Desde mi isla aqui llega otra carta jajja:
Yo soy el capitán, soy el amo
del barco que navega
por las penumbras del destino.
Y yo me alzo y alto proclamo
que no soy siervo ni de reina,
ni de rey alguno.
El inmenso océano es amigo,
es confidente y enemigo.
Dejadme la vastedad para mí.
En ella estoy seguro.
En ella sé el camino.
Alejadme de la inmensidad social.
En la multitud… estoy perdido.
Ahí el azar es el señor,
y soy yo quien dirige.
Quien gobierna, el negro navío
que navega por mi maltrecho sino.
No dejéis que el engaño
de dejar el timón en otras manos
cale en mi solitario corazón
para hacerme zozobrar
en los ojos de una sílfide del mar
Cejad en vuestro empeño
de que en vuestras tierras
mi huella haya de dejar.
Soy la niebla, sentiréis el roce
de mi estancia, mas en mi ida
No habrá recuerdo mío que perdure.
Tan solo quiero navegar
Enfrentando a las duras tempestades
Con arrojo y valentía.
Con lágrimas y miedo.
Hasta que al fin….
Llegue a las tierras del olvido,
Donde seré habitante prometido.
Donde será, de este cascaron,
el último sueño cumplido.
Será el descanso merecido.
