En el episodio anterior…
Superman: Tienes razón…aún es pronto para irse.
C.Sullivan: Creo que…estoy a punto de…
Superman: No…no arriesgues ahora, no es necesario. Ahora se lo que debo hacer.
(…)
Darkseid: No creas que este es el final Kal-el.
Superman: Espero no verte en mil años.
Darkseid: ¡¡FUErza…ugghh!!
(…)
P.White: ¡Escuchad muchachos! Necesito que elaboréis un extenso informe sobre Darkseid y saquéis conclusiones acerca de su llegada. ¡A saber cuantos enemigos más tendrá!
C.Sullivan: A Metrópolis no le interesa conocer las debilidades de Superman ya que nos pondría en peligro a todos y sobre todo al propio Superman.
(…)
L.Lang: Mi equipo encontró este artefacto en una investigación que realizamos cerca de los restos de la Fortaleza de la Soledad.
C.Sullivan: ¿Qué crees que puede ser esto?
L.Lang: Puede que se trate de una información proveniente de esa raza creada por los kriptonianos hace tiempo
(…)
L.Luthor: Creo que me acostumbraré a esta nueva clase socios. ¿No es así?
Metrópolis, Una visión diferente. [El legado]
Torre Luthor
Había pasado poco más de una semana tras la batalla entre Superman y Darkseid. Lex Luthor había dejado a un lado sus monótonos negocios e investigaciones y se había centrado totalmente en el nuevo héroe de Metrópolis. Frente a su monitor, sus ojos observaban casi sin parpadear algunas escenas de las victorias de Superman.
L.Luthor: ¿Cómo es posible que seas tan perfecto? Alguna debilidad tendrás que tener.
Buscó en una carpeta unas fotos que le habían hecho en diferentes partes de mundo y apretó sus labios a su vez que cerraba el puño derecho y lo clavaba sobre el teclado de su portátil.
L.Luthor: Has llegado en mal momento, créeme…no creas que lo vas a tener tan fácil.
Una de las innumerables secretarias de Lex Luthor había entrado en su despacho. Llevaba consigo unas carpetas que contenían más información sobre los últimos movimientos de Superman.
Secretaria: Aquí tiene señor Luthor. El registro de Superman en las últimas 24 horas. Apenas ha pasado el día en Metrópolis, los satélites le han localizado en Nueva York, Boston y ha cruzado el atlántico rumbo a Londres, Estocolmo y…
L.Luthor: ¡Basta! Ya se que le encanta viajar últimamente. ¿Algo más?
La secretaria se había alzado un poco las gafas y con tono inseguro volvió a hablarle a su jefe.
Secretaria: Todo está listo tal y como había ordenado. Su equipo está mas que preparado y han pasado las pruebas tras el hallazgo en las afueras de la ciudad.
L.Luthor: Perfecto, ya puedes irte.
La secretaria dejó las carpetas sobre la mesa de Lex y se dispuso a abandonar el despacho. Lex descolgó el teléfono y marcó el número 2 de la memoria. Tras esperar unos segundos, no recibió respuesta. Colgó el auricular y se levantó de su silla acercándose hasta los enormes ventanales de su despacho.
L.Luthor: Supongo que no es tan fácil contactar contigo…a fin de cuentas, no eres capaz de adaptarte a nuestra tecnología. Llevaremos entonces acabo otros métodos…
Edificio del Daily Planet
Como cada mañana, Chloe llegaba al Planet a toda prisa. Tomó el ascensor y subió hasta su mesa de trabajo. Había encendido el monitor de su ordenador y enseguida abrió su bandeja de correo electrónico. Tal y como esperaba, había recibido la información que esperaba.
Justo detrás de ella había llegado Lois la cual le había dado en su cabeza con una montaña de papeles.
C.Sullivan: ¡Lois!
L.Lane: ¿Qué tal primita? ¿No te alegras de que “traiga” nueva información acerca del misterioso hallazgo?
C.Sullivan: Tengo mis fuentes. Acabo de recibir un informe que realizaron un grupo de trabajadores cercanos a la obra. Por lo visto sostienen la hipótesis de que esos gigantes robots se los había llevado un equipo de la Luthorcorp. De hecho, tal y como se pueden ver en estas fotografías, todas las furgonetas negras que aparecieron tenían matrícula.
L.Lane: ¿Ya las has rastreado?
C.Sullivan: ¡Ajá! Las ha comprado la Luthor hace unas semanas. No cabe duda, parece ser que a Luthor no le bastó jugar con los robots de Lego Star en su infancia y ahora los busca un poco más creciditos.
L.Lane: Pero sigue sin cuadrarme una cosa…¿Cómo es que aparecieron esos gigantescos robots en medio de una obra?
C.Sullivan: Algo me lleva a pensar de que no fueron hechas en Metrópolis, ni siquiera en todo el condado…Si te fijas bien en las fotos, tienen mecanismos bastante complejos y si la Luthor las ha robado, no creo que hayan sido ellos mismo los artífices de dichas armas.
L.Lane: ¿Entonces de donde crees que han llegado? ¿De otro planeta, primita? Creo que se te está hiendo un poco la cabeza ¡eh!
C.Sullivan: ¡Lois! Ya conoces como funciona esto, son fuentes y toda teoría es posible. Además no se de que te extrañas, no es la primera vez que vemos un caso tan extraño.
L.Lane: Ya claro, pero todo lo extraño solo sucedía en el pueblecito granjero de tu querido novio.
Chloe se quedó mirando a Lois arqueando las cejas y se levantó de su silla. Tomó los papeles que llevaba Lois en sus manos y las comenzó a examinar.
L.Lane: ¡¡Ey, Ey!! Una reportera nunca revela sus armas a la competencia.
C.Sullivan: ¿Somos competencia?
L.Lane: Tengo que labrarme un futuro en este periódico. Enseñarte mis cartas solo me dejaría donde estoy.
C.Sullivan: ¡Vamos, Lois! Somos familia, jamás se me ocurriría robarte una historia. ¿Qué traes entre manos?
L.Lane: A parte de la maquinaria fantástica sacada de la peli de Star Wars, no me doy por vencida con nuestro “Sex Simbol”
C.Sullivan: ¿Superman?
L.Lane: ¡¡Así es!!, no me pienso dar por vencido. Le llevo siguiendo la pista toda la semana y aún así no logro dar con él. Pero tengo un plan.
C.Sullivan: ¿Un plan?
L.Lane: ¡Superman apenas cuenta nada de lo que hace! Y ya va siendo hora de que lo haga. He estado pensando de que si me pongo en peligro de alguna forma, él vendrá a rescatarme como tantas veces ha hecho y entonces no podrá escaparse de mis redes.
C.Sullivan: Lois, ya bastante tiene Superman como para que tu provoques ahora un accidente.
L.Lane: ¿Es que no lo ves? Es el hombre perfecto…no existe ninguno igual como él. ¡Una cita! Es eso lo que necesito para conocerle bien y dar rienda suelta a un nuevo reportaje.
C.Sullivan: No paras de presentarle al jefe sucesos sobre Superman y toda esa paranoia que te has montado con sus atributos. Si lo que quieres es convertirte en la nueva novia de Superman, ojo a las consecuencias. No quiero que te encasillen solo por unos escándalos.
L.Lane: Primita…tus consejos son sumamente sabios, pero estoy desesperada. Llevo en el Planet dos semanas y el jefe sigue esperando respuestas, necesito una buena pieza de carne, y sin una buena barbacoa, no creo que llegue a mucho. Te veo luego.
Lois salió por la puerta y tomó el ascensor de camino a la recepción del Planet. Abajo acababa de llegar Clark el cual como de costumbre iba con prisas a todos lados. En los últimos días había cambiado un poco su vestimenta de todos los días por una enorme gabardina azul a juego con sus pantalones de pinza en color gris claro. Se había puesto unas gafas y ordenó la carpeta que llevaba consigo algunos informes y artículos para su editor.
Al entrar en el ascensor, una espectacular mujer aguardaba dentro. Clark se había quedado tan atónito al verla que se quedó medio parado en la entrada del ascensor. Las compuertas se cerraron y su gabardina se quedó enganchada en la puerta la cual enseguida comenzó a chirriar una vez se había elevado.
C.Kent: ¡Oh, no...!
La mujer se le había quedado mirando y soltó una pequeña carcajada al ver a Clark tan patoso. Se acercó hasta él y tiró de la tela enganchada la cual consiguió sacarla de las puertas.
Mujer: No estés tan nervioso, a fin de cuentas no debería asustarte tanto ver a una mujer como yo. Tu no estas nada mal.
C.Kent: Gra…gracias…señorita. Eh…¿trabaja usted aquí?
Mujer: Acabo de llegar al Planet esta misma mañana. Pero ¿Por qué hablar de trabajo? Si podemos hablar de nosotros.
La mujer se le había acercado tanto a Clark que le tomó por sus brazos y apretó sus cuidadas manos sobre sus bíceps. Clark se había puesto aún más nervioso y vio como esa espectacular mujer adentraba su pierna derecha muy cerca de su pantalón.
C.Kent: Es…escucha, creo que te has equivocado…y…
Mujer: Tranquilo cariño, aún no muerdo. ¡Ñaaam!
El ascensor llegó al nivel 36 y las puertas se abrieron. Afuera estaba Chloe sacando unas copias en la fotocopiadora mientras Jimmy tomaba un café muy cerca de ella. Ambos vieron la escena tan subida de tono que en ese momento se cocía en el ascensor. Clark seguía allí, medio apretujado por aquella mujer que había llevado su mano hasta el trasero de Clark.
Chloe olvidó las fotocopias y se quedó mirando atónita a Clark el cuál enseguida la vio al fondo sin saber que hacer. Jimmy, que lo había visto todo, casi se atraganta con el café que bebía.
J.Olsen: Parece que C.K sigue conquistando corazones.
C.Sullivan: Y yo sigo sin entender nada…
La mujer se despegó de Clark sin dejar de mirarle mientras se giraba y tomó un maletín que había dejado en el suelo. Cruzó el ascensor y vio como Chloe se le había quedado mirando atónita.
Mujer: ¿Chloe Sullivan no es así? La reportera estrella y revelación del Daily Planet en los últimos años. ¿Aún no te han dado el Pullitzer, cariño?
Chloe se acercó hasta ella y puso una sonrisa un tanto forzada de oreja a oreja.
C.Sullivan: ¡Vaya! Que “alegría” verla por aquí señorita Grant. ¿Qué le trae por el Daily Planet?
K.Grant: Planes de trabajo, ya estaba bastante aburrida como para seguir escribiendo para ese estúpido magazine de Nueva York. Además, veo que hay muchas promesas sueltas por aquí, con todos sus atributos y encantos claro…
Grant se había girado de nuevo hasta Clark el cual se recuperaba del susto y le había guiñado un ojo mientras se hacía para atrás su espectacular melena. La señorita Grant era de aquel tipo de mujeres más glamorosas que podías encontrarte en todo Metrópolis. Para la ocasión, vestía un elegante traje rojo que por no ser por su despampanante escote se lo clasificarían de informal. Llevaba unos zapatos a juego con el vestido de punta fina que llevaba unos tacones tal altos que daban vértigo mirarlos. Su cabellera rubia y ondulada le daba ese toque de glamour acompañado de sus carnosos labios rojos.
En ese momento, Perry White salía de su despacho para recibirla. Ambos se dieron un fuerte abrazo mientras Grant le dejaba pragmado en la mejilla de Perry White su mancha de pintalabios.
P.White: Tan atrevida como siempre, Katherine.
K.Grant: Ya me conoces, Perry.
Chloe seguía sin entender nada y su jefe se dio cuenta de ello. Clark y Jimmy también se acercaron hasta ellos para ver de que hablaban.
P.White: Muchachos, os presento a Catherine Grant, seguramente que muchos la conocerán por su trabajo en otras revistas del país.
C.Sullivan: Si, por supuesto. Si no me equivoco le encanta hablar de las celebridades de Hollywood con todo lujo de detalle ¿no es así?
K.Grant: Tienes un sentido del humor apabullante, preciosa.
P.White: Así es, lleva años dedicándose a entrevistar a artistas, actores y demás personal del mundo de la fama.
C.Sullivan: Muy “interesante” para el Planet, ¿no es así…CLARK?
C.Kent: Eh, si…claro, si.
J.Olsen: ¡Menuda pasada! Catherine Grant en el Daily Planet. Eres la más temida por todos aquellos famosos que ocultan algo, no se te escapa una.
K.Grant: Gracias cariño. Por cierto, deberías arreglarte de vez en cuando ese pelo, hermoso. Aunque he de decirte que esa pajarita realza el color de tu ojos, encanto.
Chloe meneó la cabeza de un lado a otro como si fuera a derrumbarse de tanto halago. Clark seguía algo inquieto y vio como Chloe le lanzaba una sonrisa un tanto inquietante.
P.White: Katherine, ya tienes tu despacho instalado en el nivel 42, cualquier problema que tengas, llámame.
K.Grant: Espero que tenga buenas vistas, Perry. ¡¡Ciaoo!!
Katherine se quedó unos segundos parada ante Clark y movió los labios con cierta sensualidad mientras se despedía.
K.Grant: Hasta pronto, pichoncito.
Jimmy soltó una risa disimulada mientras veía como Clark se quedaba totalmente colorado. Chloe y Perry se fueron juntos hasta su despacho dejando atrás la escena donde Clark seguía colorado y Jimmy le tomaba una foto.
C.Sullivan: Jefe, ¿Cómo es que la has contratado? ¿Qué busca el Daily Planet en una periodista que investiga las vidas de los famosos? No somos…
P.White: …el Inquisitor, lo se. Pero he decidido traerla para el nuevo suplemento dominical que lanzamos esta semana, es perfecta para ello y tiene muchos seguidores. Además le debo una y nos ayudará mucho y no solo con la alfombras rojas de Hollywood, ya verás.
C.Sullivan: Espero que estés en lo cierto jefe.
Subterráneos de Luthorcorp (Nivel complementario del 33.1)
Lex había llegado acompañado de dos agentes de seguridad los cuales apuntaban con unas escopetas. Se encontraba en una enorme sala de máquinas en las que estaban almacenadas toda la maquinaria encontrada en las obras de las afueras de Metrópolis. Unas gigantes máquinas yacían desconectadas unas con otras. Lex alzó su mano izquierda y consultó su reloj. Marcaban las doce en punto.
Muy cerca de las máquinas, alguien salió de entre ellas. Un hombre vestido con traje de chaqueta y con el pelo rubio se había acercado hasta Lex.
L.Luthor: Veo que te has acostumbrado a la puntualidad.
Hombre: Créeme Luthor, lo mío ha sido mas bien la distracción antes que la puntualidad.
L.Luthor: Eso ya lo he podido comprobar por mi mismo. Hace días que cerramos el trato y no te has dejado ver el pelo.
Hombre: Todo está listo, tu solo has sido una fuente para colaborar en este asunto.
L.Luthor: No tan deprisa. Estás maquinas han sido traídas hasta aquí gracias a mí, siguen siendo de mi propiedad.
Hombre: Ni siquiera te pertenecen, fueron creadas por un ser muy superior a ti, muy distinto a ti.
L.Luthor: Entiendo que esa tecnología aún no esté a la altura, a fin de cuentas tu y yo seguimos el mismo objetivo. Dejemos a un lado el orgullo y simplemente hagamos lo pactado.
El hombre se dio media vuelta dando la espalda a Lex y alzó los brazos hacia las máquinas. Segundos más tarde, una extraña luz cegadora surgió de su cuerpo llegando hasta las máquinas las cuales comenzaron a incorporase con cierta agilidad. Los gigantes que allí yacían iluminaron sus fulminantes ojos mecánicos y agitaron sus cuerpos rojizos y grisáceos.
(Suena de fondo
The Way It is de The Prodigy)
Hombre: Aquí tienes Lex. Al ejército que mi padre tenía reservado para Superman. ¡¡Los indestructibles centinelas de Darkseid.!!
Los centinelas seguidamente empezaron a caminar atravesando los muros del subterráneo y saliendo a la superficie tras un salto de altura que consiguió agrietar las carreteras de una de las manzanas de Luthorcorp. Lex desde abajo, observada impresionado el poder de aquellos centinelas que habían comenzado a derribar muros y caminar a toda velocidad en busca de una persona, Superman.
L.Luthor: Buen trabajo. Como ya te había dicho antes, me encanta tener esta nueva clase de socios…¿Qué nombre podemos ponerte, eh?...
Hombre: Jum…mucho cuidado Luthor. Simplemente llámame Orion, hijo de Darkseid y futuro responsable de la muerte del asesino de mi padre, ese tal Superman.
La ciudad se había convertido en un caos, los centinelas se llevaban todo por delante y la gente corría desesperada de un lado para otro. Algunas cámaras de televisión ya se habían lanzado a la calle y retransmitían en directo las imágenes en todas las cadenas del condado. Las imágenes había llegado también a las pantallas del Planet donde Clark y Jimmy veían expectantes las escenas.
J.Olsen: ¡Increíble! Desde que Superman ha llegado a la ciudad, esto es más emocionante que ver Parque Jurasico, CK.
C.Kent: Tengo que irme, he de acabar un artículo.
J.Olsen: ¿Ya te vas? Si esto no ha hecho más que empezar.
C.Kent: Yo que tu espabilaba y me iba con tu cámara a trabajar. No querrás que el jefe vuelve a echarte el sermón.
Jimmy suspiró sabiendo que Clark tenía razón y se quedó unos segundos mirando los monitores mientras engullía un burrito.
Clark había salido a toda velocidad del Planet dejando ver su traje de Superman. Algunos de los ciudadanos nada mas verlo comenzaron a dar aplausos y a vitorear su nombre. Superman finalmente se alzó en vuelo en dirección a los centinelas que en ese momento se encontraban cerca del Banco Central de Metrópolis.
Los centinelas no paraban de repetir una y otra vez el nombre de Superman a la vez que destrozaban parte del edificio del banco. La gente salía despavorida mientras la policía hacía acto de presencia en el lugar.
De uno de los vehículos salió la agente Sawyer la cual comenzó a disparar sin parar a uno de los centinelas. Para su desgracia, Sawyer vio como las balas rebotaban sin hacerle el menor daño al centinela.
Superman usó su visión calorífica contra dicho centinela dándole en un brazo que enseguida se agrietó dejando ver infinidad de cables y una extraña materia líquida en su interior. El centinela emitió un electrizante aullido mientras apuntaba con su mirada a Superman. Poco a poco, aquella grieta en el brazo se fue restaurando hasta quedar como nuevo.
Centinela: Objetivo localizado. Superman, el kriptoniano traidor ha sido encontrado. Adelante misiles.
Seguidamente Superman pudo esquivar aquellos misiles a su vez que se alzaba unos metros a la cabeza del centinela al cual le asentó fuerte puñetazo. Miles de chispas y trozos de metal saltaron del centinela el cual no paró de moverse de un lado a otro. Con los enormes brazos mecánicos agarró a Superman por la cintura y lo lanzó contra el banco formando un enorme agujero.
La policía no daba crédito a sus ojos y siguieron disparando. Los centinelas se fueron acercando hasta los coches patrulla pero rápidamente Superman resurgió de los escombros del edificio y utilizó su aliento frío contra tres centinelas que se acercaban. Los tres quedaron petrificados dando tiempo a Superman de acercarse para utilizar su soplido contra los tres llevándolos bien lejos de la policía.
Superman: Escuchad, es peligroso vuestra presencia aquí agentes. Dejadme esto a mi.
A.Sawyer: No acostumbro a tratar con hombres vestidos con capa y mallas, pero por esta vez le haré caso, Superman.
La agente Sawyer dispersó a su equipo y descolgó su teléfono para realizar una llamada.
A.Sawyer: Ponedme en contacto con la Fuerza Armada de Metrópolis. Tenemos un caso de vital importancia.
Los centinelas utilizaron su exceso de calor mecánico para librarse del hielo y se reincorporaron lanzando misiles a Superman el cual esta vez no pudo esquivar de la distracción y calló al suelo. Pudo reincorporarse sin problema alguno y se acercó hasta los centinelas librando una dura y veloz batalla. Los centinelas eran tan eficaces, que podían moverse con rapidez para frenar algunos de los ataques de Superman.
Tras insistir, Superman dio en el clavo y rompió en las espaldas de los centinelas unos dispositivos que consiguieron restarles velocidad y destreza, momento en el que Superman aprovechó para utilizar su visión calorífica consiguiendo destrozar por completo a los tres centinelas.
No muy lejos, en la Torre Luthor desde su despacho, Lex podía ver el ataque de los centinelas con Superman en primera plana. A su lado, yacía Orion el cual estaba de brazos cruzados y bastante serio.
L.Luthor: ¿No es increíble muchacho? Tanto poder que existe en esos mundos, y lo fácil que ha sido encontrarlos. Con esto y poco más Superman estará de camino al otro mundo.
Orion: Jum…no estés tan seguro. Superman es kriptoniano, una raza fuerte e inteligente.
L.Luthor: Kriptoniano ¿eh? Bueno, siempre hay un Plan B para estos casos. Tú…¿no es así?
Orion: Eso tenlo por seguro, Luthor.
Desde el Daily Planet, todos seguían la batalla casi sin pestañear. Chloe había salido hasta su despacho tras ver las imágenes y buscó en su ordenador el informe de los centinelas. Había llevado a cabo una pequeña investigación para intentar conocer a fondo el caso y tras las noticias, ya sabia de donde había surgido las máquinas robadas.
C.Sullivan: ¿Por qué no me extraña que todo el meollo haya sido en los subterráneos de LuthorCorp…?
Chloe tomó una cámara digital y la depositó en su bolso dispuesta a abandonar en Planet. De camino al ascensor se topó con Lois la cual saltaba de alegría tras ver a Superman en pantalla.
L.Lane: ¿¡Lo ves!? Es impresionante…¡espera! ¿A dónde vas con tanta prisa? ¿Vas a seguirle la pista para la exclusiva? Voy contigo.
C.Sullivan: Lois…en realidad no voy a ver a Superman.
L.Lane: ¿A dónde vas entonces? ¿Vas a perdértelo todo?
C.Sullivan: Esas máquinas más parlantes que el traje de Grant han salido de los subterráneos de LuthorCorp. Hay que buscar alguna información ahí abajo. Es el momento de entrar gracias a la distracción por los destrozos del subterráneo.
L.Lane: Esta bien te acompaño. Superman aparecerá seguro por ahí.
Chloe y Lois salieron del edificio y tomaron el coche de camino al subterráneo. Todo estaba muy deteriorado y entraron por un enorme hueco que las llevó hasta la enorme explanada. Había cientos de cables desconectados por todos lados y saltaban algunas chispas muy cerca de un enorme mecanismo que había mantenido a los centinelas en calma.
L.Lane: ¿Qué diablos es esto?
C.Sullivan: Es un mecanismo que conectaba a los centinelas antes de su salida. Si los tenían retenidos aquí, supongo que los mismo ocurrirá si Superman conoce dicho mecanismo.
L.Lane: ¿Qué dices? Superman ya es lo bastante fuerte, no necesita esto para acabar con esas máquinas.
C.Sullivan: Ayúdame a levantar esta enorme esfera vamos.
Entre las dos, abrieron una compuerta esférica que les llevó a un aparato muy parecido a un código de seguridad.
L.Lane: ¿Se mantienen desactivados por un código?
C.Sullivan: Parece muy fácil para tratarse de máquinas tan independientes, tiene que tener algún truco.
Lois se acercó hasta un enorme frasco que contenía una extraña sustancia viscosa.
L.Lane: ¡Dios, que asco! Ya bastante tuve en su momento con el Flubber. ¿Qué es esto?
C.Sullivan: Es el mismo líquido que tenían los centinelas en su interior.
L.Lane: ¿Cómo sabes eso?
C.Sullivan: Anoche recibí un chivatazo de unos trabajadores de la LuthorCorp. Me pasó información acerca de estos gigantes “destruyelo todo”.
L.Lane: Es como si fuesen su fuente de energía. ¡Tendrán que venir a por más!
Chloe se acercó hasta un panel donde mostraba la autonomía que le quedaban a los 7 centinelas que había lanzado Orion, tres de ellos estaban en rojo tras el remate de Superman.
C.Sullivan: Les quedan poco menos de 20 minutos para regresar a por más.
L.Lane: ¡Vale! No quiero morir en este antro, así que será mejor que encontremos ese maldito código para desactivarlas antes de que puedan regresar.
C.Sullivan: Vale, vale…tranquila. Intentaré hackear el sistema de este panel, tu busca por aquí a ver si encuentras algo, deprisa.
Mientras tanto, Superman seguía luchando contra los cuatro centinelas restantes que aguardaban muy cerca de él. Estaba agotado y apenas podía moverse. Utilizó su visión calorífica pero de nada sirvió. Los centinelas se acercaron hasta él y le rodearon. Seguidamente, uno de ellos, desplegó un dispositivo esférico en el cual encerraron a Superman dentro de un campo de energía que le impedía moverse.
Superman: Maldita sea…¡¡Aaaaahhh!!
Centinela: Primera fase alcanzada. Procediendo a la ejecución definitiva de Superman.
La gente a su alrededor veían como su héroe era encerrado en una cárcel esférica en la cual no podía moverse. No muy lejos de él, Lex dibujaba una sonrisa de oreja a oreja como señal de su triunfo.
L.Luthor: ¡Vaya…! Que espectáculo tan poco prometedor, Superman. ¿Ya no puedes hacer más que eso?
Orion: Ha sido más fácil de lo que pensaba.
Orion dio media vuelta y se acercó hasta el monitor de Lex, seguidamente abrió el registro de los centinelas y vio como las cámaras de seguridad de los subterráneos mostraban a dos mujeres que buscaban algo.
Orion: Veo que tenemos compañía.
Continuará…