Sullivan: Deja de hacer el tonto, tenemos que seguir investigando.
S.Nicholls: Vale ¿y ahora que jefa?
C.Sullivan: Se supone que has venido a ayudarme no a obedecer órdenes.
S.Nicholls: Mmm…¿por qué no nos relajamos un poco y vamos a uno de esos balnearios que deben de haber por toda la ciudad? Así te ayudará a relajarte y pensar mejor.
C.Sullivan: Sam, ni una sola chorrada más.

Nos pusimos a curiosear por los pasillos y decidimos volver atrás hasta el despacho de Enlai, estaba cerrado con llave y no había manera de entrar. Por suerte me había traído uno de los regalos de Lois de las últimas Navidades, no era un maletín de maquillaje pero si un set de artilugios de allanamiento que todo reportero debe tener. Saqué una ganzúa y la metí por el cerrojo de la puerta para corregir los pestillos de la cerradura, tardé bastante en conseguir desbloquear la puerta y una vez dentro empezamos a rebuscar en el ordenador de Enlai.
Había varios videos de conferencias grabadas de Lionel y el presidente del grupo Apex.
Su gran mayoría hablaban de acuerdos estrictamente políticos antes de iniciar el negocio; encontramos el video que esperábamos buscar, era una conversación entre Enlai y Lionel que revelaba que la Apex tenía problemas para cubrir ciertos gastos en su colaboración con la Luthor debido a las exigencias impuestas por Lex con lo cuál Lionel les facilitaría todas las transacciones necesarias.
C.Sullivan: Parece que Lionel una vez más vuelve a jugar sucio.
S.Nicholls: Ese tío no tiene buena pinta, sigue buscando, aún quedan mas videoconferencias.

Seguimos rebuscando y encontramos una protegida con contraseña. Intenté varias veces piratear el archivo pero no surtió efecto.

S.Nicholls: Vamos déjame a mi, seré mensajero, pero recuerdo mis tardes en la sala de ordenadores del instituto, éramos expertos en piratear los ordenadores para conseguir los exámenes de los profesores, incluso los que guardaban en sus casas.
C.Sullivan: Menudo mensajero estás hecho…
S.Nicholls: ¡Tachán!

Sam había conseguido desbloquear el video. En él había una conversación entre el presidente de la Apex y Lionel, nos quedamos totalmente atónitos, Lionel le revelaba la intención de desbancar a Lex de la presidencia de LuthorCorp comprando las acciones y recurriendo a proyectos de doble fondo que harían que la Luthor se desequilibrase por un momento y sus acciones bajasen en picado facilitándole la labor a Lionel para volver a la presidencia.
Además de esto, Lionel hablaba de las posibles consecuencias si Apex se negaba a aceptar el trato, entre otras, destacaba la pérdida de su empresa sacando los trapos sucios y el peligro que supondría para la familia del presidente.

C.Sullivan: Demasiado tarde, parece ser que ya la familia Liu del presidente se ha reducido hasta quedar el padre.
S.Nicholls: ¿Crees que Lionel haya encargado matar a los hijos del presidente Liu?
C.Sullivan: Lo dudo mucho, en este caso, no fue culpa de la Apex que le salieran mal los negocios con Lex ya que éste supo defenderse y hacerse con los derechos de Apex.
S.Nicholls: ¿Entonces?
C.Sullivan: Pauline Kahn no querrá solamente conocer un simple testimonio de un trabajador despedido, no le vendrá mal conocer los hechos que originaron este acuerdo entre empresas.
S.Nicholls: Eres una genio Chloe.

En ese momento, un ruido ensordecedor retumbó el todo el edificio, parecía el sonido de una bomba. A los pocos segundos, los pasillos del edificio Apex estaba lleno de manifestantes que habían asaltado el edificio, habían empezado a destrozar todo lo que veían a su paso, algunos rebuscaban en los despachos información útil y otros organizaban peleas contra algunos de los superiores que aún quedaban en el edificio.
Aquello no solo parecía una batalla campal, sino que era como encontrarse en un ataque revolucionario en toda regla.
Volvió a sonar una bomba, el edificio parecía desequilibrarse y ya pudimos ver por las ventanas del despacho de Enlai las llamas que provenían de los pisos inferiores.

C.Sullivan: Sam, conecta la cámara y no pierdas detalle. Aún es pronto para irnos, acabamos de llegar y es de mala educación que todo huésped recién llegado se vaya por la fuerza antes de tomar el té. Te prometo que cuando salgamos de ésta te llevaré al mejor balneario de todo Hong Kong.

Continuará…
1x14 Desastre || Fecha de emisión: 03-04-07
El edificio había empezado a retumbar una y otra vez a causa de las bombas que provenían del exterior. Las llamas se extendían por los pasillos y el batallón de trabajadores no paraban de destrozar todo lo que veían a su paso.

Sam estaba nervioso pero se mantenía firme y alerta para no perder detalle y grabar todo lo que estaba sucediendo. Cogí mi teléfono móvil y llamé al Planet, Beetleman me puso con la señora Kahn la cuál seguía histérica.

C.Sullivan: Señora Kahn, ¿ha puesto las noticias en las últimas horas?
P.Kahn: Sullivan, ¿crees que tengo tiempo para andar viendo reportajes en la Fox News en este momento?
C.Sullivan: Por favor encienda la TV.
P.Kanh: Todo “normal” Sullivan, salvo ver como el presidente Bush hace el payaso junto al presidente marroquí.
C.Sullivan: ¡¡¿No hay ninguna noticia acerca de lo que está pasando en la empresa Apex?!!
P.Kahn: Sullivan ¿Qué ocurre?
C.Sullivan: Señora Kahn por favor, escúcheme con atención, se que es una locura pero contacte con la Fox News, dígales que tenemos un suceso importante que se está dando en China, los trabajadores de la Apex están en plena revolución y tenemos algo que puede ser muy útil para todo gladiador que luche contra los Luthor.

El auricular dejó de sonar y la señora Kahn no daba señales de seguir al teléfono hasta que soltó un suspiro.

P.Kahn: Sullivan, por esta vez voy a confiar en ti, en 15 minutos estarás en directo desde Hong Kong para la Fox News, no les falles.

Respiré hondo y miré a Sam, estaba filmando en ese momento a un grupo de hombres que asaltaban una de las oficinas próximas a la del señor Enlai.

C.Sullivan: Sam, en unos minutos estaremos en directo con la Fox News.
S.Nicholls: ¡¡¿Qué?!! ¿Desde cuando un mensajero tiene esas oportunidades?
C.Sullivan: Desde que una becaria novata decidió arriesgarse y meterse en la boca del lobo.

Cogí a Sam por el brazo y nos pusimos en busca del despacho del presidente Liu. Tuvimos que subir por las escaleras y consultar un mapa que estaba adosado a las compuertas del ascensor, el despacho estaba en el piso 39 y estábamos en un duodécimo.
Tras llegar y cruzar el pasillo hasta la puerta del despacho de Liu, mi móvil empezó a sonar.

C.Sullivan: Chloe Sullivan ¿dígame?
Beetleman: Señorita Sullivan, en un minuto entra en directo, ¿tiene todo listo?
C.Sullivan: Casi todo…

Registré en los bolsillos de Sam y alcancé a coger un micrófono inalámbrico. Sam había activado la cámara e introdujo la contraseña asignada para entrar en directo. Tras comprobar que el micro funcionaba me conecté un auricular para estar en contacto con la señora Kahn mediante manos libres. Sam había activado la cámara e introdujo la contraseña asignada para entrar en directo.

P.Kahn: Sullivan, todos sabemos que no eres una reportera para la televisión, pero toda chica alguna vez ha cogido un micrófono para imitar a las Spicy Girls cuando tenían 7 años.
C.Sullivan: Le prometo que no seré yo la protagonista que haga acrobacias en directo, la noticia de por si sola será impactante.
P.Kahn: Sullivan, ¡ya estás en directo!

Habíamos entrado en el despacho del presidente Liu, todo estaba tirado por los suelos y Sam enfocaba la mesa de trabajo la cual estaba partida por la mitad, giró la cámara para dirigirse a dos mujeres que corrían por los pasillos y luego me enfocó en plano americano.

“Chloe Sullivan, becaria del Daily Planet de Metrópolis, aquí en directo desde las oficinas Apex en Hong Kong, tras el repentino cierre de la empresa debido a un mal negocio con Luthorcorp, los antiguos trabajadores han decidido tomarse la justicia por su propia mano tras recibir la noticia de que habían sido despedidos debido a una mala gestión. Muchos de los aquí presentes protestan mediante actos vandálicos tales como el destrozo del mobiliario, búsqueda de información a toda costa o incluso con explosiones a causa de las bombas que no cesan en el edificio.”

Sam ahora enfocaba a los pasillos en los cuales se veía a lo lejos una nube de humo grisáceo que se extendía por todos lados.
Me acerqué hasta el monitor del ordenador del presidente Liu y conecté el Pen Drive que contenía “una sorpresita” en su interior.

C.Sullivan: ¡Sam, aquí! Enfoca al monitor.

“Tras unas breves investigaciones, hemos descubierto la existencia de un video que contiene una información un tanto reveladora mediante una conversación entre el presidente de las empresa Apex, el señor Liu con el millonario Lionel Luthor el fundador de la LuthorCorp.”

En ese momento, para la Fox News se estaba retransmitiendo el video completo de la conversación que mantenían Lionel y el presindente Liu donde se le amenazaba a él y a su familia sino seguía las indicaciones de Lionel.
Sabía que en ese momento me estaba jugando la vida, no fui consciente de las repercusiones que podría tener la emisión de ese video, sobre todo por parte de Lionel Luthor.
Mientras se retransmitía el video, rebusqué en los archivos del presidente Liu, habían innumerables carpetas, todas pertenecían a antiguos proyectos de años anteriores pero nada acerca de los últimos movimientos de la empresa Apex con Luthorcorp.

A falta de cualquier información de interés, decidí que sería conveniente en ese momento hacer eco de la polémica así que orienté a Sam para que me siguiese hasta los pasillos en busca de acción.
A través del auricular la señora Kahn no paraba de hablar.

P.Kahn: …ese video tiene información confidencial, tienes agallas al emitirlo en directo pero ¡¿no has pensado en las consecuencias para el Planet y para ti Sullivan?! No dejes de informar y sigue dando datos…

Había sonado otra bomba y el edificio no dejaba de tambalearse, corríamos con la cámara hasta el piso inferior, una vez allí, Sam me enfocó con el fondo de trabajadores enfurecidos y me dispuse a seguir informando.

“Como se puede observar, la situación en Apex es completamente violenta. No hay nada que pare a estos trabajadores a manifestarse ante la ausente respuesta a sus dudas por parte del presidente Liu en cuál en estos momentos está desaparecido”

En es preciso instante, un grupo de trabajadores se acercaron hasta nosotros y uno de ellos empezó a hablar en inglés:

“¡¡Que se haga justicia, que se haga justicia!! Apex nos has traicionado!!”

El trabajador que había hablado se dispuso a seguir sembrando el desastre pero lo frené en seco poniendo delante de él.

C.Sullivan: ¿Por qué decís que Apex os ha traicionado?
Trabajador: Apex desde hace años ha sido una empresa que lucha por los intereses de sus trabajadores, pero desde que se cruzó con Luthorcorp la avaricia se apoderó del presidente Liu y nos condenó a todos al fracaso.
C.Sullivan: ¿Quiere decir algo más ahora que estamos en directo?
Trabajador: Por supuesto, este mensaje va dirigido al presidente Liu y a su socio Lionel Luthor. Quiero que sepan que habrán destruido nuestras familias y nuestra vida, pero no desistiremos hasta que se haga justicia.

La polémica estaba servida y podríamos seguir filmando en busca de más opiniones, pero el edificio parecía desmoronarse y ya era hora de abandonar el lugar.
Sam y yo corrimos escaleras abajo sin dejar de filmar, el techo de algunas plantas empezaba a romperse y caían enormes trozos que retumbaban en los pasillos. Todo el mundo corría en busca de la salida y el pánico de los trabajadores hizo que Sam y yo fuésemos arrastrados entre la multitud.
Estábamos a punto de salir del edificio cuando en la planta 3 una montaña de escombros bloqueó la salida, todos ahora corrían en dirección a una salida de emergencia. Sam y yo nos quedamos prácticamente solos. Fuera del lugar se oían sirenas de los coches de policía y a una multitud que chillaba. Todo parecía una locura y hasta me dio la impresión de estar soñando, no podía creer que miles de trabajadores asiáticos estuviesen sembrando el pánico en Hong Kong.
Seguimos por la salida de emergencia y una enorme viga calló encima de nosotros, la cámara se había roto…lo último que pude recordar fue a Sam pidiendo auxilio y las voces de la multitud que se oían desde el exterior.

20:35 PM.
Hong Kong Buddhist Hospital


Un fuere dolor de cabeza hizo que me despertarse, estaba en una camilla, en medio de un pasillo el cual estaba abarrotado de gente que no paraba de correr de un lado para otro. Una mano se aferraba a la mía mientras me acariciaba el pulgar.
Sam estaba allí, sentado sobre un montón de cajas mientras me miraba con cara de aliviado.

S.Nicholls: Buenas noches reportera.
C.Sullivan: Sam…¿que ha pasado para que esté en medio de un pasillo lleno de…¡asiáticos!?
S.Nicholls: Tranquila…estábamos en el edificio Apex ¿recuerdas?

En ese momento recordé lo que había sucedido en el edificio y me vino a la mente el trozo de viga que calló sobre nuestras cabezas.

S.Nicholls: Pauline Kahn ha llamado, casi le da un infarto cuando se cortó la conexión, por si no lo sabes, tu noticia ha dado la vuelta al mundo, de hecho…me acabo de enterar de que saldrás mañana en la página 26 del Planet como “la reportera que resurgió de los escombros”
C.Sullivan: Ugh…no es buen titulo Sam…
S.Nicholls: Lo se, ya mañana descubrirás que título le habrán puesto.
C.Sullivan: Deberíamos regresar a Metrópolis, seguiremos buscando pistas.
S.Nicholls: Chloe, el video que mostramos en directo fue más que suficiente. El presidente Liu ha aparecido y está en comisaría siendo interrogado, parece que la justicia va a estar de su mano tras todo lo que hemos averiguado, Luthorcorp ha recibido una demanda de 20 millones de dólares la cuál será utilizada para ayudar a las familias de los empleados que fueron despedidos de la Apex.
C.Sullivan: Una vez más, Lionel tendrá que rendir cuenta al polígrafo..¿cuánto habrá pagado esta vez para no ir a la cárcel?
S.Nicholls: No lo se, lo importante es que has hecho un buen trabajo.
C.Sullivan: Querrás decir…hemos hecho, que sería de mi sin el nuevo cámara de la Fox News.
S.Nicholls: Ahí las has dado, me han llamado hará unas horas, me han dicho que la próxima vez intente no mover tanto la cámara, me preguntaron si estaba bailando mientras filmaba.

Sam era realmente gracioso, hasta en las situaciones más catastróficas sabía como hacerme reír. Esa misma noche salí del hospital de Hong Kong camino de la ciudad del crimen y la noticia, Metrópolis.

Al llegar a mi mesa, pude ver varios mensajes de Lana y Clark, además, había una nota de Lois “Enhorabuena reportera, en televisión no pareces tan rubia. Te veo a la noche. A los poco minutos llegó Sam con el Planet en mano.

S.Nicholls: ¡Página 26!

Aparecía una foto de registro de Sam y mía junto a un artículo el cuál describía lo ocurrido. “Una becaria y un mensajero del Daily Planet se la juegan en la empresa Apex” por Tedd Beetleman.

C.Sullivan: Suena bien eso de ser noticia en vez de ser quién la redacte
S.Nicholls: No me negarás que salgo genial en la foto, me la hice el verano pasado, fijate en la sonrisa.
C.Sullivan: Sam…
S.Nicholls: Vale, vale, ya se que tu sales mil veces mejor. Por cierto, vete ahora a la página 6.

“Los trabajadores de la Apex luchan por la supervivencia tras la "malaria" de Luthorcorp por Chloe Sullivan”
Sinceramente, ha sido mi mejor reportaje y claro está que todo ha sido cuestión de suerte y de contar con la ventaja de que mas de media plantilla del Planet se haya pillado unas vacaciones a causa de unos supuestos resfriados.

S.Nicholls: Otro punto a tu favor en tu lucha por seguir en el Planet.
C.Sullivan: Ojalá todos los días faltasen media plantilla a trabajar.

Ese día, decidí que era una buena ocasión para tomarse el día libre, ya había pringado bastante en las última horas, y no me vendría nada mal una escapadita al balneario mas cercano acompañada de un loco mensajero con dotes de cámara.

Continuará…
1x15 Perfume || Fecha de emisión: 05-04-07
Menudo dolor de cabeza…¿Qué hora será? 09:29 AM. ¿Por qué tengo la ligera impresión de que éste no es mi colchón? Esta durísimo…
¿Y ese sonido?
(Suena de fondo un ronquido)
Mi cabeza daba vueltas y vueltas y no podía concentrar la mirada, al girar para comprobar de donde venía aquel sonido mis pupilas casi explotan tras comprobar que esa noche no había dormido sola.

C.Sullivan: ¡¡¡SAM!!
S.Nicholls: Ughh ¿Qué hora es?

Sam estaba medio dormido, boca abajo y tenía una cara de no haber dormido desde hace días. Giró la cabeza hacia mi lado y abrió los ojos dejando ver dos gotas de agua de azul intenso. ¿Qué había pasado esa noche? Lo último que recuerdo es haber pasado una tarde de copas con él pero…¿y esto?
Estaba en su cama, en una habitación repleta de láminas, la mayoría de ellas representaban puestas de sol, había una que daba justo en frente de la cama, era realmente preciosa.

S.Nicholls: ¿Te gustan...?
C.Sullivan: Sam…que hago en tu cama, la cabeza no para de darme vueltas y tengo la impresión de que voy a desplomarme como un bloque de cemento.
S.Nicholls: ¿No recuerdas nada de lo que pasó anoche?
C.Sullivan: ¡¿No me habrás emborrachado verdad?!
S.Nicholls: Apenas bebiste, pero aun sigo sin entender como pasaste de ser Chloe Sullivan, la becaria del Planet a coger una Harley y darte una vuelta por todo Metrópolis.

Estaba anonadada, ¿una Harley? Suena bien pero…si lo hubiese hecho me hubiese acordado desde luego, no todos los días una puede presumir de tal cosa.
Decidí que hora de levantarse, tenía que aclararme las ideas con una dosis de café.

...Capítulo 15: Perfume.

15 horas antes.

El viernes había llegado y hoy era uno de esos días en que podía aprovechar para salir del Planet temprano. Había quedado con Sam, tenía una batalla que ganarle en los bolos. Me reuní con él a las 8 de la tarde en el Bowling Road de Metrópolis.

S.Nicholls: Tan puntual como siempre.
C.Sullivan: No soy como las demás chicas que se hacen esperar.
S.Nicholls: Eso me gusta.
C.Sullivan: No creas que lo tendrás fácil esta noche principiante.
S.Nicholls: ¿Principiante? Aquí donde lo ves, tienes al mejor jugador de bolos de todo Metrópolis.
C.Sullivan: ¿De todo Metrópolis o mas bien de toda la manzana que rodea tu casa?
S.Nicholls: Eso esta por ver.

Jugamos cerca de 2 horas en busca del pleno pero al final la cosa quedó bastante reñida pero conseguí aventajarle con un punto 7 – 6.

C.Sullivan: ¿Con que el mejor jugador de todo Metrópolis no?
S.Nicholls: Esta vez has tenido suerte, además creo que he dado el cante dejándote ganar, si no fueses tu, hubiese dejado títeres sin cabeza.
C.Sullivan: Ohh perdone a esta pobre pecadora y líbrala de la guillotina.

Sam era realmente gracioso, no se como pero siempre se las apañaba para no quedar a la altura del betún. Tras unas partidas, decidimos ir hasta un pub cercano, era muy frecuentado por universitarios de todo el condado de Kansas y esa noche estaba abarrotado.

C.Sullivan: ¿No sería mejor ir a otro sitio?
S.Nicholls: Este parece buen lugar, ¡mira! ¿no es esa tu prima?
C.Sullivan: ¿Lois?

Allí estaba, acompañada de un tipo vestido de chaqueta que desentonaba totalmente en el lugar.

L.Lane: ¿Chloe?
C.Sullivan: ¡Hola! Pensé que estarías en la granja con los…
L.Lane: ¡Mira! Te presentó a un amigo de Clark, éste es Graham
C.Sullivan: Ahh, tu debes de ser el de la tele de plasma ¿no?
Graham: Veo que al final acabó gustándole mas a sus amigas que al propio Clark.
L.Lane: Bueno dejemos a Smallville, ¿queréis tomaros algo?
C.Sullivan: Claro, ¡Por cierto! Lois, este es Sam.
L.Lane: Ya veo, veo que eres mas guapo en persona que por lo que te descri…ahh ahh auch.

Un pistón bastó para que cerrase la boca. Lois tiende a soltar por esa boquita lo que no debe, con ese comentario consiguió que a Sam se le pusiera una sonrisa de oreja a oreja.

C.Sullivan: ¿Nos disculpan un momento?

Me traje a Lois hasta una de las barras y me puso cara de chica buena.

C.Sullivan: ¿No sabía que salías con Graham?
L.Lane: Nada de eso, no esta nada mal aunque tuve que arrástrale para que viniese hasta aquí, parece que no está acostumbrado a beber cerveza de grifo, prefiere el champán…por cierto, veo que cupido a tocado el corazoncito de un mensajero del Planet ¿no?
C.Sullivan: Es solo un amigo, aunque pensándolo bien, está como un…

En ese preciso instante cierto olor a jazmín penetraron intensamente por mi nariz…la vista se me nubló y sentí como si se me metiese por el cuerpo una especie de carga de adrenalina con ganas de explotar.

L.Lane: ¿Chloe? Ehh ¿hola? ¡¿Sigues ahí o que? Ya se que está como un queso pero, ¿quieres dejar de mirarle el trasero?
C.Sullivan: ¡¿Qué?!
L.Lane: No te hagas la tonta ahora, le estabas mirando.
C.Sullivan: Lois, por qué no llamas a tu amigo con Visa Oro y le dices que nos invite a una ronda, la próxima la pago yo, lo prometo.

Lois se me quedó mirando con cara de anonadada y nos dirigimos hasta Graham y Sam.
La música había dado un giro de 360º y ya íbamos por la 4 ronda, Lois se había empeñado en ir hasta el kararoke y se puso a cantar.

S.Nicholls: ¿Todas tus primas son así de atrevidas?
C.Sullivan: Aún no conoces bien a Lois, pero te aseguro…que su prima tampoco se queda atrás.

Cogí a Sam del brazo y lo acerqué hasta el escenario que había para el karaoke, pedí que cambiasen la canción y decidí que era hora de jugar al “me quiere no me quiere” a lo Chloe Sullivan.
Sam se había puesto nervioso cuando me vio acercarme con una tela que había cogido de la barra, Lois me siguió el juego y atamos a Sam por lo brazos a la vara que había en medio del escenario.

S.Nicholls: Chloe..creo que has bebido bastante esta…
C.Sullivan: Shh, tranquilo, confía en mi, vamos…la noche no ha hecho más que comenzar.

A medida que pasaba el tiempo, sentía que mi corazón bombeaba cada vez mas fuerte, aún sentía el intenso olor a jazmín y no era precisamente el alcohol lo que había hecho que dejase a Sam sin camiseta.
Tras ir con decisión a por sus jeans, una mano me frenó en seco por detrás, una chica vestida de Cowboy nos había cogido a mi y a Lois y nos pidió que nos acercásemos con ella hasta un camerino.

Chica Cowboy: ¿Queréis bailar con esto?

La Cowboy había sacado dos trajes de cuero y dos pares de botas altas a lo Catwoman.

L.Lane: ¿Ponernos eso? ¡Que horterada!
C.Sullivan: ¿Serán de mi talla?
L.Lane: Ehh , creo que el jueguecito con Sam te ha nublado la mente, vamos anda y sigamos con el karaoke.
C.Sullivan: Déjame ese, creo que me quedará perfecto.

Lois se quedó sola, se llevó las manos a la cabeza, aun no entendía como había cedido a ponerme el traje de gatita.
El caso es que a los 5 minutos, salí en medio del escenario del kararoke con Sam aún atado a la barra. Al verme, noté como le costó tragar saliva y parpadeó varias veces para ver si era cierto lo que estaba viendo
Con mis botas enfundadas hasta las rodillas, salí vestida con aquel traje de cuero con ll látigo incluido, no se como lo hice, pero daba la impresión de que me movía sola mientras sonaba la música, Lois me miraba desde abajo con la boca de par en par ya que no daba crédito a lo que veía.

La cabeza empezaba a darme vueltas y me llevé a Sam hasta la salida del local, mi mirada se desvió hasta una Harley que estaba aparcada al lado de una farola a pocos metros de la entrada de Pub.

C.Sullivan: ¿Damos una vuelta mensajero?
S.Nicholls: Chloe, ¿Qué te pasa? Esta no eres tú algo ha debido de…
C.Sullivan: Vamos no hace falta que me des explicaciones, podrás agarrarte a mi en caso de que te vayas a caer, vamos sube.

Sam me siguió el juego, parecía preocupado y dio la impresión de que no quería dejarme sola, el caso es que dimos varias vueltas por todo Metrópolis en busca del apartamento de Sam. Dejé la Harley aparcada y me dispuse a subir hasta su casa.

S.Nicholls: Chloe, ¿estás segura de que quieres subir? Por porque no no..no se que crees que va a a ocurrir arriba.
C.Sullivan: Una reportera de investigación tiende a aprovechar sus fuentes al máximo, esta noche, tu eres una de ellas ¿no crees? Así que será mejor que…

En ese momento sonó mi teléfono, era Lois.

C.Sullivan: Vamos primita, no es buen momento para llamar.
L.Lane: ¡Chloe! ¿Dónde estás? Tienes que venir enseguida, algo te ha pasado y es conveniente que…
C.Sullivan: Estoy bien, además muy bien acompañada.

En ese momento Sam me quitó el teléfono de las manos y se lo llevó a la oreja.

S.Nicholls: ¿Lois? Soy Sam, no se que le han hecho a tu prima, pero no creo que sea a causa de las rondas de alcohol que…
L.Lane: Escucha, Chloe ha sido infectada, acaban de pillar en el local a una mujer que vende brebajes y cosas raras en una Boutique de Metrópolis, no se, pero tiene unas pintas que dan mucho que hablar. ¿Dónde estas ahora mismo?
S.Nicholls: En mi apartamento.
L.Lane: ¿¡¡que!!? No habrás sido tan descarado de…
S.Nicholls: No, no, ella insistió en venir hasta aquí, pero no hay nada que la frene.
L.Lane: Ya lo creo que si, tengo algo que hará que mi primita dejé de pensar en trajes de cuero y en jugar al Strip Póquer. No te muevas de allí, dime la dirección y enseguida estoy contigo.

Sam había colgado el teléfono y se me quedó mirando, como si fuese una especie de perrito a punto de morderle.

C.Sullivan: ¿Qué quería Lois? No pensará estropearnos la noche ¿no?
S.Nicholls: No no, tranquila, solo quería saber como estabas...
C.Sullivan: Entonces aprovechemos el tiempo.

Metí mi mano en los bolsillos de Sam y saqué una llave que abría la puerta de su apartamento, cogí a Sam del brazo y subimos hasta arriba.

C.Sullivan: ¿Qué te parece si jugamos al algo que no sea ni el parchís ni el ajedrez?
S.Nicholls: ¿Al Cluedo?
C.Sullivan: No tonto, eso déjalo para otra ocasión, ahora se me apetece jugar a otra cosa mas…dulce. ¿Tienes nata en el frigo?
S.Nicholls: ¿Nata?
C.Sullivan: Deja de hacerte el idiota conmigo, solo confía en mi.

Agarré a Sam por el cuello y me dejé caer de espaldas a su cama. Nunca lo había visto tan nervioso, siempre solía ser él el que llevaba la voz cantante pero ahora era mi turno…Sin previo aviso, mis labios tocaron los suyos y acabé besándole.
De pronto, sonó la puerta.

S.Nicholls: Es…la nata, es que sabía que la pedirías.
C.Sullivan: ¿La nata? No mientas…

Sam se levantó y abrió la puerta, la aguafiestas de mi prima había entrado por la puerta, ya después de eso, solo recuerdo un intenso olor que me recordaba a zumo de limón exprimido…

El café mañanero hizo que recordase todo lo que había pasado. Mi corazón en ese momento empezó a palpitar muy deprisa y me puso roja como un tomate. Di media vuelta y me quede mirando a Sam.

C.Sullivan: Te..te besé.
S.Nicholls: Si...ya creo que lo hiciste.
C.Sullivan: Sam yo no se que…
S.Nicholls: Chloe tranquila, no tienes por que explicarte, estabas bajo los efectos de ese perfume.
C.Sullivan: ¿Pero como es que fui infectada así sin más?
S.Nicholls: Debió ocurrir cuando te fuiste con Lois hasta la barra, después de eso llegaste echa una euforia y según pudo averiguar Lois, la prima del Mago Merlín trabajaba como camarera en el local, debió aprovechar el momento que estabas distraída para darte una buen dosis de jazmín impregnada con meteorito de Kansas.
C.Sullivan: ¿Por qué no me sorprendo?...
S.Nicholls: Bueno, siempre hay de todo pero el caso es que estas aquí.
C.Sullivan: Sam, pero aún hay algo que no termina de encajar, ¿Cómo es que acabé durmiendo en tu cama? Lois podría haberme llevado hasta la residencia.
S.Nicholls: Em…Lois decidió correr el riesgo, ya la conoces y además…¿Qué hay de malo que duermas en la cama de un mensajero?
C.Sullivan: Nada a menos que te despiertes y te lo encuentres a tu lado roncando.
S.Nicholls: Lo siento, te prometo que no pasó nada, el sillón era bastante incomodo y te empeñaste en dormir en mi cama así que…
C.Sullivan: Sam…

Me quedé dudando unos segundos y estuve a punto de soltarlo, pero tal vez estaba hiendo demasiado deprisa.

S.Nicholls: ¿Chloe? Tu dirás…
C.Sullivan: Nada…es solo que, necesito más café.

Algo había cambiado, sin darme cuenta, de aquí a hará unos meses había conocido a alguien y ahora lo tengo delante de mí, alguien que me hacía sentir bien, en los buenos y en los malos momentos. Ya no es solamente Sam el mensajero de Planet que me ha salvado en más de una ocasión, ya no es solo el cámara que me ayudó a hacer un reportaje, ahora tenía delante de mí, a alguien que me hacía sentir…algo más.

Continuará…
1x16 En tus pupilas || Fecha de emisión: 16-06-07
Un cielo azul rodeaba el campo Evans…el sol, en lo más alto emanaba unos rayos que caían directamente sobre mi rostro…nuestros rostros…¿Clark?

Clark: ¿No es fantástico Chloe?
Chloe: Pero…
Clark: Te quedaste dormida tras la comida.

Estaba acostada boca arriba sobre un mantel de cuadros azules (tan Clark…) y tras nosotros quedaban los restos de un picnic típico de verano, muy cerca de mi cabeza, una rosa blanca yacía sobre una cesta de mimbre.

Chloe: Clark ¿Qué es todo esto?
Clark: Veo que la siesta no debió sentarte bien ¿Qué te ocurre?
Chloe: Todo esto, el picnic, la rosa, tú…yo…ambos aquí en medio de…

En ese momento, Clark se incorporó muy cerca de mi y se fue acercando poco a poco hasta que rozó mis labios. Me estaba besando.

Clark: Chloe, se que he tardado en decírtelo pero…ya sabes lo que siento por ti.
Chloe: Pero yo…hay algo que debes saber Clark y…
Clark: ¿Hay alguien más?
Chloe: Clark yo…
Clark: Te quiero Chloe.

¡Te quiero Chloe…TE QUIERO CHLOE….TE QUIERO Chloe… Te quiero…!

¡¡RIIIINGGGGG!!

Ughh…sólo era un sueño…¿Qué hora será? O no…llego tarde.

No podía ni quería levantarme de la cama, ese sueño…¿por qué a estas alturas? He superado lo de Clark y encima ahora está…él.

What´s a girl to do?...What´s a girl to do? I was mixed up so confused…What did I just say…

Mi teléfono había empezado a sonar…

C.Sullivan: Diga….
Voz: ¿Mulligan…estás ahí? ¿Mulligan?
C.Sullivan: Si señor Kenner soy yo…Sullivan…
G.Kenner: Bien, bien Mulligan…
C.Sullivan: Es Sullivan señor…
G.Kenner: Que más da ¿Dónde estás? ¿Qué haces que aún no has llegado a la oficina?

El señor Kenner era mi nuevo jefe, si…esto de trabajar de becaria en un periódico de prestigio indica cambiar de jefe como de calcetines cada día…aunque éste último “calcetín” lo lleve teniendo 3 semanas.

C.Sullivan: Señor Kenner, mi turno empieza esta tarde a las 16:00 ¿recuerda?
G.Kenner: No, no recuerdo…que más da te necesito aquí ahora. Tienes que reordenar todos este papeleo que me ha llegado estos días.
C.Sullivan: Lo siento señor Kenner, tengo que ir antes a clase y no puede faltar estando de exámenes así que tendrá que esper…
G.Kenner: Ni esperar ni nada Mulligan, más vale que estés aquí o hablaré con Kahn, aún sigo sin entender que es lo que vio en ti para que sigas trabajando aquí.
C.Sullivan: Estaré allí a las cuatro.

Decidí que ya bastante tenían que soportar al señor Kenner como para encima aguantarlo por teléfono.

Iba a llegar tarde a la facultad y seguía tirada en la cama…¿Por qué el amor es así de improviso? ¿Por qué nos enamoramos de la persona que jamás pensabas que llegarías a amar? Y encima estos sueños raros. No se como le las arreglo, pero últimamente mi vida tiene menos sentido que un reloj sin agujas que marquen cada segundo de mi vida.
Mi cabeza no deja de pensar…pensar en cosas del pasado pero, ¿y ahora? Sam…Ha entrado en mi vida y es ahora cuando re rompen todos mis esquemas; Clark quedó atrás hace mucho tiempo aunque me cueste aceptarlo. Basta de pensar.

Al entrar en la facultad, el bullicio de la gente preocupada por los exámenes finales no era ni lo bastante fuerte como para conseguir que saliera de mi paranoia mañanera. Clark…¿por qué Clark?

A las 4 llegaba al Planet, una vez más un hecatombe de encargos me esperaban sobre mi mesa salvo que ésta vez había un gran papel reciclado sobre el monitor que ponía en letras mayúsculas “Una vez ordenes todo esto no quiero volverte a ver por mi oficina señorita Mulligan”

¡¡ES SULLIVAN!! (grité)

El bullicio de la sala de pronto se detuvo, todo el mundo se me quedó mirando, hasta un gato que curiosamente descansaba sobre una fotocopiadora, un gato si.
Me quedé mirando los bigotes del gato con cara de anonadada hasta que sentí que un dedo me hacía cosquillas en mi oreja izquierda. ¡Sam!

S.Nicholls: ¿Qué tal le va el día a Miss sábanas pegadas? ¿No debería ser camiseta mo…
Chloe: No sigas por ahí listillo, tengo suerte de que mis sábanas no tengan un efecto pegamento como las de un chico rubio de ojos verdes que no debió lavarse la cara esta mañana.
S.Nicholls: Olvidé pagar el recibo del agua y me la han cortado, aunque si quieres…vamos hasta la fuente de la plaza y allí me doy un…
C.Sullivan: ¡Sam!
S.Nicholls: Vale, vale…además, hoy encima no hay encargos y había pensado pasar un rato con “C Sullivan” a ver en que andaba.

(Ojalá lo supieras)

C.Sullivan: Bueno, puedes ayudar a…hacer 20 fotocopias de estos archivos y de paso los mandas a éste fax que tienes aquí eso sin olvidarte de traerme un café de la maquina de abajo. ¡Gracias!

Sam puso cara de pocket y fue directo a la fotocopiadora imitando a una especie de vagabundo borracho.
No tiene remedio…quizás por eso lo quiera…tanto.

Pasé toda la tarde a la orden de lo que me había mandado el señor Kenner hasta que llegué hasta la última carpeta y pude tomar un respiro.
Hoy era uno de esos días donde el sol salía con más fuerza que nunca y los atardeceres se prolongaban hasta las tantas de la tarde.
Tome el ascensor y subí hasta la azotea. Allí estaba, acostado boca arriba sobre uno de los muros mientras se comía un sándwich mixto.

C.Sullivan: ¿Qué haces aquí?
S.Nicholls: Pensar.
C.Sullivan: ¿Pensar en como sería más divertido comerse ese mixto empezando por el centro o mejor por…?
S.Nicholls: ¡Chloe!

Se hizo un silencio que me pareció eterno, sólo se oían a lo lejos el ruido de los coches y el “tilín” del ascensor al abrirse.

S.Nicholls: Desde que te conocí, supe que encajaría contigo a la perfección, que haríamos un gran equipo, que beberíamos más café que toda la plantilla de la planta seis del periódico, pero lo que jamás pensé…es que me enamoraría tan intensamente de ti.

No pude gesticular palabra alguna. Sentía lo mismo que yo, sus ojos me miraban fijamente, note que le temblaba la pierna derecha a pesar de estar acostado sobre el muro.
Entonces se levantó y me cogió de las manos sin dejar de mirarme a los ojos.

S.Nicholls: Te quiero.

Me besó. Había cerrado los ojos, todo giraba a mi alrededor…la brisa hacía que sintiese con mucha intensidad su after shave. No quería que ese momento terminase.

C.Sullivan: Sam, yo también te quiero aunque sinceramente espero que esas dosis de café no acaben por destrozarme el estómago. ¿no querrás tener a una novia con unos dientes como los de Pauline Kahn, verdad?

Sam me dedicó una de sus mejores sonrisas. Le abracé fuertemente hasta que sentí que su mano iba bajando algo más que por debajo de mi cintura y…

S.Nicholls: ¡¡¡Aaaau!!! ¿Eso se supone que no debe dolerme?
C.Sullivan: Vas muy deprisa, ¿no crees don juan?
S.Nicholls: Es la adrenalina de tu abrazo que…
C.Sullivan: Calla la boca y no sigas.

Le corté la frase con un beso que acabó haciéndome pasar una de las mejores tardes que una becaria reportera podía tener en un periódico donde todo era un caos, y no era para menos…

What´s a girl to do?...What´s a girl to do? I was mixed up so confused…What did I just say…

C.Sullivan: ¿Diga?
G.Kenner: Mulligan, pensándolo mejor…no puedo despedirte, te necesito ya en mi despacho, hay mas trabajo que hacer y sería conveniente que…

Estaba tan relajada que no prestaba atención a lo que me decía…sólo oía una voz que no paraba de dar órdenes y refunfuñar.

C.Sullivan: ¿Qué señor Kenner?
G.Kenner: ¿Me estabas ignorando? ¡¿Me estabas ignorando Mulligan?!
G.Sullivan: ¿Sabe señor Kenner? Le agradezco su voto de confianza en mi pero por una vez en su vida podría dejar de llamarme Mulligan, si revisa bien mi ficha pone claramente Chloe Sullivan, ¡Sullivan, no Mulligan! Creo que no es tan difícil ¿verdad?
G.Kenner: No te doy ni cinco minutos…eh…Sullivan. Te quiero aquí ¡ya!

S.Nicholls: ¿Quién era? ¿El jefe?
C.Sullivan: Era el casero de de mi apartamento. Dice que mi ducha funciona perfectamente y que hay agua de sobra en caso de usarla acompañada.
S.Nicholls: Mmm…¿ahora no eres tu la que va un poco lanzada?
C.Sullivan: No sigas y confía en mí.

Ni recados, ni sermones del señor Kenner ni más paranoias. Tengo ante mis ojos a quién mas quiero en este momento y para que perder el tiempo si quizás todo sea más fácil de lo que parece.

Continuará...
1x17 Esférico || Fecha de emisión: 17-06-07
Aunque parezca mentira, hasta los becarios tenemos días libres, días para salir de la rutina, días para ver a la familia o simplemente para descansar…Lo que nunca imaginé es que en un día como estos acabaría en medio de un lago con una caña de pescar.
¿Quién me iba a decir que lo que más le gustaba a Sam después de hacer el idiota era pescar? ¡Pescar! En medio de una gran ciudad donde lo único que puedes coger son botas de vagabundos en el puerto o bolas de periódico que a saber por donde…han pasado.
Así que tuvo la excusa perfecta para salir de la ciudad e ir de camino a Grandville en busca de peces dispuestos a ser cocinados. Sus palabras textuales fueron “Tranquila, no hará falta que llevemos mucha comida, se me da tan bien pescar como ligarme a mi chica”
Ojalá no le hubiese hecho caso cuando estábamos saliendo del Talon.

C.Sullivan: Llevamos cerca de cuatro horas y no pican…
S.Nicholls: Tranquila, hay que tener paciencia, si vamos con prisas no cogeremos nada.
C.Sullivan: Eso mismo dijiste hace una hora ¿no podíamos haber cenado en un japonés si tanto querías pescado en vez de estar aquí medio moribundos?
S.Nicholls: Pensé que te gustaba la naturaleza.
C.Sullivan: Y así es, pero sólo en los documentales o en revistas.
S.Nicholls: Aún no entiendo como pudiste vivir tantos años en Smallville.

Sam recogió la caña para cambiar el cebo “Ves, tu idea de utilizar pan no funciona Chloe, volveremos a usar las gambas”

C.Sullivan: Esas gambas las compraste en el 24 horas de Metrópolis…estaban congeladas, así no van a picar ni los caracoles.
S.Nicholls: ¡Espera, espera! Creo que tengo algo, mira mira, ¡ha picado algo! Chloe, échame una mano esto pesa bastante.

Ayudé a Sam a tirar de la caña, pesaba bastante y a menos que fuese una ballena aquello no podía tener aletas.
Casi me da un patatús cuando conseguimos sacar del agua lo que había mordido el anzuelo.

C.Sullivan: Sam…creo al final tu técnica debió funcionar, solo que éste no tiene branquias ni ojos saltones.

En busca de la verdad, Chloe Sullivan 1x17 Esférico

S.Nicholls: ¿Qué hacemos? Aún tiene pulso Chloe.
C.Sullivan: Llamaré al 911, deprisa hay que desengancharle el anzuelo o se desangrará.
Voz 911: Urgencias ¿dígame?
C.Sullivan: Necesito una ambulancia, acabamos de sacar a un hombre del agua, está…azul.

El servicio de urgencias no tardó en llegar. Acompañamos al hombre-pez hasta el hospital de Grandville. Los médicos estaban tan perplejos como Sam y yo.

S.Nicholls: ¿Qué crees que le ha pasado?
C.Sullivan: No lo se, pero sin duda algunas tenemos ante nuestros ojos una historia que contar.
S.Nicholls: Al final no fue tan mala idea lo de pescar.

Sam había soltado una risa mientras me enseñaba algo que tenía en su mano.

C.Sullivan: ¿Qué es eso?
S.Nicholls: No lo se, cuando le saqué el anzuelo esto estaba dentro de su boca.

Sam sujetaba una cosa esférica un tanto viscosa en su mano derecha, era de color blanca y tenía reflejos verdosos que emanaban del centro.

S.Nicholls: No estarás pensando en entregarlo a la policía ¿verdad?
C.Sullivan: Desde luego que no, antes veremos que es esa cosa tan…babosa.

Un médico se nos acercó, su cara de asombro le tenía anonadado y no sabía como explicar lo que había pasado.

Doctor: ¿Son ustedes familiares del paciente?
S.Nicholls: Lo encon…
C.Sullivan: Si, es mi tío. Habíamos salido los tres de pesca y se ausentó unos minutos hasta que le vimos en el agua.
Doctor: Normalmente si fuese hipotermia lo que tuviese no estaría de éste color azul tan intenso, está consciente gracias a que pudimos reanimarlo pero parece desconcertado, puede que haya tenido una pérdida parcial de su memoria.
C.Sullivan: No se preocupe doctor, estaremos aquí ante cualquier suceso.
Doctor: Muy bien, con su permiso.

S.Nicholls: ¿Estás loca? Ni siquiera le conoces.
C.Sullivan: Pero pienso hacerlo, ven.

Nos acercamos hasta aquel hombre y no dábamos crédito a lo que veíamos. Tenía la piel de un color azul intenso y generaba una especie de líquido que le salía por los poros de la piel.

S.Nicholls: ¡Eh mira! Aquí han dejado su ropa.
C.Sullivan: Veamos si aún conserva su cartera. Aquí está…James Huber de Grandville. Hay también una foto, mira es de ésta mujer.
S.Nicholls: Tal vez sea su esposa o algún familiar suyo, su hermana…
C.Sullivan: Tenemos que volver a la redacción pero no podemos ir los dos. Iré hasta el periódico y veré lo que puedo averiguar sobre éste tipo y la mujer de la foto.
S.Nicholls: ¿Vas a dejarme aquí con el hombrecillo azul y sin haber comido nada?
C.Sullivan: Ahí fuera tienes una máquina expendedora ¿quieres un bollo?

Sam se me quedó mirando con cara de desconfianza y frunció el ceño.

S.Nicholls: ¿Me estás evitando señorita Sullivan?
C.Sullivan: Puede que sí, de todas formas esperaba que el pescador con el guinnes de Metrópolis hubiese dado con un buena trucha.
S.Nicholls: ¿No te parece buena pieza éste tío?
C.Sullivan: Sólo estaba bromeando. No tardaré mucho.

Besé a Sam y salí corriendo.

S.Nicholls: Espera, será mejor que te lleves esto entonces, supongo que podrás averiguar algo.

Sam me dio la esfera blanca que estaba metida dentro de una de las bolsas que utilizaban las enfermeras para almacenar sangre.

S.Nicholls: ¡Chloe!
C.Sullivan: ¿Si?
S.Nicholls: Ten cuidado…
C.Sullivan: Vale…Ten cuidado tu también.

Me quedé unos segundos pasmada en medio de la habitación hasta que salí a toda mecha dirección Metrópolis aunque quizás…mejor será hacer antes una parada en Smallville.
Fui hasta la casa de los Kent, si hay alguien más que siente pasión por estos casos tan extraños ese es Clark. Como de costumbre, Clark estaba haciendo sus tareas en la granja, últimamente hacía bastante tiempo que no lo veía así que al verme esbozó una sonrisa.

C.Kent: ¡Vaya! Al fin te dejas ver el pelo.
C.Sullivan: Bueno…alguien tiene que trabajar en el Planet ¿no?
C.Kent: El trabajo te va a matar. ¿Te vienes al Talon? Acabo esto en unos segundos y…
C.Sullivan: En realidad necesito tu ayuda.

Clark puso cara de preocupado y se me quedó mirando esperando que hablase.

C.Sullivan: He encontrado algo que quizás te haga daño.
C.Kent: Es…¿kriptonita?
C.Sullivan: No exactamente, es…una esfera.
C.Kent: Chloe, no creo que haya esferas de kriptonita, vamos enséñamela.
C.Sullivan: Ten cuidado por favor.

Nada más sacarla del bolso, el verde casi insignificante que se veía en un principio empezó a brillar con intensidad. Clark se puso pálido y calló al suelo.

C.Kent: Ugh…Chloe…
C.Sullivan: Tranquilo…¡Clark!

Guardé la esfera en el bolso e intenté incorporar a Clark hacia delante.

C.Sullivan: ¿Estas bien? No debí sacarlo lo siento…
C.Kent: Al…al menos ya sabemos…que esa cosa contiene trozos de meteorito. ¿Dónde la has encontrado?
C.Sullivan: En Grandville…no te lo vas a creer, estaba dentro de la boca de un hombre que encontré en un lago. Está ingresado en el hospital de Grandville.
C.Kent: ¿Tan mal está?
C.Sullivan: No lo creerás cuando lo veas.

Mi teléfono empezó a sonar. Supuse que sería Sam, algo no debía de andar bien.

C.Sullivan: ¿Diga? ¿Sam?
S.Nicholls: ¿Chloe donde estás?
C.Sullivan: ¡Sam! ¿Qué ocurre?
S.Nicholls: ¡Chloe rápido! Tienes que venir al periódico enseguida.
C.Sullivan: ¿Algo va mal?...¿Sam? ¿Sam?

Sam había colgado. El corazón se me aceleró al instante. Tal vez no debí haberlo dejado solo…tal vez tendría que haber venido conmigo…

C.Kent: ¿Sam?
C.Sullivan: Si, es un…amigo del periódico. Clark algo no va bien allí, puedes ir hasta allí y…
C.Kent: ¡No tardes!

¡Visto y no visto! Como de costumbre Clark me dejaba con la frase a medias. Corrí hasta el coche de camino al periódico. Al llegar, Clark me esperaba en la entrada.

C.Kent: ¡Eh! Estoy aquí.
C.Sullivan: ¿Sabes que ha pasado?
C.Kent: ¿Ese tal Sam lleva consigo a un hombre con gabardina hasta las orejas?
C.Sullivan: No me lo puedo creer…

Clark me llevó hasta la azotea, allí estaba Sam sosteniendo a un tipo con gabardina que sin ninguna duda debía ser el hombre del lago.

C.Sullivan: ¡Sam! ¿Te has vuelto loco? ¿Por qué lo has traído?
S.Nicholls: Los médicos empezaban a sospechar y tuve que traerlo hasta aquí, he cogido dos autobuses y todo el mundo se ha quedado mirando, así que no te quejes reportera que aun sigues teniendo tu historia.

Clark me miró de reojo y ya empezaba a olerse algo.

S.Nicholls: Por cierto, ¿y él quién es?
C.Sullivan: Clark Kent, un amigo de Smallville.
S.Nicholls: Granjero por lo que veo ¿no? Sam Nicholls, ya era hora de conocer a los amigos de mi nov…
C.Sullivan: Sam, em…te recuerdo que tenemos a un hombre de azul en el periódico ¿Alguna idea?
C.Kent: Deberíamos llevarlo al hospital, no tiene buena cara.

El hombre, que estaba apoyado sobre los hombros de Sam parecía inquieto y se quitó la gabardina dejando ver el pijama del hospital.

S.Nicholls: Eh amigo…tranquilo no debes…
C.Kent: Espera, creo que intenta decirnos algo.

J.Huber: Lowestein…ugh…
C.Kent: ¿Qué?
J.Huber: …Lowestein…Sarah Lowenstein…
C.Sullivan: ¿Sarah Lowenstein? ¿Es la chica de la foto de su cartera? ¿Es esta?

Saqué la foto que cogí de su cartera y el hombre afirmó con la cabeza mientras intentaba hablar.

J.Huber: …ella…fue quien…me hizo esto…los laboratorios…Argonne.
C.Sullivan: ¿Laboratorios? ¿Han estado experimentando con usted?
C.Kent: Chloe éste hombre necesita un médico no podemos tenerlo aquí más tiempo.
J.Huber: Esperad…la esfera…¿donde está?
C.Sullivan: ¿Esa esfera es la responsable de que usted esté así?
J.Huber: …no…la esfera…me mantiene con…
C.Kent: La esfera le mantiene con vida Chloe, vamos sácala.

Clark y yo nos miramos el uno al otro para que Sam no se diese cuenta de lo que podía pasar si Clark se quedaba allí así que se alejó con la excusa de que investigaría sobre los laboratorios Argonne.
Al sacar la esfera, ésta brilló con intensidad sólo que ésta vez fue la luz blanca quién destelló en un radio de 3 metros aproximadamente.
Unos segundos más tarde, la luz cesó y el hombre que estaba de color azul hacía unos segundos recuperó su aspecto humano.

S.Nicholls: ¿Está bien señor Huber?
J.Huber: Llámeme James muchacho, tampoco soy tan viejo.

James parecía recuperado pero la esfera ya no estaba en mi mano.

C.Sullivan: ¿Dónde ha ido…?
J.Huber: ¿La esfera? Tranquila muchacha, está dentro de mi cuerpo. Antes no debiste sacármela a menos que os hiciese ilusión ver mi transformación.
C.Sullivan: Señor Huber..quiero decir, James, ¿Cómo es que le encontramos en medio de un lago e inconsciente?
J.Huber: Esa maldita Lowenstein…jamás debí enamorarme de tal monstruo.
C.Sullivan: ¿Disculpe? No entiendo.
J.Huber: Tienes pinta de ser reportera, sino supongo que no estarías en la azotea del Daily Planet, yo hace años también lo fui, pero perdí mi trabajo por culpa del alcohol…mi vida no ha hecho otra cosa que ir dando tumbos…y el último lo recibí gracias a esa miserable.
C.Sullivan: James, le prometo que le ayudaremos en todo lo que podamos si nos cuenta que ha pasado.

En ese momento llegó Clark, al ver que James mejoró y ver que la esfera no estaba se acercó hasta nosotros.

C.Kent: ¿Señor Huber verdad?
J.Huber: Llámeme James joven.
C.Kent: Es usted el 213 ¿es así?
J.Huber: Veo que sabes documentarte bien, no serás también reportero ¿no?
C.Kent: No, la verdad es que no. Estuvo ingresado en los laboratorios de Argonne desde hace cinco meses ¿no es cierto? Usted era el caso 213.
J.Huber: Esa maldita cosa verde me ha hecho esto, no debí confiar en Lowenstein desde que la conocí.
C.Kent: Sarah Lowenstein es una de las científicas más consagradas del condado de Kansas, concretamente de Grandville aunque en los últimos meses su carrera ha brillado por su ausencia ya que antes trabajaba para Luthorcorp donde realizó grandes progresos pero misteriosamente fue despedida sin motivo alguno.
J.Huber: A Sarah no la despidieron, todo ha sido un montaje, los laboratorios Argonne no es más que una pequeña empresa financiada por los Luthor.
C.Sullivan: Como no me sorprendo.
J.Huber: Tienes pinta de saber mucho sobre los Luthor ¿no es así señorita?
C.Sullivan: Más de lo que pueda imaginar. James, será mejor que salgamos del periódico nunca se sabe lo que puede pasarle en las próximas horas.

Llevamos a James hasta mi apartamento donde nos contó toda la historia. Parece ser que nuestro estrellado periodista del Inquisitor se enamoró hace 5 meses de una científica llamada Sarah Lowenstein la cuál le engañó y le utilizó como rata de laboratorio en un experimento financiado por la Luthor donde se le injertó en la piel pequeñas dosis de kriptonita con una materia extraída de corales del sur de Australia. El experimento causó tal “éxito” que digamos que James pasó de ser un simple humano a ser una especie de coral capaz de segregar una sustancia con el poder de destruir cualquier cosa.

S.Nicholls: Ahora entiendo porque las enfermeras se alarmaron al ver la cama del hospital echa añicos.
J.Huber: Veo que has acertado chico, puede que os parezca divertido pero es algo con lo que no puedo vivir… 5 meses…5 meses de dolor y sufrimiento. Ojalá que ese maldito laboratorio pague por lo que me hizo.
C.Sullivan: Tenga por seguro que lo hará James. Pero hay algo que aún no termino de entender ¿Cómo es que usted tiene conocimiento de todo el proceso químico que se llevó a cabo para convertirle en…un coral?
J.Huber: Nunca he sentido curiosidad por la ciencia pero desde que estuve ingresado allí, todas las noches me escapaba hasta el despacho de Sarah en busca de información que pudiese probar todo lo que hizo pero desgraciadamente cuando me tiraron al lago, toda esa información desapareció.
S.Nicholls: Con lo cuál no hay pruebas.
C.Kent: Tal vez si. ¿Llevaba consigo los archivos del experimento cuando cayó al mar?
J.Huber: No…los guardaba bajo mi cama donde cada noche dormía…la celda 127…no creo que aún sigan ahí, se habrán encargado de que no quedase rastro alguno de lo que hicieron.
C.Sullivan: ¿Y le tiraron así sin más al mar? ¿De que sirvió entonces lo que le hicieron?
J.Huber: Tal vez haya sido un fracaso y esta reacción física no era la que esperaban.

De pronto, la puerta de mi apartamento se abrió de un golpe. Una mujer vestida de uniforme que me resultaba familiar yacía en la entrada con dos agentes de policía a cada lado.

C.Sullivan: ¿Agente Sawyer?
A.Sawyer: Veo que sigue usted en la misma dinámica Sullivan.¿Cuándo dejará de jugar a ser una reportera sin límites señorita Sullivan? Queda usted y el señor Nicholls detenidos por el secuestro de James Huber cuando estaba inconsciente en Grandville.

Continuará…
[Los capítulos continúan en el post nº 4]
Última edición por --[Sacred-Kripton]-- el Lun Jul 02, 2007 5:33 pm, editado 12 veces en total.



--[Sacred-Kripton]--
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1x18 Como confiar || Fecha de emisión: 18-06-07
Prisión de Metrópolis

Una vez más, estaba metida en líos solo que en este caso podría fastidiar mi carrera y la de Sam. Detenidos por secuestro…quién me lo iba a decir.

A.Sawyer: Señorita Sullivan despierte, es hora de testificar.

Llevaba horas metida en la celda y no paraba de pensar en Sam, en como estaría. Menudo día de vacaciones ha tenido, primero tuvo que cargar con un hombre hasta el periódico y ahora está también en la cárcel.

A.Sawyer: ¿Sullivan?
C.Sullivan: Si, lo siento.

La agente Sawyer abrió la puerta y me llevó hasta una de las salas de declaraciones de la prisión. Allí estaba Sam esperando, parecía nervioso pero al verme se quedó más tranquilo.

S.Nicholls: ¡Chloe! ¿Estás bien?
A.Sawyer: ¡Eh! No podéis hablar ahora. Sentaros los dos.
S.Nicholls: Todo ha sido culpa mía, Chloe no tiene nada que ver en esto.
A.Sawyer: No intente hacerse el héroe señor Nicholls. Ambos cometieron el secuestro y ambos me explicaréis por qué lo habéis hecho.

De pronto la puerta se abrió, era James.

J.Huber: No fue un secuestro, sólo intentaban ayudarme.
A.Sawyer: Usted no debería estar aquí señor Huber, ya lo hemos hablado. Conozco bien a la señorita Sullivan, le gusta meterse en líos y no es la primera vez que le freno el carro.
C.Sullivan: No hemos hecho nada malo, sólo queríamos ayudar.
A.Sawyer: ¿Ayudar? ¿Y para eso sacasteis al señor Huber del hospital de Grandville sin autorización del médico?
J.Huber: Por que yo se los pedí. Hay…hay algo que no puedo explicarle ahora mismo agente Sawyer, sólo le pido que confíe en mí y deje salir a estos chicos.
A.Sawyer: ¿Qué confíe en usted? Si quiere que confíe en usted más vale que me explique eso que no puede contarme.

James hizo una pausa y cerró los ojos hasta que se dispuso a abrir la boca.

C.Sullivan: ¡James! No es necesario que lo cuentes.
A.Sawyer: ¿Disculpe señorita? ¿Cree que esto es un juego de niños? Me contará todo lo que sabe, por su propio bien y el de éstos dos jóvenes.
J.Huber:¿Conoce los laboratorios Argonne?
A.Sawyer: Por supuesto, llevamos siguiendo la pista en los últimos meses desde aquel altercado en uno de los laboratorios.
J.Huber: Hubo una explosión, estuvieron allí y no encontraron nada. Luego cerrasteis el caso y se lavaron las manos. Yo fui una de sus ratas de laboratorios durante 5 largos meses.
A.Sawyer: ¿De qué esta hablando señor Huber?
J.Huber: Sarah Lowenstein.
A.Sawyer: ¿No es una de las científicas más prestigiosas de LuthorCorp?
J.Huber: ¿Qué prestigio tiene el engañar a un hombre y torturarlo durante meses para luego tirarlo al mar como si fuese basura?

James estaba enfadado…su cara era un claro reflejo de la rabia que sentía hacía los laboratorios Argonne. Me levanté de la silla y me acerqué hasta James.

C.Sullivan: Sarah Lowenstein llevó a cabo un experimento inhumano con James Huber en los laboratorios Argonne. No son más que una tapadera de Luthorcorp para alcanzar sus planes sin mancharse las manos.
A.Sawyer: En ese caso, reabriremos la investigación de los laboratorios Argonne y mandaré un equipo a la LuthorCorp en busca de pruebas.

La puerta volvió a abrirse de un portazo. Allí estaba Clark, llevaba una carpeta en sus manos. Dirigió su mirada hasta mí y sonrió en señal de que todo iría bien.

C.Kent: Quizás no sea necesario agente Sawyer.
A.Sawyer: ¿Señor Kent?, me parece perfecto que quiera ayudar a sus amigos ¿pero no cree que es algo joven como para meterse donde no le llaman?
C.Kent: Los laboratorios Argonne decidieron cancelar el experimento 213 de James Huber. La doctora Lowenstein es la responsable de dicha crueldad. Aquí están las pruebas que certifican los hechos.
A.Sawyer: ¿Dónde has encontrado todo esto Kent?
C.Kent: En la celda donde tenían a James todo este tiempo.
A.Sawyer: Parecen datos fiables, está bien, si el señor Huber está de acuerdo retiraré los cargos contra el señor Nicholls y la señorita Sullivan.

Una vez más, Clark conseguía ayudar…gracias, gracias, gracias. Sam y yo nos miramos y me abrazó, allí…en medio de la sala en la cual todos se nos quedaron mirando. Tierra trágame.

A.Sawyer: Me encanta verlos tan felices, pero la próxima vez que os vea metidos en un lío de estos, no tendréis tanta suerte. Os lo aseguro.
J.Huber: ¿Qué va a pasar con Lowenstein?
A.Sawyer: No se preocupe señor Huber, ahora mismo me dirijo hasta los laboratorios Argonne, solo le pido que tenga…

De pronto, las pupilas de James se nublaron quedando totalmente blancas, calló de rodillas al suelo y empezó a gritar.

C.Sullivan: ¡Clark tenemos que ayudarle! Vuelve a…

Los gritos no cesaban y poco a poco James se fue volviendo del azul intenso de la última vez.

J.Huber: Tenéis que salir de aquí…¡rápido!
C.Kent: Salgamos vamos.
S.Nicholls: No podemos dejarle aquí sin más.

Cogí del brazo a Clark, al instante entendió lo que debía hacer.

C.Sullivan: Salgamos de aquí Sam, se pondrá bien.
A.Sawyer: ¡Vamos, vamos, vamos! Salgamos de aquí.

Uno a uno fuimos saliendo de la sala, Clark seguía allí esperando a que todos saliéramos.

A.Sawyer: ¡KENT! No es el momento de hacerte el héroe, vamos muchacho.
C.Kent: Confíe en mi.

Me acerqué hasta el agente Sawyer y le agarré del brazo.

C.Sullivan: Salgamos agente…no sabemos lo que puede pasar.

Una luz blanca se hizo con toda la sala impidiéndonos ver absolutamente nada. La agente Sawyer se soltó de mi brazo y me dirigió una mirada furtiva, sabía que no debí detenerla.
Clark y James habían desaparecido. Todo pareció salir bien, pero la agente Sawyer había perdido la paciencia. Sacó su busca y empezó a dar órdenes a sus hombres.

A.Sawyer: ¡Código 319, repito código 319! Necesito que un equipo de clase A acuda hasta los laboratorios Argonne de Grandville, mandad también un equipo hasta LuthorCorp. ¡No quiero errores!

Se giró hasta Sam y yo y nos apuntó con el dedo.

A.Sawyer: No quiero que hagáis ninguna tontería. Si queréis una historia esperad a que todo se resuelva. Estáis avisados.

La agente Sawyer salió disparada hasta la salida de la prisión.

S.Nicholls: ¡Vamos!
C.Sullivan: ¿A dónde?
S.Nicholls: Venga, está claro Chloe, no se como ha podido pasar esto pero James se llevó a Clark hasta los laboratorios Argonne. Había perdido el control y estaba sediento de venganza, esa tal Lowenstein debe de estar por los laboratorios.
C.Sullivan: Esta bien vamos allá.

Nos dirigimos hasta Grandville. La policía iba delante de nosotros y tuvimos que esperar a que desaparecieran para que no nos viesen.

S.Nicholls: Si James se ha vuelto azul otra vez, seguramente se deba a esa esfera. A fin de cuentas son como las baterías de los teléfonos móviles. Necesitará recargarse.

No podía dejar que Sam siguiera investigando, podría delatar a Clark.

C.Sullivan: Será mejor esperar a que estemos allí, todo ha pasado muy rápido.
S.Nicholls: ¿Estás bien?
C.Sullivan: Si, ¿Por qué lo preguntas?
S.Nicholls: No lo sé, pero desde que llegó Clark es como si hubieses perdido la emoción de tener esta historia en tus manos.

En cierto modo, tenía razón. Al fin y al cabo, no es tan fácil encubrir a Clark y más sabiendo que hay una esfera con meteorito verde.

C.Sullivan: Es solo que estoy algo nerviosa, no sabemos que le ha pasado a Clark.

Llegamos hasta los laboratorios, habían patrullas policiales por todos lados. Varios hombres con bata blanca estaban en la entrada hablando con algunos de los agentes. La agente Sawyer también estaba allí hasta que la vimos entrar en los laboratorios.

C.Sullivan: Es nuestra oportunidad Sam. ¡Espera! Tendremos que separarnos, quédate aquí afuera por si ocurre algo con estos científicos, yo intentaré entrar dentro por esa puerta del fondo.
S.Nicholls: ¿Entrar tu sola? Iré contigo.
C.Sullivan: No, será mejor que esperes aquí.
S.Nicholls: ¿No confías en mi?

No supe que contestarle en ese preciso instante así que no tuve opción que salir corriendo hasta la puerta de atrás.

S.Nicholls: ¡Chloe, Chloe!
C.Sullivan: Estaré bien, no te preocupes.

Tenía un mensaje de Clark “Habitación 127, segunda planta”. Corrí hasta la puerta pero estaba cerrada. Dos agentes de policía se acercaban hasta el callejón y tenía que darme prisa.

C.Kent: ¡Chloe! Eh…Chloe.
C.Sullivan: Clark, estas aquí.
C.Kent: Deprisa.

Clark abrió la puerta bloqueada con un manotazo. Llegamos hasta uno de los pasillos de la primera planta, dentro, todo parecía tranquilo. Cogimos el ascensor hasta la segunda planta y llegamos hasta la habitación 127, allí estaba James, tumbado sobre la cama y segregando el mismo líquido del hospital. Cerca había una silla que parecía un helado derretido, y lo mismo con una mesa del fondo.

J.Huber: Tenéis que daros prisa. Las esferas son lo que me mantienen con vida, hay más en la planta 3, en el laboratorio del ala oeste.
C.Sullivan: Iré yo a buscarlas.
C.Kent: Chloe no puedes hacerlo sola.
C.Sullivan: Clark, ya sabes de que están hechas esas esferas, es peligroso. Confía en mí.

Clark asintió con la cabeza y se quedó con James, su estado iba de mal en peor, si no le dábamos una de esas esferas podría morir.
Tomé el ascensor hasta la tercera planta, menudo susto me llevé al ver que tendría compañía en él.

C.Sullivan: ¡Sam!
S.Nicholls: No confías en mi, pero yo si. ¡Subamos! Bueno…en realidad ¿A dónde vamos?
C.Sullivan: Ven, por aquí.

Llegamos a la planta 3, recorrimos el pasillo hasta llegar al ala oeste. Todo estaba destrozado y parecía abandonado desde hacía meses. Al cruzar la puerta, Sam y yo nos quedamos atónitos, aquello parecía la casa de Bob Esponja…todo estaba cubierto de alga marina y corales, además había un líquido que nos resultaba familiar.

C.Sullivan: ¡Increíble! Una vez el líquido ha sido segregado y destroza todo aquello que alcanza crecen corales.
J.Huber: ¿Cómo es posible todo esto?
C.Sullivan: No lo sé, pero tenemos que darnos prisa, James necesita más esferas.
Voz: ¿Buscáis acaso esto que tengo aquí?

Una mujer con bata blanca estaba postrada en la entrada de la sala, sujetaba una de las esferas que necesitaba James para recuperarse.

C.Sullivan: ¿Usted debe ser Sarah Lowenstein?
S.Lowenstein: Veo que sabes mucho ¿Acaso conoces a James?
C.Sullivan: Necesita esa esfera.
S.Lowenstein: Será mejor dejarlo morir. Ha hundido mi carrera llamando a la policía, aún no entiendo como pudo conseguir pruebas, todas habían desaparecido.
C.Sullivan: ¿Ah si? ¿Y que me dice del trozo de Atlántida que ha crecido en esta sala?
S.Lowenstein: Intenté por todos los medios destruirla, pero las partículas de estos corales son inmunes al fuego y a cualquier explosivo.
S.Nicholls: Dénos la esfera, sino será responsable de la muerte de James Huber.
S.Lowenstein: ¿Y que más da?

La doctora Lowenstein alzó la esfera y la lanzó hasta el fondo de la sala. Sam intentó cogerla pero calló muy lejos. Al chocar contra uno de los corales, la esfera dejó salir un onda expansiva que hizo que toda la sala retumbase. Sam y yo nos escondimos bajo una mesa y la doctora Lowenstein huyó de la sala.

S.Nicholls: ¡¿Qué ha hecho?!
C.Sullivan: Tenemos que encontrar más esferas.
S.Nicholls: Iré tras ella.
C.Sullivan: Espera Sam, iré contigo.

Sam se paró en seco y se me quedó mirando.

S.Nicholls: Yo confío en ti, ahora hazlo tu también. Estaré bien.

Cerré los ojos y me quedé pensando. Antes no había dejado que viniese conmigo…confió en mi y yo le di la espalda. ¿Por qué? En ese momento llegó Clark.

C.Kent: ¿Estás bien?
C.Sullivan: Sam ha ido en busca de más esferas. Lowenstein acaba de destrozar una de ellas.
C.Kent: Tenemos que darnos prisa…James no aguantará mucho tiempo.

Corrimos en busca de más esferas, al doblar por uno de los pasillos nos encontramos con la agente Sawyer. Su cara de frustración se vio claramente reflejada en su rostro.

A.Sawyer: ¿Qué diablos hacéis aquí?
C.Sullivan: James se está muriendo, necesita las esferas de la doctora Lowenstein.
A.Sawyer: Acaba de ser detenida.
C.Kent: Ella sabrá donde están las esferas.
A.Sawyer: Ya basta chicos. Uno de mis agentes acaba de encontrar al señor Huber, acaba de morir en la habitación 127. Lo siento mucho…

Había muerto…se habían salido con la suya. Una vez más la Luthor y sus secuaces destrozaban vidas…
Al salir del edificio, Sam nos esperaba fuera. Tomé impulso y me abalancé sobre él.

S.Nicholls: ¡Hey! Ya se que no hice bien pero no querrás dejarme sin cuello…¡Au!
C.Sullivan: Siento lo que hice antes…no quería que te ocurriese nada.
S.Nicholls: Estás bien…por lo tanto yo también.

Olvidé por completo que Clark seguía allí. Aún no entiendo porque no le había dicho nada acerca de Sam. Tal vez porque no había encontrado el momento de hacerlo…pero algo me detuvo en ese momento a decirle la verdad. Últimamente estaba muy mal tras romper con Lana y lo de su padre le seguía afectando…, aunque quizás no le daría igual que Sam y yo seamos algo más que amigos pero a pesar de ello, no supe como decírselo en ese preciso instante.

Me acerqué hasta Clark dejando unos segundos a Sam y ambos se quedaron mirando.
Tenia que romper el hielo.

C.Sullivan: Es un amigo, un gran amigo. Son tantas las veces que coincidimos en el periódico que me preocupo por él, es buen chico y…
C.Kent: Chloe.
C.Sullivan: ¿Si?
C.Kent: Si salieras con Sam ¿me lo contarías no?

Intenté disimular mi reacción pero los nervios me podían.

C.Sullivan: Claro…si, por supuesto. Sam es sólo un amigo Clark.
C.Kent: Podemos hablar de cualquier cosa ¿verdad?
C.Sullivan: Por supuesto que sí.

Clark sonrió en ese momento y se quedó mirando a Sam mientras seguía sonriendo. Tal vez…sospeche algo. Clark y yo nunca hemos estado juntos, siempre ha estado Lana presente y yo nunca tuve la ocasión de estar…en su corazón, no tendría que tener reparo alguno en decirle la verdad, es mi amigo. Mi mejor amigo.

Finalmente, el caso de los laboratorios acabó con un triste desenlace. Jame había fallecido y la policía de Metrópolis demando a LuthorCorp por estar implicado. Al final, sólo consiguieron cerrar los laboratorios Argonne y condenar en prisión a la doctora Lowenstein. El dinero haría el resto para la Luthor.
Al día siguiente, la historia aparecía en el Daily Planet en la sección de sucesos, página 19. Sam llegaba a la redacción como de costumbre con varios encargos, estaba feliz y llevaba en su mano el periódico de hoy.

S.Nicholls: ¿Por qué no me sorprende que tu nombre vuelva a aparecer en éste montón de papeles?
C.Sullivan: Tal vez todo sea gracias a ti. Sin ti, James no hubiese llegado hasta el Planet y no hubiésemos conocido su historia.
S.Nicholls: No olvides que sin Clark esto no hubiese salido tal y como esperábamos. Creo que echaré de menos a James…era un buen hombre.
C.Sullivan: Así es…
P.Kahn: Desde luego que lo era chico. Su historia no quedará en el pasado, gracias a vosotros dos la verdad sobre éste caso ha salido a la luz y la próxima vez LuthorCorp se pensará mejor lo de jugar con peces gordos.

La señora Kahn había salido del ascensor. Seguía reflejando su mala leche de cada día y se acercó hasta la máquina de café en busca de su droga favorita.

P.Kahn: Por cierto Sullivan ¿para que te doy el día libre si no paras de trabajar? ¿Qué pasa no tienes novio? Si crees que te ascenderé por este suceso sigue soñando.

Tal Kahn como siempre, la directora del Planet nos ponía a raya. Sam se empezó a reír tras el comentario de Kahn y no pude evitar reírme también. Que si no tenía novio…si ella supiera.

Continuará…
1x19 Secuestro || Fecha de emisión: 25-06-07
Hoy día, quién no encuentra trabajo en Metrópolis es porque no quiere. El Planet en las últimas semanas se ha convertido en el primer paradero para los que llevan en la cola del paro desde hace ya meses, años, siglos… La falta de personal es desesperante y como siempre, los que menos poder tienen en el periódico se llevan todo el trabajo que menos gusta hacer a un aspirante a periodista de investigación: ordenar.
Ordenar y más ordenar; si esto fuese lo que quisiera trabajaría en un supermercado reponiendo alimentos en vez de montañas de papel, recortes o cosas sin importancia.
Gracias que esa tarde de primavera me salvó la vida una llamada de teléfono.

P.Kahn (al teléfono): Sullivan te necesito en mi despacho, tienes 1 minuto.
C.Sullivan: ¡Enseguida estoy arriba jefa!

¡Fantástico! El ascensor averiado…subir más de 20 plantas a las tantas de la tarde no tiene nombre y más sabiendo que sólo pillaste un café y medio croissant mixto para almorzar…
Era curioso ver a tanta gente subir y bajar escaleras y farfullando cuando normalmente iban en el ascensor mientras bebían un café y hablaban de lo mal que estaba el tiempo en Metrópolis.
Dos minutos y cincuenta y cinco segundos, lo anotaré como mi tercer record de tiempo en subir escaleras en lo que lleva de día.

P.Kahn: Sullivan ¡Tarde! Siempre tarde, ¿cuando aprenderás?
C.Sullivan: El ascensor esta…
P.Kahn: ¡Si, ese maldito ascensor! ¿Qué pasa con los de mantenimiento de esta ciudad? ¿También se han ido de vacaciones como los bomberos en huelga de Metrópolis? Sullivan, la redacción está a tope y por tanto necesito que te ocupes de un caso.
C.Sullivan: Soy toda oídos señora Kahn.
P.Kahn: ¿Has estado alguna vez en Gotham City?
C.Sullivan: No señora Kanh pero…
P.Kahn: En realidad no me importa, necesito que vayas hasta la ciudad. Ha saltado la alarma de secuestros de menores en los últimos 3 días, necesitamos nombres, fechas, lugares, todo lo que puedas sacar acerca del caso.
C.Sullivan: Google hace milagros en casos como estos.
P.Kahn: Pues ya sabes lo que tienes que hacer, tienes media hora para prepararte un dossier con información acerca del caso, luego irás hasta la ciudad del alquitrán y los vertidos tóxicos e investiga, quiero conocer la versión de lo ocurrido de los padres, de la policía y las causas que se esconden tras este secuestro ¿de acuerdo?
C.Sullivan: Descuide, haré todo cuanto esté en mis manos.
P.Kahn: ¡Bien, corre!

Salí disparada del despacho de Kahn, tenía un caso y era una oportunidad más para dejar las montañas de papel y meterme de lleno en lo que más me gusta, investigar.
De camino a mi mesa de trabajo me encontré con Sam, estaba agotado, sin ascensor su trabajo de mensajero era lo más parecido a una tortura.

C.Sullivan ¡Ey! ¿Cómo lo llevas?
S.Nicholls: Esto nunca acaba, creo que dejaré de pagar la cuota del gimnasio, aquí es gratis hacer ejercicio entre tanto subir y bajar escaleras. ¿Te veo luego?
C.Sullivan: No creo, Kahn me ha dado un caso, salgo dentro de media hora para Gotham.
S.Nicholls: ¿Qué se le ha perdido a la jefa en Gotham?
C.Sullivan: Secuestros de menores, necesita información fresca para la edición de mañana. ¿Te vienes?
S.Nicholls: ¿Y quién trabaja por mí? Hoy ha sido el día de las quejas ¿por qué llegas tan tarde? ¿se te han pegado las sábanas esta mañana?
C.Sullivan: No te preocupes, será mejor que descanses ésta noche.
S.Nicholls: Tranquila, estaré por aquí por si necesitas algo.

Sam dejó sobre una fotocopiadora el montón de sobres que llevaba sobre los brazos y me cogió de la cintura dándome un beso en todos los morros y en medio del batallón de gente que subía y bajaba escaleras.

S.Nicholls: Lo sé, no debí hacerlo ahora pero piensa que no me verás en horas. ¡Ten cuidado!
C.Sullivan: De acuerdo, y tomate algo, tienes mala cara.

Ésta vez fui yo quien le besé y salí disparada a por información sobre los secuestros. “San Google” me dio varios nombres de familiares, de los niños secuestrados, todos entre 6 y 12 años y residentes en Gotham City…pobres criaturas. Tras cargar mi cámara con la memoria y sacar un café doble de la máquina salí disparada a por el coche. Próxima parada, Gotham City.

Tras 2 eternas horas en coche se hicieron las 20:19h de la noche. Jamás había estado en dicha ciudad, tenía un aspecto desolador y no era precisamente la ciudad de los colores. Mi primera parada fue en la casa de la familia Sheesley en el edificio Lewis de la Avenida Ridge Theater, eran los padres de uno de los niños desaparecidos.
Una señora de pelo corto y oscuro me abrió la puerta.

C.Sullivan: Disculpe que le moleste a estas horas ¿Es usted la señora Sheesley?
S.Sheesley: Así es, soy yo ¿quién es usted?
C.Sullivan: Chloe Sullivan, del Daily Planet de Metrópolis. Me gustaría hacerle unas preguntas acerca de la sucesión de secuestros que se ha dado en estos días si no es mucha molestia.
S.Sheesley: ¿Más preguntas? ¿No es suficiente con las declaraciones de la policía?
C.Sullivan: Cualquier información que pueda darnos le doy la total seguridad de que será anónima y puede que sea de ayuda para ayudar a encontrar a su hijo.
S.Sheesley: Está bien, puede pasar.

La señora Sheeley estaba sola en su casa, un pequeño apartamento que daba la impresión de que vivían universitarios sin tiempo para tener la casa en orden.

S.Sheesley: ¿Quiere una taza de te?
C.Sullivan: No gracias, ya he bebido café de camino a la ciudad. Señora Sheesley ¿sabe usted el motivo del secuestro de su hijo de 10 años y del resto de los niños?
S.Sheesley: Mi hijo era un chico tranquilo, no se metía en problemas, le gustaba estudiar y apenas se relacionaba con sus compañeros de clase. Me cuesta entender porque se lo han llevado.
C.Sullivan: La policía aún no tiene demasiadas pistas, solo se sabe que la última vez donde se vio a los niños fue en el colegio donde estudiaban. ¿El Arkham verdad?
S.Sheesley: Así es, uno de los mejores colegios de toda la ciudad. Todos los alumnos que salen de Arkham obtienen buenos resultados académicos, es un colegio de renombre.
C.Sullivan: ¿Entonces como es posible que un colegio de dichas características no tenga cámaras de seguridad que registrasen la salida de los chicos secuestrados?
S.Sheesley: Su director, el señor Holmes nos contó a todos los padres que durante estos últimos días las cámaras de seguridad del centro fueron manipuladas, colocaron imágenes ya emitidas para no dar pistas, la policía cree que puede que el secuestrador haya trabajado en el Arkham.

Tras unas cuantas preguntas me despedí de la señora Sheesley, era tarde y probablemente el Arkham estuviese cerrado pero siempre queda alguien en los colegios, aunque sean los celadores que viven cerca o alguna señora de la limpieza de turno.
El Colegio Arkham estaba a las afueras de la ciudad, cerca del puerto Triconer Yards. ¿A quién se le ocurre levantar un colegio en un lugar tan alejado como éste? El Arkham era una especie de mansión enorme, con interminables jardines muy bien cuidados que rodeaban todo el edificio y su entrada se podría relacionar perfectamente con las casas de terror de las pelis de Stephen King.
La verja curiosamente estaba abierta y tardé unos segundos en dar el paso para ir hasta la entrada. Tome algunas fotos del lugar y tras cruzar la enorme pasarela de los jardines llegué hasta una gran puerta metálica. ¿Cómo puede ser esto un colegio?
Tras tocar la puerta 3 veces desistí e intenté buscar una posible entrada por los alrededores pero me llevé un gran susto al ver que una mujer abría la puerta.
Debía tener unos 60 años y vestía un traje morado con unas extrañas botas que me recordaban a las que usaban los pescadores en los barcos.

Celadora: ¿Qué es lo que quiere señorita?

Tenía una voz grave y sus labios se movían a gran velocidad dejando entrever poco más que una boca sin dientes y una lengua babosa…doy gracias a que no he cenado.

C.Sullivan: ¿Puedo pasar? Es que esta mañana me he dejado unos apuntes en la biblioteca y los necesito para el examen de mañana.
Celadora: ¿Y llegas ahora tan tarde? ¿Qué edad tienes joven? Supongo que estarás en último año.
C.Sullivan: No tardaré mucho, lo prometo.

La celadora no parecía muy inteligente así que no resultó difícil conseguir que me dejase entrar. Dentro del edificio la iluminación a estas horas era bastante escasa y un inoportuno escalofrío se me metió en el cuerpo.

Celadora: Date prisa, cuando acabes cierra la puerta.

La “pescadora” se perdió al final de un pasillo que daba a una habitación de la cual salía un intenso olor a sopa de pollo, debía de ser el comedor.
En realidad no tenía ni idea donde estaría la biblioteca así que fui merodeando por los pasillos en busca de alguna prueba del secuestro. A cada paso que daba se oía el eco del contacto entre mis zapatos y las grisáceas baldosas del suelo. Vamos Chloe piensa...en caso de haberse dado un secuestro…en que lugar habría ocurrido, piensa, piensa…

En ese momento el móvil me dio un gran susto tras sentir el vibrador en el bolso y el sonido del mensaje ¿Quién podría ser?
Era un mensaje de Sam:

“Acabé el maratón del reparto ¿Necesitas que te eche una mano?
Besos para la reportera más sexy del mundo”


Siempre tan oportuno…quizás si puedas ayudarme. Mandé un sms a Sam, necesitaba un plano de éste dichoso lugar, sino seguiré perdida aquí horas y horas.
Minutos más tarde, recibí un mensaje en mi PDA, Sam había encontrado los planos ¡Excelente!
Estaba cerca de la sala de profesores, quizás allí hubiese algo, el secuestrador perfectamente podía haber sido uno de los profesores. Nada, tal y como me temía, la puerta estaba cerrada. Seguí escaleras arriba siguiendo el itinerario del mapa hasta llegar a la biblioteca, era infinitamente enorme y no se veía absolutamente nada. Lo bueno de ser una aspirante a reportera de investigación es que siempre tendrás un kit de supervivencia en casos de emergencia, saqué una “literna boli” del bolso y me metí en la sala, según el mapa, la biblioteca conectaba con varios balcones del edifico, de los cuales 3 de ellos daban directamente a la parte trasera del colegio y que coincidía a su vez con el puerto Tricorner Yards ¡menudas vistas!
Estaba algo nerviosa, esto era más excitante que la casa del terror de las ferias de verano en Smallville.
Me acerqué hasta una de los balcones que conectaban con el puerto y abrí las puertas, la noche estaba tranquila y se notaba una ligera brisa nocturna; ni cuerdas, ni ropas, ni nada que diese indicios de un secuestro. Revisé los otros dos balcones y casi doy saltos de alegría cuando encontré una cartera en el suelo, podría haber sido de un estudiante pero muy cerca había un anillo de plata, probablemente de hombre.
Examiné con mucho cuidado la cartera, tenía su pasaporte de identidad, algunas monedas, un bono de metro y varios trozos de papel metidos en uno de los compartimentos. Eran cifras, algunos de números de teléfono, direcciones y había también un papel que parecía bastante grande por el espacio que ocupaba. Quise abrirlo pero se oyeron golpes que provenían del exterior del balcón, al asomarme una cosa metálica calló a gran velocidad al vacío, giré la cabeza hacia arriba eufórica por ver de donde venía aquel extraño objeto pero era demasiado tarde; sólo alcancé ver algo así como una tela negra que se metía en la azotea del edificio. Que extraño…

Se oyeron pasos a lo lejos, el corazón se me aceleró aún más y me acerqué a una de las enormes estanterías de la sala y cogí un libro. En la puerta del fondo apareció la figura de la celadora que se dibujaba por la luz del exterior de la sala.

Celadora: ¡Niña! ¿Qué haces aún aquí? ¿Crees que no te he oído?

Decidí que era mejor no dar indicios que le hicieran sospechar algo a la celadora y me acerqué hasta la puerta.

C.Sullivan: Ya esta señora, aquí está el libro que me había dejado esta mañana.
Celadora: Déjame ver.

La mujer con sus arrugadas y pálidas manos me arrebató el libro de las manos y lo examinó con unas gafas de color lila que le colgaban del cuello.

Celadora: ¿La formación del carácter humano de Robert Owen? ¿Desde cuando en el último año se estudia la vida de los filántropos señorita? ¿Crees que soy estúpida? Si intentas sacar dinero a costa de los libros de la biblioteca la llevas clara, ¡anda! Lárgate de aquí y no vuelvas más a estas horas.
C.Sullivan: Lo siento, siento mucho lo que ha pasado.

La celadora me miró con cara de pocos amigos y dio un puñetazo a la gruesa tapa del libro como respuesta a lo que le había dicho.
¿Robando libros eh? Curioso…El caso es que tuve mucha suerte. Era muy tarde y no podía hacer nada más en esta tétrica ciudad a estas horas así que decidí que lo mejor sería volver a Metrópolis y revisar al detalle la cartera y el anillo que había encontrado.

Al llegar a la redacción dos hombres de uniforme revisaban el ascensor. ¡A buenas horas! esta vez sólo tendría que subir 3 plantas.
Sobre mi mesa Sam dormía con la cabeza sobre un montón de papeles y con los brazos colgando al suelo.
Me quedé unos segundos mirándole y pensé en el día que había pasado así que me acerqué muy despacio para despertarle, lo mejor sería que volviese a su casa.
Se había cortado el pelo hacía unos días, lo tenía tan suave como de costumbre, le acaricié la frente y le susurré al oído.

C.Sullivan: Ey…¿sigue vivo éste mensajero tan guapo?
S.Nicholls: Chloe…¿ya has llegado? Me tenías…preocupado…
C.Sullivan: Mmm, ya veo, por eso llevas despierto toda la noche ¿verdad?
S.Nicholls: ¡Vamos! He tenido un día realmente agotador…
C.Sullivan: ¿A que no sabes lo que he conseguido en Gotham?

Puse una sonrisa de oreja a oreja y saqué la cartera y el anillo de plata y los coloqué sobre la mesa. Sam se me quedó mirando y frunció el ceño.

S.Nicholls: ¿Qué pasa? ¿Has ido al mercadillo de Gotham a por una cartera y un anillo?
C.Sullivan: Muy gracioso, lo cierto es que dudo mucho que éste anillo sea de mercadillo ya que vale lo suyo ¡y! En esta cartera hay toda clase de información acerca del secuestro.
S.Nicholls: ¿Y cómo estás tan segura?
C.Sullivan: Mmm, no lo sé, una corazonada.
S.Nicholls: Los reporteros no tienen corazonadas.

Solté una carcajada y le agarré de la blusa arrastrándolo hasta la cartera.

C.Sullivan: Claro que si las tenemos ¡mira! Son direcciones, números de teléfonos, todos en recortes de papel, no creo que sean números de chicas de algún empollón del colegio más consagrado de Gotham, ¿no crees?
S.Nicholls: Tienes agallas para haberte metido en dicho lugar, y más a estas horas ¿cómo lo hiciste?
C.Sullivan: Una tiene sus recursos. A ver, veamos que hay en éste dichoso papel tan grueso, antes quise verlo pero entre una extraña figura a las afueras del edificio y la celadora con dotes de pescadora me dejaron con las ganas.

Abrí el enorme papel que bien parecía papel fotográfico y poco a poco fueron apareciendo caras de niños que habían sido fotografiados en la calle o cerca de sus casas por lo que parecía…en total eran siete fotografiados los que habían cuando la policía había dado la noticia de seis secuestros…la última cara era de una niña de pelo lacio y rubio, con ojos grandes y caobas y era la única fotografía que no estaba marcada con una cruz roja.¡Dios! Menudo psicópata.
Me di cuenta de que Sam se había quedado tan blanco como la contraportada de dicho papel, su cara estaba retorcida y parecía que iba a caerse de espaldas.

C.Sullivan: ¿Sam que ocurre? ¿Estás bien?
S.Nicholls: Chloe…esa niña de la última foto…es Susan Nicholls…mi hermana pequeña.

Continuará…
1x20 Escaleras abajo || Fecha de emisión: 29-06-07
Todo ocurrió muy rápido, tan rápido que hubiese sido fácil cerrar los ojos y pensar que todo era mentira.
Sam había salido de la sala y bajó corriendo por las escaleras, sus pasos eran tan acelerados que lo alcancé oír poco menos de 3 segundos. Su rostro pálido y casi con lágrimas debía de estar corriendo en este momento a saber donde.
Tenía que hacer algo, su hermana debe significar mucho para ella aunque jamás oí hablar de que tenía hermanos.

El teléfono hizo que se rompiera mi paranoica burbuja que me tenía paralizada aún con el cartel de desaparecidos en mano.

C.Sullivan:¿Daily Planet dígame?
Voz: ¿Podría ponerme con la directora por favor?
C.Sullivan: Disculpe señorita, a estas horas no queda mucha gente en la redacción y mucho menos la señora Kahn, si quiere dejar un recado.
Voz: Es algo privado…aunque es urgente. ¿No podría facilitarme el número privado de la directora?
C.Sullivan: Lo siento, no puedo hacer eso aunque si necesita ayuda…
Voz: ¿Es usted redactora?
C.Sullivan: Trabajo en el periódico...como becaria.
Voz: Muy bien, necesito que toda esta conversación quede entre usted y yo ¿de acuerdo?
C.Sullivan: De acuerdo, aunque empieza a preocuparme…¿quién es usted?
Voz: Me llamo Lara Nicholls, llamo desde Gotham City,

Todo volvía a ocurrir muy deprisa. ¿Otra Nicholls? Sam jamás me habló de su familia…¿por qué ahora ocurre todo esto?

C.Sullivan: Disculpe ¿ha dicho Nicholls?
L.Nicholls: Así es…¿me conoce?
C.Sullivan: No, pero a Sam Nicholls sí.

Se oyó una respiración entrecortada al otro lado del teléfono, parece que la noticia no debió haberle hecho mucha gracia a Lara Nicholls.

C.Sullivan: ¿Sigue usted ahí?
L.Nicholls: Si, descuide. ¿Conoce a mi hermano?
C.Sullivan: Sí, trabaja aquí.
L.Nicholls: Por eso he llamado, necesito hablar con él urgentemente. No puedo contactar con él ya que hace años que no nos vemos desde que se fue a vivir a Metrópolis, es una historia muy larga de contar.
C.Sullivan: Señorita Nicholls…usted tiene una hermana pequeña ¿cierto?

La respiración volvió a entrecortarse, parecía muy nerviosa y noté como si quisiese romper a llorar. Algo me decía que las cosas habían empeorado.

C.Sullivan: …¿Ya…ha ocurrido?
L.Nicholls: Si…
C.Sullivan: ¿Qué podemos hacer? Sam acaba de enterarse y…ha salido corriendo.
L.Nicholls: Escúcheme con atención señorita Sullivan, mi hermano no debe saber bajo ningún concepto que la he llamado por teléfono ni que he intentado contactar con él.
C.Sullivan: Pero tiene que hablar con él, vuestra hermana ha desaparecido y debéis estar unidos.
L.Nicholls: Eso no es posible.

Lara colgó el teléfono. Yo seguí ahí, paralizada, con el teléfono aún en mano y pegado a mi oreja. No sabía que hacer….vamos Chloe, has estado en situaciones peores que en esta, piensa, piensa…
Intenté ponerme en contacto con Sam llamándolo a su teléfono pero jamás obtuve respuesta. Decidí que debía informar a la policía acerca de todo esto, como exclusiva para el Planet vendría de maravilla pero no podía jugar con la vida de esos críos y con la de la hermana de Sam.

Esa misma noche acudí hasta la oficina de policía de Metrópolis. Casualmente, la agente Sawyer seguía allí a las tantas de la mañana. Al verme no puso buena cara y quiso evitarme.

A.Sawyer: Ahora no Sullivan, no tenemos tiempo de jugar a los reporteros.
C.Sullivan: Es urgente agente Sawyer, he encontrado algo que puede ayudar a resolver el caso de los secuestros que se han dado en estos días en Gotham.
A.Sawyer: Esto es Metrópolis señorita Sullivan, nosotros no podemos hacer nada.
C.Sullivan: Claro que pueden. Pueden ayudarnos a conocer el paradero de toda esta información. Como ya se acaba de anunciar en los medios una niña más ha sido secuestrada hace pocas horas y hace también unas horas que yo conocía dicha información gracias a todo esto.

Le enseñe a la agente Sawyer todo el contenido de la cartera, con el papel de las fotografías, las direcciones y los números de teléfono.
Sawyer las examinó todas con desconfianza y luego se me quedó mirando fijamente.

A.Sawyer: Espero que no se trate de una broma Sullivan, veré lo que puedo hacer.
C.Sullivan: Muchas gracias, de verdad.

Ya no podía hacer más en aquel lugar, así que volví a la redacción para ver si Sam había vuelto, me tenía bastante preocupada y sin su presencia me sentía desorbitada, sin saber que hacer a cada minuto que pasaba.
Al llegar a la redacción olvidé un pequeño detalle. ¡El anillo! Junto con la cartera, había encontrado un anillo de plata en aquel balcón del Arkham School. Quizás ese anillo nos diese alguna pista, una prueba de ADN hubiese venido de maravilla si no hubiese toqueteado tanto el anillo cuando salí del Arkham…menuda reportera estás hecha Chloe.
Saqué varias fotografías al anillo de diferentes ángulos y desde el ordenador probé suerte con el Zoom para ver si encontraba algo…nada…era un simple anillo. No tenía absolutamente nada que pudiera diferenciarlos de otros anillos corrientes, ni garabatos, ni inscripciones ni formas ni nada.
El teléfono volvió a sonar aquella noche. El corazón se me aceleró por completo ¿sería Sam?

C.Sullivan: ¡¿Sam, eres tú?!
A.Sawyer: Sullivan, muchas gracias por la información; he mandado a un grupo de agentes hasta Gotham y he avisado a la policía de allá, se han puesto a revisar las direcciones que facilitaste y hemos rastreado los números de teléfono que habían en su cartera, todas provienen del Arkham School de Gotham, profesores y algún que otro desconocido.
C.Sullivan: Agente Sawyer, antes olvidé mencionarle que junto a la cartera había encontrado un anillo. Es un anillo corriente de plata pero parece que no da ningún indicio para determinar al posible sospechoso.
A.Sawyer: ¿Has dicho un anillo de plata Sullivan?
C.Sullivan: Si, de plata, bastante fino y corriente.
A.Sawyer: Tráelo inmediatamente hasta aquí, puede que no estemos tan lejos del posible sospechoso Sullivan.

La agente Sawyer me había dejado confusa ¿Qué podría tener un simple anillo de plata como para resolver un secuestro?
Al llegar a la comisaría, dos hombres esperaban en recepción, al verme, se acercaron hasta mí inmediatamente y me preguntaron si era Chloe Sullivan. Tras ellos, apareció la agente Sawyer con una sonrisa de oreja a oreja.

A.Sawyer: Estás haciendo un buen trabajo Sullivan, este caso sin duda me ayudará mucho en mi carrera. Estos dos hombres están aquí para inspeccionar el anillo.
C.Sullivan: ¿Que puede tener este simple anillo agente?
A.Sawyer: ¿Qué pasa Sullivan? ¿No eres reportera? ¿No has oído hablar del caso Génesis?
C.Sullivan: ¿El de los científicos de Star City? Por supuesto, llevan en busca y captura desde hace meses.
A.Sawyer: Exacto. ¿Acaso no te has fijado en los registros de cada uno de sus componentes? De cuando fueron vistos por última vez.

Todo iba tomando forma, hará unos 9 meses, un grupo de científicos de Star City huyeron de los laboratorios Althea en los cuales se estaban llevando experimentos con humanos. Intentaban buscar una forma de convertir el cerebro humano en un cerebro perfecto, al 100% de sus capacidades. En total eran 4 los científicos fugados, los cuales habían formado una especie de clan para seguir con sus obsesivos proyectos.

C.Sullivan: Los 4 científicos habían sido vistos por última vez en los pasillos del metro de Star City, donde las cámaras de seguridad identificaron sus perfiles.
A.Sawyer: Así es, la policía de Star City dio con que los cuatro llevaban cuatro anillos idénticos, fácilmente perceptibles por su simplicidad.
C.Sullivan: Debemos darnos prisa entonces.

Saqué de mi bolso el anillo para que los dos hombres los inspeccionaran y se lo llevaron hasta una de las salas de la comisaría.

A.Sawyer: Sullivan, no debemos precipitarnos. Es un caso delicado y cualquier tontería podría dar pistas a éste grupo de científicos acerca de lo que está ocurriendo. Ahora debemos esperar la respuesta de este grupo de investigadores para saber si se trata del mismo anillo que del resto de los vistos en estos 9 meses tras la investigación policial que se abrió en Star City.
Tras dos interminables horas, la agente Sawyer obtuvo los resultados que deseaba escuchar, se trataba del mismo anillo, un replica exacta. La buena noticia es que el grupo de investigadores consiguieron encontrar otras huellas dactilares además de las mismas.

A.Sawyer: ¿Entonces sabemos el perfil de las huellas dactilares que se encuentran en el anillo?
Investigador: Según la base de datos, se trata efectivamente del cabecilla del grupo de científicos, Paul Delany.
A.Sawyer: ¡Perfecto! Sullivan, ¿dónde encontraste la cartera y el anillo?
C.Sullivan: En la biblioteca del Arkham School.

La agente Sawyer se dio la vuelta y se dirigió a su despacho, desde ahí se le podía escuchar dando ordenes a sus hombres. Minutos más tarde, Sawyer salió de su despacho y entonó los ojos mientras revisaba una serie de informes policiales.
Yo seguía allí, plantada sin hacer nada y sin saber nada de Sam. Hacía ya más de 4 horas que había desaparecido, ni un mensaje, ni una llamada de teléfono.

Un grupo de hombres armados hasta el cuello salieron disparados por el pasillo de la comisaría, la agente Sawyer les seguía desde atrás mientras daba órdenes:

A.Sawyer: No quiero errores, rastread todo el colegio de arriba abajo, cualquier pista que halléis será crucial para resolver éste caso y recordad que no tenemos tanta prioridad como la policía de Gotham que ya se encuentra rastreando el lugar.
C.Sullivan: Agente Sawyer ¿Puedo acompañarle?
A.Sawyer: No Sullivan, ya has ayudado bastante muchacha.
C.Sullivan: Es importante, mi novio ha desaparecido y su hermana ha sido la última en ser raptada por los científicos de Althea.

La agente Sawyer me agarró del brazo y me llevó hasta un coche de policía, ella se sentó en el asiento del copiloto y empezó a revisar un portátil que guardaban en el coche.

A.Sawyer: Bien Sullivan, por llevarte podría estar cometiendo un grave error, no quiero tonterías ni situaciones inesperadas, nos acompañarás, lo verás todo pero no intervendrás para nada. Si tu novio ha llegado hasta el colegio puede que sepa algo más que aún no conozcamos.

Tras sus palabras, el piloto salió disparado y en media hora llegamos hasta Gotham. El Arkham en esos momentos estaba rodeado de una muchedumbre con pancartas (probablemente de familiares de los secuestrados), la policía de Gotham ya había llegado y tenían vallado todo el colegio.
La agente Sawyer salió del coche y fue hasta el uno de los policías que mantenía a la muchedumbre alejada del colegio. Tras hablar con el agente de policía, la agente Sawyer y yo nos adentramos en el lugar. A lo lejos pude ver a la celadora que unas horas antes me había echado del colegio, estaba apoyada en un pedestal enorme que rodeaba las escaleras mientras un agente de policía le hacía preguntas.
Un hombre vestido de policía se acercó hasta la agente Sawyer con cara de desconcierto. Sawyer no puso cara de buenos amigos y arqueó las cejas mientras se dirigía hasta aquel hombre.

A.Sawyer: Cuanto tiempo sin saber de ti Harvey.
H.Bullock: En Gotham siempre hay algo que hacer. ¿Qué pasa? ¿Metrópolis no es lo suficientemente conflictiva como para que tengas que venir a Gotham?
A.Sawyer: Este es un caso de carácter internacional y por tanto, un buen punto para nuestras carreras, ¿no crees?

Parecía haber una cierta rivalidad entre Bullock y Sawyer, los dos eran muy altos, serios y con cara de pocos amigos, en especial Harvey Bullock el cual no dejaba de mover la vista de un lado a otro para tener todo bajo control.

A.Sawyer: Te presento a la señorita Sullivan, reportera del Daily Planet.
H.Bullock: ¿Ahora te dedicas a traer reporteros Sawyer? ¿Tienes miedo que no se pruebe hoy tu gran hazaña para resolver el caso?
A.Sawyer: Sullivan no está aquí por mi Curriculum, esta es la chica que nos ha facilitado las pruebas.
H.Bullock: Que poco os han servido…. el colegio ha sido registrado a fondo, no hay nada, ni pistas ni datos que esclarezcan el asunto. Será mejor que te retires hasta Metrópolis Sawyer, aquí queda poco que hacer.

Justo detrás de nosotros apareció alguien que me cogió del brazo, su aftershave era inconfundible, una ola de emoción se cernió sobre mí en ese preciso instante, era Sam que había aparecido con unos planos en su mano.

S.Nicholls: Quizás no esté en lo cierto agente Bullock. Puede que hayan rastreado todo el edificio, pero estudié aquí y me conozco al dedillo éste lugar. ¿Qué me dice de los subterráneos?

Sam parecía más tranquilo, seguía tan pálido como la última vez que lo vi, pero emanaba cierta seguridad que consiguió tranquilizarme.
Sam abrió unos planos que sostenía en sus manos y apuntó con su dedo índice a la biblioteca del segundo piso.

H.Bullock: ¿Un acceso a unos subterráneos desde un segundo piso? No guarda lógica alguna.
S.Nicholls: Precisamente por eso, la lógica sería el principal sospechoso. Se puede acceder a ellos desde uno de los pedestales que sostienen el edificio el cual está conectado con la biblioteca.

Todos estábamos muy desconcertados. Sam se apresuró a subir hasta la biblioteca y todos le seguimos. Al llegar arriba, Sam señaló el gran pedestal.

S.Nicholls: Es aquí.
A.Sawyer: No veo ninguna entrada señor Nicholls.
S.Nicholls: Aunque parezca increíble, tiene un sistema de apertura propio de los libros de ciencia ficción. Hace 9 años, cuando era más pequeño, mis amigos y yo usábamos los sótanos como escondite y para ello teníamos que evitar a la celadora la cual podría abrirlo mediante una contraseña que se activaba desde un inofensivo libro. Llevo horas aquí y he revisado en todos los libros que creía que estaría el mecanismo de apertura pero con los años han debido de cambiarlo de libro.

H.Bullock: ¡Traigan a la celadora!

Uno de los hombres del agente Bullock salió disparado hasta el primer piso y trajeron a la “simpática pescadora” que me abrió las puertas del Arkham. Seguía teniendo la misma cara de angustia de la última vez que la vi. Era increíble, tras su aparente inofensivo aspecto de señora que no ha roto un plato se encontraba la guarda llaves de los científicos Althea.

H.Bullock: Díganos donde está el libro que abre el pedestal.
Celadora: No se de que me están hablando.
H.Bullock: No hay tiempo para tonterías señora, o nos facilita el libro o ya la veo entre rejas de aquí a unos minutos. ¿Qué me dice?

La celadora puso cara de asco, era lo más parecido a una bruja de cuentos. De su traje tan peculiar sacó un diminuto papel y unas gafas. Tras leer el contenido empezó a caminar hasta una de las estanterías del fondo y sacó un enorme libro de tapa dura, lo abrió y allí estaba, una especie de mecanismo de apertura en el que introdujo un código que hizo que el pedestal girase 90º para dejar ver una especie de puerta de cemento que se abrió sola. ¡Surrealista!
En su interior se podían ver unas diminutas escaleras que se perdían en el vacío. Todos nos quedamos mirando para aquella inofensiva mujer que volvía a guardar el libro en la estantería.

H.Bullock: Llévensela de aquí.
A.Sawyer: No hay tiempo que perder, si estamos en lo cierto, puede que los niños estén ahí abajo.

Los dos agentes empezaron a bajar por las escaleras con mucho cuidado, tras ellos, dos agentes de policía bajaron junto a ellos. Sam y yo nos quedamos allí unos segundos.

S.Nicholls: ¿Estás bien? Parece que han ocurrido muchas cosas esta noche.
C.Sullivan: Sam ¿por qué te fuiste sin decir nada?
S.Nicholls: Me pudo el miedo Chloe. Cuando vi el nombre de mi hermana supe que todo se reducía a este colegio. Ella vive aquí, con las cuidadoras, mi familia…simplemente no existe. Mis padres murieron hace mucho tiempo y yo no pude hacerme cargo de Susan. Tiene talento para los estudios y el Arkham le esperaba con los brazos abiertos.

En ese momento sentí la necesidad de nombrarle a su hermana Lara pero recordé el pacto que teníamos de guardar silencio. Quizás estuviese cometiendo un error, quizás no…

S.Nicholls: ¡Vamos! Aquí no hacemos nada.

Ambos bajamos escaleras abajo siguiendo la dirección de los agentes. Al llegar abajo, se nos abría un amplio recinto, todo estaba muy oscuro y al fondo se podían ver unas luces un tanto peculiares.

C.Sullivan: ¡¿Kriptonita?!
S.Nicholls: ¿Kripto que?
C.Sullivan: Es un meteorito que proviene del espacio…se descubrió por primera vez en Smallville, tras la lluvia de meteoritos. ¿Recuerdas el dichoso perfume? Tenía kriptonita.

Sam y yo empezamos a correr en dirección a la luz. Al llegar hasta el lugar, vimos como dos de los agentes de policía que seguían a Sawyer y Bullock estaban tumbados en el suelo. El pánico se apoderó de nosotros. Habíamos entrado en una sala de operaciones, había camillas por todos lados y pude ver al fondo de la sala enormes frascos de meteorito verde.

S.Nicholls: ¿Qué es todo esto? ¡¿Susan?!
C.Sullivan: Sigamos por aquí.

De pronto, se oyeron disparos tras nosotros. Había una puerta que llevaba a otra sala y al entrar vimos como el agente Bullock se retorcía de dolor tras haber recibido un disparo en la rodilla. Allí estaban, cuatro hombres enfundados en batas blancas de los cuales uno apuntaba con una pistola. Era Paul Delany, no llevaba el anillo ya que lo había perdido en la biblioteca. Tenía cara de psicópata y su rostro reflejaba el pánico que se apoderaba de él tras el disparo al agente Bullock. La agente Sawyer yacía firme apuntando a Delany con su pistola.

A.Sawyer: ¡Una tontería más como ésta Delany y te juro que aprieto el gatillo!

Tras los científicos pude ver algo que hizo que se me cortara la respiración. En unas camillas, los 7 niños yacían dormidos a causa de unos tubos que estaban conectados a su cerebro. Sam pudo ver a su hermana en una de las camillas, estaba desesperado y no sabía que hacer, cualquier movimiento en falso podría desatar la locura de Paul Delany que aún apuntaba a la agente Sawyer con su temblorosa mano. Sam empezó a correr hasta Delany…todo volvía a ocurrir muy deprisa.

A.Sawyer: ¡¡Atrás muchacho!!

Se oyó un disparo.

Continuará…
1x21 El otro lado || Fecha de emisión: 30-06-07
Cuanto deseé no haber bajado aquellas estrechas escaleras con Sam. Mis ojos casi no creen lo que acababa de suceder.
Sam yacía en el suelo, su expresión de dolor hizo que mi corazón se acelerase tan rápido como el despegue de un avión…corrí hasta él. El impacto de la bala que había disparado Delany le había ido directo al pecho. “Te pondrás bien, te pondrás bien” le decía una y otra vez mientras sacaba un pañuelo para frenar la hemorragia.
Otro disparo se había escuchado tras ver caer a Sam. La agente Sawyer le había dado a Delany para frenar aquella locura, el resto de científicos estaban tan asustados como yo…desorbitados y sin saber que hacer pusieron las manos en alto tras las advertencias de Sawyer.

C.Sullivan: ¡Llamen a una ambulancia por Dios!

Estaba muy asustada, rompí en lágrimas mientras veía como Sam casi perdía el conocimiento, no puedes irte ahora Sam…ahora no por favor.

C.Sullivan: Sam…por favor…no nos dejes.
S.Nicholls: Eh…reportera, tienes que salir de ésta. Necesito…que ayudes a mi hermano y a esos niños.
C.Sullivan: Tranquilo…tranquilo, no hables. La policía ya viene de camino y los ayudarán, te traerán una ambulancia Sam, sobrevivirás ¿me oyes? ¡Sobrevivirás! No puedes dejarme ahora Sam…no…

Su mirada se perdió a lo lejos y poco a poco sus pupilas se fueron cerrando ocultando su mirada tan…única.

C.Sullivan: ¡QUE ALGUIEN TRAIGA UNA AMBULANCIA!
A.Sawyer: Tranquila Sullivan, ya están aquí, se pondrá bien.

Dos hombres se acercaron para recoger a Sam, lo colocaron en una camilla con mucho cuidado, yo seguía ahí, evitando la hemorragia. Uno de los hombres me tomó del brazo y lentamente me la fue apartando mientras me miraba como señal de que todo saldría bien.

A.Sawyer: Hemos encontrado en el mapa del subterráneo una salida segura al final del pasillo, les llevará hasta el puerto.

La agente Sawyer fue dando indicaciones a los dos hombres para que se llevaran a Sam urgentemente. Aprovechando el despiste, uno de los tres científicos que seguían con las manos en alto se apresuró rápidamente a rebuscar entre sus bolsillos y empuñó dos pistolas, una en cada mano y apuntó a dos de los niños de la camilla que se encontraban en el lateral derecho de la sala. Se colocó entre las dos camillas y cargó las pistolas.

Científico: Si no nos dejáis ir os juro que les vuelo la cabeza a los dos críos.

Los niños seguían dormidos bajo los efectos de aquellos tubos, uno de los niños a los cuales apuntaba el científico era la hermana de de Sam…todo volvía a complicarse.

A.Sawyer: Tranquilícese, ya se ha hecho bastante daño, no continué con esto por favor.
Científico: Esta era nuestra investigación, nuestro sueño ¿sabe cuanto tiempo llevamos deseando conseguir todo esto?
C.Sullivan: ¿Conseguir el qué? Solo hacéis daño a estas pobres criaturas.
Científico: Son mentes prodigiosas, tienen talento, un coeficiente intelectual muy alto, con ellos la cosa se facilita un poco más, podemos hacer que se conviertan en auténticos dioses de la sabiduría, la mayor aspiración del ser humano.
C.Sullivan: No puedes convertirlos en eso, es inhumano, la perfección no existe ¿no se da cuenta?
Científico: ¡Cállese o le volaré la cabeza a usted!
A.Sawyer: Sullivan, déjame esto a mi. Escuche señor…Kohler ¿verdad?
R.Kohler: Así es…Robert Kohler. ¿Qué intenta distraerme?
A.Sawyer: Suelte esas armas y puede que todo salga bien para usted y sus compañeros.

Los otros dos científicos seguían con las manos en alto, uno de ellos estaba mirando atónito a Robert Kohler, seguramente no se esperaba lo de su compañero.

R.Kohler: En realidad ya no me importa, habéis frenado mi sueño y ya no importa nada.

Desesperado, Kohler levantó el revolver que tenía en su mano derecha y apuntó a uno de los dos científicos asentándoles una bala en el corazón... Ese hombre estaba realmente loco.
El otro científico había soltado un alarido.

Científico: ¡¿Qué has hecho?!
R.Kohler: ¡¡Cállate tu también o te mato!!

Miré a la agente Sawyer, era su oportunidad para bloquearle pero estaba doblemente armado y no había otra opción. Ambas nos quedamos mirando y tras respirar hondo aprovechamos el momento de distracción de Robert Kohler y corrimos hasta él, yo hasta su brazo izquierdo y Sawyer hasta su brazo derecha.
A pesar de no ser muy alto y estar sumamente delgado, Robert Kohler se defendió como pudo ante el ataque intentado que no le quitásemos las pistolas. Era una situación desesperante y ya no podría aguantar más así que le asenté un patada en la entrepierna mientras Sawyer le daba un puñetazo en su estómago.
Calló de bruces al suelo y conseguimos quitarles las armas. Cogí una de ellas y apunté al otro científico que seguía en pie mientras Sawyer esposaba a Robert Kohler. Ya nada podría ir peor salvo…Sam.

Hospital de Gotham City

Afortunadamente, todo salió tal y como esperábamos. Sam se estaba reponiendo del balazo y su hermana Susan estaba a salvo. La policía pudo intervenir a tiempo con todos y cada uno de los niños obligando al científico que quedó en pie tras el accidente para que desconectasen a los niños del Arkham. Se avisaron a todos los padres para que recuperasen a sus hijos, todos los niños volvían con sus seres queridos, todos…excepto una. Susan Nicholls era una niña preciosa, con el pelo rubio como el de su hermano, largo y liso hasta por debajo de sus hombros, lucía un flequillo bastante peculiar el cual relacioné no se porque con Sam, será cosa de familia.
Acompañe a Susan hasta el hospital de Gotham donde estaba Sam. Al verse, ambos se fundieron en un gran abrazo.
S.Nicholls: Eh pequeña cerebrito…ten cuidado…no soy tan fuerte como tú.
Susan: Es imposible, ambos poseemos los mismo genes y si yo lo soy tu también.

Sam empezó a reír mientras giraba su mirada hasta mi; estaba postrada aún en la puerta, no quería romper aquel emotivo momento.

Susan: Esa chica me ha ayudado mucho, y estaba muy preocupada por ti pero es muy lista, dice que es reportera.
S.Nicholls: Y así es pequeña cerebrito, no solo es una gran reportera sino también una gran persona.
Susan: Mmm…hablas muy bien de ellas, nunca lo hacías tanto con las chicas del Arkham…¿es tu novia?

Sam volvía a reír mientras soltaba un leve soplido al flequillo de Susan.

Susan: ¿Pero sois novios o no?
C.Sullivan: Veo que no dejas cabos suelto Susan, creo que tienes madera de reportera.
Susan: Podría ser, es un trabajo muy interesante.
C.Sullivan: Pero agotador ¡créeme!

Me acerqué hasta Sam y le cogí del brazo…en las últimas horas habían ocurrido tantas cosas que ese momento de paz fue realmente gratificante.

C.Sullivan: ¿Qué tal estas?
S.Nicholls: Algo dolorido, pero saldré de esta. Todo gracias a ti Chloe, supiste como reaccionar y ya me han contado de tu nueva vocación como agente de policía, no estarás pensando en cambiar el papel reciclado por unas esposas ¿no?
A.Sawyer: No lo creo señor Nicholls, Sullivan es bastante buena en su trabajo como reportera de investigación como para desperdiciar su talento como agente de policía, aunque he de decirte que para ser la primera vez, no has estado mal. Supongo que un chico bastante cabezota de Smallville te habrá dado par de consejos ¿no?

Allí estaba, la agente Sawyer tras su brutal triunfo y resolución del caso yacía en medio de la puerta cruzada de brazos.

A.Sawyer: En nombre de nuestro equipo y de mi personalmente, queremos darte las gracias. Fuiste de gran utilidad en el caso y alguien ha pensado que no estaría nada mal en darte un reconocimiento en el cuerpo de policía de metrópolis por tu hazaña tanto por las pruebas que facilitaste y por tus dotes para noquear al enemigo.
Susan: ¡Felicidades Chloe! Vaya Sam, veo que sabes escoger bien, además de reportera tienes a una heroína por novia.
C.Sullivan: ¡Me gusta esta chica!

Los tres empezamos a reír mientras Sawyer se despedía para irse. “Metrópolis no es un ligar seguro, alguien tiene que estar al tanto de lo que sucede” dijo antes de marcharse.
Alguien más había llegado a la habitación, una mujer, bastante alta y vestida con un mono azul y bata de médico tocó en la puerta. Sus ojos y su pelo eran especialmente familiares.

Susan: ¡Lara!
L.Nicholls: Hola pequeña.

Lara Nicholls, la hermana de Sam estaba allí. Parecía nerviosa y movía con cierta desesperación su tobillo derecho. Debía tener unos 30 años, era muy guapa y llevaba el pelo recogido dándole un aire de profesional. Lara era medico del hospital de Gotham.
Sam al verla se había puesto muy serio, casi perdió la alegría del momento y bajó la vista hasta sus rodillas, daba la impresión como si el y su hermana Lara no se llevasen bien.


L.Nicholls: ¿Qué tal estas? Te noto algo cambiado, te has cortado el pelo…

Sam no contestó..seguía con la mirada baja mientras se tocaba el pecho.

Susan: ¡Sam contesta a Lara!
S.Nicholls: Esto bien, me voy recuperando poco a poco.
L.Nicholls: He pedido al médico que lleve tu caso si sería posible que me lo asignaran, si no te importa claro…
S.Nicholls: No es necesario, el doctor Brown puede hacerlo sin problemas.
L.Nicholls: Todo esto que ha pasado…ha sido culpa mía. ¿Por qué no vuelves a Gotham? H estado pensando que podríamos volver a ser una familia ahora que las cosas me van bien, Susan podría venirse a vivir con nosotros.
S.Nicholls: ¿Ahora que estás bien? ¿Y que pasa conmigo y con Susan? ¿Acaso pensaste en su momento si estaríamos bien?
L.Nicholls: Era una situación difícil, papa y mama nos habían dejado…era muy joven…no podría haberlo hecho, pero ahora estoy dispuesta a ello. Lo tenías todo en Gotham, tenías una casa, estabas con aquella chica y…
S.Nicholls: No sigas Lara…¡basta! No tienes derecho a entrar en mi vida. Ahora todo es diferente pero alguien tiene que cuidar de Susan, tu no lo has hecho en todos años y yo tampoco he sido capaz, pero ya no tengo excusa, cuidaré de ella.

Decidí que no debía seguir presente en dicha conversación, salí sin decir nada y esperé fuera, al lado de una máquina de café mientras daba vueltas en mi cabeza a las palabras de Lara. Eran una familia unida y tras la muerte de sus padres todo cambio…

A los minutos, Lara salió de la habitación. Alcancé a ver como Sam se cubría la cara mientras Susan le cogía del brazo. Lara se acercó hasta la máquina de café y se me quedó mirando.

L.Nicholls: Disculpe, ¿usted era la señorita Sullivan verdad?
C.Sullivan: Así es, mantuvimos una conversación anoche. Al final Susan salió ilesa.
L.Nicholls: Si…gracias a Dios…eres amiga de Sam ¿verdad?
C.Sullivan:…si, así es, nos conocimos en el Planet hará unos meses.
L.Nicholls: Se que es difícil de entender pero…Sam era feliz en Gotham a pesar de la aparente deformidad y tristeza que pueda evocar esta oscura ciudad…tenía su vida hecha aquí, su hermana estaba muy apegada a él, tenía a sus amigos y un día se marchó dejando atrás a aquella chica que tanto quería. Prometió a ella y a Susan que volvería tras unos meses, pero no fue así…lleva viviendo en Metrópolis hace año y medio y ella sigue esperándola aquí. Probablemente venga hoy a visitarle.

Intenté hacer un esfuerzo para no creer nada de lo que había dicho Lara…pero sonaba muy convincente.

L.Nicholls: Veo que tu eres su mejor amiga en Metrópolis. Se que no debería pedirte esto pero…si pudieras convencer a Sam para que retome su vida aquí, estaría muy agradecida.

Lara tomó su té rojo que había sacado de la máquina y se marchó hasta el ascensor del final del pasillo. Tras cerrarse sus puertas y comenzar a subir mis rodillas perdieron el control y pude mantenerme gracias a la máquina de café.
Sam tenía su vida en esta triste ciudad…nunca me había contado nada, ¿Cómo he podido pasarlo por alto? Jamás pregunté por su familia, por sus amigos…donde estudio…he conocido poco más que su acogedor piso y su simpatía. Le quiero…y se que el me quiere pero…¿Qué fue de su vida en Gotham? Esa chica…la dejó esperando y jamás me dijo nada… ¿no pensaba contármelo?

Continuará...
[Los capítulos continúan en el post nº 5]
Última edición por --[Sacred-Kripton]-- el Lun Jul 02, 2007 5:33 pm, editado 13 veces en total.



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1x22 En busca de la felicidad || Fecha de emisión: 02-07-07
Tras lo sucedido en Gotham, Sam se iba recuperando poco a poco del disparo. En las últimas semanas apenas nos habíamos visto, él había decidido tomarse su tiempo para pensar y decidió pasar unos días en Gotham con sus hermanas.
Mientras tanto, decidí que lo mejor era no comerse la cabeza por la conversación que mantuve con Lara en el hospital. Quizás aun no esté preparada para conocer la verdad acerca de su otra vida en Gotham…
En los últimos días he pasado mucho tiempo con Clark, ha sido su cumpleaños y ambos estamos volcados en desvelar el misterio que se esconde tras la masiva cantidad de mensajes kriptonianos que recibe y de su extraña amistad con Lionel Luthor.

Hoy era su cumpleaños y la señora Kent, Lois y yo decidimos que sería buen momento para darle una fiesta sorpresa. La cosa salió bastante bien pero tristes recuerdos vinieron a su mente y la cosa acabó complicándose. Al final de la noche, decidimos que lo mejor sería que lo olvidase todo por el momento.

Granja Kent.

Hacía unos minutos que Lois se había llevado una “deliciosa” tarta de ron que había preparado para Clark, por suerte o por desgracia la tarta no causó buena sensación ¿sería por el exceso de azúcar o por el bonito aspecto azulado que le había dado? Ejem…

C.Sullivan: ¿Lois? ¿Lois?
L.Lane: ¿Qué pasa? ¿No has podido resistirte a la tentación y prefieres llevarte tu trozo antes de que se la de a esta cabra desesperada? ¡¡Eh deja de olisquearme el trasero, cabra mala!!
C.Sullivan: No gracias…creo que estoy llena. ¿Por qué no salimos esta noche? Había pensado que podríamos llevarnos a Clark de fiesta por Metrópolis.
L.Lane: ¿A Smallville de fiesta? ¡Olvídalo! Seguramente esté en el séptimo cielo a estas horas. Además, mañana tengo que madrugar, la señora Kent tiene muchos compromisos en el senado y tengo que ayudarla.
C.Sullivan: ¡Vamos Lois! Además ahora mismo no tienes nada que hacer.
L.Lane: ¿Por qué no sales con el guaperas del Planet? Es tu novio y parece estar colado por ti.
C.Sullivan: Dejemos el tema, además está con su familia en Gotham.
L.Lane: Recuerdo la última vez que lo vi en el Planet preguntaba por ti. Pasaba por allí y no pude evitar seguir a un tipo que tenia algo entre manos y me tope con él en el ascensor. ¿Te has fijado que tiene un trasero perfecto?
C.Sullivan: Mmm…mejor de lo que crees. ¡Venga no desvíes el tema y vete a por el coche! En dos minutos bajo con Clark.

Esa misma noche salimos los tres a los recreativos de Metrópolis. Había mucha gente y probamos suerte con el billar. Como siempre, Lois acabó ganando mientras que Clark apenas metió bolas. Lo de tener superpoderes puede ser un arma de doble filo sobre todo a la hora de tener puntería.

L.Lane: ¡Eh Smallville! Echamos otra partida, esta vez Chloe jugará conmigo.
C.Kent: ¿Por qué no hacemos otra cosa?
C.Sullivan: ¡Vamos Clark! Juguemos otra partida, creo que necesitas algo de práctica ¡eh!
L.Lane: ¡Bien juguemos entonces!

Cerca de nuestra mesa, habían dos chicos que no dejaban de mirar hacía nosotros. Los dos se acercaron y pasaron por delante de Clark casi empujándolo hacía un lado. Uno se me acercó a mi mientras que el otro fue hasta Lois. ¡Menudas pintas llevaban!

Chico: ¡Eh preciosa! ¿No te apetece jugar al billar conmigo en vez de con el tipo de cuadros?
C.Sullivan: No gracias, la verdad es que ya estoy en buena compañía.
Chico: ¿Lo dices por mi no?
L.Lane: ¡Eh Eh tu! ¡Si tu! Cuidado donde metes las manos lumbreras, mi prima ya tiene novio y no creo que esté pensando en dejarlo por un tipo que apesta a perfume barato y lleva los pantalones hasta el ombligo ¡Lárgate! ¡Y tu también!

¡Tierra trágame! ¿Lois que acabas de hacer? Los dos tipos pusieron caras de Bull Dogs y se alejaron hasta su mesa. Clark se me quedó mirando mientras esbozaba algo parecido a una sonrisa.

C.Kent: ¿Novio? ¿Desde cuándo tienes novio?
C.Sullivan: ¡¡Lois!!
L.Lane: ¿Que ocurre? ¿Aún no se lo has contado a Smallville?
C.Kent: Creo que no, aunque quizás se le haya olvidado, como últimamente apenas tenemos la ocasión de vernos.

Claramente había soltado una ironía. Hace tiempo que tuve la ocasión de contarle a Clark mi relación con Sam pero hay algo que me impide hacerlo y lo peor de todo es no se el que. Quizás haya sido ese sentimiento de “que pensará si se lo cuento” o quizás el simple hecho de no querer ver su reacción. Desde luego hubiese sido mucho mejor si se lo hubiese contado desde un principio. Clark es mi mejor amigo y no tendría que haber tenido reparo alguno en hablarle de Sam.

Lois se me quedó mirando de reojo y pareció captar el mensaje, sabía que la había cagado literalmente.

L.Lane: ¿Queréis algo de beber? Creo que aún queda algo de tónica en el bar ¡Enseguida vuelvo!

Clark se acercó hasta mi y curiosamente me cogió de una mano.

C.Sullivan: Quise decírtelo pero en los últimos meses han pasado muchas cosas y he estado muy confundida y…lo de tu padre, todo lo que ha pasado con tus poderes y el hecho de conocer tu secreto…Creo que me daba miedo perder tu amistad por la reacción que podrías tener.
C.Kent: ¿Y por qué tendría que enfadarme? Es una buena noticia. Creo que…al final…has encontrado a alguien a quien quieres ¿no?
C.Sullivan: Si…

Baje la cabeza, la verdad…Sam y yo no cruzábamos nuestra mejor etapa y es ahora cuando me volvían a entrar esas inseguridades que tanto me comen la cabeza.
Clark consiguió darse cuenta de que justamente algo no iba bien… me siguió con la mirada hasta cruzarse con mis ojos y apretó los labios.

C.Kent: Algo no va bien ¿verdad?
C.Sullivan: Digamos que…no estamos en nuestro mejor momento.
C.Kent: Si necesitas hablar o algún…consejo. Aunque quizás en eso último no pueda ayudarte mucho.

Clark esbozó una sonrisa mientras me apretaba suavemente la mano que me tenía cogida. Había conseguido sacarme una sonrisa. Podía contar con él, siempre lo he sabido, quizás de inconscientemente pero nunca había hablado hasta el momento con él sobre otros chicos.

C.Kent: ¿Y quién es el valiente que ha conquistado el corazón de Chloe?
C.Sullivan: ¿Recuerdas a Sam del Planet?
C.Kent: Si claro, ¡Sam! Nos conocimos en el Planet tras el incidente de los laboratorios Argonne.
C.Sullivan: Es él.

De pronto, unos gritos surgieron del exterior del edificio. Clark y yo corrimos hasta la salida. Habían saltado unas llamas en el exterior, un coche ardía en los aparcamientos y unas leves llamas dibujaron junto a él un símbolo que me resultó familiar.

C.Sullivan: Clark ¿es un símbolo kriptoniano?
C.Kent: Así es pero…no consigo entenderlo. No está terminado.

Otro coche cercano saltó en llamas, la gente estaba alborotada y había empezado a correr. Un hombre apareció tras las llamas. Era impresionante, iba vestido con una especie de traje grisáceo, similar a los que usan los surferos pero sin duda no lo tenía para protegerse del agua.

Hombre: ¡¡CHLOE SULLIVAN!!

Estaba desconcertada, aquel hombre no paraba de repetir mi nombre y parecía estar fuera de si. Empezó a moverse de una forma un tanto extraña y lanzó una llamarada con su mano derecha a otro vehículo. ¡A este debían de haberle dejado jugar con las cerillas de pequeño!

C.Kent: No te acerques a él, es peligroso Chloe.
C.Sullivan: Pero no parará si no hablo con él.
Hombre: ¿Dónde esta Chloe Sullivan?
C.Kent: Chloe no te muevas de aquí, tengo que apagar esas llamas como sea.

Clark salió por uno de los laterales y rompió una de las bombas de agua que conectaban con el alcantarillado de la calle. Poco a poco fue apagando las llamas mientras que el hombre con dotes de fuego seguía “encendiendo velas”.
La muchedumbre había salido corriendo y a lo lejos se oía la policía. El “hombre llama” se acercó hasta a mi y pareció tranquilizarse. Clark seguía apagando las llamas tan rápido como podía.

Hombre: ¿Eres Chloe Sullivan?
C.Sullivan: Si, soy yo…¿Qué es lo que quiere de mi?
Hombre: Nada…solo me han encomendado darle un mensaje. Un mensaje que será decisivo para la supervivencia de la raza de los humanos.
C.Sullivan: ¿Y quién es usted?
Hombre: Me temo que no hay respuesta a esa pregunta. Si el Dios de la destrucción llega a la Tierra el mundo se enfrentará a la desesperación, a la muerte y los propios humanos conocerán su lado más oscuro y desconocido que los convertirán en simples bestias que osan la destrucción de su especie.
C.Sullivan: No entiendo…¿Qué puedo hacer yo?
Hombre: Debes prevenir al mundo de tal acontecimiento, deben prepararse para lo peor, eres reportera, podrás hacer pero…sobre todo…debes hallar el modo de que él consiga detenerlo.
C.Sullivan: ¿Clark Kent?
Hombre: No conozco a ningún Clark Kent…

El hombre seguía hablando como si de un mensaje grabado se tratara, seguía allí inmóvil y volvía a perder el control soltando llamas. Estábamos cerca del primer coche que había hecho explotar y del supuesto mensaje kriptoniano que seguía a medias…de pronto hubo una explosión mucho más fuerte que se llevó por delante a aquel misterioso hombre…el tiempo parecía detenerse….

C.Kent: ¡¡¡Chloe!!!

Lo último que pude ver, fueron las llamas casi rozando mi piel y sintiendo el contacto de las manos de Clark a mis espaldas…

Hospital de Metrópolis.

Había despertado…parece que últimamente me han cogido cariño los hospitales, creo que no bastó con la última visita que le hice a Sam en el de Gotham City.
Allí estaban Lois y Clark, sentados en unas sillas mientras curiosamente echaban una partida de ajedrez.
Tras verme abrir los ojos, Lois se acercó corriendo hasta mi camilla para soltarme un achuchón.

L.Lane: ¡Eh cariño! Ya pensé que ibas a dejarme sola con un granjero que juega al ajedrez mientras su amiga descansa.
C.Kent: Los médicos dicen que te pondrás bien, afortunadamente no pasó nada grave, sólo algunos cortes y una pequeña conmoción tras lo ocurrido. No hay por qué preocuparse.
L.Lane: No debí dejarte sola con Smallville.
C.Sullivan: Tranquilos chicos…creo que me pondré bien pero…lo último que recuerdo es una tarta excesivamente dulce con algo de ron…

Clark se había echado a reír mientras se burlaba de Lois. Parece ser que ella era la de la tarta. Dulzona si que estaba…

C.Kent: Chloe, escúchame ¿No recuerdas nada de lo que ocurrió en los recreativos?
C.Sullivan: Creo que…te hablé….de Sam.
C.Kent: Así es, hablamos de Sam pero…¿no recuerdas nada más? ¿lo que ocurrió después?
L.Lane: Deja de agobiarla, no ves que acaba de despertar. Ese loco pirado debió haber bebido esa noche, un par de trucos de pirotecnia seguro que funcionaron para hacerles creer que lanzaba llamas aunque…al final, todo no quedo del todo claro. Iré a por más café, estoy que me duermo.

Lois salió de la habitación y Clark cerró la puerta, cogió una silla y se sentó cerca de mi cama.

C.Kent: Se que aún estás conmocionada tras el incidente pero… ¿recuerdas que había un símbolo en llamas en el parking de los recreativos?
C.Sullivan: Recuerdo que…había fuego por todos lados…y que…había un hombre pero…por mas que lo intento no se que más ocurrió.
C.Kent: Ese hombre tenía un mensaje para ti, parecía estar como poseído y…se que te dijo algo importante, un mensaje pero…la explosión debió borrarte esos recuerdos.
C.Sullivan: ¿Crees que era algo relacionado con lo del mensaje que te di en el granero anoche? (ver Smallville 5x21 El Oráculo).
C.Kent: Creo que puede estar relacionado, no lo sé. El hombre que causaba las llamas era de Smallville. Su familia dice que estaba trabajando en su puesto de fuegos artificiales cuando de pronto salió corriendo dejando todo atrás. Su familia no daba crédito a lo que ocurrió.
C.Sullivan: ¿Crees que fue poseído por…tu padre?
C.Kent: No lo sé, lo importante ahora es que te pongas bien.

Alguien había tocado la puerta. Ésta vez no era Lois sino Sam…había abierto la puerta y vio como Clark se levantaba para dejarle pasar. Llevaba unas flores en mano y un café un tanto familiar del Planet. Creo que al final había decidido volver a Metrópolis.

C.Kent: ¿Qué tal va todo Sam? Creo que..os dejaré solos, tendréis mucho de lo que hablar.
S.Nicholls: Todo bien Clark, gracias.

Clark se fue hasta la puerta y se giró dándome un guiño en señal de que todo iría bien. Sam se acercó y dejó las flores sobre una mesa y me dio el café que llevaba una nota escrita en permanente que decía “Espero que no te haga daño”. Su mensaje me dejó en ascuas…

S.Nicholls: Supongo que un poco de cafeína no te vendrá mal.

Lo noté distinto; llevaba puesta una americana de color gris y unos pantalones vaqueros con una de sus clásicas blusas de batallón en el Planet, algo que me resultaba familiar además de su café.

C.Sullivan: Has vuelto…
S.Nicholls: Si, aquí estoy, en cuanto supe lo del accidente me vine corriendo a hospital para…
C.Sullivan: Has decidido no quedarte ¿verdad?

Se quedó en silenció unos segundos mientras bajaba la cabeza hasta que finalmente la volvió a alzar.

S.Nicholls: Quiero pedirte disculpas por lo de estos días…necesitaba volver a casa, mi hermana ha decidido empezar de cero y queremos volver a ser una familia.
C.Sullivan: No sabes cuanto me alegro Sam…¿Qué tal está la pequeña Susan?
S.Nicholls: Ha preguntado mucho por ti y dice que cuando visitarás Gotham. Dice que por allá hay muchas más historias que contar y misterios que resolver, creo que quiere estudiar periodismo al igual que tú.
C.Sullivan: JeJeJe… será una buena reportera. Sam…hable con Lara cuando estabas en el hospital. Ella no sabía nada de lo nuestro y me pidió que te convenciera para volver a Gotham…me habló de la familia que tenías con Susan y con ella; también me habló de…
S.Nicholls: Lo sé. He hablado con Lara, ella no lo sabía…pensaba que éramos solo amigos.
C.Sullivan: ¿Y ahora que somos?...¿Sólo amigos? Si es así lo entenderé…tú tenías tu vida en Gotham aunque no consiga entender porqué viniste a Metrópolis y la dejaste sola en Gotham pero…de igual modo, lo tendré que entender…
S.Nicholls: Chloe…quise contártelo…no pensaba volver y…
C.Sullivan: ¿Y? ¿Y pensabas dejarla esperando sin contarle la verdad?
S.Nicholls: Tenía miedo de volver atrás… Gotham significó una dura etapa en mi vida, allí sucedió todo…la muerte de mis padres, mi fracaso como…como persona. Metrópolis era mi única salvación…tú eras mi única salvación Chloe.
C.Sullivan: Te quiero…

Cerré los ojos…no quería estar preparada para lo que iba a pasar… Sam se iría lejos y no volvería más, dejaría el periódico y volvería a su vida en Gotham. Quizás sea una decisión egoísta por su parte pero no puede despegarse tan fácilmente de su pasado…
No volví a abrir los ojos hasta pasados unos segundos…lo último que sentí fue su mano rozando mi pelo mientras oía como se levantaba y cerraba el pestillo de la puerta.

Continuará…
1x23 Un Jueves Negro || Fecha de emisión: 08-07-07
Cuando amas a alguien de verdad…haces lo que sea para que sea feliz…lo que sea…pedirle que recapacite y que piense en todo aquello que ha hecho en su vida, que hay cosas en las que uno no debe arriesgar…que el amor de verdad…está bien distante de un sentimiento egoísta.
Luego llegan las consecuencias…ver como esa persona que tanto quieres se va…en busca de la felicidad, rebuscando en su pasado…rebuscando en su vida. ¿Cómo llamar a ese sentimiento que queda tras la marcha de tu felicidad? ¿Cómo llamarlo…?
En tan poco tiempo…la soledad nos invade, aunque estemos rodeados de personas que te apoyan y te quieren, a pesar de que pueda haber alguien que ocupe su lugar…

Daily Planet [08:30AM]

Hasta el peor de los bullicios no era capaz de sacarme de mi soledad…de lo que rondaba en mi cabeza desde que llegué al hospital. Todo el mundo por esos días estaba en plena investigación, descifrando mensajes encriptados…contactando con locos que decían que llegaría el fin del mundo…quizás ya ha llegado, al menos para mí…
Subí hasta mi mesa…el ascensor estaba plagado de gente ansiosa, desesperada, hasta violenta…con la adrenalina hasta el último pelo de sus cabezas… Hoy sería un largo día, me habían encomendado ayudar en la tarea de descifrar los códigos encriptados de supuestas amenazas provenientes de a saber dónde…algo me decía que estaría relacionado con lo que ocurrió hace dos días en los recreativos y aquel loco que me voló por los aires.
La mañana se había desarrollado bastante “movidita”, a primera hora llegó Lana, parecía asustada y sus declaraciones acerca de un extraño suceso que provocó la desaparición de Lex hizo que empezaran a brotar pistas sobre aquello de lo que tanto se nos prevenía en la masiva de mensajes que recibió el Daily Planet en la última madrugada… y de toda la trama entre Fine y Clark.

Mas tarde llegó Lois, parecía bastante alterada y se notaba a kilómetros que tenía prisa.

L.Lane: ¡Ey primita! ¿Qué tal andan esos ánimos?
C.Sullivan: Lois… ¿Qué haces por aquí tan temprano? ¿No tenías que coger un avión con la señora Kent?
L.Lane: Así es, al final todo solucionado…un avión de Lionel Luthor nos llevará hasta la reunión en dos horas…¡no se que es peor! ¿si ir en el maletero de las líneas aéreas de Smallville o ir en el jet privado de uno de los ricos más embusteros que he visto en mi vida?
C.Sullivan: Lois, en Smallville no tenemos líneas aéreas…
L.Lane: Lo sé, era por poner un ejemplo. Por cierto, si he venido hasta aquí no ha sido solamente para ver como andas de esas secuelas que te quedaron, esto es para ti.

Lois llevaba en sus manos un sobre el cual estaba sin abrir.

L.Lane: Vamos cógelo no te quedes ahí pasmada. Es de Sam, ha venido esta mañana a la granja para dármelo, seguramente querrá reconciliarte contigo.
C.Sullivan: ¿Desde cuando tengo una prima tan optimista?
L.Lane: Desde que tengo una prima que es en estos momentos justo lo contrario. ¡Vamos, anímate! No puedes estar así ahora, ve y habla con él, todo puede solucionarse y si no es así…recuerda que saldrás de esta ¿entendido?

Lois tragó saliva y soltó una de sus sonrisas inesperadas. Me cogió de las manos y me soltó un gran achuchón. No sabes cuánto lo necesitaba Lois…

Aquel día saltarse el horario de trabajo sería jugarse el sueldo de fin de mes y lo más importante…tu puesto de trabajo, pero entre tanto revuelo y follón supongo que nadie se dará cuenta de que falta una becaria “in off”.
Abrí el sobre, dentro había un pequeño papel con la letra de Sam escrita en boli azul…”A las 09:00 dónde solíamos olvidarnos del resto del mundo” La azotea…sin ir más lejos.
Iba a ser una despedida, estaba muy claro…así que decidí que quizás lo mejor sería hacerla en toda regla, no quería acumular recuerdos, ni espirituales ni materiales así que decidí que tenía tiempo para ir a casa y recoger las pertenencias de Sam. Tuve que darme mucha prisa y revisé mi escritorio y recogí cuánto pude; una tapa de un café para llevar convertida en una luna con manchas de café, un nylon de pescar, una camiseta del concierto de Lifehouse y montones de cartas con alguna que otra de sus tan inconfundibles bromas. Lo metí todo en un caja y salí disparada de vuelta al Planet. Tomé el ascensor y me metí una vez más entre el gentío de periodistas y secretarias en pleno batallón.

Tras la tormenta…vino la calma…y tras la calma…respiré hondo y abrí la puerta de la azotea. Hoy hacía un día precioso que nada tenía que ver con mi “buena suerte”. Allí estaba, sentado mirando hacia los altos edificios que yacían en Metrópolis. Cerca de él había una caja, dentro pude ver algunas de sus pertenencias que solía guardar en el Planet…en su mano tenía un papel.

C.Sullivan: Supongo que esta será la última vez que respiras la brisa mañanera de Metrópolis…
S.Nicholls: Créeme…si pudiera embotellar el aire de esta ciudad lo haría…desde aquí puedo oler la mostaza del puesto de perritos calientes de Bob, ya sabes…el de la esquina de Luthorcorp…
C.Sullivan: Creo que ahora ha subido los precios…debe ser por que la carne está más cara o quizás su mostaza…
S.Nicholls: No creo que quieras hablar ahora de los perritos calientes de Bob. Chloe…¿alguna vez has deseado parar el tiempo y disfrutar de ese momento sin tener que estar pendiente de la hora en que pasa la línea de trenes o a que llegue el momento de decir adiós?
C.Sullivan: Sí…mucho…

Dejé mi caja sobre el muro donde Sam estaba sentado y mi senté a su lado dejando la caja de por medio.

C.Sullivan: Cuándo empecé a trabajar en el Planet en aquel verano de cuando estudiaba el último curso en Smallville solía venir mucho aquí, siempre con el diario de cada mañana para aprender de los grandes periodistas. Siempre soñaba con llegar algún día a ser como ellos, lo deseaba tanto que hasta era capaz de verme como ellos, me imaginaba escribiendo el artículo que me daría un Pullitzer…y viendo a Kahn y a mis amigos dándome la enhorabuena, viendo como mi artículo podría cambiar el mundo…era en esos momentos cuando deseaba parar el tiempo para no despertar y ver que sólo era una becaria con un sueño por cumplir…
S.Nicholls: Algún día llegarás a lo más alto Chloe.

Sam me estaba mirando, parecía triste y pude sentir como su respiración se entrecortaba para tomar aire nuevamente. Bajó la cabeza hasta la caja que traje y sacó la luna hecha con la tapa del café para llevar.

S.Nicholls: Creo que al final las manchas que le quedaron le dieron un toque…¿artístico?
C.Sullivan: Jum…si, la hiciste aquella noche que pasamos en el Planet cuándo me ayudaste con el caso de los trabajadores de Apex y Luthorcorp.
S.Nicholls: Si…te quedaste dormida a las 4 de la madrugada, recuerdo que subí hasta el despacho de la señora Kahn para traerte su enorme cojín que siempre tiene en el respaldo de su silla.
C.Sullivan: Si, solía usarlo para sus dolores de espalda…aunque, fíjate si tenía sueño que ni la peste a cigarrillos que tenía el cojín pudo despertarme.

Sam y yo nos reímos casi con discreción. Volvió a meter la mano en la caja y esta vez sacó una de sus innumerables notas. La abrió y la empezó a leer:

S.Nicholls: “Son las 19:32…hace un bonito día…tu escritorio está impecable…es de madera barata…no se parece en nada a tu cabeza…aunque quizás hoy la hayas tenido llena de las astillas que suelta…Mmm…llevaba dos horas aquí, ¿recuerdas que habíamos quedado a las 17:30? Creo que iré a por una mesa nueva”
C.Sullivan: JaJaJa ¡ese día fue desastroso! Fíjate si estaba tan liada con los exámenes de la universidad que olvidé esa cita.
S.Nicholls: Al menos, al día siguiente supiste darme una buena excusa además de una buena recompensa…¿no?
C.Sullivan: JeJeJe no seas idiota…

Esta vez fui yo quien sacó una de sus notas. Abrí con mucha intriga el trozo de papel casi como si lo fuese a abrir por primera vez. Era un momento especial…el último tras su marcha…no podía ser más hermoso y a la vez doloroso…

C.Sullivan: “Probablemente acabas de llegar al trabajo. Ahí tienes tu café doble, seguramente ya estará frío pero si lo quieres bien calentito…prueba con la estufa de la señora Kahn. Me han encargado traerle una nueva esta mañana, es de las mejores y dudo que se le resista un café para la reportera más lista y más sexy que he conocido. Te veo luego”. No sabes cuánto conseguías con estas notas alegrarme la mañana Sam…
S.Nicholls: Podría escribir un libro con todas ellas ¿ a lo mejor así te darían un Pullitzer por dar la primicia de su contenido?
C.Sullivan: JaJaJa…no tienes remedio.
S.Nicholls: Tu lo has sido conmigo.
C.Sullivan: Quiero que sepas…que cuando vuelvas a poner un pie en Metrópolis espero ser la primera en saberlo. Quiero ser yo quien te de el primer abrazo de llegada…y aunque me cueste aceptarlo…también quiero ser la última en darte un abrazo de despedida.
S.Nicholls: ¿Sabes que? Odio las despedidas…además, no se me dan nada bien. Me vuelvo más patoso de lo que soy y…
C.Sullivan: No sigas. Te quiero, desde el primer día en que te vi en este dichoso edificio, quizás no lo supiera en aquel momento pero ahora si lo se, sé que te quiero y que va a ser muy difícil dejar de hacerlo…porque tu vas a seguir estando entre estos muros Sam...
S.Nicholls: Si te mintiera te diría que jamás hubiese querido venir a Metrópolis para no hacerte tanto daño…pero no puedo…
C.Sullivan: ¿Por qué te fuiste…? ¿Por qué dejaste Gotham antes de llegar aquí?
S.Nicholls: Por que necesitaba huir…dejar atrás todo el sufrimiento por el que pasamos yo y mi hermana Susan…también Lara…no supe asumir mis responsabilidades y huí…huí desesperadamente en busca de cambios, sin importarme lo que dejaba allí…realmente la quería, quería estar con ella…pero era aún más profunda la herida que se había producido tras lo de mi familia.
C.Sullivan: …¿Cómo es ella?
S.Nicholls: Es muy guapa…se vino a vivir a Gotham tras el divorcio de sus padres y el ascenso de su padre en una de las empresas más poderosas de la ciudad. Este año acabará la carrera para convertirse en abogada. Es una chica justa y que siempre dice lo que piensa, sin importar las consecuencias…es realmente….
C.Sullivan: Ve Sam…ve con ella…no sigas más aquí…
S.Nicholls: Chloe yo…
C.Sullivan: No, déjalo…no es necesario. Quiero que sepas que estaré bien, saldré de esta…lo prometo. Además…¿cómo no voy a olvidar a un mensajero que solo piensa en comer perritos calientes con mucha cebolla?

Sonreí, no se como…pero sonreí en ese preciso instante. Él me miró y sonrió también, giró su cabeza hasta el horizonte hasta que finalmente se reincorporó y se puso en pie en el muro. Yo seguía allí sentada, mirando también hacia el horizonte. El sol brillaba como nunca aquella mañana, eso me pareció….la brisa nos azotaba suavemente indicándonos de que ya era la hora.
Tras unos segundos, ambos nos bajamos del muro. Él cogió su caja con sus cosas y sacó una más pequeña que había dentro…había una foto mía que me hizo cuando estábamos en el lago de Grandville, aquél día de pesca…un trozo de un tacón de uno de mis zapatos favoritos que se rompieron una noche de mucho alcohol y unos recortes de pequeños artículos que había publicado en el Planet.

S.Nicholls: ¿Puedo pedirte algo?
C.Sullivan: Claro…
S.Nicholls: No quiero dejar a atrás esta foto…aún huele a tu esmalte de uñas…se que huele un poco fuerte pero cada vez que vea tu foto me recordará esta conversación y me recordará que no fue un error haberte conocido Chloe…
C.Sullivan: Quédatelas, quiero que sean tuyas, además…ha sido una estupidez haber traído nuestras cosas…JeJeJe…
S.Nicholls: Si, parece como si nos hubiésemos enfadado…
C.Sullivan: Si eso parece, pero no es así Sam.

Cogí la caja que había traído y vacié su contenido en su caja.

C.Sullivan: Ya que nosotros no podemos estar juntos…al menos que lo estén nuestras cosas.

Sam volvía a sonreír, era triste…realmente triste aquel momento…sus brazos rodearon mi cuerpo hasta tomar contacto con mi espalda…sentí una vez más su Aftershave de cada mañana…él giraba su cabeza hasta alcanzar el olor de mi pelo…sabía que le gustaba mucho ese olor a vainilla que hacía que se tele transportarse a otro mundo…a un mundo en el que según decía…los problemas brillaban por su ausencia.

Tras la despedida, me quedé en la azotea pasmada…sin saber que hacer en ese momento. Ahora si que era una realidad que Sam saldría de mi vida, tal vez para siempre…
Cerré los ojos e intenté sacarlo de mi mente, no podía permitirme el lujo de quedarme estancada tras su marcha, debo continuar…una vez más la suerte no esta de mi parte. Bien Chloe…parece que una vez mas tu media naranja vuelve a ser el trabajo…

Tomé el ascensor para volver a mi mesa, curiosamente no había ni una mosca en él, bueno…era la hora de comer, seguramente muchos habrán aprovechado para irse a por un burrito o uno de los suculentos perritos calientes de Bob.
El ascensor se paró para recoger gente, yo estaba apoyada contra uno de los cristales del ascensor y tras ver entrar por esa puerta a la señora Kahn casi me da un patatus. Hacía dos horas que había entrado al trabajo y no había hecho absolutamente nada, mis montañas de papel seguían todas sobre mi mesa…
Iba vestida con uno de sus típicos trajes informales, ésta vez de color caqui; llevaba las mangas recogidas y sostenía su tan peculiar tazón de café de cada día. Mira que soy una adicta al café pero Pauline Kahn me triplica en su consumo.
Al verme hizo una mueca con la boca y sacó un pitillo, volvió a mirarme de reojo molesta y guardó el pitillo nuevamente.

P.Kanh: ¿Qué miras?
C.Sullivan: Nada, nada…está usted hoy muy elegan…
P.Kahn: Hoy no Sullivan, ¡¿ves que cara tengo?! He tenido una mañana desastrosa…no he comido nada y por eso me tengo que tomar el café en el ascensor para ganar tiempo. Por cierto ¿de dónde vienes? ¿ya has acabado de descifrar los mensajes?
C.Sullivan: Descuide, me pondré en…quiero decir que…ya estoy en ello señora Kahn. Fui a por un café.

Pauline Kahn me miró de arriba bajo con desconfianza y movió de un lado a otro su amarillenta dentadura.

P.Kahn: ¿Me tomas por idiota Sullivan?
C.Sullivan: No, no señora Kahn…yo…
P.Kahn: ¿Y el café?
C.Sullivan: Me lo he…tomado aquí JeJeJe en el ascensor...
P.Kahn: ¿Me tomas por idiota verdad? ¡¿Verdad?! Has estado en la azotea mientras todo el mundo trabajaba ¿Qué te crees que te he contratado por tu cara bonita?
C.Sullivan: No, no…es que yo, estaba…
P.Kahn: ¿Estabas que? ¿Con ese mensajero que parece salido de un anuncio de dentífricos no? ¡Como de costumbre!

El ascensor se detuvo una vez más para recoger a un hombre que llevaba unas horteras gafas de sol. Seguramente se había pasado toda la noche de juerga y no quería arriesgarse a que la jefa lo viese con unas ojeras hasta los pómulos.

P.Kahn: ¡¡Esto no es un patio de colegio!! ¿Me oyes Sullivan?
C.Sullivan: Lo siento, no volverá a repetirse señora Kahn, de verdad…
P.Kahn: ¡¡Y más te vale que no vuelva a repetirse!! Ya bastantes problemas diste cuando te dejé a cargo del señor Kenner y acabó buscándose a otra chica.
C.Sullivan: Se creía que era su secretaria, su niñera…no paraba de darme recados para sus gemelas, me tenía harta.
P.Kahn: Pues te aguantas, es tu trabajo, si no, no llegarás lejos Sullivan ¿me oyes?

De pronto, el ascensor se paró en seco, las luces se apagaron y se encendió una pequeña bombilla de emergencia situado en una de las esquinas del ascensor.

P.Kahn: ¡Lo que me faltaba!

Kahn se había acercado hasta el panel del ascensor y probó con el botón de emergencia, luego empezó a pulsar el resto de botones pero nada…el ascensor ni se inmutó.

Voz: No se moleste señora Kahn. Es la hora de comer, no hay prisa.

El extraño hombre de las gafas de sol hablaba a nuestras espaldas, iba vestido con una chaqueta grisácea a juego con sus horteras gafas. Se había puesto a rebuscar entre sus bolsillos y sacó algo que nos pareció ser….¡un arma!

P.Kahn: ¿Qué diantres pasa aquí? ¿Y tu quién eres maraña?
Hombre: Va usted muy deprisa, por si no se ha dado cuenta, el que tiene el arma, soy yo.

El hombre se quitó sus gafas dejando ver uno oscuros ojos, tenía la cara muy demacrada y llevaba el pelo medio engominado peinado hacia atrás. Efectivamente, llevaba una pistola en su mano derecha, con la izquierda, rebuscó en sus bolsillos y sacó algo parecido a una cámara digital bastante deteriorada. Las conectó y sin dejar de apuntar a Kahn la colocó sobre un pequeño hueco que había en lo alto del ascensor.

P.Kahn: ¿Quién demonios es usted?
Hombre: Seguramente no me conozca, pero no hace mucho tiempo trabajé aquí, era uno de sus ayudantes señora Kahn. Siempre tan mandona y tajante como de costumbre. Nunca supo escucharme, hasta que un día me echó y ¿sabe a dónde llegué a parar?
C.Sullivan: ¿Al Inquisitor?
Hombre: Efectivamente niñita, al Inquisitor. El prestigioso periódico con la mayor dosis de basura que se publica en todo el país, famoso por sacar los trapos sucios de la gente. Y…es hora de sacar los suyos Pauline Kahn.
P.Kahn: Este tipo se ha vuelto loco, no tiene majadera idea de lo que está haciendo. Si te despedí fue por que te lo merecía. ¡Claro que ya me acuerdo de usted! Denny Wathson ¿no es así? Siempre fuiste un vago y te creías que trabajando en el Planet llegarías lejos sin el menor esfuerzo.
D.Wathson: ¡Cállese! ¿Ve esa cámara? Ahora mismo está conectada vía satélite a una de las oficinas del Inquisitor, desde allí un amigo se pondrá en contacto con los medios de televisión para hacer público el secuestro y para que esté en boca de todos. ¿No cree que esta vez si habré hecho un buen trabajo? Tendré al fin una gran noticia que conocerá todo el mundo: El asesinato de la directora del Daily Planet Pauline Kahn y una de sus ayudantes personales.

Lo que nos faltaba, un maniaco que sufre las consecuencias de ser despedido del Planet y que sólo piensa en dar la nota. Con todo el revuelo que se había formado con los mensajes kriptonianos y ahora esto…
Estuvimos cerca de media hora hasta que supimos algo del exterior…Denny había comenzado a grabar por su cámara y no paraba de soltar mensajes subliminales a los medios por la cual se estaba retransmitiendo todo.
De su mochila sacó un portátil y sintonizó con la BBC News. Desde el monitor se podía ver como se estaba haciendo eco del secuestro en directo. En ese momento sólo pude pensar en una persona: Clark. Él era el único que podría sacarnos de allí. Desde el exterior se oían revuelos de gente, alarmas de coches de policía y la inconfundible voz de la agente Sawyer alejando al personal de los alrededores del ascensor.
Denny se había puesto a manipular el panel del ascensor, lo había retirado y se puso a manejar cables mientras no dejaba de mirar de vez en cuando hacía nosotros.

D.Wathson: ¿Veis esto? He manipulado todo el sistema eléctrico del ascensor, nadie puede acceder ahora mismo aquí, ni siquiera la restauración del suministro eléctrico podrá hacer que se abran las puertas y no creo que quieran arriesgarse cuándo os apunto a las dos con una pistola ¿no crees Pauline?
P.Kahn: Necesitas ayuda chico, esto solo te traerá problemas, a ti y al Inquisitor. ¿Cuándo llegará el día en que dejen de fastidiarnos?

Denny no escuchó a la señora Kahn y siguió hablando a la cámara.

C.Sullivan: ¿Qué hacemos señora Kahn?
P.Kahn: No lo sé, éste chico está completamente tarado.
C.Sullivan: Podemos noquearle entre las dos, merece la pena intentarlo.
P.Kahn: Ten paciencia, éste chico no dudaría ni dos veces en dispararnos, debemos esperar a que se calme un poco y ya entonces atacaremos.

Mientras tanto…en la Granja Kent

”Todo apunta a que se trata de un joven de 23 años llamado Denny Wathson, un ayudante que trabaja para la dirección del periódico Inquisitor de Metrópolis. Como se pueden ver en las imágenes, la directora del Daily Planet, Pauline Kahn se encuentra en el ascensor del edificio de dicho periódico junto a una joven reportera de Kansas, Chloe Sullivan. Ambas se encuentran bajo la amenaza de éste trabajador del Inquisitor que asegura que matará a ambas por el repentino despido que sufrió hace unos meses cuando trabajaba para el Daily Planet. Agentes de policía y el cuerpo de bomberos se encuentran en este momento en el edificio para detener al secuestrador.”

C.Kent: ¿Mamá? ¿Mamá?

Había una nota en la nevera, era de Lois…

Tu madre y yo hemos salido rumbo a una conferencia en Washington, ¿podrás cuidarte solo Smallville? Por cierto, me he tomado la libertad de desayunarme tus últimos Muesly.

Lois Lane.


Como de costumbre, mi madre y Lois pasaban mucho tiempo juntas, aún no conseguía hacerme la idea de que ésta granja estaría tan sola últimamente. La tele estaba encendida, algo me dice que Lois olvidó apagarla. Estaban emitiendo las noticias, parece que hay problemas en Metrópolis en este momento…

”Nos encontramos justo delante del ascensor donde se encuentran en estos momentos secuestrados Pauline Kahn y la reportera Chloe Sullivan. Como podéis ver, todo el mundo está muy alterado y tanto la policía como los bomberos estudian toda la zona para encontrar una solución para frenar a Denny Wathson…las vidas de estas dos mujeres continúan en peligro…

¡¡Chloe!! Salí corriendo dirección Metrópolis. Había un revuelo montado en plena entrada así que tome una de las entradas por la parte trasera del edificio. Si es cierto que Chloe y la señora Kahn se encontraban encerradas en el ascensor quizás sólo haya que revisar el suministro eléctrico…

El sistema de mantenimiento del ascensor estaba totalmente colapsado de un equipo de bomberos de Metrópolis, era casi imposible penetrar en él así que decidí que lo mejor sería ir directo al grano.
Desde el sótano me acerqué hasta la puerta del ascensor, tras abrirla asomé mi cabeza para ver en que planta se había detenido el ascensor en ese momento; estaban cerca de la azotea..

Tras abandonar el sótano, corrí por las escaleras hasta llegar a la azotea, entré en el ascensor y utilicé mi visión de Rayos X, allí estaban…Kahn y Chloe estaban arrinconadas en una esquina mientras ese tal Denny estaba de espaldas revisando una cámara de video… parecía que iban a hacer algo…¡¡Chloe!!

C.Sullivan: Vamos señora Kahn es nuestra oportunidad…yo le cogeré por éste lado.

Chloe se había abalanzado hasta la espalda de Denny mientras la señora Kahn intentaba quitarle el arma; Kahn calló de espaldas al suelo mientras Denny intentaba quitarse de encima a Chloe. Tenía que hacerlo algo. Utilicé mi puño y rompí el techo dejando ver un pequeño hueco en el ascensor. Ambos se habían detenido y pude ver como Chloe levantaba la cabeza para verme, estaba asustada hasta que sonrió y me guiñó un ojo.

Con mi mano, le di un ligero golpe en la cabeza a Denny para que cayese al suelo. Tenía que salir de ahí cuanto antes, Chloe ya estaría a salvo y no podría bajar…la cámara de Denny aún seguía filmando.

Segundos más tarde, volvía a estar en la granja, sentado frente a la televisión para ver como salía Chloe de aquel apuro.

”Es impresionante, como se pueden ver en estas imágenes, la joven reportera ha desarmado al secuestrador el cual acaba de ser detenido en estos momentos y que va de camino a la comisaría de Metrópolis a cargo de la Agente Sawyer la cuál recibió recientemente un premio cedido por la policía internacional gracias a la resolución del misterio de los científicos de Althea en Gotham City. Sandra Harper en directo desde Metrópolis.

Todo había salido bien.

Metrópolis (Daily Planet)

Una vez más, Clark me había salvado…gracias a que todo se filmó por televisión en directo…La señora Kahn seguía medio padilucha y no paraba de tocarse la frente, nunca la había visto tan asustada y he de reconocer que me produjo cierta satisfacción tras el sermón que me soltó antes del incidente con Denny Wathson.
Allí estaba la Agente Sawyer que había ordenado a dos de sus agentes que se llevasen a Denny.

A.Sawyer: Una vez más tengo que felicitarte Sullivan. No se como te las arreglas, pero parece que Metrópolis no solo tiene a una reportera excelente sino a una gran heroína.
C.Sullivan: No ha sido para tanto, gracias a la señora Kahn que también estuvo…ahí.
P.Kahn: Sullivan…ese chico me dejó completamente K.O, no se que habría sido de nosotras si no hubiese sido por ti chica…muchas gracias.
C.Sullivan: ¿Quiere que le traiga otro café?
P.Kahn: No más café, demasiadas emociones juntas…
A.Sawyer: Sullivan, te dejo con la presa, esta vez la protagonista eres tú.

La agente Sawyer se fue alejando mientras un aluvión de periodistas se acercaban hasta la señora Kahn y a mi con sus enormes alcachofas dispuestos a soltar su batallón de preguntas.
Tras librarnos de todos ellos y haberles cedido unas palabras tenía que volver a Smallville. Alguien debía estar esperando un “gracias por salvarme”.

Estaba en el establo, con los caballos. Al verme esbozó una de sus inconfundibles sonrisas. No se que me pasó en ese preciso instante pero tras lo de Sam y todo el revuelo que se estaba dando últimamente me dieron ganas de darle un gran abrazo…no lo hice…seguía allí parada mientras también le sonreía.

C.Kent: ¿Con que tengo ante mi a la nueva heroína de Metropolis? No estarás pensando en dejar el Daily Planet, ¿no?
C.Sullivan: Desde luego que no, mejor héroe que tu no habrá nunca en Metrópolis Clark.
C.Kent: Fue una suerte el haber llegado a tiempo, no se que habría pasado si ese Denny te hubiese hecho daño…
C.Sullivan: Descuida, al final todo ha salido bien. Gracias Clark.

Tras unas cuántas bromas decidí contarle lo que ocurrió aquella mañana con la desaparición de Lex y la versión de Lana. Había que poner fin a aquella cantidad masiva de mensajes kriptonianos. Era hora de que Clark hiciera un pequeña visita a su padre biológico…Jor-el.

Volví al Daily Planet para ponerme a ello, tras varias horas de revisar los mensajes apenas di con nada. La mayoría de los mensajes provenían de gente que quería divertirse un rato con sus amenazas de que “una gran ola llegará a Metrópolis y arrasará con todo” o “se producirá una lluvia de meteoritos similar a la de Smallville”.


¡Fue espeluznante! En ese momento…en ese preciso instante….el sistema eléctrico del Daily Planet se apagó pro completo…y lo peor de todo…que se había propagado por toda la ciudad. Los monitores de toda la sala empezaron a emitir una cantidad masiva de mensajes kriptonianos que aparecía a toda velocidad. La gente se había alarmado y empezaron a correr. ¡Clark!
¿Qué hace un reportera cuando se queda sin su noticia y ni la televisión ni el ordenador dan abasto? Buscar otra clase de…energía. Si por algo triunfaron en su momento las pilas fue por esos casos de S.O.S que tanto se dan el mundo. Corrí hasta uno de los almacenes cercanos que había de mi antiguo jefe, el señor Kenner; siempre llevaba consigo una radio bastante antigua que debía ser de su abuela por lo menos…tras comprobar que tenía pilas y elevar la antena corrí de nuevo hasta mi mesa, Clark había llegado.

C.Kent: ¡Chloe, Chloe! Se han apagado las luces.
C.Sullivan: Ya lo veo.

Cogí uno de los monitores y lo dirigí hasta Clark para que pudiese ver los mensajes kriptonianos que se daban por todo el sistema operativo del Daily Planet. Mientras, conecté la radio en busca de una señal…

C.Kent: Ha llegado a Metrópolis…
C.Sullivan: ¿Dónde se inició?
C.Kent: En Smallville. Fine le hizo algo al ordenador de Lex, pensé que tu sabías que pudo ser…
C.Sullivan: Es un virus electrónico que se propaga demasiado rápido para seguirlo. Después de salvar los cortafuegos y acabar con la comunicaciones ha infectado las infraestructuras de la ciudad.
C.Kent: Es por mi culpa. Me negué a liberar a Zod…quiere obligarme a mover ficha.
C.Sullivan: Me parece que Fine juega con dureza…no hay ascensores, gasolina ni Metro, la ciudad está paralizada. ¡Es igual que el efecto 2000!

Al final, pude coger un canal de radio…tal y como tenía previsto estaban dando las noticias de lo acontecido.

El total y repentino colapso de las infraestructuras ha sembrado el pánico y el caos en Metrópolis. Ya se están produciendo los primeros actos de vandalismo y violencia. Hasta el momento se han registrado cientos de casos de…”

C.Sullivan: Clark…si esto continua…todas las ciudades del mundo acabarán afectadas…

De pronto, un estridente sonido de un motor y unas luces nos deslumbraron a mi y a Clark. Era un coche que se dirigía directamente hasta nosotros. En unos segundos, el vehículo rompió unas cristaleras del sótano mientras veía como en unos segundos Clark me cogía de la espalda mientras me giraba para detener al coche que gracias a su brazo se empotró entre la ventana y unos escritorios… Todo ocurrió muy deprisa y pude ver como Clark sujetaba firmemente el parachoques del vehículo mientras me sujetaba…
La ciudad estaba en pleno desastre, había que darse prisa y quizás Clark no podría hacer nada ante las amenazas de Fine y Zod…
Clark se giró para salir en busca de Zod pero el instinto hizo que le agarrase por el brazo…

C.Sullivan: Clark, déjalo…no puedes salvar a todos.
C.Kent: Ni puedo liberar a Zod.
C.Sullivan: ¿Y si Jor-el tiene razón? ¿Y si el único modo de detener al general Zod y a Fine y todo esto es destruir al anfitrión…?
C.Kent: ¿Y si sale mal? No quiero dejarte aquí…
C.Sullivan: Debes hacerlo…

Clark y yo nos quedamos unos segundos mirándonos fijamente. Sentía que el mundo se nos venía encima, sentía como si esta fuese la última vez que lo vería…que iría tras Zod y todo acabaría mal…iba a ser la última vez…

Él se giró y comenzó a caminar. Una vez más sentí el impulso de detenerlo unos segundos…nuestros últimos…segundos.

C.Sullivan: ¡Clark!

Se detuvo y se giró hasta quedar frente a mí. Nunca antes había estado tan segura de lo que iba a hacer en aquel preciso instante, era lo que debí de haber hecho hace mucho tiempo…

C.Sullivan: Tal vez no volvamos a vernos…

Tras mis palabras, me abalancé sobre sus hombros y le besé…le besé…tan fuerte como nunca antes había podido hacer, le quería y veía como poco a poco se iba alejando, no podía despedirme de él sin que antes conociera la verdad acerca de lo que sigo sintiendo por él…a pesar de la marcha de Sam, a pesar de todo…Clark seguía en mi corazón.
Sentí como Clark cerraba los ojos y me agarraba por la espalda mientras me abrazaba…siguió allí…sintiendo mi beso hasta que paramos tras oír el tono de un teléfono público cercano a la sala.
Le acaricié y nos miramos por última vez… el corrió hasta el teléfono sin saber que decir…yo seguía allí…tan pasmada como tras el incidente del coche…ni siquiera pude centrarme para prestar atención a la conversación….ese beso dio tantas vueltas en mi cabeza en ese momento que un aluvión de sentimientos y hechos que se han dado últimamente en mi vida fueron sucediendo en mi mente como si de una película se tratara…todo lo que había pasado con Clark desde aquel inolvidable baile de graduación…mi fracasado intento de tener algo con él…todo lo que él siente hacia Lana Lang…mi historia con Sam…su reacción…todo sucedía en esos momentos en mi cabeza…todo.

Finalmente, Clark salió disparado tras la llamada de teléfono. No podía seguir allí, debía abandonar Metrópolis cuánto antes…
Tras salir del Daily Planet ante mis ojos pude ver la tragedia en primer plano. Gente que atracaba las tiendas, gente que destrozaba todo lo que veía por delante…algunos se debatían en peleas a base de puñetazos o golpes con aquello que cogían. ¡Era un caos! Metrópolis estaba perdida…no había escapatoria…¿Qué va a ser de Metrópolis ahora? ¿Dónde estará ahora mismo Clark?

La guerra del Jueves Negro…estaba servida.

Continuará…

- Fin de la 1ª temporada de EBDLV –























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Estación de Metrópolis. (Momentos previos al comienzo del Jueves Negro)

(Suena de fondo Perfect Memory de Remy Zero)

”Atención señores pasajeros, se informa que el destino Metrópolis – Gotham City saldrá en unos minutos, por favor…acudan hasta su correspondiente terminal, gracias”

Llevaba encima todo mi equipaje, la vuelta a casa se hacía bastante dura…dejaba atrás a alguien a quien quise como nunca…¿Cómo olvidarla…?
Me senté en uno de los asientos del último vagón del tren. Llevaba conmigo la caja con las cosas de Chloe…será mejor que Norah no vea nada de esto…forma parte del pasado…
Empecé a leer algunas de las notas que le había mandado en esos momentos no saber donde andaría Chloe…todas traían muy buenos recuerdos. Poco a poco, las fui leyendo todas pero, en el fondo de la caja…había algo que me dejó sin saber que hacer…había un trozo de papel de color rosa doblado varias veces. Algo me dijo que no debió estar allí y aún así… no pude resistir la tentación de abrirlo. Era la inconfundible letra de Chloe escrita en tinta negra…al final de la hoja, pude ver la consecuencia de una lágrima ya bastante seca; la carta tenía un extraño comienzo…

”Quiero contarte un secreto: no soy quién tu crees, aunque mi disfraz es tan fino que me sorprende de que no hayas visto a través de él…
Soy la chica de tus sueños disfrazada de mejor amiga. A veces intento romper esa fachada como en la Fiesta de Primavera pero no debo porque te asustarás y volverás a huir.
He decidido que es mejor engañando que descubrir mis sentimientos.
Mi padre decía que hay dos tipos de chicas: las que gustan a primera vista y las que tardan más. Espero ser de las segundas…Quizás no sea la que te guste hoy…pero voy a dejarte por ahora con la esperanza de que vuelvas a mí…porque creo que merece la pena esperarte…”


S.Nicholls: ¡¿Clark?!

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Última edición por --[Sacred-Kripton]-- el Lun Jul 09, 2007 11:25 am, editado 8 veces en total.


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Mensaje por --[Sacred-Kripton]-- »

Pues ya está actualizado :smt003 1x03 Búsqueda. A ver que os parece, la historia os sonará ya de algo :smt003 :smt005 :smt005


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sorrowkent
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Mensaje por sorrowkent »

Vaya ritmo que has cogido Sacred!!! La verdad es que te metes bastante bien en la mente de Chloe, por eso desde luego que hay que felicitarte.


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ldmaul
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Mensaje por ldmaul »

:smt038 :smt038 :smt038


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--[Sacred-Kripton]--
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Mensaje por --[Sacred-Kripton]-- »

:smt003 :smt003 Se intenta pero bueno, ayuda mucho que te guste el papel que tiene ultimamente en Smallville y lo relacionado con el Daily Planet.
Última edición por --[Sacred-Kripton]-- el Sab Feb 10, 2007 5:37 pm, editado 1 vez en total.


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Super_House
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Mensaje por Super_House »

:smt005 :smt005 Nos suena nos suena :smt005 :smt005 Muy bueno!!!
Que ritmo llevas eh! Pos que no pare :smt005 :smt005
Saludos!!


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alanina09
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Mensaje por alanina09 »

uau !! no me imaginaba yo que actualizaras tan pronto madre mia !! estoy con jose nos suena pero esta bien a ver con que historia nos sorprendes en el proximo capi . :smt006


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--[Sacred-Kripton]--
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Mensaje por --[Sacred-Kripton]-- »

Aun queda un trozo de esa historia, estamos en el momento en que Chloe tiene que entregar una historia a Pauline Kahn pero decidí parar para no alargarlo tanto y que no se hiciese pesado leerlo. Tengo la continuación mas o menos redactada solo que estoy en la duda de si meterlo en el 1x03 o hacerlo en otro capitulo y asi dejar la intriga del 1x03 (aunque muchos ya conozcan la historia) :smt005 :smt005


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alanina09
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Mensaje por alanina09 »

si aunque me imagino que la continuacion no te llevara todo el capi pero deberias terminarlo en plan by chloe sullivan
con la emocion de su primer articulo y saber que sta dentro del periodico


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Mensaje por --[Sacred-Kripton]-- »

Claro, esa es la idea...centrar la historia en Chloe y no en la historia de Smallville en sí. Si te fijas, me he inventando par de cosillas sobre opiniones o de como se sentía Chloe en determinados momentos, pero bueno esto es solo un comienzo. :smt001


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alanina09
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Mensaje por alanina09 »

el comienzo de algo weno ...a mi m eesta gustando sigue asi ok? ademas has escogido el personaje que a nivel personal tiene mas que decir


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