Teatro Metrópolis
(Suena de fondo
Moon River de Henry Mancini)
Habían pasado 7 días tras la publicación del artículo definitivo del Jueves Negro y sentí como me quitaba un enorme peso de encima. Kahn había quedado muy satisfecha aunque no tanto como para darme el ascenso.
Como cada año, el Daily Planet celebraba una ceremonia conmemorativa para destacar las mejores ediciones, a los mejores reporteros, la noticia del año, en general…es como los Oscars del Daily Planet pero sin la estatuilla tan ansiada. Esa noche, todo el personal de trabajo debía ponerse sus mejores galas y traer a un acompañante, como si se tratara del baile de graduación del instituto. Yo decidí traerme a Clark y ver si definitivamente podía contagiarle, aunque sea un poco, el espíritu periodístico que reinaba esa noche en el Teatro Metrópolis, una gigantesca obra de arte que a pesar de los años, seguía conservando su belleza. Llegamos a las 21:32, un poco tarde…buscamos nuestros asientos situados en la fila número 93 y tras pasar y pisotear sin querer a algunos de mis colegas del Planet, logramos sentarnos en nuestras reservas. Reinaba un ambiente muy tranquilo y a todos los asistentes se les veía orgullosos, quizás a unos más que otros. Kahn continuaba su discurso:
P.Kahn: …y como no, felicitar a nuestros más veteranos reporteros que llevan muchísimos años trayéndonos las mejores noticias de nuestro país, en especial a Steve Schirmer, Daniel Silverstone y a Nelson Hasler.
C.Sullivan: Son sus tres diamantes en bruto, siempre que tiene que hacer referencia a algo poderoso los menciona a ellos, es como si fueran sus amantes.
C.Kent: Chloe…
Seguimos prestando atención al discurso:
P.Kahn: Éste año, ha sido muy duro para Metrópolis. Sufrimos por así decirlo un atentado humano que a punto estuvo de hundirnos a todos, el Planet sufrió muchas pérdidas, al igual que muchas otras empresas de información, pero lo más importante es que logramos sobrevivir, toda la ciudad pudo. La reconstrucción fue prácticamente asombrosa. Hemos logrado en las últimas semanas, poner nombre y fecha a prácticamente todos los misterios que sucedieron esa noche. Lo hicimos. No descuidamos nada y continuaremos siendo si Dios nos los permite, el mejor periódico de toda nuestra región. Un periódico eficaz y competente.
El público rompió en un ensordecedor aplauso.
C.Sullivan: ¿De verdad nunca te has planteado dedicarte al periodismo? No puedes vivir solamente por y para la granja.
C.Kent: Llegué a planteármelo alguna vez, pero tengo otras prioridades, lo sabes.
C.Sullivan: Se que tener por misión salvar al mundo es algo realmente complicado pero…puedes sacar tiempo, eres rápido…literalmente. Imagínatelo por un momento, ¡Clark Kent periodista de día y superhéroe de noche!
C.Kent: No soy ningún superhéroe.
C.Sullivan: No seas tan modesto…sin ti, mas de uno no estaríamos aquí. ¡Piensa Clark! Tu vales para esto.
Los aplausos cesaron y Kahn se mostraba especialmente radiante.
P.Kahn: Como cada año, damos la oportunidad a nuestras más jóvenes promesas de dar un pequeño discurso en representación de su colectivo. Éste año teníamos a varios candidatos, pero finalmente nos hemos decantado por un joven con un talento infinito, una mente suspicaz y emprendedora. Pido por favor, un aplauso para Joey Acklin.
El aplauso ésta vez algo más tranquilo dio la entrada a Acklin que se levantaba de su asiento en las primeras filas y se paseaba con paso decidido hasta el escenario. Kahn le dio un apretón de manos y se apartó unos metros. Apenas dos semanas en el periódico y ya estaba siendo reconocido.
J.Acklin: No se me dan nada bien los discursos. Tan solo, me gustaría dar las gracias a Pauline Kahn por esta oportunidad única de darme a conocer entre tantas personas en un entorno totalmente diferente al que estaba acostumbrado hasta hace poco tiempo. Vengo del mundo de la televisión, ha sido algo que siempre me ha gustado hasta que me di cuenta de que había algo que me gustaba aún más. No solo quería dar la noticia, ansiaba ser yo quien la escribiese, quien investigue, en definitiva…quien ponga su firma al final de cada artículo y por ello…estaré eternamente agradecido al Daily Planet por ésta oportunidad. Muchas gracias.
Era de esperar…su ego le impedía hablar de todos los principiantes. Aprovechó su momento para lucirse el solo, no dio nombres de compañeros ni habló del trato que había recibido, solo pretendía vender su curriculum a toda la gente que le había escuchado.
El discurso acabó y todos los presentes pasamos al piso superior, donde se celebraba un ¿discreto cóctel? La ceremonia cambió entonces de tercio…
(Suena de fondo
The Queen and I de Gym Class Heroes)
Un batallón de camareros se desplazaban de un lado a otro invitando a todo el equipo a beber Camparis servidos en elegantes copas o a degustar los canapés de foei de pato. Ahora no solo había personal del Daily Planet, sino también algunas celebridades que ayudaban a darle “glamour” a la ceremonia a la hora de salir en televisión y otro colectivo como abogados, científicos o políticos que habían sido noticias en los últimos meses.
Clark trajo algunas bebidas y Jimmy apareció tras él. Iba vestido con un traje caqui muy elegante, aunque algo desenfadado por la pajarita que lucía. Llevaba como siempre su cámara, probablemente por encargo de Kahn para no perderse a ninguna celebridad para el álbum de fotos.
J.Olsen: ¡Ey! Pensé que no llegabas, te dejé algunas llamadas antes pero no…
C.Sullivan: Salí de casa algo temprano, cuanto lo siento.
J.Olsen: Pensé que íbamos a venir juntos.
Una chica se acercó a Clark y se lo llevó hasta un grupo de reporteros que habían estudiado en Smallville.
C.Sullivan: Debíamos traer a un acompañante y pensé en Clark ya que se que vale para esto. Quería contagiarle un poco el ambiente periodístico.
J.Olsen: Chloe, anoche me besaste, me desfibraste tras el ataque de aquellos tentáculos verdes y pasamos la noche juntos. (Hace referencia al 6x03 de Smallville) ¿No son suficientes motivos como para venir juntos?
Llevaba razón, anoche tuvimos una cita…lo planeó todo para que estuviésemos juntos en aquel descampado con la excusa de que estaba investigando algo. Tuvimos un accidente y con la emoción, nos besamos. Jimmy tenía algo que no lograba definir…quizás no sea necesario hacerlo, es especial ¿Qué más necesito para lanzarme a la piscina? Ha pasado tiempo tras lo de Sam…fue tan fugaz su marcha y la llegada de Jimmy que casi no he tenido tiempo para reaccionar.
C.Sullivan: Lo de anoche fue realmente…diferente, fue especial.
J.Olsen: Me gustas Chloe, no se como decírtelo ya. Quizás debí pasar la seguridad durante el discurso de Kahn y decirlo a todo el mundo. ¡Me gustas!
C.Sullivan: Y tu también a mi…
Muy cerca de nosotros, Pauline Kahn se acercaba acompañada de una mujer muy guapa, era morena con los ojos grises y llevaba un informal traje de color azul oscuro que rozaba el suelo. Se detuvieron ante la llegada de Acklin y Kahn le presentó a aquella mujer tan elegante. Kahn advirtió de mi presencia y de que les estaba prestando atención y nos pidió a Jimmy a mi que nos acercásemos.
P.Kahn: Sullivan, te presento a la señorita Debra Jones. Está defendiendo el caso de la familia de la agente Sawyer. Debra, querida, la señorita Sullivan y el señor Acklin van a seguir dando información acerca de la desaparición de la agente Sawyer. Espero que no tenga ningún inconveniente en atender sus peticiones cuando les sea preciso.
D.Jones: No acostumbro a trabajar con periodistas, aunque haré un esfuerzo.
C.Sullivan: Un placer conocerle. Todos sabemos que es muy probable que la agente Sawyer siga con vida, no entiendo como un juez ha cerrado el caso y la hayan dado por muerta.
P.Kahn: Intereses políticos, nada más. La Familia Sawyer no va a permitirlo y por ello se han traído a una de las nuevas promesas de la abogacía de Gotham. Su familia ha tenido una estupenda trayectoria en su sector.
J.Acklin: Tengo entendido que va a quedarse unos meses a vivir en Metrópolis.
D.Jones: Así es, conozco a la familia Sawyer desde hace tiempo y por ello han confiado en mi. En cuanto se resuelva el caso volveré a Gotham.
Unos señores se acercaron a Kahn y le saludaron.
P.Kahn: Perdonadme chicos, debo atenderlos. Por cierto…¿Quién diablos ha organizado esta fiesta tan vulgar? La música es espantosa.
Kahn se marchó y Debra y Joey se alejaron hasta una mesa atestada de frutas. Jimmy y yo nos giramos el uno hacia el otro y nos quedamos pensativos. La llegada de ellos tres nos habían cortado la conversación así que decidí que lo mejor era demostrárselo directamente. Salimos hasta una de las terrazas y le besé.
Conversación entre Acklin y Debra Jones
J.Acklin: Llevo unas semanas investigando el caso de Sawyer y para serle sincero señorita, creo que el juez tiene razón. Quizás esté muerta.
D.Jones: Es una de las opciones, aunque con una posibilidad muy remota. Sawyer tenía mucha experiencia y estaba muy bien preparada para morir y no quedar rastro de ella.
J.Acklin: Quizás podamos llegar a un trato usted y yo. Le daré los argumentos suficientes como para que deje el caso. A una recién abogada tan guapa con usted no le interesa perder el tiempo con esto. Yo mismo me encargaría de redactar la oficialidad de que Sawyer está muerta si usted lo declara.
D.Jones: Creo que no me ha entendido señor Acklin. Ya dije antes que no me gusta trabajar con periodistas y no soy una de ellas como para que me de argumentos para hacerme creer su muerte. No creo en la manipulación.
J.Acklin: Perdone entonces mi metedura de pata. Estaré encantado de ser el portador de su avances con el caso Sawyer. No es preciso la ayuda de Sullivan, cuente únicamente conmigo.
Debra Jones se giró dejando atrás a Acklin y suspiró desanimadamente para sorber un trago de su Campari. No muy lejos de allí, alguien la apuntaba con una ametralladora. Debra se movía de un lado a otro saludando a la gente con lo cual era muy difícil que el francotirador diese en el blanco. Al cabo de unos segundos, apretó el gatillo desde el balcón superior en el que se camuflaba y la bala impactó en su hombro. Debra se desplomó en el suelo e inmediatamente perdió el conocimiento. Acklin que aún se encontraba cerca corrió hasta ella y también lo hicieron la gente que les rodeaba.
J.Acklin: ¡Que alguien llame a una ambulancia!
Jimmy y yo escuchamos un disparo y el grito de asombro de la gente.
J.Olsen: ¿Y ahora que ocurre?...
C.Sullivan: ¡Vamos!
Salimos del balcón y antes de comenzar a bajar las escaleras, chocamos con alguien que venía del otro extremo del nivel superior. Caí al suelo y Jimmy me sujetó por los brazos. Un hombre vestido de negro se reincorporó y se dirigió hasta el balcón donde estábamos Jimmy y yo hacía unos segundos.
C.Sullivan: ¡Tras él!
El tipo siguió corriendo y saltó por el balcón aterrizando sin hacerse el menos rasguño en la azotea del nivel inferior.
J.Olsen: Un salto muy profesional ¿no crees?
Cuando bajamos, vimos que del hombro de Debra emanaba mucha sangre. ¿Quién había intentado eliminarla?
Al día siguiente
Pauline Kahn nos dijo que la abogada Jones estaría unos días de baja y que por lo tanto no podríamos colaborar con ella. Noté en su rostro un aire de crispación, inquieta como de costumbre, nos pidió que comenzásemos a trabajar con el caso Sawyer.
P.Kahn: Es muy probable que el intento de asesinato de ayer esté relacionado con el caso que defendía Jones.
C.Sullivan: ¿Cree que es la prueba de que Sawyer sigue viva? Quería quitarse de en medio a Jones.
J.Acklin: Puede que sea así o puede que lo hayan echo igualmente para impedir que se investigue su muerte.
Acklin había llegado y dejó su maletín sobre el escritorio de Kahn toscamente. Kahn observó primero el maletín con desdén y luego a Acklin que se sentaba en una silla frente a ella. Abrió el maletín y sacó unos documentos de él. Kahn se los quitó de las manos sabiendo lo que esperaba y comenzó a leerlos para sí.
C.Sullivan: La policía estaba investigando el caso hasta hace pocos días. Puede que estén amenazados por alguien que intente ocultar a Sawyer. Yo creo que siga viva. ¿Cuántos casos importantes llevaba antes de su desaparición? Siempre ha tenido problemas con las mafias, normalmente mafias enemigas entre si. Puede que una de ellas quiera sacar información de su rival por medio de Sawyer.
J.Acklin: ¿Desde cuando subestimas a la policía de Metrópolis?
C.Sullivan: Desde que Sawyer desapareció. Los crímenes y robos parece que se han incrementado sin su presencia.
P.Kahn: Era una mujer temida, eso es cierto. Aún así, creo que Sullivan te estás hiendo por las ramas. Tu teoría es demasiado compleja y rebuscada.
Me puse de pie apoyando los brazos sobre su mesa.
C.Sullivan: Pensad un poco. Termina el Jueves Negro y Sawyer desaparece. Todos los crímenes y robos de esa noche no se solucionaron, según las estadísticas solo se resolvieron un 34% de total en esa noche. Es más, ¿Cuántas dimisiones se han hecho en la policía en las últimas semanas? ¡Están amenazados!
J.Acklin: ¿Dimisiones? Muchos de ellos, no dimitieron, murieron en la noche del Jueves Negro.
C.Sullivan: Te equivocas, hubo muertes pero también dimisiones.
J.Acklin: Estarían atemorizados por las muertes de sus compañeros, no por estar amenzados.
P.Kahn: ¡Basta!
Kahn se quitó las gafas y soltó el papeleo que le había arrebatado a Acklin. Sacó un cigarrillo de su cajón y lo encendió con su mugriento mechero a la vez que se ponía en pie. Ante su seriedad, decidí sentarme de nuevo.
P.Kahn: ¿Esta información de donde la has sacado?
J.Acklin: ¿Desde cuando tenemos que revelar las fuentes de nuestro trabajo?
P.Kahn: Soy tu jefa. No te repetiré la pregunta.
J.Acklin: Me la dio un topo de la mafia del sur de Topeka.
P.Kahn: Dice que han sido ellos quienes la asesinaron.
J.Acklin: Así es. Son pruebas, ya solo nos queda entregar la información a la policía e irán tras ellos.
C.Sullivan: La policía no intervendrá.
J.Acklin: Aún así el caso estará resuelto. No necesitamos más.
C.Sullivan: No se puede resolver así de fácil, eso sin olvidar que no entiendo como has podido conseguir esa información tan fácilmente.
Acklin suspiró y guardó silencio. Kahn volvió a hablar tras encender nuevamente su cigarrillo.
P.Kahn: Entregaremos la información a la policía. Lo investigarán. Solo espero que sea cierto lo que me cuentas Acklin.
J.Acklin: ¿Acaso tengo motivos para no hacerlo?
P.Kahn: Te gusta superarte rápidamente. Quizás estés buscando un nuevo ascenso.
J.Acklin: Perdone mi atrevimiento señora Kahn, pero si realmente hubiese obtenido el ascenso de hace 7 días no seguiría trabajando con Sullivan.
P.Kahn: Sin duda la modestia es algo que no entra en tu diccionario. Trabajas con Sullivan porque es la mejor que aún sigue ahí abajo. Si fueras buen compañero colaborarías en su ascenso.
J.Acklin: Seguiré trabajando por mi cuenta, Sullivan también desea hacerlo. ¿no es así?
Acklin me miró y deseé estrangularme el cuello. Era realmente un imbécil. La señora Kahn puso fin a la reunión y recibió a una de sus secretarias que le pedía un poco de tiempo. Salimos del despacho.
C.Sullivan: No se por que intentas cerrar tan rápidamente el caso de Sawyer. Me he enterado además de que intentaste convencer a la abogada Jones para que dejase su defensa por la familia de Sawyer. Se que no te traes algo bueno entre manos.
J.Acklin: No cuestiono tu forma de trabajar, así que no te atrevas a volver a cuestionar la mía.
Acklin tomó las escaleras y descendió consultando su reloj. ¿A dónde llegaría tarde?
Como si de una estrella fugaz se tratase, Clark apareció de repente ante mí.
C.Sullivan: ¡Dios! ¿Cuándo llegará el día en que me acostumbre a tus inesperadas apariciones? Ya que doy por descartado que dejes de hacerlo.
C.Kent: He venido porque quizás te interese ver esto.
Clark sacó de su bolsillo una tarjeta de identificación que tan solo llevaba un código inscrito en el reverso.
C.Sullivan: Desde luego no se trata de una Visa Oro.
C.Kent: Anoche, antes de marcharnos la encontré cerca del balcón por el que dijiste que se escapó el posible francotirador.
C.Sullivan: ¿Por qué no me la enseñaste ayer?
C.Kent: No lo sé, Jimmy estaba todo el tiempo contigo y si mencionaba que encontré la tarjeta tendría que dar explicaciones.
C.Sullivan: Entiendo…lo siento, anoche ocurrieron demasiadas cosas. Quizás haya algún modo de saber de donde procede.
Bajamos hasta mi escritorio e intentamos buscar alguna pista en Internet introduciendo el código. Nada.
C.Sullivan: ¿Quién podría querer matar a Debra Jones?
C.Kent: Dijiste que aún no tenía mucha experiencia como abogada, con lo cual…es curioso que alguien quiera cargársela si es por estar relacionado con alguno de sus casos.
C.Sullivan: Ahora tiene el de la agente Sawyer. He insistido en decirle a la señora Kahn de que sigue viva pero su nube de humo no le deja ver más allá de su visión estándar de los sucesos. ¡No cree en hipótesis bien rebuscadas!
C.Kent: Si intentaron matar a la abogada de su caso es posible que siga viva en alguna parte.
Volví a examinar la tarjeta y se me ocurrió una idea. Clark era el único que podía hacer una radiografía a una tarjeta en 5 segundos.
C.Sullivan: ¿Por qué no examinas la tarjeta con tu visión de Rayos X? Quizás nos de algún dato más.
Y así lo hizo, la dejo sobre la mesa y la examinó. Dos segundos más tardes sus pupilas parecieron agrandarse de la impresión. Había encontrado algo.
C.Kent: ¡Lex!
C.Sullivan: ¡¿Luthorcorp?! ¿Por qué no me sorprende?...
C.Kent: Tiene escrito el nombre de la compañía con un código de 4 cifras.
C.Sullivan: ¿Cuál es?
C.Kent: N331.
C.Sullivan: Oh Dios mío… ese código lo conozco más de lo que realmente quisiera.
C.Kent: ¿Qué ocurre Chloe?
C.Sullivan: ¿Has oído hablar alguna vez del nivel 33.1?
Salimos de la redacción directos a Luthorcorp. Era muy temprano y un día de mucha actividad. Clark se conocía Luthorcorp como la palma de su mano ¿Cuántas veces habrá estado ahí dentro? Cogimos una de las entradas traseras que coincidían con la entrada y salida de mercancías como no, altamente confidenciales, con lo cual el control era extremo.
C.Kent: Entraré yo solo.
C.Sullivan: No pienso perderme lo que hay ahí dentro si logramos usar esa tarjeta de identificación.
C.Kent: No tienes mis poderes, Chloe…
C.Sullivan: Pero si unos brazos bien fuertes como para cogerme y correr.
Hizo un giro de cabeza en señal de que yo llevaba razón, me cogió y corrió a toda velocidad.
Tras la descarga de adrenalina nos detuvimos frente a uno de los ascensores. Desde allí, se podía ver como entraba y salía la mercancía. Entramos en el ascensor.
C.Kent: ¿Y ahora que? No sabemos en que planta puede estar ese laboratorio.
Examiné todos los niveles que tenía en ascensor y me fijé que muy cerca del botón de emergencia había un pasador de tarjetas. La saqué del bolso y la pasé por el lector. ¡Bingo!
C.Sullivan: Dejemos que la tarjeta se encargue de todo.
El ascensor comenzó a descender y se detuvo tras 30 segundos. Una voz emergió del altavoz que me dio un buen susto.
Vuelva a pasar su tarjeta e introduzca el código secreto utilizando los botones de los distintos niveles
C.Kent: Debe ser una broma ¿no? No tenemos ninguna contraseña.
C.Sullivan: Probablemente sean las tres últimas cifras del código camuflado. ¿Sino porqué estaría ahí?
Clark introdujo la combinación 331 y las puertas del ascensor se abrieron. Un serpenteante pasillo se abrió ante nosotros. Era como una especie de laberinto pero con una única vía. Comenzamos a caminar y finalmente encontramos una nueva puerta. Un nuevo lector de tarjetas nos daba la bienvenida. Utilicé la tarjeta pero una bombilla de color roja se encendió en señal de que no nos servía.
C.Sullivan: ¡Bien! Nos hemos quedado sin más plástico. ¿Clark estás bien?
Noté en que Clark parecía algo fatigado. ¿Kriptonita en este lugar?
C.Sullivan: Clark ¿que ocurre?
C.Kent: En esta habitación debe de haber…kriptonita muy cerca.
Y así era, desde la rendija inferior de la puerta se notaba una débil luz de color verde que provenía del otro lado.
C.Sullivan: Vayámonos de aquí.
Entonces sonó el cargador de una pistola. Un tipo vestido de negro nos apuntaba a mi y a Clark. Una pistola en cada mano. Su cara me sonaba de algo…¡era el francotirador de anoche!
Francotirador: No os mováis u os vuelo los sesos. ¿Cómo habéis llegado hasta aquí abajo?
C.Kent: Nos hemos perdido, no dispares.
Clark parecía aún bajo los efectos de la kriptonita verde.
Francotirador: ¡Tú! La rubia. Anoche me tropecé contigo antes de escapar. Esa tarjeta que me robaste acaba de ser anulada. Ya no sirve para nada.
C.Sullivan: ¿Por qué quisiste asesinar anoche a Debra Jones? ¿Tiene algo que ver Luthorcorp con la desaparición de la agente Sawyer?
Francotirador: Eso nunca lo sabréis.
El francotirador apretó los dos gatillos a la vez y por inercia cerré los ojos esperando el doble impacto. Clark saldría ileso pero yo…yo…
C.Kent: ¡Cuidado Chloe!
Clark se colocó frente a mi y vi como las balas rebotaban contra su espalda. Se acercó al francotirador y le dio con la palma abierta en la cabeza. Perdió el conocimiento y soltó ambas armas.
C.Kent: Salgamos de aquí.
Antes de hacerlo, rebusqué en los bolsillos del francotirador que yacía desmayado boca arriba y encontré una nueva tarjeta de identificación idéntica a la que Clark había encontrado. Nos alejamos de la kriptonita y al llegar nuevamente al nivel donde entraba la mercancía vi algo que no me esperaba. Joey Acklin estrechaba la mano a una mujer que todo reportero avispado conocía perfectamente, era la ayudante más reciente de Lex Luthor. La ayudante de Lex le tocó la espalda a Acklin y ambos continuaron caminando hasta un Roll Royce de color azul marino que le esperaba a la entrada. Acklin entró en él y la ayudante de Lex se despidió desde fuera agitando su mano derecha.
Era imposible que Acklin haya relacionado también el caso Sawyer con Luthorcorp. Él mismo había llevado el caso directamente a la muerte. O quizás lo haya echo para ¿despistar? ¿Qué es lo que pretendes Acklin?
Clark se había recuperado y le miré a los ojos tranquila por saber que se encontraba bien, le intenté disimular los dos agujeros que quedaron en su chaqueta roja y salimos de una vez de aquel lugar.
C.Sullivan: Ya volveremos otro día, no puedo correr el riesgo de perderte por un caso del periódico.
C.Kent: Si la kriptonita no hubiese estado ahí, habríamos entrado.
C.Sullivan: Quizás aún no sea necesario hacerlo. Puede que no esté preparada para lo que pueda ver ahí dentro.
Clark se quedó mirándome desconcertado y sin entender mi respuesta. Si era cierto que alguien de mi familia podría estar ahí dentro…debería tener mucho cuidado.
Hospital de Metrópolis (Habitación 513)
(Suena de fondo
Washed Away de Morcheeba feat Thomas Dybdah)
Una enfermera examinaba que el vendaje de Debra Jones se encontraba en perfecto estado. Sentía aún el dolor de la bala aunque no por ello dejaba de trabajar. Tenía sobre sus muslos su portátil mientras leía la edición digital del Daily Planet. Estaba de mal humor. Pidió a la enfermera que saliera unos minutos y examinó el único ramo de flores que había dentro de un jarrón con un poco de agua que había mandado Joey Acklin. Tomó su teléfono y marcó en la pantalla un número que se sabía muy bien de memoria.
Se tocó la frente algo sofocada. Tres tonos…cuatro…seguía dando la llamada…seis tonos y alguien descolgó el auricular.
…: ¿Diga?
D.Jones: Te llevó llamando toda la noche y ahora a las seis de la tarde del día siguiente es cuando por fin contestas. ¿Dónde te habías metido?
…: Lo siento…escucha cariño, me he enterado lo del accidente. Deberías regresar a casa, Metrópolis no es un lugar seguro.
D.Jones: ¿Y acaso lo está nuestra relación Sam?
Debra cerró la tapa de su teléfono móvil y unas lágrimas asomaron de sus apagados ojos grises.
Continuará…