
Esas en las que te quedas con cara de póker mirando a la otra persona y ésta a su vez, te mira de forma maliciosa que decía antes Darth. Yo de esas... a puñados.


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ancksunamun escribió:Preparados para otra historia??? Si???. Pues ahí va.
Antes de nada, juro solemnemente que mis intenciones no son buenas y que usaré el siguiente plano para hacer una travesura![]()
No, en serio. Todo lo que he escrito es rigurosamente cierto. Nunca cuestiones la credibilidad de un periodista(aunque sea anónimo). Y la siguiente historia es real, no inventada, ni exagerada, ni novelada... por muy increíble que parezca.
Ya os he hablado de mis tios los caraqueños. Pues bien, tienen dos hijos. El mayor se llama Javier y el pequeño Gustavo (Avo, para familia y amigos). Javier es bailarín. Sí, de esos que hacen giras y forman parte de un ballet. Ha actuado mucho tiempo en Nueva York y, lo último que sé de él es, que vivía en Alemania y actuaba en una compañía de ballet, que hacía espectáculos alternativos y que parecía tener mucho éxito.
Como siempre está fuera de España, cada vez que viene es como un acontecimiento. Vamos a verle donde esté y nos volvemos a reunir toda la familia. La última vez que vino a Madrid, lo hizo en representación de un espectáculo que daba la vuelta a toda Europa y vino a mostrarlo, en una pequeña sala de artistas noveles de Madrid.
No había escenario, era un recinto rectangular delimitado por unas sillas plegables, que hacían las veces de butacas. Decorado de forma muy minimalista, cortinas negras... moqueta negra y nada más. Con una luz muy tenue y amarillenta. Nos reunimos casi toda la familia y antes de entrar ya se oían los comentarios de mis tios sobre lo bien que bailaba, y lo mucho que les había gustado el anterior espectáculo, que había traído a España.
Yo no pude asistir la anterior vez que actuó, así que anta tanta devoción familiar, mi interés no hacía más que acrecentarse. Llegó la hora del comienzo y nos sentamos todos. Las sillas (butacas) no estaban numeradas, te sentabas donde querías, pero no existían las segundas filas. Sólo el rectángulo que formaban (las sillas) alrededor del escenario, que estaba a ras del suelo.
Salió mi primo Javier, y nos deshicimos en aplausos. No en vano llenábamos casi el local al completo. Tan sólo había unas cuantas butacas ocupadas por gente ajena a la familia. Se había pintado el cuerpo con una pintura dorada. Como la de los egipcios. Llevaba un tocado dorado en forma de corona con un velo que le caía por detrás, una especie de falda, pulseras y adornos egipcios. La imágen que mostraba era muy similar a la de éste dibujo:
En las manos portaba un plato grande de barro, también dorado, y lleno de grandes monedas de "oro". Iba descalzo. La función era una alegoría al consumismo y la sociedad materialista en la que vivimos. Empezó bailando de una forma muy sorprendente. Lo hacía muy bien, pasión familiar... ya sabeis. Poco a poco fué tirando el dinero y despojándose de sus vestiduras, en una clara metáfora en la que, bajo tanta frivolidad monetaria lo que hay siempre debajo es, sólo un hombre.
Y... se quedó completamente desnudo... A partir de ahí la función fué creciendo en provocación y lo que intentaba demostrar era que la sexualidad y el hombre van unidos y que es algo natural. Así nacemos y así morimos, hasta que culminó la obra con la representación de su propia muerte.
El caso es que lo que pretendía era provocar y vaya si lo logró. Se acercaba a sus familiares y pocos desconocidos agarrándose su pene y moviéndolo, muy cerca de nosotros. Enseñándo el ano y haciendo toda suerte de posturas imposibles.![]()
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Os juro que nunca olvidaré la cara de mi tía "C", que la tenía justo delante. Se iba poniendo roja por momentos. Hubo una vez que pensé que iba a explotar de la vergüenza que estaba sintiendo.
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. Yo era incapaz de controlar el ataque de risa que me dió. Mi tía "M", se tapaba los ojos. Y mis tios no sabían como colocarse en la silla. Parecía que tuvieran un cangrejo en los calzoncillos.
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Desde luego que logró provocar, el reto que se propuso lo cumplió con creces. Yo me he reído más, muy pocas veces en mi vida. Mis primos... se descojonaban. Joder... con el Javiercito (decían). La madre que lo parió (se escuchaba)![]()
. Y aquello no parecía acabar de subir en provocación y locura.
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Cuando acabó la función y esperamos todos a que mi primo saliera del camerino, entre los primos era un cachondeo inconfesable. Yo me moría de risa con mi primo Alberto y éste no paraba de fliparlo y de hacer comentarios hilarantes. Mis tios, apenas hablaban y estaban con un rictus serio y esfíngeo, vamos... más tiesos que el palo de una escoba. Cuando Javier salió preguntó: ¿os ha gustado? y por supuesto entre los primos el cachondeo y los abrazos eran mayúsculos. Logramos sacarle los colores y todo![]()
. Pero mis tíos eran reacios a hacer cualquier tipo de comentario. Hasta que mi tía "M" rompìó el hielo y dijo: " Hay que ver sobrino... qué cuerpo tienes"
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Aquel comentario fué la gota que colmó el vaso, yo me retorcía por el suelo y me dolía la mandíbula de tanto reirme. Era incapaz de levantarme del suelo![]()
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. Creo que hasta me meé.
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Lo mejor fué la juerga que nos corrimos después, todos juntos. Ahora cada vez que nos juntamos, lo recordamos y no podemos parar de reir.![]()
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