En esta peli, digamos que hay oficio pero no hay arte, a excepción de las obras del Vaticano, claro está. En la recreación de esta ciudad-país sí que se lleva el sobresaliente la película. La fotografía, ambientación y vestuario es la Ostia. Al César lo que es del César y estos americanos son de lo más efectistas en sus películas. Además con el handicap incluído de que por supuesto, la Iglesia se negó a que filmaran en el Vaticano. Todo es una genial recreación, como digo. Aparece casi todo, La Plaza de San Pedro, la Capilla Sixtina, el Panteón, la plaza del Popolo, la plaza Navona, el castillo de Santa Angelo, y hasta el Coliseo, ya que la acción también se desarrolla por las calles de Roma. En cuanto a la banda sonora es bastante chula, música muy de trailer, como la de Transformers o la de Terminator, ya sabéis: la música de trailer es esa que en el trailer suena mucho a CHAN CHAN CHAAAAN (haceros a una idea.). Pero hasta ahí las virtudes de la película. Todo lo demás son defectos.
Comencemos
: Robert Landon, interpretado nuevamente por un Tom Hanks hierático, acartonado y peloinjertado, está más tuneado que un Seat Leon en un barrio quinqui; es requerido en la ciudad del Vaticano para solucionar un problemilla de última hora, ya que han tenido un día de esos de los que se dice malos. “Casualmente” el Papa-frita acaba de fallecer súbitamente, por lo que tienen que reunirse todos los máximos mandatarios de la Iglesia para elegir al nuevo sucesor de San Pedro. Toda la ciudad está rodeada de fieles que esperan a su nuevo pastor (¡Ohhhhhhhhh!). Eso sí, ellos no lo saben pero además hay un laboratorio que investiga con la antimateria escondido en lo más profundo del Vaticano, y un desalmado ha entrado como Pedro por su casa (nunca mejor dicho), dejando a uno tuerto, que encima luego se ha muerto el tío. ¡Qué desagradecido!, llevándose un pizquito de antimateria ¿que tiene eso de malo? ¡Bah!, apenas nada. Simplemente que si tiene el más mínimo contacto con la materia, reaccionaría explotando, y hablamos de una explosión que arrasaría con toda la ciudad. Una lástima porque con la de dinero y buenas gentes que hay metidos allí dentro…
Se supone que el plan maligno para destruir al Vaticano ha sido urdido por los Illuminati, antiguo grupo que por sus diferencias con la iglesia fue perseguido, torturado y asesinado siglos atrás por los agradables clérigos (lo normal, vaya). Y al parecer nadie les ha dicho a los Illuminati que el rencor es muy malo.
Para colmo secuestran a los Preferiti,(¡Ay Dios, esto si que es el no va mas!), los favoritos a ser nuevo Papa-frita, que serán ejecutados cada hora hasta la medianoche que será cuando la antimateria haga explosión. Encima van a contrarreloj , a lo 24, en plan corre que te corre de un lado para otro y no te deja pensar mucho en la tontería que estas viendo, lo cual se agradece.
El bueno de Robert Landon, junto a una científica experta en antimateria tendrá que descifrar todo el intrincado de símbolos histórico-artísticos que rodean el estado del Vaticano sinó quiere que los cimientos de la iglesia no solo se tambaleen metafóricamente hablando, sino que se desintegren literalmente. Esto es básicamente el argumento. ¡Jesús!
Destaco el "espanto" de trabajo de doblaje que han hecho, en el que podemos escuchar acentos de todas partes, desde el de la Laura Pausini de la protagonista, pasando por el alemán del cardenal o los guardias suizos y llegando a los polis italianos... se lo tuvieron que pasar bomba en el estudio. Lo que no sé es porqué, ya que estaban, no doblaron a Tom Hanks con acento americano-tejano, a lo Anzar, jajajajaj. Lo mejor es que los de la CNN hablaban en inglés y les subtitulan… un episodio más que añadir a la antología del absurdo en el doblaje.
Se hablaba de que era una película que criticaba a la Iglesia, mostrándola como perfecta multinacional, con trasfondo de imperio que impone su dogma, en un evidente esfuerzo por sobrevivir a la evolución de la cultura, pero se ha quedado en un mensaje muy diplomático y nada crítico.
Al “malo” se le ve venir desde Cuenca. Desde el minuto uno ya dices para ti. “Ese es”. Así que previsible a más no poder.
Y sí, la peli tiene ritmo pero carece de cualquier interés. Encadenar paulatinamente unas pinceladas de Historia, símbolos traídos por los pelos, y pistas rebuscadísimas que siempre resuelve justo a tiempo el bueno del profesor, está más visto que el tebeo. Por otra parte, los personajes son más planos que los zombis de Romero, y todo ello implica que el devenir de los acontecimientos comienza a importarte un pimiento. Los policías son paletos y torpones, y que llegado el momento son sacrificados y/o asesinados por su bandera, incluyendo la del Vaticano. Luego tenemos al “prota” que es muy listo y averigua donde están las pistas siempre en o,o. Este hombre ve una estatua apuntando con una flecha y ya sabe inmediatamente que señala la dirección que debe seguir. ¡Qué Crack el tío!, él, que hace gala de unos conocimientos artístico-históricos de la ostia, no sabe sin embargo ni latín ni italiano y tiene multitud de lagunas, como donde está enterrado Raphael.
Y si me pongo en plan científico esto es el acabóse, ya que en esta película la antimateria del universo al parecer puede transportarse cómodamente en un cilindro, que se mantiene completamente estable mediante una batería. Y eso que al parecer dicen los científicos, que para crear una partícula de antimateria se necesitaría de un complejo enterrado a cien metros bajo tierra en un anillo de 27 kilómetros de longitud. O sea que esta película es Ciencia-Ficción total. Vaya, seré yo, que me he equivocado de género y pensaba ver un thriller complejo, verosímil y bien desarrollado.
Bueno, y si ya viste la peli y te quieres descojonar, lee mi spoiler porque no tiene desperdicio:
O sea, que el Camarlengo ese (en adelante Obi Wan repeinadísimo) para empezar es jovencito, con entrenamiento militar y ni siquiera es Cardenal, que es un requisito indispensable para el cargo. Empezamos bien. Bueno, el caso es que ha urdido toda esta trama (él solito, eso sí, con la ayuda de un Terminator con gafas) y no hay Illuminatti ni madre que los parió. El chico consideró que el Papa era un "progre" que además oía la cadena SER todas las mañanas, y él es mas de los de la COPE a todas horas. Total que ni corto ni perezoso le asesina y contrata a un asesino que está más “pa llá que pa cá”, a sabiendas de que el poli del Vaticano va a ir a buscar a Tom, que con la ayuda de la Pausini, resolverá el misterio justo cinco minutos antes de que estalle el petardo (¡ahí es apurar el asunto!) tiempo más que suficiente eso sí, para pillar un helicóptero en la puerta misma del Vaticano, y tirarse en paracaídas en la Plaza de San Pedro, quedando como un genuino James Bond con sotana. Y claro, después de tan extraordinario acto heroico lo menos que hacen los cardenales (que son unos enrollaos que te cagas, ellos) es nombrarlo Papa por aclamación del populacho, que otra cosa no, pero la Iglesia siempre se ha caracterizado por plegarse ante sus fieles. En resumen, un plan super sencillo, apenas podía fallar nada, vamos...
